Villancicos 5 Sor Juana

unnamed

ASUNCIÓN, 1679

Villancicos que se cantaron en la Santa Iglesia Metropolitana de Méjico, en honor de María Santísima, Madre de Dios, en su Asunción Triunfante, y se imprimieron año de 1679.

DEDICATORIA

a la Reina del Cielo, María Santísima, concebida en gracia desde el primer instante de su ser.

HOY, VIRGEN BELLA, HA QUERIDO
a vuestros pies mi afición
ofrecer el mismo don
que de Vos he recibido.
Dadle, Señora, la mano:
pues si bien se considera,
aunque es la ofrenda grosera,
el afecto es cortesano.
El talento que he tenido,
10 traigo: recibid de grado
esto poco que he logrado,
y perdonad lo perdido.
En Vos, no en mí, acertar fío:
con que a todo el mundo muestro
que si hay algo bueno, es vuestro,
y todo lo malo es mío.

PRIMERO NOCTURNO

VILLANCICO I

DE TU LIGERA PLANTA
el curso, Fénix rara,
pára, pára;
mira que se adelanta,
en tan ligero ensayo,
a la nave, a la cierva, al ave, al rayo.
¿Por qué surcas ligera
el viento transparente?
Tente, tente,
10 consuélanos siquiera;
no nos lleves contigo
el consuelo, el amparo, el bien y abrigo.
Todos los elementos
lamentan tu partida;
mida, mida
tu piedad sus lamentos:
oye en humilde ruego
a la tierra, a la mar, al aire, al fuego.
Las criaturas sensibles
20 y las que vida ignoran,
lloran, lloran
con llantos indecibles,
invocando tu nombre,
el peñasco, la planta, el bruto, el hombre.
A llantos repetidos,
entre los troncos secos,
ecos, ecos
dan a nuestros gemidos,
por llorosa respuesta,
30 el monte, el llano, el bosque, la floresta.
Si las lumbres atenta
hacia el suelo volvieras,
vieras, vieras,
qué triste se lamenta
con ansia lastimosa
el pájaro, el cristal, el pez, la rosa.
Mas con ardor divino
ya rompiendo las nubes,
subes, subes,
40 y en solio cristalino
besan tus plantas bellas
el Cielo, el Sol, la Luna, las Estrellas.
Ya Espíritus dichosos
que el Olimpo componen,
ponen, ponen
a tus pies generosos,
con ardientes deseos,
coronas, cetros, palmas y trofeos.
No olvides, pues, Gloriosa,
50 al que triste suspira;
mira, mira
que ofreciste piadosa
ser, de clemencia armada,
auxilio, amparo, Madre y Abogada.
Estribillo
¡Sonoro clarín del viento,
resuene tu dulce acento,
toca, toca:
Ángeles convoca,
y en mil Serafines
60 mil dulces clarines
que, haciéndole salva,
con dulces cadencias saluden el Alba!

VILLANCICO II.—LATINO Y CASTELLANO

Divina Maria,
rubicunda Aurora,
matutina Lux,
purissima Rosa.
Luna, quae diversas
ilustrando zonas,
peregrina luces,
eclipses ignoras.
Angelica Scala,
10 Arca prodigiosa,
pacifica Oliva,
Palma victoriosa.
Alta mente culta,
castissima Flora,
pensiles foecundas
candida Pomona.
Tu, quae coronando
conscientias devotas,
domas arrogantes,
20 debiles confortas.
Dominando excelsa,
imperando sola,
felices exaltas
mentes, quae te adorant.
Tu sustentas, pia,
gentes quae te implorant,
dispensando gratias,
ostentando glorias.
Triumphando de culpa,
30 tremenda Belona,
perfidas cervices
dura mente domas.
Thalamos empyreos
ornas deliciosa,
amando innocentes,
discordes conformas.
Tristes te invocamus:
concede, gloriosa,
gratias quae te illustrant,
40 dotes quae te adornant.
Estribillo
¡Vive, triumpha, tranquilla, quando te adorant Seraphines cantando perpetuas glorias!

VILLANCICO III

DE HERMOSAS CONTRADICCIONES
sube hoy la Reina adornada:
muy vestida para pobre,
para desnuda, muy franca.
Con oposiciones bellas,
como Salomón la canta,
muy morena para hermosa;
para negra, muy sin mancha.
Del Cielo y tierra extranjera,
10 en ambas partes la extrañan:
muy mujer para Divina,
muy Celestial para humana.
La Naturaleza misma
duda que pudo formarla:
muy fecunda para Virgen,
muy Pura para casada.
Con admiración en ella
se ve la Ley derogada:
muy humilde para Reina,
20 muy exenta para Esclava.
Por su Caudillo la tienen
las celestiales escuadras,
para combatir, muy tierna;
para niña, muy armada.
La dignidad de que goza,
con su modestia batalla:
para mandar, muy pequeña;
para humillarse, muy alta.
Modestamente renuncia
30 los fueros que más la ensalzan:
muy Noble para pechera;
muy sujeta para Hidalga.
Une en sus divinos ojos
al temor la confïanza:
muy terrible para hermosa;
para espantar, muy amada.
Colocada en el Empíreo,
es la celestial morada
corto Solio a su grandeza;
40 a su humildad, mucho Alcázar.
Estribillo
¡Serafines alados, cantad la gala
a la Reina, que sube llena de gracias:
que, cuando contradicciones
componen sus perfecciones,
para adornarla,
variedades la visten, y nunca es varia!

SEGUNDO NOCTURNO

VILLANCICO IV

LA ASTRÓNOMA GRANDE,
en cuya destreza
son los silogismos
demostraciones todas y evidencias;
La que mejor sabe
contar las Estrellas,
pues que sus influjos
y sus números tiene de cabeza;
La que de las líneas
10 tiene más destreza,
pues para medirlas
tiene el ejemplo en sí de la más recta,
no forma astrolabios,
pues para más cierta
cantidad, se sirve
de los círculos mismos de la Esfera.
Ella hace, en los Signos,
que Cancro no muerda,
que el León no ruja
20 ni el veneno nocivo Escorpión vierta.
De benigno aspecto
es Luna serena,
con que crisis hizo
de su achaque letal Naturaleza.
De eclipse y menguantes
vive siempre ajena,
pues de su epiciclo
ni el Sol se aparta, ni la sombra llega.
Signo fué de Virgen,
30 pues entrando en Ella
el Sol de justicia,
conservó intacta virginal pureza:
en el cual, conjuntas
las Naturalezas
Divina y Humana,
causó en el Cielo la aperción de puertas.
Sus figuras fueron,
antes que naciera,
las Abigaíles,
40 las Saras, las Judithas y Rebecas.
Hoy las dignidades
goza de Planeta,
pues su gaudio y solio,
exaltación y casa, es una mesma.
Cuya planta, cuando
la eclíptica huella,
juntándose al Sol,
se exalta del Dragón en la cabeza,
ya, acabado el curso,
50 en su Casa entra:
de donde reparte
influjos saludables a la tierra.
Estribillo
¡Vengan a verla todos, vengan, vengan:
que sin compases hoy, globos, ni reglas,
mensura las alturas con sus huellas!

VILLANCICO V

Ista, quam omnibus
Caelis mirantibus,
Virginem credimus,
foecundam canimus;
Ista, quae plurimis
ornata laudibus,
se ostendit minimam,
Maxima plauditur;
Ista, quae dulciter
10 lactavit Parvulum,
quem Caeli culmina
adorant Maximum;
Quae fortis superat
serpentem callidum,
qui saevus imperat
obscuro Barathro,
dum petit lucida
Caelicum atrium,
strident cardines,
20 et ianua panditur.
Textum sideribus
induta pallium,
ornatum floribus
et rorans balsamo,
fecit ad Superos
felicem transitum:
penetrat inclita
Caelorum aditum.
Felix Empyreum
30 occupat thalamum,
vbi dignissimam
accipit laurum.
Sed satis dedimus
Virgini carminum;
iam satis lusimus
rustico calamo.
Estribillo
¡Gaudete, Caeli; exultet Angelus,
et omnes novum canamus canticum!

VILLANCICO VI

—¡PLAZA, PLAZA, QUE SUBE VIBRANDO RAYOS!
—¿Cómo? ¿Qué? —¡Aparten digo, y háganle campo¡
¡Ábate allá, que viene, y a puntillazos
le sabrá al Sol y Luna romper los cascos!

JÁCARA

Aquella Mujer valiente,
que a Juan retirado en Patmos,
por ser un Juan de buen alma,
se le mostró en un retrato;
la que por vestirse, al Sol,
10 luciente Sardanapalo,
en la rueca de sus luces
le hace hilar sus mismos rayos;
la que, si acaso se arrisca
la Dïana de los campos
a competirle en belleza,
la meterá en un zapato;
para quien son los reflejos
de los más brillantes astros,
cintillas de resplandor
20 con que teje su tocado;
la que a todo el Firmamento
con su luciente aparato,
no le estima en lo que pisa,
porque ella pisa más alto;
la que si compone el pelo,
la que si se prende el manto,
no tiene para alfileres
en todo el Cielo estrellado;
para quien las hermosuras
30 que más el Mundo ha estimado,
no sólo han sido dibujos,
pero ni llegan a rasgos;
el término de lo lindo,
el cómo de lo bizarro,
el hasta aquí de belleza,
y el más allá de milagro.
¡No es nada! De sus mejillas
están, de miedo temblando,
tamañitos los Abriles,
40 descoloridos los Mayos.
¡Los ojos! Ahí quiero verte,
Solecito arrebolado!
Por la menor de sus luces
dieras caballos y carro.
Pues a la boca, no hay símil
que venga con quince palmos:
que es un pobrete el Oriente
y el Occidente un menguado.
¿Qué más quisiera el jazmín
50 que andarse, paso entre paso,
apropiándose en su rostro
entre lo rojo lo blanco?
De las demás perfecciones
al inmenso Mare Magnum,
cíñalas la admiración,
si hay ceñidor para tanto.
Este pues, terror hermoso,
este valeroso pasmo,
este refulgente asombro,
60 y este luminoso espanto,
lo que hay de la tierra al Cielo,
con espíritu alentado,
por ser poco para un vuelo
quiere medir con un salto.
Entre, Bendita de Dios,
en el Celestial Palacio;
que entrar y salir, es cosa
en que yo ni entro ni salgo.
Otro pinte cómo rompe
70 los celestiales tejados;
que yo solamente puedo
hablar de tejas abajo.

TERCERO NOCTURNO

VILLANCICO VII

A ALUMBRAR LA MISMA LUZ,
a alegrar la misma Gloria,
a enriquecer las riquezas
y a coronar las coronas;
a hacer Cielo al mismo Cielo,
a hacer la beldad hermosa,
a ennoblecer la nobleza
y a honrar a las mismas honras,
sube la que es de los Cielos
10 honra, riqueza, corona,
luz, hermosura y nobleza,
Cielo, Perfección y Gloria.
Flamante ropa la viste,
a quien las Estrellas bordan,
en cuya labor el Sol
a ningún rayo perdona.
En oposición los Astros
lucientes tejen corona,
que se adornan de sus sienes,
20 más que sus sienes adornan.
La Luna a sus pies mendiga
todo el candor que atesora;
y ya sin temer menguantes,
plenitud de luces goza.
Perennes fuentes de luces,
confusos cuadros de rosas,
los ojos y las mejillas,
unos manan y otros brotan.
Alado enjambre celeste
30 ser quiere en volantes tropas,
si de sus flores, abejas;
de sus llamas, mariposas.
Enriquece el vago Ofir
del aire la vana pompa,
y él, de sus undosas hebras,
forma doradas garzotas.
Ramilletes teje el suelo,
el aire respira aromas,
espejos pulen las aguas,
40 y el fuego lucientes bombas.
A recibirla salieron
las Tres Divinas Personas,
con los aplausos de quien
es Hija, Madre y Esposa.
En fin, el inmenso espacio
que Febo luciente dora,
todo lo ocupan sus luces,
todo lo inundan sus glorias.
Mas las que en el Solio Regio
50 por eternidades goza,
la devoción las admire
sin profanarlas la boca.
Estribillo
¡Subid en hora buena, subid, Señora,
a que la Gloria os goce, y gozar la Gloria!

VILLANCICO VIII.—ENSALADA

Introducción
POR CELEBRAR TANTA FIESTA,
aquel Sacristán de antaño
que introdujo con su voz
gallinero en el Parnaso,
cercenando de Virgilio
y zurciendo lo cortado,
más sastre que cantor, hizo
estas coplas de retazos:
con lo cual, consiguió hacer,
10 después de estar muy cansado,
ajena toda la obra
y suyo todo el trabajo.

SACRISTÁN

Ille ego, qui quondam fui
divini Petri cantator,
dum inter omnes cantores
dixi: Arma, Virumque cano,
iam sine timore loquor,
iam sum valde confortatus,
nam cum Avem talem video,
20 non possum timere Gallum.
Sic orsus ab alto sum;
iam non Apostolos tantum:
cosas de marca maiori
cantare sum incitatus.
De Maria assumpta in Coelum
alta mysteria decanto
et subtilem testam meam
super aethera levabo,
ut omnes dicant quod mereor
30 esse, per optimos cascos,
Dominus Sacristanorum,
Monigotorum Praelatus.
Prosigue la Introducción
A la voz del Sacristán,
en la Iglesia se colaron
dos princesas de Guinea
con vultos azabachados.
Y mirando tanta fiesta,
por ayudarla cantando,
soltando los cestos, dieron
40 albricias a los muchachos.
Estribillo
Negr. 1.—¡Ha, ha, ha!
2.—¡Monan vuchilá!
¡He, he, he,
cambulé!
1.—¡Gila coro,
gulungú, gulungú,
hu, hu, hu!
2.—¡Menguiquilá,
ha, ha, ha!
Coplas
50 1.—Flasica, naquete día
qui tamo lena li glolia,
no vindamo pipitolia,
pueque sobla la aleglía:
que la Señola Malía
a turo mundo la da.
¡Ha, ha, ha! &.
2.—Dejémoso la cocina
y vámoso a turo trote,
sin que vindamo gamote
60 nin garbanzo a la vizina:
qui arto gamote, Cristina,
hoy a la fieta vendrá.
¡Ha, ha, ha! &.
1.—Ésa sí qui se nomblaba
ecrava con devoción,
e cun turo culazón
a mi Dioso servïaba:
y polo sel buena Ecrava
le dieron la libertá.
70 ¡Ha, ha, ha! &.
2.—Mílala como cohete,
qui va subiendo lo sumo;
como valita li humo
qui sale de la pebete:
y ya la Estrella se mete,
adonde mi Dioso está.
¡Ha, ha, ha! &.
Prosigue la Introducción
Los Seises de la Capilla
en docena con su canto
80 se metieron, y dos Seises
una docena ajustaron.
Y por no haber quien hiciese
los Villancicos, a mano,
de los Versículos mismos
este juguete formaron:
Coplas
La Madre de Dios bendita
se mira exaltada ya,
sobre Angelicales Coros
en el Reino Celestial.
90 —Exaltata est sancta Dei Genitrix.
—Super choros Angelorum ad Caelestia Regna.
Al Cielo subió María;
y la turba Angelical,
cantando bendice alegre
la suprema Majestad.
—Assumpta est Maria in Caelum: gaudent Angeli.
—Laudantes benedicunt Dominum.
La Virgen Madre, al Etéreo
Tálamo sube a reinar,
100 adonde en solio de estrellas
el Rey de Reyes está.
—Virgo Mater assumpta est ad aethereum thalamum.
—In quo Rex regum stellato sedet solio.
Házme digna, Virgen Sacra,
para poderte alabar;
y contra tus enemigos
dame virtud eficaz.
—Dignare me laudare te, Virgo Sacrata.
—Da mihi virtutem contra hostes tuos.

Handel Deborah

Imagen de previsualización de YouTube

DÉBORA (1733)

RESUMEN

ACT ONE 1. Overture Scene 1 (Deborah, Barak, Israelites, Officers, and Chorus of Israelite Priests) 2. Chorus ISRAELITES Immortal Lord of earth and skies, Whose wonders all around us rise, Whose anger, when it awful glows, To swift perdition dooms thy foes; Oh, grant a leader to our host, Whose name, with honour, we may boast, Whose conduct may our cause maintain, And break our proud oppressors’ chain. 3. Recitative DEBORAH O Barak, favour’d of the skies, O son of Abinoam, rise! Heav’n by thy arm his people saves, And dooms our tyrants for our slaves. BARAK O Deborah, with wise prediction blest, To whom futurity stands forth confest, Will Heav’n on me a gift so great bestow, And grace the meanest of his servants so? 4. Duet BARAK Where do thy ardours raise me? How shall I soar to fame? Shall then my conduct praise me, And thus adorn my name? DEBORAH Trust in the God that fires thee, To vindicate his laws; Act now as he inspires thee, Thou shalt revive our cause. 5. Chorus ISRAELITES Forbear thy doubts! To arms, away! Thy God commands; do thou obey. 6. Recitative BARAK Since Heav’n has thus his will express’d, Submission, now, becomes me best; But ere we stand in arms array’d, O Prophetess, implore his aid, And let uniting Judah join To supplicate the pow’r divine. 7. Soli and Chorus For ever to the voice of pray’r Jehovah lends a gracious ear. 8. Accompagnato DEBORAH By that adorable decree, That chaos cloth’d with symmetry; By that resistless pow’r that made Refulgent brightness start from shade, That still’d contending atoms’ strife, And spake creation into life; O thou supreme, transcendent Lord, Thy succours to our cries accord. 9. Chorus ISRAELITES Oh, hear thy lowly servants’ pray’r, And grant them thy propitious care. 10. Recitative DEBORAH Ye sons of Israel, cease your fears, Jehovah your petition hears: The impious chief of Canaan’s host, Who made our fall his daring boast, Shall perish on the crimson sand, Ignobly by a woman’s hand. 11. Chorus ISRAELITES Oh blast, with thy tremendous brow, The tyrants that insult us now. 12. Recitative BARAK To whomsoe’er his fate the tyrant owes, My breast no pangs of pining envy knows. Thy lovely sex, O Deborah, may claim Equal prerogative with man in fame; And none, but savage breasts alone, That charming merit can disown. 13. Air BARAK How lovely is the blooming fair, Whose beauty virtue’s laws refine, She well may claim our softest care, For sure she almost seems divine. Scene 2 14. Recitative JAEL O Deborah! Where’er I turn my eyes, Grim scenes of war, in all their horrors, rise. Oh, grant me in my green retreat, Where solitude has fix’d her seat, To live in peace, sequester’d far, From dire alarms and sanguine war. DEBORAH Hear me then, Jael! Let no fear Of proud hostility thy peace impair; For Heav’n has made thee its peculiar care. Thy virtue, ere the close of day, Shall shine with such a bright display, That thou shalt be, by all, confess’d Thy sex’s pride, divinely bless’d. 15. Air DEBORAH Choirs of angels, all around thee, Lest oppression should confound thee, Watchful wait in radiant throngs; Judah’s God, array’d in splendour, Deigns to be thy great defender From all meditated wrongs. 16. Recitative JAEL My transports are too great to tell; On the dear theme I could for ever dwell. God does not only condescend My life from danger to defend, But keeps for me such joys in store, Ambition could not ask for more. 17. Air JAEL To joy He brightens my despair, No rising pangs my peace control; He guards me with a father’s care, And pours His mercy on my soul. Scene 3 18. Recitative ABINOAM Barak, my son, the joyful sound Of acclamations all around, Gives me to know the glorious weight of cares God for thy fortitude prepares. Swift may thy virtue Judah’s hopes outrun, And make thy father boast of such a son! 19. Air ABINOAM Awake the ardour of thy breast, For victory, or death, prepare; Let all thy virtue shine confess’d, And leave the rest to Heav’n’s care. Should conquest crown thee in the field, Be humble, or if death’s thy doom, Thy life with resignation yield, And crowds will envy thee thy tomb. 20. Recitative BARAK I go where Heav’n and duty call, Prepar’d to conquer, or to fall. 21. Air BARAK All danger disdaining, For battle I glow; Thy glory maintaining, I’ll rush on the foe. Though death all around me Stalks dreadfully pale, No fear shall confound me, My cause shall prevail. 22. Chorus ISRAELITES Let thy deeds by glorious, And thy hand victorious. Scene 4 (Enter Herald from the camp of Sisera) 23. Recitative HERALD My charge is to declare From Sisera, a name renown’d in war, That he with indignation knows How you presume to be his foes: Yet such compassion in his bosom reigns, That ere he galls ye with redoubled chains, He condescends to offer these your chiefs An interview, that he may learn your griefs; And the sad waste of human blood to save, Will grant you all that slaves may dare to crave. BARAK Proud infidels! Go,let the boaster hear He breathes no wrath we condescend to fear. Tell him, besides, that Judah now prepares For interview, or battle, as he dares. (Exit Herald) Scene 5 DEBORAH Let him approach pacific or in rage, We in the cause of liberty engage. BARAK Whilst that bright motive in our bosom glows, We dread no menace, and we shun no foes. 24. Chorus ISRAELITES Despair all around them, Shall swiftly confound them, Whilst transports of joy Our praise shall employ. Hallelujah! ACT TWO Scene 1 (Deborah, Barak, Abinoam, Jael, Israelite Women, Chorus of Israelite Priests, and Sisera attended by a Chorus of the Priests of Baal) 25. Chorus ISRAELITES See, the proud chief advances now, With sullen march and gloomy brow; Jacob, arise, assert thy God, And scorn oppression’s iron rod. (Enter Sisera) Scene 2 26. Recitative SISERA That here rebellious arms I see, Proud Deborah, proceeds from thee! But, wouldst thou yet thy vain ambition cease, Whilst our affronted mercy offers peace, Bow down submissive, ere th’impending blow Lays thee, and all thy lost associates, low. 27. Air SISERA At my feet extended low, Favour by thy tears engage; Or thou soon shalt, trembling, know Slighted mercy turns to rage. 28. Recitative DEBORAH Go frown, barbarian, Where thou art fear’d: None but our God is here rever’d; Our breasts his inspiration warms, To vindicate our cause by arms; And, to thy ruin, thou shalt know What ‘tis to find that God thy foe. 29. Air DEBORAH In Jehovah’s awful sight, Haughty tyrants are but dust; Those who glory in their might, Place in vanity their trust. 30. Recitative SISERA Yes, how your God in wonders can excel, Your low captivity demonstrates well. 31. Air SISERA Whilst you boast the wondrous story Of your God’s transcendent glory, Has he free’d you from our chain? Think, oh think, to your confusion, All you trust in is illusion, All your flatt’ring hopes are vain. 32. Air BARAK Impious mortal, cease to brave us! Great Jehovah soon will save us, And his time we wait with pleasure; All his people he’ll defend, And on their oppressors send Plagues and vengeance without measure. 33. Recitative CHIEF PRIEST OF BAAL Behold the nations all around, What God like Baal is renown’d? To him your stubborn tribes would bow, Did but the slaves their duty know. 34. Chorus BAAL’S PRIESTS O Baal, monarch of the skies! To whom unnumber’d temples rise; From thee the sun, immensely bright, Receiv’d his radiant robes of light; By thee with stars the heavens glow, The ocean swells and rivers flow; The vales with verdure are array’d, The flow’rs perfume the thicket’s shade; And ‘tis by the event confess’d Thy votaries alone are bless’d. 35. Recitative CHIEF PRIEST OF THE ISRAELITES No more, ye infidels, no more! False is the god whom ye adore; A dull brute idol, whose detested shrine None but such wretches can believe divine. 36. Chorus ISRAELITES Lord of Eternity, who hast in store Plagues for the proud, and mercy for the poor; Look down, look down from thy celestial throne, And let the terrors of thy wrath be known! Plead thy just cause, thy awful pow’r disclose, Avenge thy servants, and confound their foes. 37. Recitative DEBORAH (to Sisera and his followers) By His great name, and His alone, Whose deity you dare disown, Whose kindled wrath ye soon shall know Will prove him a tremendous foe, Fly, I conjure ye, from this place, Too sacred for a throng so base. SISERA We go, but ye shall quickly mourn, In tears of blood, our dire return. 38. Soloist and Chorus DEBORAH All your boast will end in woe. SISERA Farewell, despicable foe. BAAL’S PRIEST Mighty Baal’s aid we crave. BARAK Baal has no pow’r to save. BAAL’S PRIESTS Baal’s pow’r ye soon shall know. ISRAELITES Poor deluded mortals, go! (Exeunt Sisera and Priests of Baal) 39. Recitative BARAK Great prophetess, my soul’s on fire To execute the ardours you inspire; O that the fight were now begun! My father should not blush to call me son. 40. Air BARAK In the battle, fame pursuing, We’ll with slaughter float the plains; And our tyrants, low in ruin, Soon shall wear their captives’ chains. 41. Recitative ABINOAM Thy ardours warm the winter of my age, Its weakness strengthen and its pains assuage; And well dost thou our impious foes deride, Justice is thine, and God is on thy side. 42. Air ABINOAM Swift inundation Of desolation Pour on the nation Of Judah’s foes; Can fame delight thee, Can Heav’n incite thee, They now invite thee To end our woes. 43. Recitative ISRAELITE WOMAN O Judah, with what joy I see The blessings Heav’n preserves for thee. 44. Air ISRAELITE WOMAN No more disconsolate I’ll mourn, No more sad sackcloth wear; From chains to freedom we return, To transport from despair. 45. Recitative DEBORAH Now, Jael, to thy tent retire, Our bosoms for the battle fire; But know, thy solitude will thee supply With glory that shall never die. 46. Air JAEL Oh, the pleasure my soul is possessing At the prospect of mercies so dear. May my bosom be ever expressing With what raptures my God I revere. 47. Recitative DEBORAH Barak, we now to battle go, And rush with ruin on the foe. 48. Duet DEBORAH Smiling freedom, lovely guest, Balmy source of softest joy, Mortals by thy aid are blest With such charms that never cloy. BARAK Thy dear presence to obtain, Sweetly smoothing ev’ry care, Who would dread the hostile plain, Who each danger would not dare? 49. Chorus ISRAELITES The great King of kings will aid us today; His praises let all with transport display. ACT THREE Scene 1 (Enter Deborah and Barak with the victorious army of the Israelites, return’d from the pursuit of the Canaanites, and attended with the Israelite Women. Chorus of Israelite Priests, and captives, among whom are the Priests of Baal) 50. A Grand Military Symphony and Chorus ISRAELITES Now the proud insulting foe Prostrate on the ground lies low; Broken chariots, hills of slain, Load the wide, extended plain. 51. Recitative ISRAELITE WOMAN The haughty foe, whose pride to Heav’n did soar, Is fall’n, is fall’n, and Canaan is no more. 52. Air ISRAELITE WOMAN Now sweetly smiling peace descends, And waves her downy wings; Each blessing in her train attends, Each joy around her springs. Scene 2 (To them Abinoam) 53. Recitative ABINOAM My pray’rs are heard, the blessings of this day All my past cares and anguish well repay; The soldiers to each other tell My Barak has perform’d his duty well. BARAK My honour’d father. ABINOAM O my son, my son, Well has thy youth the race of honour run. 54. Air ABINOAM Tears, such as tender fathers shed, Warm from my aged eyes descend, For joy to think, when I am dead, My son shall have mankind his friend. Scene 3 (To them Jael) 55. Recitative JAEL O Deborah, my fears are o’er; Proud Sisera is now no more. 56. Chorus BAAL’S PRIESTS Doleful tidings, how ye wound; Despair and death are in that sound. 57. Air ISRAELITE WOMAN Our fears are now for ever fled, Our eyes no more shall flow; Swift vengeance has laid low the head Of our imperious foe. 58. Recitative BARAK I saw the tyrant breathless in her tent, Her arm his soul to endless darkness sent. But see, the glad assembly wait to know How thou didst rid them of so fierce a foe. Already hast thou told it me, But the relation will please more from thee. JAEL When from the battle that proud captain fled, Vengeance divine to my pavilion led The trembling fugitive; who, pale with care, Besought me, panting, to conceal him there; With flaming thirst, and anguish in his look, He ask’d for water from the limpid brook; But milk I gave him in a copious bowl; With ecstasy he quaff’d, and cooled his soul, And then, with his laborious flight opprest, In some few moments he sunk down to rest. Then I was conscious, Heav’n, that happy hour Had placed the foe of Judah in my pow’r: The workman’s hammer and a nail I seized, And whilst his limbs in deep repose he eas’d, I through his bursting temples forc’d the wound, And rivetted the tyrant to the ground. 59. Air JAEL Tyrant, now no more we dread thee, All thy insolence is o’er; Justice to thy ruin led thee; Thou art fall’n to rise no more. 60. Recitative DEBORAH If, Jael, I aright divine, When men hereafter would proclaim All that is noble by one name, O Jael, they will mention thine. 61. Air DEBORAH The glorious sun shall cease to shed His beamy treasure from the skies; And merit shall be virtues’s dread Whene’er thy bless’d memorial dies. 62. Recitative BARAK May Heav’n, with kind profusion, shed Its chosen joys on Jael’s head. 63. Air BARAK Low at her feet he bow’d, he fell, And laid in dust his haughty head; And late posterity shall tell That where he bowed, he fell down dead. 64. Recitative DEBORAH O great Jehovah! May Thy foes Thus perish, who Thy laws oppose. But oh, let all who love Thy praise, And dedicate to Thee their days, Shine like the sun, divinely bright, When forth he marches in his might, To run his radiant race of light. 65. Chorus ISRAELITES Let our glad songs to Heav’n ascend, For Judah’s God is Judah’s friend. Oh, celebrate his sacred name, With gratitude his praise proclaim. Hallelujah! PRIMERA PARTE 1. Obertura Escena 1 (Débora, Barak, israelitas, oficiales y coro de sacerdotes israelitas) 2. Coro ISRAELITAS Inmortal Señor de la tierra y de los cielos, tus maravillas se alzan a nuestro alrededor y cuando tu terrible ira se enciende, condenas a la perdición a tus enemigos. ¡Oh, permite que nos guíe un caudillo cuyo nombre sea nuestro orgullo y honor; y cuya conducta rompa las cadenas de los que nos oprimen con soberbia! 3. Recitativo DÉBORA ¡Oh Barak, favorecido por el cielo! ¡Oh hijo de Abinoam, levántate! Por tu brazo el cielo salvará a su pueblo y convertirá a los tiranos, en nuestros esclavos. BARAK ¡Oh Débora, bendita seas, adivina, pues el porvenir te es conocido! ¿Habrá de entregarme el cielo tan gran don y así agraciar al más bajo de sus siervos? 4. Dúo BARAK ¿De dónde viene ese fuego que me inflama? ¿Cómo incrementaré mi fama? ¿Seré digno de mi conducta y así engrandeceré mi nombre? DÉBORA Confía en Dios que te insufla ese ardor para vengar sus leyes. Actúa hoy mismo, pues Él te inspira. Tú harás que nuestra causa vuelva a vivir. 5. Coro ISRAELITAS ¡Abandona tus dudas! ¡Toma las armas! ¡Tu Dios ordena y tú obedeces! 6. Recitativo BARAK El cielo ha manifestado su voluntad y la obediencia es ahora mi único camino. Antes que tomemos las armas, oh profetisa, implora Su ayuda y que Judá entera se reúna para suplicar el poder divino. 7. Solos y Coros ¡Siempre Jehová presta grata atención a la voz de la oración! 8. Recitativo Acompañado DÉBORA Por aquel decreto, que al caos vistió de simetría. Por aquel poder, que hizo emerger el brillo resplandeciente desde la oscuridad, calmando la fuerza explosiva de los átomos e insuflando vida a la creación. ¡Oh Tú, supremo, excelso Señor, por nuestros lamentos, concédenos tu salvación! 9. Coro ISRAELITAS ¡Oh, escucha la humilde oración de tus siervos y otórgales tu amoroso cuidado! 10. Recitativo DÉBORA ¡Vosotros, hijos de Israel, no temáis, pues Jehová ha escuchado vuestra petición! ¡El líder impío de las huestes cananeas que se enorgullecía de nuestra ruina, vilmente perecerá en la tierra ensangrentada por la mano de una mujer! 11. Coro ISRAELITAS ¡Oh, destruye con tu mirada terrible a los tiranos que ahora nos insultan! 12. Recitativo BARAK Mi alma, que no conoce envidia, no sufre dolor por el destino del tirano. Las mujeres, oh Débora, pueden reclamar el privilegio de la fama junto con e hombre, y nadie, salvo las almas bárbaras, pueden desconocer esa hermosa virtud. 13. Aria BARAK ¡Cuán hermosa es la belleza de la juventud, de quien refina las leyes de la bella virtud! Bien puede ella reclamar nuestros cuidados pues se nos presenta casi como divina. Escena 2 14. Recitativo JAEL ¡Oh, Débora! Donde quiera que miro, veo escenas de guerra, en todo su horror. ¡Oh, permite que en mi verde retiro, donde la soledad ha puesto su trono, viva en paz, alejada de esos terribles eventos y de la sanguinaria guerra! DÉBORA ¡Escúchame entonces, Jael! No temas que la altiva guerra destruya tu paz, pues el cielo te deparará un destino especial. Tu virtud, antes que termine el día, resplandecerá con tal brillantez que todos sabrán que Dios se ha dignado bendecir ha todo tu género. 15. Aria DÉBORA Los coros angélicos te rodean, no dejes que la opresión te confunda, pues a tu disposición están las huestes celestiales. El Dios de Judá, vestido de esplendor, se ha dignado ser tu defensor ante toda maldad. 16. Recitativo JAEL El éxtasis que siento no lo puedo explicar, pero podría vivir así por siempre. Dios no sólo es condescendiente en defender mi vida del peligro, sino que además me da tal gozo que no puedo pedir más. 17. Aria JAEL Él disipa mi desesperación y la convierte en gozo y no hay dolor que turbe mi paz. Él me protege con el cuidado de un padre, y vierte su misericordia en mi alma. Escena 3 18. Recitativo ABINOAM Barak, hijo, el gozo de todos los que me rodean, me hace saber la gloriosa carga con la que Dios te ha distinguido. ¡Ojalá que pronto tu virtud colme todas las esperanzas de Judá y haga que tu padre se enorgullezca de su hijo! 19. Aria ABINOAM ¡Que despierte el ardor de tu pecho y prepárate para vencer o morir! Permite que todos admiren tu virtud y que de lo demás se preocupe el cielo. La Victoria te coronará en el campo. Sé humilde y, si tu destino es la muerte, entrega tu vida con resignación pues las multitudes envidiarán tu tumba. 20. Recitativo BARAK Iré a donde el cielo y el deber me llamen, dispuesto a conquistar o caer. 21. Aria BARAK Desprecio todo peligro y estoy ansioso de ir a la batalla. Me apresuraré a caer sobre el enemigo para mantener tu gloria y aunque me abrace la muerte, orgullosa, terrible y pálida, no me confundirá el temor pues ante todo, prevalecerá mi deber. 22. Coro ISRAELITAS Que tu mano victoriosa alcance hazañas gloriosas. Escena 4 (Llega un heraldo del campamento de Sísare) 23. Recitativo HERALDO Sísare, el invicto guerrero, habla por mi boca. He sabido con indignación que os jactáis de ser mis enemigos, pero tal es la compasión que reina en mi pecho que antes de que os engrille con doble cadena, generoso ofrezco a vuestros jefes una entrevista, para que yo pueda conocer vuestras penas y evitar así pérdida de sangre. Os garantizaré a todos lo que cualquier esclavo puede anhelar. BARAK ¡Soberbio infiel! Ve y dile a ese embustero que no le tememos. Hazle saber que Judá está preparado para mantener con él una entrevista, un combate o lo que él prefiera. (Sale el heraldo) Escena 5 DÉBORA ¡Que venga en paz o armado, nosotros estamos comprometidos con la causa de la libertad! BARAK Mientras ese anhelo brille en nuestras almas, no cederemos ante las amenazas o el combate. 24. Coro ISRAELITAS Que la desesperación les rodee y rápidamente caigan confundidos. En tanto que nuestros himnos de alabanza sirvan como éxtasis de júbilo. ¡Aleluya! SEGUNDA PARTE Escena 1 (Débora, Barak, Abinoam, Jael, mujer israelita, coro de sacerdotes israelitas y Sísare acompañado por un coro de sacerdotes de Baal) 25. Coro ISRAELITAS ¡Ved como el soberbio tirano ya avanza con paso amenazante y terrible expresión! ¡Jacob, levántate y defiende a tu Dios! ¡Rechaza el yugo de acero de la opresión! (Entra Sísare) Escena 2 26. Recitativo SÍSARE ¡Estas tropas rebeldes que veo aquí, altiva Débora, están a tu favor! Pronto cesará tu vana ambición cuando mi despreciada compasión te ofrezca la paz. ¡Sométete antes que descargue el golpe! ¡Humíllate tú y todos tus aliados! 27. Aria SÍSARE Que favorecidos por tus lágrimas se humillen a mis pies, o pronto sabrás, temblando, que cuando se la insulta, la compasión se convierte en cólera. 28. Recitativo DÉBORA ¡Vete rabiando, bárbaro, allí a donde te teman! Nadie es reverenciado aquí, sino nuestro Dios; su aliento reconforta nuestros corazones para vengar nuestra causa mediante las armas. Ya sabrás por tu ruina, lo que es tener a Dios por enemigo. 29. Aria DÉBORA Ante la terrible mirada de Jehová los tiranos altaneros sólo son polvo; y aquéllos que en el poderío de estos ponen su esperanza, lo hacen en vano. 30. Recitativo SÍSARE Sí, vuestro dios hace maravillas, bien lo demuestra vuestro humillante cautiverio… 31. Aria SÍSARE Como os jactáis de la historia milagrosa de vuestro Dios. ¿Acaso os ha liberado de vuestras cadenas? Toda vuestra confianza es vana ilusión; todas vuestras esperanzas, vanidad. 32. Aria BARAK ¡Mortal impío, deja de afrontarnos! Esperamos ansiosos la hora en que Jehová el Grande nos salvará. Él amparará a todo su pueblo y a sus opresores les enviará plagas y venganzas sin número. 33. Recitativo SUMO SACERDOTE DE BAAL ¡Ved como todas las naciones reconocen a Baal! Ante él, vuestras testarudas tribus deberían inclinarse, pues los esclavos saben cual es su deber. 34. Coro SACERDOTES DE BAAL ¡Oh Baal, monarca de los cielos, a quien se le levantan innumerable templos! De ti, el sol recibe sus vestiduras de luz y brilla con gran magnitud. Por ti, los cielos se llenan de estrellas, el océano se ensancha y los ríos fluyen; los valles se visten con verdor, las flores perfuman la sombra de los arbustos y sólo tus devotos son bendecidos con tus dones. 35. Recitativo SUMO SACERDOTE DE LOS ISRAELITAS ¡Basta, infieles, es suficiente! ¡Falso es el dios que adoráis! Un ídolo bárbaro, cuyos despreciables altares sólo los malditos podrían creerlos divinos. 36. Coro ISRAELITAS ¡Señor eterno, que tienes en tu poder plagas para el orgulloso y paz para el pobre, míranos, míranos desde tu trono celestial y que sea conocido el terror de tu ira! Defiende nuestra justa causa con tu terrible poder y confunde a los enemigos de tus siervos. 37. Recitativo DÉBORA (a Sísare y a sus seguidores) Por su grandioso nombre, y sólo por él, cuya deidad vosotros osáis no querer reconocer, pronto conoceréis que es un tremendo rival. Iros y dejad este lugar sacrosanto para un séquito tan indigno. SÍSARE Nos iremos pero pronto conoceréis, con lágrimas de sangre, nuestro terrible regreso. 38. Solos y Coro DÉBORA Todos tus embustes terminarán en dolor. SÍSARE ¡Adiós, despreciables enemigos! SACERDOTE DE BAAL ¡Rogamos el socorro del poderoso Baal! BARAK ¡Baal no tiene poder para salvaros! SACERDOTES DE BAAL ¡El poder de Baal pronto se habrá de manifestar! ISRAELITAS ¡Pobres y defraudados mortales, iros! (Salen Sísare y los sacerdotes de Baal) 39. Recitativo BARAK ¡Gran profetisa, mi alma arde por llevar a cabo la misión que me has inspirado! ¡Oh, si empezase en este momento la batalla, mi padre no se avergonzaría de llamarme su hijo! 40. Aria BARAK En la batalla conseguiremos la fama arrasando mortalmente las llanuras y así los tiranos, arruinados, pronto usarán las cadenas de sus prisioneros. 41. Recitativo ABINOAM ¡Tu ímpetu da fuego a mi edad invernal, fortalece su debilidad y calma el dolor! ¡Te burlarás de nuestros impíos rivales, pues la justicia es tuya y Dios está de tu lado! 42. Aria ABINOAM La desolación arrasará como una inundación la tierra de los enemigos de Judá. La fama puede regocijarte y el cielo incitarte, pues ahora te invitan a exterminar a nuestros enemigos. 43. Recitativo MUJER ISRAELITA ¡Oh Judá, con qué gozo veo las bendiciones que el cielo te ha reservado! 44. Aria MUJER ISRAELITA Nunca más lloraré desconsolada y nunca más usaré el cilicio pues venimos desde las cadenas a la libertad y desde la desesperación a la felicidad. 45. Recitativo DÉBORA Ahora, Jael, regresa a tu tienda. Nuestros corazones arden por luchar y debes saber que tu petición te será premiada con la gloria eterna. 46. Aria JAEL ¡Oh, que placer hay en mi alma al saber de tan querida misericordia! ¡Que mi alma siempre exprese el éxtasis con que adoro a mi Dios! 47. Recitativo DÉBORA ¡Barak, vayamos a la batalla, y apresurémonos a llevar ruina a nuestro enemigos! 48. Dúo DÉBORA Sonriente libertad, querida invitada y fuente balsámica del más suave gozo, los mortales por tu ayuda están bendecidos con tal ternura, que nunca se sacian. BARAK Para conseguir tu deseada presencia, que dulcemente calma toda preocupación, ¿quién temería la hostilidad de la estepa? ¿quién no se atrevería al peligro? 49. Coro ISRAELITAS ¡El gran Rey de Reyes nos ayudará hoy! ¡Que todos, con éxtasis, lo alaben! TERCERA PARTE Escena 1 (Entra Débora y Barak con el ejército victorioso de los israelitas que vuelven de perseguir a los cananeos y son atendidos por las mujeres. Coro de sacerdotes israelitas y cautivos, entre los que están los sacerdotes de Baal) 50. Sinfonía militar y Coro ISRAELITAS ¡Ahora el orgulloso y blasfemo enemigo está postrado en el suelo! Carruajes partidos y montañas de muertos cubren la extensa planicie. 51. Recitativo MUJER ISRAELITA El altivo enemigo, cuyo orgullo llegaba al cielo, ha caído, ha caído y Canaán ya no existe. 52. Aria MUJER ISRAELITA Ahora, la dulce y sonriente paz desciende cubriéndonos con sus alas. Nos trae toda clase de bendiciones y todo es gozo a su alrededor. Escena 2 (Abinoam se dirige a ellos) 53. Recitativo ABINOAM Mis oraciones han sido oídas y las bendiciones de este día han curado las angustias del pasado. Los soldados, entre ellos, dicen que mi Barak ha cumplido fielmente con su deber. BARAK ¡Mi honorable padre! ABINOAM ¡Oh mi hijo, hijo mío! ¡Tu juventud te ha guiado por la ruta del honor! 54. Aria ABINOAM Mis lágrimas, como corresponde a un padre, calientes y alegres manan de mis ancianos ojos, al saber que, cuando esté muerto, mi hijo tendrá a la humanidad como amigo. Escena 3 (Jael se dirige a ellos) 55. Recitativo JAEL ¡Oh Débora, han terminado mis temores, pues el orgulloso Sísare ya no existe. 56. Coro SACERDOTES DE BAAL Tristes noticias, las que pronunciáis. Sólo desesperación y muerte hay en ellas. 57. Aria MUJER ISRAELITA Nuestros temores han desaparecido por siempre y no llorarán más nuestros ojos. La rápida venganza ha derribado la cabeza del enemigo que nos dominaba. 58. Recitativo BARAK El tirano estaba sin aliento en su tienda cuando el brazo de Jael envió el alma de Sísare a la perpetua oscuridad. Pero mira, la feliz asamblea espera saber cómo les has librado de tan feroz enemigo. Ya me lo has contado a mí, pero la narración será mejor si sale de tus labios. JAEL Cuando huía de la batalla el orgulloso tirano, la venganza divina lo condujo, temeroso y fugitivo, hasta mi tienda. Pálido de temor me rogó, agitado, que lo escondiera allí. Tenía una enorme sed y, con mirada angustiosa, me pidió agua del límpido arroyo. Yo le di de beber leche de un pocillo y con ansia sació su sed. Entonces, cansado por la forzada huida, en un instante se quedó dormido. Me di cuenta que el cielo, en ese afortunado momento, había puesto en mi poder al enemigo de Judá. Tomé el martillo y la estaca del carpintero y, mientras que él aliviaba sus miembros en profundo descanso, forcé la herida de su sien reventada y clavé al tirano en el suelo. 59. Aria JAEL ¡Tirano, ya no te temeremos más! Todas tus insolencias han terminado. La justicia te ha conducido a la ruina y te has derrumbado para nunca más levantarte. 60. Recitativo DÉBORA Jael, si mi predicción es correcta, cuando los hombres proclamen un solo nombre para referirse a todas las cosas nobles, ¡oh Jael, ese nombre será el tuyo! 61. Aria DÉBORA El sol glorioso cesará de verter su radiante tesoro desde los cielos y el mérito será el enemigo de la virtud, si alguna vez desapareciese tu bendito recuerdo. 62. Recitativo BARAK ¡Que el cielo, con bondadosa abundancia, vierta toda clase de gozos sobre la cabeza de Jael! 63. Aria BARAK Él se inclinó a sus pies y cayó, y descansó su orgullosa testa en el polvo, y la prosperidad contará que donde él se inclinó, cayó muerto. 64. Recitativo Acompañado DÉBORA ¡Oh, gran Jehová! Que tus enemigos y los que se oponen a tus leyes perezcan de este modo. ¡Pero oh, que todos los que desean alabarte y dedican a Ti todos sus días, brillen con un resplandor divino como el sol, cuando Él venga en toda su gloria para guiar a su radiante pueblo a la luz. 65. Coro ISRAELITAS ¡Que nuestros cánticos de alegría suban al cielo, porque el Dios de Judá, es ahora su amigo! ¡Oh, load su santo nombre y con gratitud proclamad su alabanza! ¡Aleluya! Escaneado por: Ragel P.J. Traducido por: Osvaldo Castro 2004 fuente : kareol.es

Villancicos 4 Sor Juana

tumblr_mo4mvpuKjE1r4zr2vo1_r2_500

SAN PEDRO APÓSTOL, 1677

Villancicos que se cantaron en la S. I. Catedral de Méj., a los Maitines del gloriosísimo Príncipe de la Iglesia, el Sr. San Pedro, Año de 1677, en que se imprimieron.

DEDICATORIA

Al Sr. Lic. D. García de Legaspi, Velasco, Altamirano y Albornoz, Canónigo de esta S. I. Catedral de Méjico, etc.

Señor mío: ofrézcole a V. S. los Villancicos que, para los Maitines del Príncipe de los Apóstoles S. Pedro, hice como pude a violencia de mi estéril vena, poca cultura, corta salud, y menos lugar por las indispensables ocupaciones de mi estado.
Lo festivo de sus alegorías se debe a la fiesta; y sobre el común privilegio de versos, tienen amplia licencia en la imitación de mi gran Padre S. Jerónimo, que en una Epístola ad
10 Eustochium dice: Festus est dies, et natalis B. Petri: festivius
est solito condiendus; ita tamen, ut Scripturarum cardinem iocularis sermo non fugiat. Lo que tienen de malos, sanar puede a la sombra de Pedro; aunque he advertido que para sanar el mal de unos pies (tal es el más incurable de los versos), se valió de su mano. Imagen y viva sombra de sus padres son los hijos que, con la imitación de sus ejemplos, si no igualan, a lo menos siguen el tamaño de sus virtudes y grandeza de sus hazañas. Séalo V. S. de su Padre S. Pedro, por lo Eclesiástico, ya que en lo natural y político es glorioso esplendor
20 de sus nobilísimos progenitores; y dé la mano de su favor a
mis versos, para que corran como buenos a la sombra de su patrocinio. Para conseguirla no alego más títulos, porque no quiero adelantarle a V. S. en el rostro, el color que desea la púrpura en sus vestidos, ambiciosa de reteñirse en el Capelo con el lustre y honor de su sangre. Tampoco excuso la pequeñez de lo que ofrezco, porque como hija de S. Jerónimo, quiero que V. S. la excuse con sus palabras, en la Epístola ad Marcellam, reconociendo en lo pequeño del don, lo consagrado de la voluntad que lo ofrece: Quia velatae Virginis munus est,
30 aliqua in ipsis munusculis esse mysteria demonstremus.
Guarde Dios a V. S. como deseo. Es de este Convento de N. P. S. Jerónimo, Junio 20 de 1677 años.
B. L. M. D. V. Señoría, su más afecta servidora, que más le estima,
JUANA INÉS DE LA CRUZ

PRIMERO NOCTURNO

VILLANCICO I

Estribillo
¡SERAFINES ALADOS, CELESTES JILGUEROS,
templad vuestras plumas, cortad vuestros ecos,
y con plumas y voces aladas,
y con voces y plumas templadas,
cantad, escribid de Pedro los hechos!
¡Y con plumas y voces
veloces,
y con voces y plumas,
las sumas
10 cantad, escribid, de los hechos de Pedro!
Coplas
Reducir a infalible
quietud, del viento inquieto las mudanzas,
es menos imposible
que de Pedro cantar las alabanzas,
que apenas reducir podrán a sumas
de las alas Querúbicas las plumas.
Más que al Cielo de estrellas,
número hay de excelencias que le asista;
¿pues qué diré de aquellas
20 que imperceptibles son a nuestra vista?
¿Si a decir las sabidas no acertamos,
cómo podré cantar las que ignoramos?
Poner Pedro la planta
adonde Cristo la cabeza puso,
misterio es, que adelanta
el respeto que el Cielo nos impuso:
pues de besar el pie Cristo se precia
a Pedro, por Cabeza de la Iglesia.
Que él es Pedro, responde
30 Cristo, cuando él Dios vivo le ha llamado;
porque tal gloria esconde
este nombre de Pedro venerado,
que no hallando a su fe qué satisfaga,
sólo en llamarle Pedro, Dios le paga.
No le dijo que él era
Cabeza de la Iglesia Militante,
ni que era la primera
Puerta para pasar a la Triunfante,
ni que a la redondez que alumbra el día
40 su pescador anillo ceñiría.
Ni que, entre justos tantos,
tendrá el primer lugar entre los hombres;
gocen allá otros Santos
de gloriosos altísimos renombres,
cual la palma inmortal, cual verde cedro:
que a mi Pedro le basta con ser Pedro.
Pues si tal enseñanza
nos muestra vuestro título y nobleza,
y que vuestra alabanza
50 encierra en vuestro nombre más grandeza,
no quiero yo alabaros de otro modo:
Pedro sois, y en ser Pedro lo sois todo.

VILLANCICO II

Estribillo
¡EA, NIÑOS CRISTIANOS, VENID A LA ESCUELA,
y aprended la Doctrina con muchas veras!
¡Ved, que espera el Maestro! ¡Apriesa, apriesa, apriesa!
¡Corred, llegad, mirad que os ganan la palmeta!
Coplas
Escribid, Pedro, en las aguas
todas las hazañas vuestras,
que aunque las letras se borren,
a bien que les quedan lenguas.
De plana os sirvan los mares,
10 y el remo la pluma sea,
que al corte de vuestros puntos
aun no basta su grandeza.
Pautad primero la plana
y dibujadnos la letra,
que en faltando vuestro lapis
ninguno a escribir acierta.
A fe que en el A B C
tenéis la mayor rudeza,
pues en conocer el Christus
20 os mostrasteis una Piedra.
No escribáis letra bastarda,
que si a vuestra mano llega,
perderá el nombre bastardo
por ser hija de la Iglesia.
La letra antigua dejadla
que la escriban los Profetas,
pues vos podéis en un Credo
escribir letra moderna.
La grifa y la italiana,
30 por gala podéis saberlas:
mas la romanilla os toca,
pues sois de Roma cabeza.
Escribid de liberal,
soltad al pulso la rienda,
pues el Cielo da por libre
lo que vuestra mano suelta.
Eternos vuestros escritos
conservarán su pureza,
sin que ni aun contra una coma
40 el hereje prevalezca.
Y no menos que la vida
os costará su defensa:
mas ánimo y escribid,
que la letra con sangre entra.

VILLANCICO III

Coplas
AQUEL CONTADOR
Mayor de la Iglesia,
que lo que él ajusta,
pasa Dios en cuenta:
Clavero, que guarda
todas sus riquezas,
y de sus tesoros
suele hacer dispensas,
prende a los deudores,
10 y si acaso niegan,
también con censuras
fuertes los apremia;
pero con los pobres
usa de clemencia,
y con confesarla
perdona la deuda.
A los aprendices
que tiene en su Escuela,
la regla de Tres
20 en un Credo enseña.
Pudiera del Cielo
sumar las estrellas,
del suelo las flores,
del mar las arenas.
Dios es la Unidad,
que su cuenta encierra,
y el cero del Orbe
sirve a sus decenas.
Suma según arte
30 y según conciencia,
pues de cada diez
vemos que uno lleva.
En un Templo, un día,
hizo con presteza
de unos pies quebrados
corriente moneda.
Suma los quilates
que de su fe acendra,
porque son de oro
40 todas sus finezas,
bien que alguna vez,
con inadvertencia,
negó una partida
por yerro de cuenta;
mas luego, soldando
de su fe la quiebra,
lo que faltó en oro,
satisfizo en perlas.
Hoy hace el Cuadrante,
50 y con Su Excelencia
y el noble Cabildo
reparte la hacienda.
Es gloria mirar
cómo les entrega
primicias de gracias,
diezmos de indulgencias.
Estribillo
¡Contador divino, cuenta, cuenta, cuenta,
y de tu libro borra las deudas nuestras;
y pues tienes en contar
60 destreza tan singular,
que multiplicas, sumas, partes, y restas,
multiplica las gracias y parte las penas!

SEGUNDO NOCTURNO

VILLANCICO IV

Coplas
Ille qui Romulo melior
Urbem condidit invictam,
et omnium terrarum urbium
fecit ut esset Regina:
per quem, Catholicae fidei
exculta vera doctrina,
discipula est Veritatis
quae erat erroris Magistra:
cuius ornata praesidio,
10 multo fortius est munita
humilitate Christiana
quam bellica disciplina:
qui effuso sanguine proprio
maculam detersit illam,
qua surgentis moenia Romae
manus polluit fratricida:
per quem Universi Caput
meliori titulo dicta,
Crucis erigit trophaeum,
20 corona decorum trina:
qui Pastor est animarum,
cui sunt a Christo commissa
quae pascua virentia semper
ovibus ipse distribuat:
qui Regni Caelorum claves
torquet, et aequa iustitia,
quae in terris ligat et solvit,
in Caelo solvit et ligat,
annis meritisque plenus
30 mortalem deserit vitam
ut, qui Apostolicam habuit,
aeternam Sedem accipiat.
Caelesti accensus ab igne
Lux apparet peregrina,
et nova lucida Stella
divino fulgore micat.
Sydere Iulii fulgentior,
lumina inter matutina,
quas ante rexerat terras,
40 luce respicit benigna.
Estribillo
Gaudete, Caeli! Exultate, Sydera,
quia inter vos nova Stella lucet affixa,
cuius caelesti candore
novo fulgent splendore
ampla Caeli domicilia!
Gaudete, Caeli! Exultate, Sydera!

VILLANCICO V

Estribillo
¡OIGAN, OIGAN, DEPRENDAN VERSOS LATINOS,
porque Pedro les tiene muy bien medidos!
¡Óiganme los poetas! ¡Oigan, señores,
de que de Mínimos, Pedro sube a Mayores!
Coplas
Mayores a Pedro aplace
enseñar con mil primores,
y así hace
de la clase de Mayores
prima clase.
10 Cuantidad Latina y Griega
en Cristo su fe aprendió,
aunque ciega,
pues en Él el Alpha vio,
et Omega.
También su Diptongo ha sido,
pues dos letras que en Él vienen
se han unido,
y entrambas juntas retienen
su sonido.
20 Humildad tanta tenía,
que con conocer cuán diestro
componía,
los pies aun de su Maestro
escondía.
Viendo a Malco sin mensura,
del furor a que le incita
su locura,
le puso con sangre escrita
la cesura.
30 A su Maestro vengando,
un verso heroico empezó;
mas negando,
el pentámetro imitó
Entonces mudos enojos
su negación condenaron;
y en despojos,
las sílabas liquidaron
de sus ojos.
40 Creció con el escarmiento;
y con mayor perfección
halló atento,
después de declinación,
En las sílabas concede,
que se pueda recoger
la que excede,
porque él solo conceder
Breves puede.
50 De todo, en fin, despedido,
sólo hacer sáficos precia
comedido,
y en los himnos se ha metido
de la Iglesia.

VILLANCICO VI

Estribillo
¡OIGAN UN SILOGISMO, SEÑORES, NUEVO,
que solamente serlo tendrá de bueno!
Es punto tan escondido
y misterio tan subido,
que ni en la Antigüedad cupo
ni Aristóteles lo supo,
de donde ser nuevo pruebo.
¡Oigan un Silogismo, señores, nuevo!
¡A los Lógicos digo: sic argumentor!
Coplas
10 Cual Sumulista pretendo
iros, Pedro, replicando;
y pues vos, a lo que entiendo,
hicisteis juicio negando,
yo haré discurso infiriendo.
¿Quién os trajo a tanto mal,
que al mismo que antes, altivo,
con ánimo sin igual,
confesasteis por Dios vivo,
negáis por Hombre mortal?
20 Dejadme, pues, que me asombre,
que al Hijo del Hombre allí
le deis de Dios el renombre,
y al Hijo de Dios aquí
le neguéis conocer Hombre.
Mirad, que en esta ocasión,
como es Dios-Hombre un compuesto
por hipostática unión,
para negar el supuesto
no os vale la distinción.
30 Mal lógico, Pedro, estáis,
pues cuando a Dios conocéis
y por tal le confesáis,
antes se lo concedéis
y ahora se lo negáis.
Dicen que las señas son
las que os hacen más patente,
y sin mirar la ilación,
dejando el antecedente,
le negáis la conclusión.
40 Si de una mujer la ciencia
tiene razones precisas,
mirad, Pedro, que es violencia,
concedidas las premisas,
negarle la consecuencia.
¿Quién de vos, Pedro, dijera,
siendo de ciencia un abismo,
que el argumento temiera,
pues el Evangelio mismo
dice que os hicisteis fuera?
50 Mejor las razones hila
vuestro acero sin misterio,
pues cuando su corte afila
contra Malco, arguye en “ferio”,
y en “caelarem” con la ancilla.
Vuestros bríos arrogantes
negaron con juramento
el que le servisteis antes:
pues, Pedro, no hay argumento
contra “principia negantes”.
60 Mas ya veo que advertido,
viendo el caso sin remedio,
lloráis como arrepentido;
que es arte de hallar el medio
de no quedar concluido.

TERCERO NOCTURNO

VILLANCICO VII.—JÁCARA

Estribillo
¡HOLA! ¿CÓMO? ¿QUE A QUIÉN DIGO?
Salgan todos los maestros;
que yo se la doy de cuatro
y se la daré de ciento,
al que tomare la espada con Pedro,
y a la furia de sus manos
metiere los cascos sanos,
y no los sacare abiertos.
¡Oigan el cartel, oigan, que a todos reto!
Coplas
10 Allá va, cuerpo de Cristo,
de Esgrima el mayor maestro,
que amilanó a los Carranzas,
que arrinconó a los Pachecos:
el que por alcanzar más,
tuvo lugar más supremo,
pues por la gracia de Dios
estuvo en ángulo recto:
el que de la esgrima supo
tan bien mostrar los preceptos,
20 que para la regulada
puso en su vida el ejemplo:
a quien compases de Euclides
son de muy poco momento,
porque dice que ir no puede
con paz y guerra un sujeto:
el que riñendo y negando,
ya con valor, ya con miedo,
usó del tajo con Malco
y el revés con su Maestro.
30 Y no fue mucho, a fe mía,
porque bajando y subiendo,
movimiento natural
fue el uno, el otro violento.
Viendo la treta de Malco,
se la penetró tan diestro,
que sin valerle el atajo,
hizo la ganancia Pedro,
pues libertando el alfanje
y dando con el pie izquierdo
40 compás curvo, le alcanzó
a herir el lado derecho.
Al tiempo que Malco ufano
blasonaba de soberbio,
le hirió, porque nadie supo
dar heridas tan a tiempo.
Y aunque de la garatusa
tuvo noticia, y del quiebro,
le dio con la irremediable,
al gallinazo venciendo.
50 Era Malco un miserable,
y compasivo de verlo,
quiso darle heridas francas,
pues no le daba dineros.
No le pudo su contrario
ofender en un cabello,
porque acertó en la pendencia
a proporcionar el medio.
Mas llegando al estrechar,
una mozuela, riñendo
60 con flaqueza sobre fuerza,
le hizo perder sus alientos.
Hirióle en lo más sensible;
mas ¿qué mucho, si perdiendo
la rectitud, fue preciso
dejar sin defensa el cuerpo?
Mas haciendo, al mismo punto,
de conclusión movimiento,
de suprema dignidad
gozó su treta los fueros.

VILLANCICO VIII.—ENSALADA

Introducción
EN EL DÍA DE SAN PEDRO,
por grandeza de sus Llaves,
como es fiesta de Portero,
se da la entrada de balde.
Con aquesta ocasión, pues,
entraron a celebrarle
de lo mejor de los barrios
multitud de personajes.
El primero fue un Mestizo
10 que, con voces arrogantes,
le disparó estos elogios
disfrazados en coraje.
Glosas
Hoy es el Señor San Pedro
que fue la Piedra de Cristo,
y allá en el Huerto, orejano
se hizo de piedra y cuchillo.
Y no fue mucho milagro
que mostrase tantos bríos,
pues del barrio de San Juan
20 se dice que era vecino.
Cobró con aquesto fama
de tan valiente y temido,
que le ayunan las vigilias
hasta sus amigos mismos.
Estuvo preso una vez
con tan cercano peligro,
que librarse de la muerte
fue milagro conocido.
Por aquesto y otras cosas,
30 por guardar el individuo,
ganó la Iglesia, y en ella
fue perpetuo retraído.
Esto fue en su mocedad,
que después fue Dios servido
que murió como un Apóstol,
mas sin dejar el oficio.
Prosigue la Introducción
Después de éste, un Portugués,
preciado de navegante,
como era ya hombre a la mar,
40 quiso a los mares echarse.
Y mirando en alta mar
de Pedro la hermosa Nave,
por ayudarla con soplos
echó sus coplas al aire.
Coplas
Timoneyro, que governas
la Nave do el Evangelio,
e los tesouros da Igrexa
van a tua maun sugeitos:
mide a equinoccial os grados
50 e de o Sol o apartamento,
pois en todo o mundo tein
de servir tuo deroteiro.
Ollái, que por muita altura
perdiste o conocimento,
e se escondió no Orizonte
o Norte de tu governo.
Cristo es tua Estrella polar,
e se a su luz atendendo
se naon inclina tu aguja,
60 va perdido o regimento.
Navegasáon mais segura
podes tener en ti mesmo,
pois dan tuos ollos dos mares
e tus suspiros dan vento.
Los tesouros de la gracia
pasar en tua Nave veo,
desde las Indias de o mundo
a la Lisboa do Ceo.
Estribillo
¡A la proa, a la proa, a la proa, Timoneyro,
70 que face o mar tranquilo e sopra o vento,
e faz el porto salva, todos dicendo:
Buen viage, buen vïage, marineyros,
que a mar se faz la Nave de San Pedro!
Prosigue la Introducción
Temblando, después, del Gallo,
cantó un Sacristán cobarde,
que un gallina no fue mucho
que con el Gallo cantase.
Mezcló Romance y Latín,
por campar, a lo estudiante,
80 en el mal Latín lo gallo,
lo gallina en buen Romance.
Coplas
Válgame el Sancta Sanctorum,
porque mi temor corrija;
válgame todo Nebrija,
con el Thesaurus Verborum:
éste sí es Gallo gallorum,
que ahora cantar oí:
—¡Qui-qui-riquí!
Yo soy todo un alfiñiqui;
90 pues, Cielos, ¿qué es lo que medro
con Gallo que espantó a Pedro?
Metuo, timeo malum mihi.
¿Sólo por un tiqui-miqui
me tengo que estar aquí?
—¡Qui-qui-riquí!
Bien es que el riesgo repare,
pues no me anima el amar,
que Pedro supo juntar
el flevit con el amare;
100 pero si a mí me matare,
nullus plorabit por mí.
—¡Qui-qui-riquí!
Ignotus Gallus has sido,
y mal el temor resiste;
porque nunca visto fuiste,
pues no eres nunca oído;
Gallo tan desconocido,
sin duda, que es quis vel qui.
—¡Qui-qui-riquí!
110 Pienso, con el sobresalto,
Gallo, que ya me galleas,
¡Oh quién fuera ahora Eneas,
por ser sic orsus ab alto!
¿Por qué me das tal asalto?
¡Responde mihi vel mi!
—¡Qui-qui-riquí!
Luego que Petrus negavit,
este Gallo con su treta
le empezó a dar cantaleta:
120 continuo Gallus cantavit.
Si sic a Pedro, qui amavit,
le fue, ¿qué será de mí?
—¡Qui-qui-riquí!
Éstos fueron los Maitines,
sin ponerles ni quitarles;
si no tuvieron elogios,
no carecieron de Laudes.