higinio : fabulas 4

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XXX. LAS DOCE PRUEBAS[281] DE HÉRCULES ORDENADAS POR EURISTEO[282]

1. Cuando era niño estranguló con sus dos manos a dos serpientes que Juno le había enviado[283]. Por ello fue llamado Primigenio[284].

2. Mató al león de Nemea, que era invulnerable. Luna lo había criado en una cueva de doble boca[285]; su piel la conservó Hércules para cubrirse.

3. Mató a la Hidra de Lerna, hija de Tifón, con sus nueve cabezas, junto a la fuente de Lerna[286]. Ésta tenía un veneno tan letal que era capaz de matar a los hombres con su hálito y, si alguien pasaba junto a ella mientras dormía, inhalaba su rastro, y moría con el mayor tormento. La mató gracias a las indicaciones de Minerva[287], la destripó e impregnó sus flechas en la hiel de la Hidra. Así pues, nada que en lo sucesivo fuera tocado con sus flechas, podía esquivar la muerte. También él mismo pereció más tarde en Frigia[288] por esta causa.

4. Mató al jabalí de Erimanto[289].

5. Trajo vivo a presencia del rey Euristeo un ciervo[290] salvaje, con la cornamenta de oro, que estaba en Arcadia.

6. Mató con sus flechas en la isla de Marte a las aves Estinfálides, que atacaban lanzando sus plumas a modo de dardos[291].

7. Limpió en un solo día el estiércol de los bueyes del rey Augías, siendo Júpiter su ayudante en gran medida. Haciendo pasar un río, hizo desparecer todo el estiércol[292].

8. Trajo vivo a Micenas desde la isla de Creta el toro con el que yació Pasífae[293].

9. Con la ayuda de su criado Abdero[294] mató a Diomedes, rey de Tracia, y a sus cuatro caballos, que se alimentaban de carne humana. Los nombres de los caballos eran Podargo, Lampón, Janto[295] y Dino.

10. Arrebató el cinturón a la Amazona Hipólita[296], reina de las Amazonas, hija de Marte y de la reina Otrera. Entonces le concedió a Antíope como cautiva a Teseo.

11. Mató con una sola flecha a Geríon, de tres cuerpos, hijo de Crisáor.

12. Mató al enorme Dragón, hijo de Tifón, junto al monte Atlas, que solía custodiarlas manzanas de oro de las Hespérides, y le llevó las manzanas al rey Euristeo.

13. Al can Cérbero, hijo de Tifón, se lo llevó desde los Infiernos a presencia del rey.

 XXXI. PRUEBAS SECUNDARIAS[297] DEL MISMO

1. Mató en Libia a Anteo, hijo de Tierra. Éste obligaba a sus huéspedes a luchar consigo y los mataba cuando estaban extenuados. Hércules lo mató luchando[298].

2. En Egipto mató a Busiris, que tenía por costumbre inmolar a los forasteros. Cuando Hércules oyó hablar de su norma, consintió en ser llevado al altar con las ínfulas[299], pero en el momento en que Busiris se aprestaba a suplicar a los dioses, Hércules lo mató con su clava a él y a cuantos le ayudaban en los sacrificios.

3. Mató a Cicno, hijo de Marte[300], tras haberlo vencido con las armas. Cuando Marte llegó allí y quiso batirse con él por medio de las armas a causa de su hijo, Júpiter lanzó un rayo entre ellos.

4. Mató en Troya al monstruo marino al que Hesíone había sido expuesta. Mató con sus flechas a Laomedonte, padre de Hesíone, porque no se la entregaba[301].

5. Mató con sus flechas a la refulgente[302] águila que le roía el corazón[303] a Prometeo.

6. Mató a Lico, hijo de Neptuno, por haber querido asesinar tanto a su esposa Mégara, hija de Creonte, como a sus hijos Terímaco y Ofites[304].

7. El río Aqueloo se metamorfoseaba en todo tipo de figuras. Éste, al luchar con Hércules por el matrimonio de Deyanira, se convirtió en un toro al que Hércules arrancó un cuerno que regaló a las Hespérides o Ninfas, y que las diosas llenaron de frutos y llamaron Cuerno de la Abundancia[305].

8. Mató a Neleo, hijo de Hipocoonte, y a diez hijos suyos[306], porque no quiso purificarlo ni limpiarlo después de haber matado a su esposa Mégara, hija de Creonte, y a sus hijos Terímaco y Ofites.

9. Mató a Éurito, porque cuando Hércules le pidió en matrimonio a su hija Yole, aquél lo rechazó.

10. Mató al Centauro Neso porque quiso violar a Deyanira.

11. Mató al Centauro Euritión porque pidió como esposa a Deyanira, hija de Dexámeno[307], que era su prometida.

 XXXII. MÉGARA

1. Cuando Hércules fue enviado por el rey Euristeo ante el perro de tres cabezas, y Lico, hijo de Neptuno, creyó que aquél había perecido, quiso matar a su esposa Mégara, hija de Creonte, y a sus hijos Terímaco y Ofites, y apoderarse del trono.

2. Hércules se presentó allí y mató a Lico. Más tarde, víctima de un ataque de locura provocado por Juno, mató a Mégara y a sus propios hijos Terímaco y Ofites[308].

3. Cuando la cordura volvió a su mente, solicitó de Apolo que se le diera una respuesta sobre cómo debía expiar el crimen. Dado que Apolo no quiso ofrecerle respuesta alguna, Hércules —airado— arrebató de su templo el trípode, que después tuvo que devolver por mandato de Júpiter, y éste ordenó a Apolo que le otorgara un vaticinio aunque no quisiera.

4. Por ello Hércules fue entregado como esclavo[309] por Mercurio a la reina Ónfale.

 XXXIII. LOS CENTAUROS

1. Tras haber llegado Hércules a la corte del rey Dexámeno para hospedarse, y haber desflorado a su hija Deyanira, prometió que la tomaría por esposa. Después de partir, el Centauro Euritión, hijo de Ixíon y de Nube, pidió a Deyanira por esposa. El padre de ésta, temiendo el uso de la fuerza, prometió que se la daría.

2. Fijado el día, se presentó a la boda con sus hermanos. Se presentó Hércules, mató al Centauro y se llevó a su prometida.

3. Asimismo en otra boda, cuando se casó Pirítoo con Hipodamía, hija de Adrasto, los Centauros, ahitos de vino, intentaron raptar a las esposas de los lápitas. Los Centauros mataron a gran número de éstos, pero perecieron a manos de ellos[310].


 XXXIV. NESO

1. Al Centauro Neso, hijo de Ixíon y de Nube, le suplicó Deyanira que la pasara a la otra orilla del río Eveno. Llevándola a lomos, quiso violarla en el propio curso del río. Cuando Hércules llegó a aquel lugar y Deyanira le imploró su auxilio, él atravesó a Neso con sus flechas.

2. Neso, en el trance de morir, sabiendo cuán letal era el poder del veneno que contenían aquellas flechas, por estar impregnadas en la hiel de la Hidra de Lema, recogió su propia sangre, se la brindó a Deyanira y le aseguró que se trataba de un filtro amoroso[311]. Y añadió que si quería que su cónyuge no la repudiara, debería impregnar completamente su vestimenta con ella. Deyanira, crédula, la guardó y escondió con todo esmero[312].

 XXXV. YOLE

Hércules, después de pedir en matrimonio a Yole, hija de Éurito, y de que éste lo rechazara, atacó Ecalia. Hércules, a pesar de las súplicas de la doncella, quiso matar a sus padres ante sus propios ojos[313]. Ella, con muy firme ánimo, soportó que sus padres fueran asesinados en su presencia. Cuando los hubo matado a todos[314], envió por delante de él a Yole como cautiva junto a Deyanira.

 XXXVI. DEYANIRA

1. Deyanira, hija de Eneo, esposa de Hércules, cuando vio que Yole, doncella de excepcional belleza, le había sido llevada como cautiva, temió que le arrebatase a su esposo. Y así, acordándose de la advertencia de Neso, envió a un criado llamado Licas para que le llevara a Hércules una túnica impregnada en la sangre del Centauro.

2. Después, un poco de sangre que había goteado hasta la tierra, alcanzada por el sol, comenzó a arder. Cuando Deyanira lo observó, comprendió que aquello no era como le había dicho Neso, y envió a alguien para que hiciera volver a aquél a quien había dado la túnica.

3. Hércules se la había puesto ya, y al punto comenzó a abrasarse. Habiéndose arrojado a un río para apagar el fuego[315], salía una llama mayor. Y, al querer quitarse la túnica, las vísceras se desprendían con ella[316].

4. Entonces Hércules lanzó rodando al mar a Licas, que le había traído la túnica. En el lugar en que cayó surgió un peñasco que se denomina Licas[317].

5. Se dice que en ese momento Filoctetes, hijo de Peante, levantó en el monte Eta una pira en honor de Hércules, y que éste alcanzó la inmortalidad. Por este favor Hércules regaló a Filoctetes su arco[318] y sus flechas.

6. Por esto que le acaeció a Hércules, Deyanira se suicidó.

 XXXVII. ETRA

1. Neptuno y Egeo, hijo de Pandíon, yacieron durante una misma noche con Etra, hija de Piteo, en el santuario de Minerva[319]. Neptuno cedió a Egeo la paternidad del hijo que naciera de ella.

2. Egeo, por su parte, cuando se disponía a volver desde Trecén a Atenas, depositó su espada bajo una piedra, y ordenó a Etra que le enviara al hijo cuando pudiera levantar la piedra y extraer la espada de su padre. En ello estribaría el indicio del reconocimiento de su hijo.

3. Y así, Etra dio a luz después a Teseo. Cuando éste llegó a la edad viril, su madre le reveló las prescripciones de Egeo, le mostró la piedra para que extrajera la espada y le mandó partir a Atenas a la corte de Egeo. Teseo[320] mató a todos los que infestaban el camino.

 XXXVIII. LOS TRABAJOS[321] DE TESEO[322]

1. Mató con las armas a Corinetes, hijo de Neptuno[323].

2. Se deshizo de Pitiocamptes[324], que obligaba a los que pasaban por el camino a doblar con él un pino hasta el suelo, de modo que quien lo había sujetado con él, salía despedido con todas sus fuerzas. De esta forma quedaba gravemente aplastado contra el suelo y perecía. A éste lo mató.

3. Mató a Procrustes, hijo de Neptuno. Cuando venía un huésped a su casa, si era bastante alto, le ofrecía el lecho más pequeño, y le cortaba la parte del cuerpo que sobraba. Pero sí era más bajo de estatura, le ofrecía el lecho más largo, y colgándole unos yunques, lo estiraba hasta que coincidiera con la longitud del lecho. A éste lo mató[325].

4. Mató a Escirón, que se sentaba en un lugar escarpado junto al mar, y a quien pasaba por el camino, le obligaba a lavarle los pies, y en ese momento lo precipitaba al mar. A éste Teseo lo arrojó al agua con igual muerte, por lo que las rocas fueron llamadas Escironias[326].

5. Mató con las armas a Cercion, hijo de Vulcano[327].

6. Mató un jabalí[328] que había en Cremión[329].

7. Mató un toro que había en Maratón, que Hércules había traído desde Creta ante Euristeo[330].

8. Mató al Minotauro en la ciudad de Cnoso[331].

 XXXIX. DÉDALO

Dédalo, hijo de Eupálamo, de quien se dice que había recibido de Minerva el arte de la construcción, arrojó desde lo alto de un tejado a Perdiz[332], hijo de su hermana, por envidia de su ingenio, porque había sido el primero en inventar la sierra. Por este crimen partió al destierro desde Atenas a Creta, a la corte del rey Minos.

 XL. PASÍFAE

1. Pasífae, hija de Sol, esposa de Minos, no había ofrecido sacrificios a la diosa Venus durante varios años. Por ello Venus le infundió un amor abominable: unirse, bajo otra apariencia, al toro del que ella se había encaprichado[333].

2. Cuando Dédalo llegó allí desterrado, le pidió ayuda a Pasífae. Él le fabricó una vaca de madera y la recubrió con el cuero de una vaca verdadera; dentro de ella Pasífae copuló con el toro. De esta unión concibió al Minotauro, con cabeza de toro y cuerpo humano[334].

3. Entonces Dédalo construyó para el Minotauro un laberinto de salida inextricable[335], en el que fue encerrado.

4. Conocido el hecho, Minos metió a Dédalo en prisión, pero Pasífae lo liberó de las cadenas. Así pues, Dédalo fabricó y acopló unas alas a su cuerpo y al de su hijo Ícaro, y salieron volando de allí. Ícaro, elevándose a gran altura, calentada la cera por el sol[336], cayó al mar, que por ello se llamó «mar Icario». Dédalo llegó volando hasta la corte del rey Cócalo, en la isla de Sicilia.

5. Otros dicen que, cuando Teseo mató al Minotauro, mandó volver a Dédalo a Atenas, su patria[337].

 XLI. MINOS

1. Cuando Minos, hijo de Júpiter y de Europa, luchó contra los atenienses, su hijo Andrógeo murió en el combate[338]. Después de derrotar a los atenienses, éstos comenzaron apagar un tributo a Minos. Estableció, pues, que cada año enviaran a siete de sus hijos como alimento para el Minotauro[339].

2. Teseo, después de llegar de Trecén y de oír qué gran calamidad afligía a la ciudad, prometió ir voluntariamente ante el Minotauro.

3. Al despedirlo, su padre le ordenó que —si regresaba victorioso— debía izar velas blancas en la nave. En efecto, quienes eran enviados al Minotauro navegaban con velas negras.

 XLII. TESEO ANTE EL MINOTAURO

Cuando Teseo llegó a Creta, Ariadna, hija de Minos, se enamoró de él hasta el punto de traicionar a su hermano y salvar al extranjero. Ella, en efecto, mostró a Teseo cómo salir del laberinto. Una vez que Teseo entró allí y mató al Minotauro, logró salir al exterior devanando un ovillo de acuerdo con el consejo de Ariadna; y se la llevó para casarse con ella, conforme a la palabra que le había dado.

 XLIII. ARIADNA

1. Teseo, retenido en la isla de Día[340] por una tempestad, pensando que si llevaba a Ariadna a su patria supondría una deshonra para él, la dejó abandonada en dicha isla mientras ésta dormía. Líber se enamoró de ella y se la llevó de allí para tomarla por esposa.

2. Pero Teseo, en el curso de la navegación, se olvidó de cambiar las velas negras[341]. Y así, su padre Egeo, creyendo que Teseo había sido devorado por el Minotauro, se precipitó al mar, por lo que fue denominado «mar Egeo».

3. Teseo, por su parte, tomó en matrimonio a Fedra[342], hermana de Ariadna.

 XLIV. CÓCALO

Minos, puesto que por culpa de Dédalo le habían sobrevenido muchos contratiempos, persiguió a éste hasta Sicilia y pidió al rey Cócalo que se lo entregara. Como Cócalo se lo había prometido y Dédalo se había enterado, pidió éste ayuda a las hijas del rey. Ellas mataron a Minos.

 XLV. FILOMELA[343]

1. El tracio Tereo, hijo de Marte, que se había casado con Procne, hija de Pandíon, fue a Atenas ante su suegro Pandíon para pedirle que le concediera en matrimonio a Filomela, su otra hija[344], y le dijo que Procne había muerto.

2. Pandíon le dio su consentimiento, y dejó marchar a Filomela y a unos acompañantes con ella. A ellos Tereo los lanzó al mar, y a Filomela —después de encontrarla en un monte— la violó[345]. Y cuando regresó a Tracia, entregó a Filomela al rey Linceo, cuya esposa Latusa al punto envió a la rival a Procne, puesto que ésta era amiga suya[346].

3. Al reconocer Procne a su hermana y descubrir el despiadado crimen de Tereo, comenzaron las dos a urdir de común acuerdo cómo devolver al rey una acción de tal jaez. Entretanto conoció Tereo por medio de unos prodigios cómo a su hijo Itis le acechaba la muerte procedente de una mano cercana. Oído este vaticinio, pensando que su propio hermano Driante[347] tramaba la muerte para su hijo, mató a su hermano Driante, que era inocente.

4. Procne, por su parte, mató a su hijo Itis, nacido de ella y de Tereo, se lo sirvió en un banquete y huyó con su hermana.

5. Conocido el crimen, Tereo persiguió a las fugitivas, y sucedió que —por compasión de los dioses— Procne se transformó en golondrina, Filomela en ruiseñor. En cuanto a Tereo, dicen que fue convertido en gavilán[348].

compositores: Hilarion Eslava

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1 RESUMEN:

Miguel Hilarión Eslava Elizondo (Burlada, 21 de octubre de 1807 – Madrid, 23 de julio de 1878) fue un musicólogo y compositor español. A los 9 años ya formaba parte del coro de la Catedral de Santa María la Real de Pamplona, ​​donde tuvo por maestro Mateo Giménez. A los 17 años entró como violinista de la misma catedral. Más tarde se desplazó a Calahorra, donde recibió clases de  Francisco de Secanilla. En la Catedral de la Asunción de El Burgo de Osma fue maestro de capilla entre los años 1828 y 1832. En 1832 pasó a ocupar el mismo lugar en la Catedral de Santa María de la Sede de Sevilla. Allí fue ordenado sacerdote sin abandonar, al contrario, la música dedicándose al estudio del archivo musical de la catedral. Además, compuso sus tres óperas italianas Il solitario del monte Selvaggio,  estrenada en Cádiz en 1841, La tregua di Ptolemaide,  estrenada en la misma ciudad en 1842, y Pietro il Crudele, estrenada en Sevilla en 1843. En aquel tiempo también compuso obra religiosa, entre ella, misas y misereres. En 1847 ganó por oposición el magisterio de la Capilla Real de Madrid, ya partir de 1854 fue profesor de composición del Conservatorio de la misma ciudad.  Tuvo muchos alumnos de renombre y escribió un método de solfeo muy conocido. 

2 BIOGRAFIA

3 OBRAS:

Vocal secular:

Ops:
Il solitario del monte selvaggio (os, 3, C. Bassi), Cádiz, Principal, June 1841;
La tregua di Ptolomaide (os, 3, L. Bertocchi), Cádiz, Principal, 24 May 1842;
Pedro el cruel (os, 2, after Lope de Vega: Lo cierto por lo dudoso), Seville, sum. 1843

Vocal religiosa:

Sacred:
Over 140 pieces, incl. Requiem, vv, orch, op.143 (Madrid, 1861);
Mass, 4vv, orch, op.150 (Madrid, c1865);
Oficio de difuntos, 2 choruses, orch, E;
TeD, solo vv, SATB, 8vv, orch, E;
3 motetes compuestos al Santísimo, unacc., E;
Motetes al SS Sacramento, unacc., op.147;
Salve regina, 2 choruses, unacc., E;
¡O salutaris!, Bar solo, SATB, orch, E

Other vocal:
Paráfrasis de Job, T, orch;
Cantiga 14a del rey don Alfonso el Sabio parafraseada, SATB, orch (Madrid, 1865)

Instrumental:

Sinfonía fantástica;
Divertimento, fl, pf

Literatura:

Método completo de solfeo sin acompañamiento (Madrid, 1846/R)
Breve memoria histórica de la música religiosa en España (Madrid, 1860)
Prontuario de contrapunto, fuga y composición en preguntas y respuestas (Madrid, 1860, 3/1890)
Escuela de armonía y composición: obra dividida en cinco tratados (Madrid, 1857–9, 2/1869–71)

Edicions:
Museo orgánico español (Madrid, 1854) [anthology of organ music]
Lira sacro-hispana: gran colección de obras de música religiosa, compuesta por los más acreditados maestros españoles, tanto antiguos como modernos (Madrid, 1869)

Hilarión Eslava es la prueba de que España estaba desde el punto de vista musical, absolutamente al día de lo que se movía musicalmente en Europa, era un país periférico, si pero no ajeno a todo el romanticismo musical y desde luego no ajeno especialmente a todo lo que venia de Italia. Nacio en Burlada, Navarra el 21 de octubre de 1807 y murió en Madrid el 23 de julio de 1878 y fue un compositor y musicólogo español del siglo XIX, gran defensor de la ópera española. Fue niño de coro y violinista de la Catedral de Pamplona. Estudió órgano, violín y piano con Julián Prieto, y composición con Francisco Secanilla. En 1828 fue maestro de capilla de la Catedral de El Burgo de Osma; se traslada a Sevilla, donde se ordena sacerdote y figura como maestro de la Real Capilla. Durante su estancia en Sevilla estrenó algunas obras de carácter secular. En 1844 viaja a Madrid donde es también maestro de capilla de la Capilla Real de Madrid. En 1854 es nombrado profesor de composición del Conservatorio de Madrid, centro que once años más tarde pasó a dirigir. Fue fundador, junto con Arrieta, Gaztambide y Barbieri, del grupo La España Musical, dedicado a defender la ópera española. Sus obras denotan la influencia italiana y está considerado uno de los pocos auténticos músicos románticos españoles.

Entre su basta obra se encuentran tres óperas: Il Solitario (1841), Las treguas de Tolemaida (1842) y Pietro il Crudele (1843), algunas obras sinfónicas (Sinfonía fantástica, la cantata La guerra de África,…), y más de 140 composiciones religiosas entre las que hay, entre otras muchas piezas, ocho Misas, Oficio de difuntos, Te Deum, varios motetes, catorce Lamentaciones, seis Salve Regina, una de las cuales se canta todos los años el sábado previo al 26 de julio en Tudela, en honor de Santa Ana, y tres Stabat Mater. Una de sus obras más conocidas es El Miserere de Sevilla y el Miserere de Jerez que aún se interpretan anualmente el Sábado de Pasión. Es autor de “Lira Sacro hispana” (1869), antología en siete volúmenes de la música religiosa española de los siglos XV y XVI. Así mismo, fue autor de obras de carácter pedagógico, como su “Método de Solfeo” (1846) [1], que ha sido utilizado durante más de un siglo como material de enseñanza, “Método completo de solfeo sin acompañamiento” [2], “Tratado tercero de la melodía y discurso musical” (1871) [3], “La Escuela completa de armonía y composición”, etc. Su sepultura se encuentra en el cementerio de su localidad natal, es obra de Mariano Benlliure. Fuente: Auditorio de Zaragoza

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 XIV. ARGONAUTAS CONVOCADOS

1. Jasón, hijo de Esón y de Alcimede, que era hija de Clímeno[173], y también jefe de los tesalios. Orfeo, hijo de Eagro y de la musa Calíope, tracio, de la ciudad de Pimplea[174], que se encuentra al pie del monte Olimpo, junto al río Enipeo, adivino y citaredo. Asterión, hijo de Piremo[175], que tenía por madre a Antígona, hija de Feres[176], de la ciudad de Pelene. Otros dicen que era hijo de Hiperasio, de la ciudad de Piresias, que está asentada en la falda del monte Fileo, en Tesalia, lugar en el que confluyen en un solo punto dos ríos de cursos separados, el Apidano y el Enipeo.

2. Polifemo, hijo de Elato, que tenía por madre a Hipea, hija de Antipo, tesalio, de la ciudad de Larisa, lento de pies. Íficlo, hijo de Fílaco, que tenía por madre a Clímene, hija de Minia, de Tesalia, y era tío materno de Jasón. Admeto, hijo de Feres y de Periclímene, hija de Minia[177], de Tesalia, del monte Calcodonio, de cuyo monte tomó nombre la ciudadela y el río; dicen que Apolo apacentó su ganado[178].

3. Eurito y Equíon, hijos de Mercurio y de Antianira, hija de Méneto, de la ciudad de Álope, que ahora se llama Éfeso; algunos autores los consideran tesalios[179]. Etálides, hijo de Mercurio y de Eupolemía, hija de Mirmidón; éste fue de Larisa[180]. (Corono, hijo de Ceneo), de la ciudad de Girtón, que está en Tesalia.

4. Este Ceneo, hijo de Élato, magnesio[181], demostró que de ningún modo podían herirlo los Centauros con la espada, sino con troncos de árboles tallados en cuña. Hay quien dice que había sido mujer y que Neptuno, a causa del matrimonio que había deseado, le había concedido —porque así se lo había pedido ella— el don de no poder ser matado por ningún golpe, una vez convertido en joven. Esto nunca sucedió, ni es posible que suceda que un mortal no pueda ser matado a espada o llegue a ser transformado de mujer en hombre[182].

5. Mopso, hijo de Ámpico y de Cloris[183]. Éste, instruido en la adivinación por Apolo, era procedente de Ecalia[184] o, como algunos creen, titarense. Euridamante, hijo de Iro y de Demonasa, otros dicen que hijo de Ctímeno, que habitaba la ciudad de Dolopia, junto al lago Jinio[185]. Teseo[186], hijo de Egeo y de Etra, hija de Piteo, procedente de Trecén; otros dicen que de Atenas.

6. Pirítoo, hijo de Ixíon, hermano de los Centauros, tesalio. Menecio, hijo de Áctor, de Opunte. Eribotes, hijo de Teleonte, de Eleón[187].

7. Euritión, hijo de Iro y de Demonasa. Ixitión, de la ciudad de Cerinto. Oileo, hijo de Hodédoco y de Agriánome, que era hija de Perseón, de la ciudad de Naricea[188].

8. Clitio e Ífito, hijos de Éurito y de Antíope, que era hija de Pilón, reyes de Ecalia; otros dicen que de Eubea. Se dice que Éurito, tras haberle concedido Apolo el arte de tirar las flechas, compitió con el autor del don. Su hijo Clitio fue asesinado por Eetes. Peleo y Telamón, hijos de Éaco y de Endeide, que era hija de Quirón[189], de la isla de Egina. Éstos abandonaron sus propios hogares por el asesinato de su hermano Foco, y cada uno partió en busca de una patria diferente[190]. Peleo se dirigió aPtía, Telamón a Salamina, isla a la que Apolonio de Rodas llama Ática[191].

9. Butes, hijo de Teleonte y de Zeuxipe[192], hija del río Eridano, procedente de Atenas. Falero, hijo de Alconte, de Atenas. Tifis, hijo de Forbante y de Hirmine, beocio. Éste fue el timonel de la nave Argo[193].

10. Argos, hijo de Pólibo y de Argía; otros dicen que era hijo de Dánao[194]. Era argivo y se cubría con una piel de toro negra y velluda; éste fue el constructor de la nave Argo. Flíaso, hijo de Líber Pater y de Ariadna, hija de Minos, de la ciudad de Fliunte, que está en el Peloponeso; otros dicen que era tebano. Hércules, hijo de Júpiter y de Alcmena, hija de Electrión, tebano.

11. Hilas, hijo de Tiodamante[195] y de la ninfa Menodice, hija de Orion, efebo, de Ecalia; otros dicen que de Argos, compañero de Hércules[196]. Nauplio, hijo de Neptuno y de Amimone, que era hija de Dánao, argivo. Idmon, hijo de Apolo y de la ninfa Cirene; algunos dicen que era hijo de Abante, argivo. Conocedor del oficio de augur, aunque supo por la predicción de unas aves que él había de morir, no faltó sin embargo a la fatal expedición[197].

12. Cástor y Pólux, hijos de Júpiter y de Leda, hija de Testio, lacedemonios; otros dicen que eran espartanos, los dos imberbes. Se ha escrito también que sucedió por ese mismo tiempo que unas estrellas se posaron sobre sus cabezas para que fueran vistos. Linceo e Idas, hijos de Afareo y de Arena[198], que era hija de Ébalo, mesemos, del Peloponeso. Se dice que uno de ellos, Linceo, veía cualquier cosa oculta bajo tierra, y que ninguna oscuridad se lo impedía.

13. Otros dicen que a Linceo no podía verlo nadie de noche[199]. Del mismo se dijo que estaba acostumbrado a distinguir claramente lo que había bajo tierra hasta el punto de que había reconocido minas de oro. Como descendía e inmediatamente mostraba el oro, de este modo surgió el rumor de que solía ver bajo tierra. Asimismo Idas, que era violento, feroz.

14. Periclímeno, hijo de Neleo y de Cloris, hija de Anfión y de Níobe; éste fue de Pilo. Anfidamante y Cefeo, hijos de Áleo y de Cleobule, de Arcadia. Anceo, hijo de Licurgo, otros dicen que nieto, de Tegea.

15. Augías, hijo de Sol y de Nausídame[200], que era hija de Anfidamante; era de Elea. Asterión y Anfión, hijos de Hiperasio, otros dicen que de Hípaso[201], naturales de Pelene. Eufemo, hijo de Neptuno y de Europe, hija de Titio, de Ténaro; se dice que éste había corrido sobre las aguas sin mojarse los pies.

16. Un segundo Anceo, hijo de Neptuno, que tenía por madre a Altea[202], hija de Testio, de la isla de Ímbraso[203], que fue llamada Partenia, y ahora en cambio se la llama Samos. Ergino, hijo de Neptuno, de Mileto; algunos dicen que era hijo de Periclímeno, de Orcómeno[204]. Meleagro, hijo de Eneo y de Altea, hija de Testio. Algunos lo consideran hijo de Marte, de Calidón.

17. Laocoonte, hijo de Portaon, hermano de Eneo, de Calidón. Un segundo Íficlo, hijo de Testio, que tenía por madre a Leucipe, y era hermano de Altea por parte de madre, lacedemonio; éste fue un enérgico corredor y lanzador de jabalina[205], Ífito, hijo de Náubolo, focense; otros dicen que era hijo de Hípaso, natural del Peloponeso.

18. Zetes y Calais, hijos del viento Aquilón y de Oritía, que era hija de Erecteo. Se dice que éstos tenían la cabeza y los pies alados, los cabellos azulados, y que atravesaban el cielo abierto[206]. Ahuyentaron lejos de Fineo, hijo de Agénor, a las tres aves Harpías: Aelópoda, Celeno y Ocípete, hijas de Taumante y de Ozómene, cuando se dirigían hacia la Cólquide como compañeros de Jasón. Las Harpías habitaban las islas Estrófades, que son llamadas «Plotas», en el mar Egeo[207]. Se dice que tenían cabeza de ave[208], estaban dotadas de plumas y alas; y poseían brazos humanos, con grandes garras, patas de ave, pero pecho, vientre y muslos humanos[209]. Éstos, Zetes y Calais, por su parte, fueron muertos con flechas por Hércules. En sus túmulos unas piedras superpuestas son removidas por el soplo del viento paterno. Se dice que eran naturales de Tracia.

19. Foco y Príaso, hijos de Ceneo, de Magnesia. Eurimedonte, hijo de Líber Pater y de Ariadna, hija de Minos, de Fliunte. Palemonio, hijo de Lemo, de Calidón.

20. Áctor, hijo de Hípaso, del Peloponeso. Tersaron[210], hijo de Sol y de Leucótoe, natural de Andros. Hipálcimo[211], hijo de Pélope y de Hipodamía, hija de Enómao, del Peloponeso, de Pisa.

21. Asclepio[212], hijo de Apolo y de Corónide, de Trica. (…) hija de Testio, argivo. Neleo[213], hijo de Hipocoonte, de Pilo.

22. Yolao, hijo de Ificlo[214], argivo. Deucalión, hijo de Minos (y) de Pasífae, hija de Sol, de Creta. Filoctetes, hijo de Peante, de la ciudad de Melibea.

23. Un segundo Ceneo, hijo de Corono, procedente de Girtón[215]. Acasto, hijo de Pelias y de Anaxibia, hija de Biante, de Yolco, cubierto con un doble manto[216]. Éste se agregó voluntariamente a los Argonautas; fue compañero de Jasón por propia iniciativa.

24. Todos éstos, ciertamente, fueron llamados Minias, bien porque las hijas de Minia habían engendrado a muchos de ellos, bien porque la madre de Jasón era hija de Clímene, (hija) de Minia. Pero no todos llegaron a la Cólquide ni regresaron a su patria.

25. En efecto, Hilas fue raptado en Misia por unas ninfas, cerca de Cío y del río Ascanio. Mientras Hércules y Polifemo lo buscaban, al ser arrastrada la nave por el viento, éstos fueron abandonados. Polifemo, dejado a su vez por Hércules, fundó una ciudad en Misia y pereció entre los cálibes[217].

26. Tifis, por su parte, fue consumido por una enfermedad entre los mariandinos, en la Propontide[218], en la corte del rey Lico; en su lugar Anceo, hijo de Neptuno, dirigió la nave hasta la Cólquide. Por otra parte, Idmon, hijo de Apolo, allí mismo, en el palacio de Lico, cuando salió a recoger heno[219], cayó abatido por un jabalí. El vengador de Idmon fue Idas, hijo de Afareo, que mató al jabalí.

27. Butes, hijo de Teleonte, aunque era atraído por los cantos y la cítara de Orfeo, sucumbió no obstante al encanto de las Sirenas, y se precipitó al mar para nadar hacia ellas. Arrastrado por las olas, Venus lo puso a salvo en Lilibeo[220].

28. Éstos son los que no llegaron a la Cólquide. Por otra parte, en el viaje de regreso perecieron Euríbates, hijo de Teleonte[221], y Canto, hijo de Cerionte[222]. Fueron asesinados en Libia por el pastor Cefalión, que era hermano de Nasamón e hijo de la ninfa Tritónide y de Anfítemis, cuyo ganado ellos habían atacado a golpes de cayado[223].

29. También Mopso, hijo de Ámpico, murió en África por la picadura de una serpiente[224]. Éste se había agregado en el transcurso de la travesía como compañero de los Argonautas, una vez muerto su padre Ámpico.

30. Asimismo se agregaron desde la isla de Día los hijos de Frixo y de Calcíope, hermana de Medea: Argos, Melas, Fróntide y Cilindro, a los que otros suelen llamar Fronio, Demoleón, Autólico y Flogio[225]. Habiéndolos llevado Hércules para tener los como compañeros, cuando fue en busca del cinturón de las Amazonas, los abandonó aterrorizados por Dáscilo, hijo de Lico, el rey de los mariandinos.

31. Los Argonautas, por su paite, al salir hacia la Cólquide, quisieron designar como jefe a Hércules; éste se negó y dijo que convenía que fuera Jasón, gracias al cual todos participaban en la expedición. Así pues, Jasón gobernó como jefe.

32. El constructor fue Argos, hijo de Dánao; (Tifis fue el timonel), a cuya muerte pilotó la nave Anceo, hijo de Neptuno; como vigía actuó Linceo, hijo de Afareo, que tenía una visión muy aguda. Los jefes de los remeros[226] fueron Zetes y Calais, hijos de Aquilón, que tenían alas tanto en la cabeza como en los pies; a los remos de proa se sentaron Peleo y Telamón; en el puesto de los remos grandes tomaron asiento[227] Hércules e Idas; los demás conservaron sus puestos; la cadencia del ritmo la marcó Orfeo, hijo de Eagro. Después Hércules fue abandonado[228] por (los Argonautas), y en su banco se sentó Peleo, hijo de Éaco.

33. Esta es la nave Argo que Minerva trasladó al círculo sideral[229], porque —se decía— había sido construida por ella; y en cuanto esta nave fue botada al mar, apareció entre los astros desde el timón hasta la vela. Cicerón describe su forma y figura en los Fenómenos[230], con los siguientes versos:

pero serpenteando hacia la cola del Can deslizase Argo,

llevando por delante con su luz la popa girada;

no como otras naves, que suelen colocar en alta mar sus proas al frente,

hendiendo con los espolones las llanuras de Neptuno;

como cuando intentan tocar puertos resguardados, 

los marineros hacen virar la nave con su gran peso, 

y llevan la popa girada en sentido opuesto, rumbo a los añorados litorales; 

así la vieja Argo, virada, se desliza sobre el éter.

Desde ahí el gobernalle, que se extiende desde la rápida popa,

toca las huellas de las patas postreras del brillante Can.

Esta nave tiene cuatro estrellas en la popa, cinco en el timón derecho, cuatro en el izquierdo, todas parecidas entre sí, en total trece[231].

Higinio : fabulas 3

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XV. LAS LEMNÍADES

1. En la isla de Lemnos, las mujeres durante algunos años no habían ofrecido sacrificios en honor de Venus; debido a la ira de ésta, sus maridos tomaron por esposas a mujeres tracias y despreciaron a las primeras[232]. Pero las lemníades, conjuradas por instigación de la misma Venus, acabaron con todo el linaje de hombres que allí había, excepto Hipsípila, que escondió en una nave a su padre Toante, a quien una tempestad arrastró hasta la isla Táurica[233].

2. Entretanto, los Argonautas se acercaron a Lemnos en el curso de su navegación. Cuando los vio Ifínoe, guardiana de la puerta, se lo anunció a la reina Hipsípila, a quien Polixo[234], mujer de avanzada edad, le aconsejó que los ligara a sus hospitalarias mansiones.

3. Hipsípila procreó de Jasón dos hijos, Euneo y Deípilo[235].

4. Tras ser retenidos allí muchos días, partieron reprendidos por Hércules.

5. Pero las lemníades, después de enterarse de que Hipsípila había salvado a su padre, intentaron matarla; ella se dio a la fuga. Unos bandidos la capturaron, la deportaron a Tebas y la vendieron al rey Lico[236] como esclava.

6. Por otra parte, todas las lemníades que habían concebido hijos de los Argonautas, les impusieron los nombres de éstos[237].

XVI. CÍZICO

1. Cízico, hijo de Eusoro, rey en una isla de la Propontide acogió a los Argonautas con generosa hospitalidad. Éstos, habiéndose alejado de él y navegado durante todo un día, tras haberse desencadenado una tempestad durante la noche, fueron llevados sin saberlo ellos a la misma isla[238].

2. Cízico, creyendo que eran enemigos pelasgos, entabló con ellos combate en la oscuridad de la noche en la playa, y fue muerto por Jasón. Al día siguiente, al acercarse Jasón a la costa y comprobar que había matado al rey, le dio sepultura y entregó el reino a sus hijos[239].

XVII. ÁMICO

Ámico, hijo de Neptuno y de Melie, era rey de Bebricia[240]. A quien llegaba a su reino le obligaba a luchar con él con guantes de pugilato y hacía perecer a los vencidos. Cuando éste provocó a los Argonautas a la lucha, Pólux contendió con él y lo mató[241].

XVIII. LICO

Lico, rey de una isla de la Propontide[242], recibió a los Argonautas de forma hospitalaria en agradecimiento porque habían matado a Ámico, que lo hostigaba con frecuencia[243]. Durante la estancia en la corte de Lico, los Argonautas salieron a recoger heno, e Idmon, hijo de Apolo, pereció abatido por un jabalí. En el largo tiempo que les llevó darle sepultura murió Tifis, hijo de Forbante. Entonces los Argonautas entregaron el pilotaje de la nave Argo a Anceo, hijo de Neptuno.

XIX. FINEO

1. Fineo, hijo de Agénor, tracio, tuvo de Cleopatra dos hijos. A éstos su padre los había cegado por una acusación de la madrastra[244].

2. También se dice que Apolo concedió a este Fineo el don de augurar. Éste, por desvelar los designios de los dioses, fue cegado por Júpiter, y le colocó a su lado a las Harpías, que se dice que son «perras de Júpiter[245]», para que le arrebataran el alimento de su boca.

3. Tras haber llegado los Argonautas a su presencia y haberle pedido que les indicara el camino, dijo que se lo enseñaría si lo libraban de su castigo. Entonces Zetes y Calais, hijos del viento Aquilón y de Oritía, de quienes se dice que tenían alas en la cabeza y en los pies, ahuyentaron a las Harpías hasta las islas Estrófades y liberaron a Fineo de su castigo.

4. Éste les enseñó cómo podrían pasar las Simplégades. Les dijo que soltaran una paloma una vez que estas rocas se hubieran separado tras haber chocado entre sí (…)[246] ellos debían retroceder. Gracias a Fineo los Argonautas cruzaron las Simplégades.

XX. LAS ESTINFÁLIDES

Cuando los Argonautas llegaron a la isla de Día, unas aves comenzaron a herirlos con sus plumas como si fueran flechas. Al no poder hacer frente a tan gran cantidad de aves, siguiendo la advertencia de Fineo, tomaron los escudos y lanzas (y) las ahuyentaron con gran estrépito, a la manera de los Curetes[247].

XXI. LOS HIJOS DE FRIXO

 

 

1. Cuando los Argonautas se adentraron en el mar denominado Euxino a través de los peñascos Ciáneos, que son llamados rocas Simplégades, navegaron errantes y fueron llevados por voluntad de Juno a la isla de Día.

2. Allí se encontraron a los hijos de Frixo y de Calcíope: Argos, Fróntide, Melas y Cilindro, como náufragos desnudos y desvalidos. Éstos expusieron sus infortunios a Jasón diciendo que en su precipitada marcha hacia su abuelo Atamante, fueron arrojados allí a consecuencia de un naufragio. Jasón los acogió y les dispensó ayuda. Ellos condujeron a Jasón hasta la Cólquide por el curso del río Termodonte.

3. No estando ya lejos de la Cólquide, ordenaron varar la nave en un lugar oculto, se presentaron ante su madre Calcíope, hermana de Medea, y le manifestaron los favores que Jasón les había dispensado y por qué habían venido. Entonces Calcíope les habló de Medea, y la condujo junto con sus propios hijos hasta Jasón.

4. Cuando Medea lo vio, reconoció a aquel de quien se había enamorado en sueños a instancias de Juno, y le prometió todo tipo de ayuda, y lo condujeron al templo.

XXII. EETES

1. A Eetes, hijo de Sol, se le había vaticinado que había de poseer el reino tanto tiempo como permaneciera en el santuario de Marte el vellocino que Frixo había consagrado.

2. Y así Eetes impuso a Jasón la siguiente prueba[248]: si quería llevarse el vellocino de oro, debía uncir a un yugo de acero unos toros de pezuñas de bronce que exhalaban llamas por las narices, y además debía arar y sembrar los dientes del Dragón contenidos en un yelmo, de los que nacería inmediatamente una raza de hombres armados que se matarían entre sí[249].

3. Juno, por su parte, siempre deseó la salvación de Jasón, porque habiendo llegado a un río con la intención de tantear los corazones de los hombres, se hizo pasar por una anciana y se puso a pedir que la pasaran a la otra orilla. Aunque los demás que lo habían vadeado, la habían desatendido, Jasón la transportó[250].

4. Así pues, sabiendo que Jasón no podría cumplir lo mandado sin el concurso de Medea, pidió a Venus que le inspirara el amor de Medea. Jasón fue amado por ésta a instancias de Venus. Con la ayuda de aquélla, Jasón se vio libre de todo peligro. En efecto, tras haber arado con los toros y haber brotado los hombres armados, aconsejado por Medea, arrojó una piedra entre ellos. Éstos, luchando entre sí, se mataron unos a otros. Por su parte, adormecido el Dragón por una pócima, sustrajo la piel del santuario y partió con Medea rumbo a su patria.

XXIII. APSIRTO

 

 

1. Cuando Eetes se enteró de que Medea había huido con Jasón, tras haber aparejado una nave, envió a su hijo Apsirto con una escolta armada para perseguirla. Habiendo ido en su persecución hasta el palacio de Alcínoo, situado en el mar Adriático, en Istria[251], y queriendo combatir con las armas, Alcinoo medió entre ellos para que no peleasen. Tomaron a éste como árbitro, quien los emplazó para el día siguiente.

2. Como Alcínoo se encontraba un tanto triste y su esposa Arete le preguntara cuál era el motivo de su pesadumbre, dijo que había sido nombrado juez por parte de dos pueblos rivales, colcos y argivos[252]. Al interrogarle Arete qué sentencia iba a dictar, respondió Alcínoo que si Medea era virgen, se la devolvería a su padre, pero que si ya era mujer[253], se la daría a su esposo.

3. Cuando Arete oyó esto a su esposo, envió a un mensajero ante Jasón, y éste desvirgó a Medea de noche en una cueva. Al día siguiente, habiendo acudido ellos al juicio, tras haberse verificado que Medea era ya mujer, fue entregada a su esposo.

4. Sin embargo, cuando partieron, Apsirto —que temía las órdenes de su padre— los persiguió hasta la isla de Minerva. Allí, mientras Jasón estaba realizando sacrificios en honor de Minerva, apareció Apsirto y fue asesinado por Jasón. Medea dio sepultura a su cuerpo y partieron de allí[254].

5. Los colcos que habían acompañado a Apsirto, por temor a Eetes, se quedaron allí y fundaron una ciudad que llamaron Apsoris[255], a partir del nombre de Apsirto. Esta isla está situada en Istria, frente a Pula, muy cerca de la isla de Canta[256].

XXIV. JASÓN. LAS PELÍADES

 

 

1. Jasón, después de haber arrostrado tantos peligros por orden de su tío paterno Pelias, comenzó a maquinar cómo lo mataría sin levantar sospechas. Medea le prometió que ella lo haría.

2. Y así, cuando estaban ya lejos de la Cólquide, ordenó varar la nave en un lugar oculto, en tanto que ella se presentó ante las hijas de Pelias como si fuera sacerdotisa de Diana, y les prometió que ella rejuvenecería a su anciano padre Pelias. Pero Alcestis, la hija mayor, dijo que esto no podía llevarse a cabo.

3. Medea, para atraer a ésta más fácilmente a su voluntad, arrojó una oscura nube sobre ellas y, por medio de unos brebajes, realizó muchos prodigios que parecían verosímiles, e introdujo un carnero viejo en un caldero de bronce, de donde pareció que saltaba un bellísimo cordero[257].

4. Y después, de este mismo modo, las pelíades, es decir, Alcestis[258], Pelopia, Medusa, Pisidice e Hipótoe, a instigación de Medea, cocieron en el caldero de bronce a su padre muerto. Al verse burladas, huyeron de la patria.

5. A su vez Jasón, recibida una señal de Medea, se apoderó del palacio real y entregó el trono de su padre a Acasto, hijo de Pelias, hermano de las pelíades, por haber ido con él a la Cólquide. Y Jasón partió con Medea a Corinto[259].

XXV. MEDEA

1. Después de haber tenido ya Medea, hija de Eetes y de Idía, dos hijos de Jasón, Mérmero y Feres, y de haber vivido ambos en perfecta armonía, se le echaba en cara a Jasón que un hombre tan valiente, atractivo y noble, tuviera por esposa a una extranjera y además hechicera.

2. Creonte, hijo de Meneceo[260], rey de Corinto, le dio a Jasón por esposa a su hija menor Glauce. Cuando Medea se vio ultrajada por tan gran afrenta, ella, que se había portado tan bien con Jasón, impregnó una corona de oro con venenos y mandó a sus hijos que se la dieran a la madrastra como un obsequio.

3. Creusa[261], recibido el regalo, murió abrasada junto con Jasón[262] y Creonte. Medea, al ver el palacio en llamas, mató a los hijos que ella había tenido con Jasón, Mérmero y Feres, y huyó de Corinto.

XXVI. MEDEA DESTERRADA

 

 

1. Medea, desterrada de Corinto, llegó a Atenas para hospedarse en el palacio de Egeo, hijo de Pandíon, y se casó con él. De él nació Medo.

2. Más tarde la sacerdotisa de Diana comenzó a hostigar a Medea, y decía al rey que no podía celebrar piadosamente los ritos sagrados porque en esa ciudad había una mujer hechicera y criminal. Entonces fue desterrada por segunda vez.

3. Medea, por su parte, regresó de Atenas a la Cólquide en un carro tirado por dragones[263]. Durante el trayecto se detuvo en Apsoris, donde estaba enterrado su hermano Apsirto[264]. Allí los apsoritanos no podían hacer frente a una plaga de serpientes. Entonces Medea, accediendo a sus súplicas, las juntó y las arrojó a la tumba de su hermano[265]. Todavía permanecen allí y, si alguna sale fuera de la tumba, muere[266].

XXVII. MEDO

 

 

1. A Perses, hijo de Sol y hermano de Eetes, se le había vaticinado que se precaviera de la muerte a manos de un descendiente de Eetes. A Medo, mientras andaba buscando a su madre, una tempestad lo arrastró ante el rey Perses; los guardias lo condujeron prisionero ante dicho rey.

2. Medo, hijo de Egeo y de Medea, al ver que había caído en manos de un enemigo, mintió diciendo que él era Hípotes, hijo de Creonte. El rey lo investigó con gran diligencia y ordenó que fuera enviado a la cárcel. Se dice que hubo allí esterilidad y escasez de alimentos.

3. Habiendo llegado allí Medea en un carro tirado por dragones, se hizo pasar por sacerdotisa de Diana ante el rey, y dijo que ella podía conjurar la esterilidad. Y cuando oyó decir al rey que Hípotes, hijo de Creonte, estaba detenido en la cárcel, pensando que él habría llegado para vengar el ultraje infligido a su padre, allí traicionó a su propio hijo, sin saber que lo era.

4. En efecto, ella persuadió al rey de que aquél no era Hípotes, sino Medo, hijo de Egeo, enviado por su madre para matar al rey, y pidió a éste que se lo entregara para matarlo, estimando que se trataba de Hípotes.

5. Y así, cuando Medo iba a ser conducido ante ella para pagar la mentira con la muerte, al ver Medea que la realidad era distinta de como había pensado, dijo que quería conversar con él, le entregó una espada y le mandó vengar las ofensas infligidas a su abuelo[267]. Medo, oído el relato, mató a Perses y se apoderó del reino de sus antepasados. A partir de su nombre denominó a aquella tierra Media[268].

XXVIII. OTO Y EFIALTES

1. Se dice que Oto y Efialtes, hijos de Aloeo y de Ifimede, hija de Neptuno, eran de un admirable tamaño[269]. Cada mes iban creciendo nueve dedos. Y de este modo, al cumplir los nueve años[270], intentaron subir al cielo.

2. Se procuraron el acceso de la siguiente manera: colocaron el monte Osa sobre el Pelio (por lo que el Pelio es llamado también monte Osa[271]), y apilaron otros montes[272]. Descubiertos por Apolo, fueron muertos por él.

3. Otros autores, en cambio, dicen que los hijos de Neptuno y de Ifimede habían sido invulnerables. Habiendo querido violar a Diana, como ésta no podía hacer frente a sus fuerzas, Apolo envió una cierva entre ellos. Encendidos de furor, al querer matarla con sus jabalinas, se mataron mutuamente[273].

4. Se dice que sufren en los Infiernos el siguiente castigo: están amarrados con serpientes a una columna, dándose la espalda el uno al otro. Entre ellos hay un autillo[274] posado sobre[275] la columna a la que están atados[276].

XXIX. ALCMENA

1. Cuando Anfitrión se había ausentado para atacar Ecalia, Alcmena —creyendo que Júpiter era su esposo— lo acogió en su tálamo. Tras haber llegado éste al lecho nupcial y haberle referido las gestas llevadas a cabo en Ecalia, ella —creyendo que se trataba de su esposo— se acostó con él[277].

2. Júpiter yació tan a gusto con ella que suprimió un día y unió dos noches[278], de tal forma que Alcmena se extrañó de una noche tan larga. Después, cuando le anunciaron que su esposo acababa de llegar victorioso, no le dio ninguna importancia, porque pensaba que ya había visto a su esposo.

3. Cuando Anfitrión entró en el palacio y la vio indiferente y con tanta apatía, comenzó a extrañarse y a quejarse de que no lo hubiera acogido al llegar, a lo que Alcmena respondió: «Ya has venido hace tiempo, te has acostado conmigo y me has contado las gestas que habías llevado a cabo en Ecalia».

4. Al narrar ella todos los detalles, se dio cuenta Anfitrión de que alguna divinidad lo había suplantado[279]. Desde aquel día no se acostó con ella[280]. Ésta, encinta de Júpiter, dio a luz a Hércules.

pintores: Bonington

bonington

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1 RESUMEN

Pintor paisajista romantico inglés

2 BIOGRAFIA

3 OBRAS:

  • Mademoiselle Rose1821Colección particularParís.
  • La catedral y el muelle de Ruan, h. 1822Museo Británico
  • Abadía de San berlin, cerca de San Omer (Abbey of St. Berlin, near St. Omer), 1823, óleo sobre lienzo, City Museum and Art Gallery, Nottingham
  • Río francés con barcos de pesca (French River Scene with Fishing Boats)1824, acuarela sobre papel, Thomas Agnew & Sons Ltd., Reino Unido
  • Frente a la costa inglesa (At the Englisg Coast), 1825, acuarela sobre papel, Szepmuveseti Muzeum, Budapest, Hungría.
  • Vista de la Costa de Normandía1825Museo del Louvre, París
  • Arriate de Agua de Versalles (Parlerre d’eau a Versailles)1826, óleo sobre lienzo, Museo del Louvre, París.
  • Costa de Picardía, 1826, Ferens Art Gallery, Kingston upon Hull
  • Monumento al Colleone, 1826
  • Escena de playa en Normandía (Beach in Normandy), h. 1826-1827, óleo sobre lienzo, Tate GalleryLondres
  • La columna de San Marcos en Venecia (St. Mark’s Column in Venice), h. 1826-1828, óleo sobre lienzo, Tate Gallery, Londres
  • El palacio del Dogo, Venecia (The Doge’s Palace, Venice), 1827, óleo sobre lienzo, Colección Wallace, Londres
  • Francisco I y la duquesa de Etampes (Francis I and the Duchess of Etampes)1828, óleo sobre lienzo, Museo del Louvre, París.
  • Mazarino y Ana de Austria, Museo del Louvre