Villancicos 9 Sor Juana

Le_Repas_d'Emmaüs (1)

SAN JOSÉ, 1690

Villancicos con que se solemnizaron, en la S. I. Catedral de la Puebla de los Ángeles, los Maitines del gloriosísimo Patriarca Señor San José, año de 1690.

DEDICATORIA AL MISMO SANTO

DIVINO JOSÉF: SI SON
vuestras glorias tan inmensas,
que ignorándolas ninguno,
no hay alguno que las sepa
—pues aunque es notoria a todos
vuestra Dignidad suprema,
se sabe que es grande, pero
no se mide su grandeza—,
el no saber yo decir
10 de Vos lo que nadie acierta,
será sobra del asunto,
no del cariño tibieza.
Recibid éste; y ya que
por indigno no merezca
atenciones de tributo
ni aceptaciones de ofrenda,
al menos merezca ser
índice de una fineza
que piensa de vuestras glorias
20 todo aquello que no piensa,
Vuestra esclava, aunque indigna,
Juana Inés de la Cruz

PRIMERO NOCTURNO

VILLANCICO I

Estribillo
Coro 1.—¡AY, AY, AY, CÓMO EL CIELO SE ALEGRA!
Coro 2.—Mas ¡ay, ay, ay, que se queja la Tierra!
¡Ay, cómo gime,
1.—¡Ay, cómo suena,
2.—llorosa,
1.—festivo,
el Cielo!
2.—la Tierra!
¡Ay, que se queja!
1.—¡Ay, que se alegra!
1.—El Cielo se alegra de que a José goza.
10 2.—Y porque lo pierde la Tierra, lo llora.
1.—Llore en buen hora,
que el Cielo se alegra.
2.—¡Ay, ay, ay, que se queja la Tierra!
1.—Mas ¡ay, ay, ay, que el Cielo se alegra!
Coplas
2.—Como aun después de su muerte
la Tierra lo poseía,
y guardado lo tenía
en su calabozo fuerte,
siente más perder la suerte
20 cuando tanto bien la deja.
¡Ay, que se queja!
1.—Como el Cielo carecía
la ventura de tenerlo,
cuando llega a poseerlo
es más grande su alegría,
y con dulce melodía
se da a sí la enhorabuena.
¡Ay, cómo suena!
2.—Ella dice: Siempre ha sido
30 mío, pues yo le crïé,
Vara fértil de José
que de mi vientre ha nacido;
y así, el corazón herido
me queda, al ver que se aleja.
¡Ay, que se queja!
1.—Más a mí me pertenece,
pues tan Ángel se mostró,
que nunca a hablarle llegó
ninguno que Ángel no fuese;
40 ni que voz humana oyese
ni aun en medio de su pena.
¡Ay, cómo suena!

VILLANCICO II

Coplas
SI MANDA DIOS EN SU LEY,
que al que sin hijos acabe,
por el más cercano deudo
vuelva su nombre a excitarse,
porque los hijos que engendre
el nombre y las heredades
gocen del difunto, como
hijos suyos naturales,
y que aunque otro los engendre,
10 de los difuntos se llamen,
los naturales cediendo
el derecho a los legales:
si es José Virgen y Puro,
y el Virgen no vive en carne,
muerto está al mundo y bien puede
como muerto reputarse.
Pues ¿quién le podrá suplir
la infecundidad, si nadie
es digno de engendrar hijos
20 que suyos puedan llamarse?
¡Oh grandeza sin medida,
que sólo el Eterno Padre
le da su natural Hijo
para que suyo lo llame,
porque si por Virgen quiere
de la sucesión privarse,
se aventaje su Progenie
con infinitos quilates!
Sépase, pues, de José,
30 que es su perfección tan grande,
que para ser Hijo suyo,
sólo Cristo fue bastante.
Estribillo
¡Pues los Ángeles todos sus glorias canten,
que no es mucho, si Cristo le llama Padre!

VILLANCICO III

Estribillo
1.—¿QUIÉN OYÓ? ¿QUIÉN OYÓ? ¿QUIÉN MIRÓ?
¿Quién oyó lo que yo:
que el Hombre domine, y obedezca Dios?
¿Quién oyó? ¿Quién oyó lo que yo?
Coplas
2.—Yo lo vi en Moisés,
cuando revocó
la sentencia, porque Moisés lo pidió.
1.—¡No, no, no, no, no,
10 que es el que yo digo
prodigio mayor!
Que allí, de Piadoso
concedió perdón;
pero aquí, Obediente
mostró sujeción.
3.—Yo lo vi en Josué
cuando al Sol paró:
que a la voz del hombre
Dios obedeció.
20 1.—¡No, no, no, no, no,
que es la que yo digo
merced superior!
Que allí, paró sólo
el material Sol
y aquí, el de Justicia
su luz sujetó.
4.—También nos lo dice
de Acaz el Reloj,
en que el Sol las líneas
30 diez retrocedió.
1.—¡No, no, no, no, no,
que es ésta, señal
de mayor primor!
Y así sólo puede
ser demostración
de conceder, ésa
de obedecer, no.
5.—Yo lo vi en la lucha
que tuvo Jacob:
40 donde Dios vencido,
y él fué vencedor.
1.—¡No, no, no, no, no,
que en la que yo digo
hubo más valor!
Pues Jacob, herido
de la lid salió;
y éste, sin la lid
consiguió el blasón.
6.—Yo lo vi en Elías,
50 cuando descendió
a su voz, del Cielo,
fuego abrasador.
1.—¡No, no, no, no, no,
que es el que yo digo
más divino ardor!
Que allí, bajó solo
fuego de furor;
y aquí, bajó Fuego
del Divino Amor.
60 Tod.—Pues ¿quién puede ser
tan grande Varón,
que de los Mayores
celebras Mayor?
1.—José, de quien ésos
sólo tipos son,
pues excede a todos
en la perfección.
¿Quién oyó? ¿Quién oyó lo que yo:
que el hombre domine,
70 y obedezca Dios?

SEGUNDO NOCTURNO

VILLANCICO IV

SI EN PENA A ZACARÍAS
se le da, de la duda
que al anuncio del Ángel
puso, respecto de su edad caduca,
que en prisión de silencio
quede su lengua muda,
y hasta que la Voz nace,
la suya ni desata ni articula:
¿por qué calla José,
10 sin verse, en la lectura
de la Sagrada Historia
ni una palabra sola que él pronuncia?
Mas ay, aquél por pena,
y éste calla de industria,
siendo mérito en uno
la señal misma que, en el otro, culpa.
Por padre de la Voz,
aquél la voz añuda;
y por Padre del Verbo
20 éste, el hablar otra palabra excusa.
Pues calle, en hora buena,
de José la mesura,
pues sólo el Verbo Eterno
es la que tiene por Palabra suya.
Virgen y silencioso,
ni halaga ni fecunda
el tálamo, de prole,
ni el aire, de sus ecos con dulzuras.
Pues virtud tan austera,
30 bien merece que supla
Dios su falta, y que Él sólo
Sucesión y Palabra substituya.
Estribillo
¡Y así, todos entiendan que José calla
porque el Verbo Divino es su Palabra!

VILLANCICO V

CUALQUIERA VIRGEN INTACTO
es Virgen sólo una vez;
pero el ser Virgen dos veces,
sólo es lauro de José.
Pues cualquiera Virgen, guarda
sola en sí su candidez;
mas José la guarda en sí
y en la que su Esposa es.
El tener Dios Madre Virgen
10 le debe: pues a merced
lo fue de José, cediendo
su matrimonial poder.
Pues siendo suya María
y siendo Virgen por él,
no es sólo Virgen en sí,
sino en su Esposa también.
Cedió el derecho que pudo
lícitamente tener,
por enlazar en sus triunfos
20 la Palma con el Laurel.
Si la mujer buena al hombre
se le da, porque obra bien,
¿cuál será la dignidad
que mereció tal Mujer?
¡Oh Virgen, de los demás
sacro coronado Rey,
que dos holocaustos puros
ofreces en una fe!
Estribillo
¡Pues supiste Coronas dobles tener,
30 haz que participemos de tanto bien!

VILLANCICO VI

Estribillo
1.—DIOS Y JOSÉF APUESTAN.
2.—¿Qué? ¿Qué? ¿Qué?
1.—Oigan a Dios, oigan;
Oigan a José,
que aunque es hombre, se pone
a cuentas con Él;
y no sé cuál alcanza,
pero sólo sé
que Dios gusta de que
10 le alcance José.
¡Dios y Joséf apuestan!
2.—¿Qué? ¿Qué? ¿Qué?
1.—¡Que aunque es hombre, se pone
a cuentas con Él!
Coplas
1.—Dios y José, parece
que andan a apuesta
sobre cuál ejecuta
mayor fineza.
2.—Dios le dice: Yo te hago
20 feliz Esposo
de la que aclaman Reina
los altos Coros
1.—José dice: Yo pago
con que a esa mesma
Señora, aunque es Casada,
guardo Doncella.
2.—Dios le dice: Ese obsequio
es bien te premie
con que, después del Parto,
30 Virgen te quede:
1.—Yo, de tener progenie
quise privarme,
para que Tú tuvieses Virgen por Madre.
2.—Yo, para compensarte
ese servicio,
hice que tener puedas
a Dios por Hijo.
1.—Yo fui a la voz del Ángel
40 tan obediente,
que mi respuesta sola
fue obedecerte.
2.—Yo pago con ventajas
esa fineza,
sujetando a ti toda
mi Omnipotencia.
1.—Yo a tu Madre Sagrada
guardé el decoro,
que es la mayor fineza
50 para un celoso.
2.—Yo te hice el beneficio
de asegurarte,
que es, a quien tiene celos,
el Bien más grande.
1.—Yo te di, para Madre,
mi misma Esposa.
2.—Yo, para Esposa tuya,
mi Madre propia.
1.—Luego ninguno alcanza,
60 pues en la cuenta
tanto vale la paga
como la deuda.

TERCERO NOCTURNO

VILLANCICO VII

¿POR QUÉ NO DE SIMPLE VIRGEN,
sino ligada a la unión
del Matrimonial consorcio,
el Hijo de Dios nació?
Pregunta, y da la respuesta,
aquel Máximo Doctor,
Padre de la Iglesia, y Padre
de mi sacra Religión.
Tres razones da, y la cuarta
10 dice que Ignacio añadió;
y aunque todas las venera
reverente mi atención,
yo la quinta he de añadir
en honra de mi Patrón,
pues será a favor de todos,
si es razón a su favor.
Digo, que fue por premiar
de José la perfección,
pues sólo era digno premio
20 el llamarlo Padre, Dios.
Por darle tal dignidad,
a su Madre desposó;
que mérito tan gigante,
no pide premio menor.
Estribillo
Pues cásese en buena hora
de Dios la Madre,
porque José, del Verbo,
Padre se llame.

VILLANCICO VIII.—ENSALADA

Introducción
LOS QUE MÚSICA NO ENTIENDEN
oigan, oigan, que va allá
una cosa, que la entiendan
todos, y otros muchos más.
¡Tris, tras;
oigan, que, que, que allá va!

JÁCARA

Va una Jácara de chapa;
atención, señores guapos,
y no faltará quien diga
10 que van las coplas de mazo.
Dígalo, que allá la Historia
dirá si es pedrada o palo,
y verán cómo son golpes
los que parecen porrazos.
Érase un buen Carpintero
de éstos que labran en blanco,
el cual, como voy diciendo;
por Dios, que se me ha olvidado.
Doyme un golpe en la mollera:
20 ¡oiga! ¿como qué? ¿burlamos?
¿Olvido a mí, que los vendo?
Doyme otra vez: lindo chasco.
Digo, pues (ya me acordé),
que este Oficial afamado
nunca gustó de colores,
por lo que tienen de engaños.
Verdad es, que en su Obrador
estaba un rico Sagrario
con un Niño que no tuvo
30 igual, de bien Encarnado.
Pero Éste no lo hizo él,
sino que era de un Maestrazo,
que por una cierta deuda
le dejó el Niño empeñado.
Pues como les voy diciendo,
era éste un hombre tan Santo,
que eran fiestas para el Cielo
los días de su trabajo.
Viene Dios, y ¿qué hace? Viendo
40 un proceder tan honrado,
entrégale la tutela
de un muy rico Mayorazgo.
Y hele aquí Tutor de Dios,
sin saber cómo ni cuándo:
miren, si es Dios su Menor,
cómo será su tamaño.
Vino Dios con esto a verlo,
porque (ya verán), tratando
con los bienes del Menor,
50 se puso en muy buen estado.
Mas, como suelen decir
que no hay dulce sin sus agrios,
viene la Justicia y echa
sobre los bienes embargo.
Porque a una fïanza antigua
estaba el tal obligado,
y renunció al obligarse
las exenciones de Hidalgo.
Y así, porque no le prendan,
60 parte a Egipto desterrado,
porque se cumpla que el Hijo
sea de Egipto llamado.
(¿Ven ustedes? Pues aquesto
no lo saco de mis cascos
que está de letra de molde,
con Fe de cuatro Escribanos.)
Vuelve, y piérdesele el Niño
entre ciertos mentecatos:
porque la Sabiduría
70 no se perdiera entre sabios.
Cátense aquí a mi Tutor
todo pena y sobresaltos,
por saber que ha de morir
su Menor ajusticiado.
¡Par Dios, por cantar los gozos,
los dolores he cantado!
Pero en cantando los unos,
ya me entiende con quien hablo.
Señores Tutores, cuenta,
80 los que son albaceazgos:
si así le fue al que era bueno,
¿cómo les irá a los malos?
Juguete
1.—Oigan una duda de todo primor.
2.— Pregunte, señor Doctor.
1.—Aquí a los niños veremos
que en la Capilla tenemos,
y premiaré al que acertare
lo que yo le preguntare.
Tod.—Pues pregúntenos usté.
90 1.—¿Cuál oficio San José
tiene?
2.—Si en eso topó,
a lo que imagino yo,
tuvo oficio de Pastor
de un rebaño superior;
pues el Cordero Pascual,
y otro tal
que en Egipto repartieron,
todos fueron
figuras de Él que él guardó,
100 y el que vio
para víctima Abrahán,
pues que Juan
lo enseñó por Salvador:
y así José fue Pastor
sin igual.
3.—¡No fue tal!
2.—¡Sí fue tal!
3.—¡No fue tal!
1.— Pues ¿qué fue?
3.—Fue Labrador
de la Semilla mejor,
pues en solamente un grano
110 guardó aquel Pan soberano,
a quien figura el que a Elías
tantos días
sustentó, y el de Habacuc,
y de Ruth
las espigas, y la alteza
de la Mesa
del Pan de Proposición,
y el blasón
con que José fue exaltado
120 y llamado
en Egipto Salvador;
y así, aquéste es Labrador
de caudal.
4.—¡No fue tal!
3.—¡Sí fue tal!
4.—¡No fue tal!
3.—Pues ¿qué fue?
4.—Fue Carpintero
(a mi entender) todo entero,
sin tener más embarazo
que su nivel y su mazo,
su juntera y su cepillo,
130 su martillo,
tenazas y cartabón,
su formón,
su azuela, sierra y barrena
muy buena,
su escoplo, escuadra y su vara,
para
quizá labrar el primero
el Madero
(Remedio de nuestro mal)
140
1.—¡No fue tal!
4.—¡Sí fue tal!
1.—¡No fue tal!
2.—Pues si es que alguno ha acertado,
denle el premio que ha ganado.
1.—¡Eso no,
que ninguno lo acertó!
Tod.—Pues, digo ¿qué oficio fue
el que tiene San José?
1.—Si oírlo quieren de mí,
¿danse por vencidos?
4.—Sí;
150 ¡dígalo ya!
1.—Que me place:
Oficio es de Prima Clase
con el Rito más solemne,
el que tiene;
porque es de España blasón
ser Patrón,
su Protector y Abogado
muy amado.
4.—Par Dios, que en ello no dimos;
160 y es que al instante nos fuimos
a que el Santo fue Oficial.
—¡No fue tal!
—¡Sí fue tal!
—¡No fue tal!

INDIO

Yo también, quimati Dios,
mo adivinanza pondrá
que no sólo los Dotore
habla la Oniversidá.
Cor.—¡Ja, ja, ja!
¿Qué adivinanza será?
Ind.—¿Qué adivinanza? ¿Oye osté?
170 ¿Cuál es mejor San José?
1.—¡Gran disparate!
2.—¡Terrible!
Si es uno, ¿cómo es posible,
que haber pueda otro mejor?
Ind.—Espere osté, so Doctor:
¿no ha visto en la Iglesia osté
junto mucho San José,
y entre todos la labor
de Xochimilco es mijor?
1.—Es verdad.
Cor.—¡Ja, ja, ja, ja!
180 ¡Bien de su empeño salió!

NEGRO

—Pues, y yo
también alivinalé;
lele, lele, lele, lele,
¡que pulo ser Neglo Señol San José!
1.—¿Por dónde esa línea va?
Neg.—Pues ¿no pulo de Sabá
telé algún cualteló?
Que a su Parre Salomó
también eya fue mujel:
190 ¡lele, lele, lele, lele!
¡que por poca es Neglo Señol San José!

PARA LA MISA

VILLANCICO IX.—A LA EPÍSTOLA

Estribillo
1.—SANTO TOMÁS DIJO
que ver y creer.
2 .—Pero José dice:
¡Creer y no ver!
Coplas
Tomás, del sentido
se dejó vencer,
para dar asenso
a aquello que ve.
Ver y creer.
10 Mas José, que sólo
asiente a la Fe,
ve el Vientre a María
como que no ve.
Creer y no ver.
Para creer, Tomás
quiere prueba hacer
de un Cuerpo sensible
a un Inmenso Ser.
Ver y creer.
20 Joséf en sus ojos
tiene tal poder,
que viendo un Preñado,
duda cómo es.
Creer y no ver.
Mas Dios, que los genios
encontrados ve,
de aqueste formal,
material de aquél;
a ellos se adaptó,
30 por satisfacer
a Tomás con Carne,
con Voz a José.
A Tomás le muestra
sus Llagas, porque
viendo un Cuerpo, crea
que es Dios el que ve.
Ver y creer.
Mas Joséf en todo
es tan al revés,
40 que porque crea un Cuerpo,
le habla un Dios por Fe.
¡Creer y no ver!

VILLANCICO X.—AL OFERTORIO

Estribillo
QUEDITITO, AIRECILLOS;
no, no susurréis:
mirad que descansa
un rato José.
No, no, no os mováis;
no, no, no silbéis:
quedito, pasito,
que duerme José.
Coplas
Para no ver el Preñado,
10 José, que le daba enojos,
de María, los dos ojos
ha cerrado.
Contra su vista severo
dijo airado, porque vía:
¿Testigos contra María?
No los quiero.
Si dicen que en el empleo
de mi Esposa falta fe,
nunca estoy más ciego que
20 cuando veo.
Ya que en llanto no se aneguen
porque a tanto se atrevieron,
ojos que contra ella fueron,
luego cieguen.
Viendo Dios que eran despojos
sus ojos, de su sentir,
hízole dormido abrir
tantos ojos.
Hablóle un Ángel glorioso,
30 porque solo pudo ser
bastante a satisfacer
a un celoso.

VILLANCICO XI.—AL ALZAR

Estribillo
¡AY QUÉ PRODIGIO!
¡Ay qué portento!
¡Vengan a verlo todos,
vengan a verlo!
Que si, a todos, los celos
quitan el sueño,
a mi Joséf el sueño
quita los celos.
Celos con sueño,
10 sueño con celos,
en Joséf solamente
no son opuestos.
¡Vengan a verlo!
Coplas
¡Cuán contrario que anda Dios
del orden natural nuestro,
pues hace incierta la vista,
haciendo verdad el sueño!
Despierto Joséf ignora,
20 y dormido sabe: luego
duerme cuando está velando,
vela cuando está durmiendo.
Si considera, dormido,
y alcanza tales Misterios,
¿si a esto le llaman dormir,
a cuál llamarán desvelo?
Mas ¡ay, que duerme celoso,
y el cuidado de los celos!
sólo admite de dormido
30 la semejanza de muerto!
Si Dios le ha de asegurar
de la Encarnación del Verbo
¿por qué no llega el aviso
antes de temer el riesgo?
¿Es, acaso, por probarlo
con el dolor más acerbo,
porque más tormentos pase
quien ha de gozar más premio?
No es sino quererle hacer
40 su dechado verdadero,
participándole Dios
de sus mesmos sentimientos.
El sentimiento de Dios
eran celos de su Pueblo;
y cuando los tiene Dios,
no está José bien sin ellos.
Pues sienta él entre los Santos
solamente este tormento;
que es Padre de Cristo, y debe
50 parecerse al Padre Eterno.

VILLANCICO XII.—AL “ITE MISSA EST”

Estribillo
¡OIGAN LA FINEZA, QUE DIOS QUIERE HACER
en la ostentación de su gran Poder!
Coplas
A poder Dios hacer otro
Dios, tan bueno como Él,
a lo que imagino yo,
hiciera sólo a Joséf:
y se ve,
pues en cuanto pudo
le dio su Poder.
10 Pero entonces, imagino
que no fuera la merced
tan grande, siendo su igual,
de quererlo obedecer
pues más fue,
siendo Joséf hombre,
sujetarse a él.
Más sustentaba que Dios,
a mi modo de entender,
pues Dios lo sustenta todo,
20 y él daba a Dios de comer;
y tuvo, a fe,
súbditos mejores,
pues que Dios lo fue.
¡Válgame Dios, los primores
que nuestro Dios sabe hacer!
¡Que toda nuestra grandeza
venga de la pequeñez,
y que esté
nuestro ser, por bajo,
30 en tal alto Ser!
Yo no entiendo tan gran Santo;
de mí solamente sé
que desde luego detesto
lo que no sonare bien;
y estaré
a lo que corrija
Nuestra Santa Fe.

Villancicos 8 Sor Juana

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CONCEPCIÓN, 1689

Villancicos que se cantaron en la S. I. Catedral de la Puebla de los Ángeles, en los Maitines solemnes de la Purísima Concepción de Nuestra Señora, este año de 1689.

PRIMERO NOCTURNO

VILLANCICO I

Estribillo
¡OIGAN UN MISTERIO, QUE
aunque no es de fe, se cree!
—Verdad es, en mi conciencia:
que para mí, es evidencia,
y la evidencia no es Fe.
Coplas
Si para Madre querida
fue María preservada,
luego antes de ser crïada
estaba ya prevenida.
10 Pues si la razón vencida
está, ¿qué en creerlo haré?
Tropa:—¿Si la evidencia no es Fe?
Madre de Dios, y pecado,
es cosa tan repugnante,
que aun para el más ignorante
queda el Misterio aclarado.
Pues si miro lo implicado,
¿por qué otra cosa diré?
Tropa:—¿Si la evidencia no es Fe?
20 En no pensar lo contrario,
no tengo merecimiento,
que asiente mi entendimiento
aquí, como necesario;
y en aquesto nunca vario,
que sois Pura pensaré.
Tropa:—Que la evidencia no es Fe.
Dios a los padres mandó
honrar; y pues sois, María,
su Madre, ¿por qué no haría
30 con Vos lo que decretó
a los demás? Y así yo
en esta fe moriré.
Tropa:—Que la evidencia no es Fe.

VILLANCICO II

Coplas
DICE EL GÉNESIS SAGRADO,
que fue la creación del Hombre
la perfección de los Cielos
y el complemento del Orbe.
Luego, pecando él, por fuerza
todo el universal orden,
aunque en las partes perfecto,
quedó, cuanto al todo, informe.
Mas preservando a María
10 de los comunes horrores,
Dios en Ella restituye
al Orbe sus perfecciones.
El todo del Universo,
que fue imperfecto hasta entonces,
por su último complemento
su Pureza reconoce.
Estribillo
Pues ya que toda criatura
quedó deudora a María
de perfección y alegría,
20 del ornato y hermosura,
canten su Concepción pura,
pues la perfección encierra
  1. —del Hombre,
  1. —del Ángel,
  1. —del Cielo
  1. —y la Tierra.
Tropa:—¡Celébrenla con anhelo
  1. —el Ángel,
  1. —el Hombre,
  1. —la Tierra
  1. —y el Cielo!

VILLANCICO III

Coplas
1.—LA MATERNIDAD SACRA
es en María
prueba de que sin mancha
fue Concebida.
  1. —La Concepción es, de eso,
premisa clara,
pues para tanto sólo
fue Preservada.
  1. —¿Quién la ve de Dios Madre,
10 que no discurra
que de quien la Luz nace,
nunca fue obscura?
2.—¿Quién la ve Preservada,
que no adelante
que es tanto privilegio
para ser Madre?
  1. —¿Quién la mira en su Solio,
que no conozca
que nunca fue pechera
20 tan gran Señora?
  1. —¿Quién, en sus Privilegios,
hay que no advierta,
que no son arras, menos
que para Reina?
Estribillo
  1. —Luego a la Preservación
prueba la Maternidad.
  1. —Luego es, de esa Dignidad,
premisa la Concepción.
1 y 2.—La ilación
30 de uno y otro hemos sacado,
y aun convertibles mostrado,
porque a dos sentidos cuadre:
  1. —¿Sin pecado? ¡Luego Madre!
  1. —¿Madre? ¡Luego sin pecado!

SEGUNDO NOCTURNO

VILLANCICO IV

Estribillo
¡OIGAN QUÉ COSA Y COSA,
que decir quiero
un Privilegio que es
y no es Privilegio!
Coplas
No es Privilegio de gracia
la Concepción de María:
porque habiendo de ser Madre,
se hizo la gracia justicia.
Propio interés fue de Dios
10 ser sin mancha Concebida
porque ¿a quién le importó más
el nacer de Madre limpia?
La merced fue el escogerla;
pero una vez ya elegida,
era pundonor de Dios
ennoblecer su Familia.
Quien la hizo Virgen y Madre,
¿por qué también no la haría
Hija de Adán y sin mancha,
20 pues no es mayor maravilla?
Que en Adán pecaron todos,
es verdad; mas no podía
en la ley de los esclavos
ser la Reina comprendida.
La soberana exención
de los Reyes, no se alista
en el padrón ordinario
que a los pecheros obliga.

VILLANCICO V

Estribillo
¡UN INSTANTE ME ESCUCHEN,
que cantar quiero
un Instante que estuvo
fuera del tiempo!
Coplas
Escúchenme mientras cante,
que poco habrá que sufrir,
pues lo que quiero decir
es solamente un Instante.
Un Instante es, de verdad,
10 pero tan Privilegiado,
que fue un Instante cuidado
de toda la Eternidad.
Dios, que con un acto puro
mira todo lo crïado,
del infinito pasado
al infinito futuro,
determinó su Poder,
que todo lo considera,
prevenir lo que no era
20 para lo que había de ser.
Para su Madre amorosa
a María destinó,
y ab aeterno la miró
siempre Limpia y siempre Hermosa.
Pues en tanta dignidad,
¿cómo cabe que se diga
que fue un instante Enemiga
y Madre una eternidad?
Que siendo siempre María
30 de toda mancha desnuda,
no cupo en su ser la duda,
sino en nuestra grosería.
Que como nube que a Apolo
esconde el claro arrebol,
no es obstáculo del Sol,
sino de la vista sólo,
así aquella disonancia
que el Punto controvertía,
no fue tiniebla en María,
40 sino de nuestra ignorancia.
Y así afirmará mi voz
que siempre fue Limpia, pues
debemos pensar que es
todo lo que no es ser Dios.

VILLANCICO VI

Coplas
CIELO ES MARÍA MÁS BELLO,
Sol de luz indefectible,
Luna que está siempre llena,
Estrella que el alma sigue:
¡Cielo, Sol, Luna y Estrellas,
todos su belleza admiren!
Venus su belleza adorne,
Cintia los bosques fatigue,
Palas las lides aliente,
10 Flora las flores cultive:
¡Venus, Cintia, Palas, Flora,
todas su beldad envidien!
Judith a Holofernes venza,
Esther a Asuero mitigue,
Raquel a su Jacob prenda,
Sara a su marido libre:
¡Judith, Esther, Raquel, Sara,
sólo en vislumbres la pinten!
El Agua pula cristales,
20 la Tierra ostente matices,
el Viento soplos aliente,
el Fuego luces avive:
¡Agua, Tierra, Viento y Fuego,
todo a sus plantas se rinde!
Estribillo
¡Que en el Punto primero
que se concibe,
como es de todo Dueño,
todo le sirve!

TERCERO NOCTURNO

VILLANCICO VII

Estribillo
MORENICA LA ESPOSA ESTÁ,
porque el Sol en el rostro le da.
Coplas
Aunque en el negro arrebol
Negra la Esposa se nombra,
no es porque ella tiene sombra,
sino porque le da el Sol
de su Pureza el crisol,
que el Sol nunca se le va.
—¡Morenica la Esposa está! &
Comparada la luz pura
10 de uno y otro, entre los dos,
ante el claro Sol de Dios
es morena la Criatura;
pero se añade hermosura
mientras más se acerca allá.
—¡Morenica la Esposa está! &
Del Sol, que siempre la baña,
está abrasada la Esposa;
y tanto está más hermosa
cuanto más de Él se acompaña:
nunca su Pureza empaña,
20 porque nunca el Sol se va.
—¡Morenica la Esposa está! &
No de la culpa el horror
hacer pudo efecto tal,
pues Ella da la causal
de su encendido color,
añadiendo, por primor,
que eso más gracia le da.
—¡Morenica la Esposa está! &
Negra se confiesa; pero
dice que esa negregura
le da mayor hermosura:
30 pues en el Albor primero,
es de la Gracia el Lucero
el primer paso que da.
—¡Morenica la Esposa está! &
Contexto es, y no pequeño,
que, cuanto más se humillaba,
se confesó por Esclava;
pero expresó de qué Dueño,
protestando el desempeño
de que libre de otro está.
—¡Morenica la Esposa está, &
40 porque el Sol en el rostro le da!

VILLANCICO VIII.—ENSALADA

Introducción
SIENDO DE ÁNGELES LA PUEBLA
en el título y el todo,
no pudo menos que ser
de Ángeles también el coro:
que después de haber cantado
tan dulces y tan sonoros,
que sólo la competencia
fue admitida de unos a otros,
en una Jacarandina
10 quiso, cantando uno solo,
aliviar con lo ligero
la gravedad de los tonos.

JÁCARA

¡Allá va, fuera, que sale
aquel divino Portento,
en quien de su poder sumo
quiso Dios echar el resto!
La Prevenida al principio,
la Preservada ab aeterno,
en quien no tuvo poder
20 la ley que fue dada en tiempo.
A quien los Astros más nobles
como oficiales plebeyos,
el Sol le sirve de sastre,
la Luna de zapatero.
La que, queriendo acecharla
el fiero Dragón soberbio,
de un puntapié le dejó
todos los cascos abiertos.
La que no le costó el triunfo
30 afán, cuidado ni anhelo,
pues en un Instante solo
logró todo el vencimiento.
La que en el Siglo de Oro
se concibió, pues es cierto
que, al tiempo de concebirse,
no hubo un instante de hierro.
La que su Nobleza toda
explica en su Nombre mesmo,
pues se lleva en él María
40 el Deus ex genere meo.
Redimida como todos,
cuanto al infinito precio;
pero cuanto al modo, no,
porque fue con más supremo:
pues fue la Pasión de Cristo
que redimió al Universo,
para Ella, preservativo,
para los demás, remedio.
Que el Médico soberano,
50 por singular privilegio,
antes que llegara el daño
le aplicó el medicamento:
pues al infundir el Alma
a su purísimo Cuerpo,
la Gracia santificante
tuvo prevenido el medio;
Con que, en prioridad ninguna
ni instante real de tiempo,
pudo en ella haber vestigio
60 de pecado, ni por pienso.
Éste siempre mi sentir
ha sido y será, y protesto
que nunca diré otra cosa,
¡y voto a Dios, que lo creo!
Prosigue la Introducción
Otro, que ya desahogaba
la gravedad de la solfa,
viéndose ya sin golilla,
echó por esa Valona.

GLOSAS

Dadle licencia, Señora,
70 a mi voz desentonada,
que no os cansaréis de oírme,
pues Vos siempre estáis de Gracia.
Dizque los doctos de allá
Claridad de Dios os llaman,
y de Ángeles: ¡pues, Señora,
Vos debéis de ser Poblana!
Yo os comparara, Señora,
con esta Sierra Nevada,
que aunque tiene cerca el humo
80 ella se está siempre blanca.
Pensó de tizne el Demonio
poderos echar la marca;
pero Vos ¿cómo pudierais
ser negra? ¡No, sino el Alba!
Prosigue la Introducción
Como oyeron a los otros
de la Capilla los Seises,
como cosa de muchachos
hicieron este juguete.
Juguetillo
Como entre espinas la Rosa,
90 como entre nubes la Luna,
única y como ninguna
luce la divina Esposa:
toda pura y toda hermosa,
púrpura y biso vestida;
Ciudad de Dios defendida,
Arca de su Testamento,
de la Trinidad Asiento,
Iris hermoso de paz:
¡y trescientas cosas más!
100 Como Lilio descollado
en el margen cristalino;
como Vaso de Oro fino,
de mil piedras adornado;
como Bálsamo quemado,
como Fuego reluciente,
como Apolo refulgente,
como Aroma de olor llena;
a quien no tocó la pena
que tuvieron los demás:
110 ¡y trescientas cosas más!
Como Varita olorosa
que asciende desde el desierto;
como bien vallado Huerto
de la Fruta más sabrosa;
como Palma victoriosa,
como Escuadrón ordenado,
como Pozo bien sellado,
como Fuente de agua viva;
como pacífica Oliva
120 que fue del mundo la paz:
¡y trescientas cosas más!
Trono de Dios Soberano,
Archivo de todo el bien,
Gloria de Jerusalén
y Alegría del cristiano
Esther que al género humano
de la miseria libró;
la Mujer que en Patmos vio
Juan, triunfante del Dragón;
130 el Trono de Salomón
y la Señal dada a Acaz:
¡y trescientas cosas más!

NAVIDAD, 1689

Villancicos que se cantaron en la S. I. Catedral de la Puebla de los Ángeles, en los Maitines solemnes del Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, este año de 1689.

PRIMERO NOCTURNO

VILLANCICO I

Introducción
POR CELEBRAR DEL INFANTE
el temporal Nacimiento,
los cuatro elementos vienen:
Agua, Tierra, y Aire y Fuego.
Con razón, pues se compone
la humanidad de su Cuerpo
de Agua, Fuego, Tierra y Aire,
limpia, puro, frágil, fresco.
En el Infante mejoran
10 sus calidades y centros,
pues les dan mejor esfera
Ojos, Pecho, Carne, Aliento.
A tanto favor rendidos,
en amorosos obsequios
buscan, sirven, quieren, aman,
prestos, finos, puros, tiernos.
Estribillo
Y todos concordes
se van a mi Dueño,
que Humanado le sirven
20 los cuatro elementos:
el Agua a sus Ojos,
el Aire a su Aliento,
la Tierra a sus Plantas,
el Fuego a su Pecho;
que de todos, el Niño
hoy hace un compuesto.
Coplas
1.—Pues está tiritando
Amor en el hielo,
y la escarcha y la nieve
30 me lo tienen preso,
¿quién le acude?
2.—¡El Agua!
3.—¡La Tierra!
4.—¡El Aire!
1.—¡No, sino el Fuego!
1.—Pues al Niño fatigan
sus penas y males,
y a sus ansias no dudo
que alientos le falten,
¿quién le acude?
2.—¡El Fuego!
3.—¡La Tierra!
4.—¡El Agua!
1.—¡No, sino el Aire!
1.—Pues el Niño amoroso
40 tan tierno se abrasa,
que respira en Volcanes
diluvios de llamas,
¿quién le acude?
2.—¡El Aire!
3.—¡El Fuego!
4.—¡La Tierra!
1.—¡No, sino el Agua!
1.—Si por la tierra el Niño
los Cielos hoy deja,
y no halla en qué descanse
su Cabeza en ella,
¿quién le acude?
2.—¡El Agua!
3.—¡El Fuego!
4.—¡El Aire!
50 1.—¡No, mas la Tierra!

VILLANCICO II

Estribillo
—AL NIÑO DIVINO QUE LLORA EN BELÉN,
¡déjen-le,
pues llorando mi mal, consigo mi bien!
1.—¡Déjen-lé,
que a lo Criollito yo le cantaré!
2.—¡Le, le,
que le, le, le!
Coplas
1.—Sed tiene de penas
Dios, y es bien le den
10 sus ojos el agua,
el barro mi ser:
¡déjen-lé!
2.—Dejen que el Sol llore;
pues aunque al nacer
también llora el Alba,
no llora tan bien:
¡déjen-lé,
que es el llanto del mal,
aurora del bien!
20 1.—¡Déjen-lé,
que a lo Criollito yo le cantaré! &
1.—Que mi llanto enjugue
su llanto, y que esté
Dios conmigo Humano,
yo enjuto con Él:
¡déjen-lé!
2.—Si es Piedra Imán Cristo,
y es tan al revés,
que al Imán un yerro
30 le pudo atraer,
¡déjen-lé,
que venir Dios a tierra,
levantarme es!
1.—¡Déjen-lé! &
1.—¡Que esté, cuando el tiempo
es crïado de Él,
a la ley sujeto
de un tiempo sin ley!
¡Déjen-lé!
40 2.—¡Que al ver Dios al hombre
tormenta correr,
baje Él, siendo en mares
de llanto, Bajel!
¡Déjen-lé,
que todo es Mar y Cielo
cuanto allí se ve!
1.—¡Déjen-lé! &.
1.—¡Que en pajiza cuna,
de su Luz dosel,
50 el Sol cuando nace
se venga a poner!
¡Déjen-lé!
2.—Si Dios por no herirme,
siendo recto Juez, Humano convierte
el rayo en laurel,
¡déjen-lé,
que llorando mi mal,
consigo mi bien!
60 1.—¡Déjen-lé,
que a lo Criollito yo le cantaré! &.

VILLANCICO III

Introducción
EL ALCALDE DE BELÉN
en la Noche Buena, viendo
que se puso el azul raso
como un negro terciopelo,
hasta ver nacer al Sol,
de faroles llena el pueblo,
y anuncia al Alba en su parto
un feliz alumbramiento.
Estribillo
1.—Oigan atentos;
10 y porque ninguno
se niegue al precepto,
el poner en Belén luminarias
lo lleva el Alcalde a sangre y a fuego.
2.—Oigan atentos,
y todos con luces
coronen el pueblo.
3.—Que con los faroles,
las calles son soles.
1.—Ninguno se esconda,
20 que empieza la ronda,
y al zagal que su luz no llevare
lo pone a la sombra.
Seguidillas Reales
1.—Sin farol se venía una Dueña,
guardando el semblante,
porque dice que es muy conocida
por las Navidades.
2.—En Belén los faroles no quiso
poner un Tudesco,
que en sus ojos llevaba linternas
30 con luz de sarmientos.
3.—Por estar sin farol, puso un Pobre
candil mal parado;
porque aunque es cosa fea, en efecto,
tiene garabato.
1.—Encontró con el Buey, y no pudo
llevarle la pena;
porque el Buey nunca sale de casa
sin sus dos linternas.
2.—Con farol encendido iba un Ciego,
40 diciendo con gracia:
¿Dónde está la Palabra nacida,
que no veo palabra?
3.—Viendo a un Sastre sin luz, el Alcalde
mandó, por justicia,
que cerilla y velilla encendiese,
y su candelilla.
1.—Un Poeta salió sin linterna,
por no tener blanca;
que aunque puede salir a encenderla,
50 no sale a pagarla.
2.—Del Doctor el farol apagóse,
al ir visitando;
por más señas, que no es el primero
que ha muerto en sus manos.
3.—Sin farol un Hipócrita estaba,
y díjole: Hermano,
mal parece que esté sin faroles
un cuerpo de Santo.
1.—En Belén sin faroles entraron,
60 a fin de que todos
tropezando en su dicha, en el Niño
diesen de ojos.

SEGUNDO NOCTURNO

VILLANCICO IV

Introducción
HOY, QUE EL MAYOR DE LOS REYES
llega del Mundo a las puertas,
a todos sus pretendientes
ha resuelto dar Audiencia.
Atended: porque hoy, a todos,
los memoriales decreta,
y a su Portal privilegios
concede de covachuela,
Estribillo
¡Venid, Mortales, venid a la Audiencia,
10 que hoy hace mercedes un Rey en la tierra,
y de sus decretos nadie se reserva!
Venid, pues consiste
el que logro tengan
vuestros memoriales,
en que hechos bien vengan.
Y hoy, que sus mayores
Validos le cercan, Josef y María,
la gracia está cierta.
20 Y pues no hay en el Mundo
quien no pretenda,
¡venid, Mortales, venid a la Audiencia! &.
Coplas
1.—Adán, Señor, que goza,
por labrador, indultos de Nobleza,
hoy se halla preso y pobre,
forjando de su yerro su cadena;
pide una espera,
pues el Mundo obligado
tiene a sus deudas.
30 2.—Atended al decreto que lleva:
En el Limbo por cárcel
quédese ahora,
que hoy del Cielo ha llegado
la mejor Flota.
3.—Moisés, que allá en un Monte
cursó de Leyes la mejor Escuela,
hallándose con Vara,
la Toga pide, que feliz espera:
porque en él vean,
40 que en vuestras Leyes sólo
su ascenso encierra.
2.—Atended al decreto que lleva:
Por de Alcalde de Corte
Su Vara quede,
pues a tantos Gitanos
condenó a muerte.
4.—Salomón, Señor, pide
del Consejo de Estado plaza entera,
pues sólo para esto
50 vuestro amor le adornó de tantas Ciencias;
con que hoy desea,
que en razones de Estado
su juicio crezca.
2.—Atended al decreto que lleva:
Hoy de Estado en la plaza
fuera nombrado,
si a salir acertara
de mal estado.
5.—Los Padres que en el Limbo
60 padecen la prisión de las tinieblas,
pues Príncipe ha nacido,
indulto piden que se les conceda,
para que tengan,
pues hoy nace la Gracia,
la gracia cierta.
2.—Atended al decreto que llevan:
No ha lugar por ahora,
pues este Infante
indulta cuando muere,
70 no cuando nace.
6.—José, que de María
los honores de Esposo a gozar llega,
pide en vuestro Palacio
oficio competente a su Nobleza,
pues hay en ella
tantos Reyes ilustres
de quien descienda.
2.—Atended el decreto que lleva:
Capitán de la Guarda
80 queda sin duda,
pues mejor Compañía
no hay que la suya.

VILLANCICO V

Estribillo
1.—PUES MI DIOS HA NACIDO A PENAR,
déjenle velar.
2.—Pues está desvelado por mí,
déjenle dormir.
1.—Déjenle velar,
que no hay pena, en quien ama,
como no penar.
2.—Déjenle dormir,
que quien duerme, en el sueño
10 se ensaya a morir.
1.—Silencio, que duerme.
2.— Cuidado, que vela.
1.—¡No le despierten, no!
2.—¡Sí le despierten, sí!
1.—¡Déjenle velar!
2.—¡Déjenle dormir!
Coplas
1.—Pues del Cielo a la Tierra, rendido
Dios viene por mí,
si es la vida jornada, sea el sueño
20 posada feliz.
¡Déjenle dormir!
2.—No se duerma, pues nace llorando,
que tierno podrá,
al calor de dos Soles despiertos,
su llanto enjugar.
¡Déjenle velar,
que su pena es mi gloria,
es mi bien su mal!
1.—¡Déjenle dormir;
30 y pues Dios por mí pena,
descanse por mí!
2.—¡Déjenle velar!
1.—¡Déjenle dormir!
1.—Si a sus ojos corrió la cortina
el sueño sutil,
y por no ver mis culpas, no quiere
los ojos abrir,
¡déjenle dormir!
2.—Si es su pena la gloria de todos,
40 dormir no querrá,
que aun soñado, no quiere el descanso
quien viene a penar:
¡déjenle velar,
que no hay pena, en quien ama,
como no penar!
1.—¡Déjenle dormir,
que quien duerme, en el sueño
se ensaya a morir!
2.—¡Déjenle velar!
50 1.—¡Déjenle dormir!
1.—Si en el hombre es el sueño tributo
que paga al vivir,
y es Dios Rey, que un tributo en descanso
convierte feliz,
¡déjenle dormir!
2.—No se duerma en la noche, que al hombre
le viene a salvar:
que a los ojos del Rey, el que es reo
gozó libertad.
60 ¡Déjenle velar,
que su pena es mi gloria,
y es mi bien su mal!
1.—¡Déjenle dormir,
que pues Dios por mí pena,
descanse por mí!
2.—¡Déjenle velar!
1.—¡Déjenle dormir!
1.—Si el que duerme se entrega a la muerte,
y Dios, con ardid,
70 en dormirse por mí, es tan amante,
que muere por mí,
¡déjenle dormir!
2.—Aunque duerma, no cierre los ojos,
que es León de Judá,
y ha de estar con los ojos abiertos
quien nace a reinar.
¡Déjenle velar,
que no hay pena, en quien ama,
como no penar!
80 1.—¡Déjenle dormir,
que quien duerme, en el sueño
se ensaya a morir!
2.—¡Déjenle velar!
1.—¡Déjenle dormir!

VILLANCICO VI

Introducción
EL RETRATO DEL NIÑO
mírenlo Uscedes,
y verán cosas grandes
en copia breve.
De Oro y Plata en listones,
un ramillete
de encarnado es, y blanco,
de azul y verde.
No es retrato del arte,
10 ni de pinceles,
que es Divino, aunque Humano
sólo parece.
Aunque parezca Humano,
es tan Celeste,
que arden los Serafines
sólo por verle.
Una Joya es tan rica,
que en el Oriente
sirve de luz al Orbe
20 cuando amanece.
Los Diamantes y Perlas
en ella pierden
sus quilates, o en ella
todos los tienen.
Los Claveles y Rosas
en ella mueren,
o se animan en ella
Rosas, Claveles.
Mas ¿para qué la inculco,
30 si puede verse?
Córrase la cortina,
mírenlo Uscedes.
Estribillo
¿Hay quien me lo pide?
¿Hay quien me lo quiere
a este Hechizo de Plata,
de Armiño y de Nieve?
¿A este Cupido,
que es de cera, y de amores
se está derretido?
Coplas
40 1.—Madeja de Oro es su Pelo
de que se forman Anillos;
que para prendas amantes,
no hay más extremados brincos.
2.—Esos caprichos,
más que las manos, prenden
los albedríos.
1.—Son dos verdes Esmeraldas
o dos azules Zafiros
sus ojos, para esperanzas
50 o para celos motivos.
2.—Ojos tan ricos,
vencerán Cielo y Tierra
sólo en un hito.
1.—Un breve Rubí es su Boca,
en dos partes dividido,
porque se vea el Aljófar
por el pequeño resquicio.
2.—Labios tan lindos,
el aliento se beben
60 de mis suspiros.
1.—Frente, Cuello, Manos, Plantas,
Plata, Nieve, Cera, Armiño,
todo es del Alma un encanto,
todo es de Amor un hechizo.
2.—Tal cupidillo,
para Joya del Alma
viene nacido.

TERCERO NOCTURNO

VILLANCICO VII

A ALEGRAR A MI NIÑO
van hoy las Almas;
con razón, pues en ellas
están sus gracias.
Coplas
Cual sonoroso Enjambre
que, con doradas alas,
de los Jazmines chupan
el cristal que sobre ellos lloró el Alba;
cual Mariposa amante
10 que, en torno de la llama,
solicita en el Fuego
ser víctima, de amores abrasada;
cual Fuente presurosa
que, con plantas de plata
o plumas de cristales,
camina o vuela al Golfo en que descansa;
cual Flecha despedida
y a la Meta apuntada,
que, en cuanto no la toca,
20 cual veloz pensamiento nunca para;
cual Girasol dorado,
que de la Antorcha cuarta
sigue los movimientos
con dulce simpatía que le arrastra;
cual acerada Aguja
en el Imán tocada,
que el moto no sosiega
sin ver el Norte, y visto, en él se pasma:
así se van al Niño
30 presurosas las Almas,
que es Centro do se animan
y fuera de Él, ni aun en sí mismas se hallan.
En ellas el Infante
se alegra y se regala:
¿qué mucho, si por ellas
cual Rayo desde el Cielo al suelo baja?

VILLANCICO VIII

Introducción
ESCUCHEN DOS SACRISTANES
que disputan, arguyendo,
si es el Niño el Verbum Caro,
o es el Niño el Tantum Ergo.
¡Oigan atentos,
no se queden a asperges
del argumento!
Estribillo
1.—Sacristane.
2.—Sacristane.
1.— Exi foras.
2.—Vade retro.
10 1.—Famulorum.
2.—Famularum.
1.—Mecum arguis?
2.—Tu arguis mecum?
1.—Laus tibi, Christe!
2.—Deo gratias!
1.—Verbum Caro!
2.—Tantum Ergo!
1.—Pastores, Pastores,
hablando en Romance,
oíd un Portento.
2.—Zagales, Zagales,
dejando Latines,
oíd un Misterio.
20 1.—Yo digo que el Niño,
que es Dios Humanado,
será el Verbum Caro.
2.—Yo digo que el Niño,
que es Dios Encubierto,
será el Tantum Ergo.
1.—Mi ciencia es más grande.
2.—Mayor es mi ingenio.
1.—Y así, Pastorcillos,
2.—Y así, Zagalejos,
30 1.—oíd mis razones.
2.—oíd mi argumento.
Tod.—Prosigan, prosigan,
que estamos atentos.
1.—Oíd, Pastorcillos,
2.—Oíd, Zagalejos,
Los dos.—en claros Latines
obscuros Misterios.
Tod.—Prosigan, prosigan
con los argumentos,
40 y supla, en pastores,
la fe, el no entenderlos.
1.—¡Oíd, Pastorcillos!
2.—¡Oíd, Zagalejos!
Tod.—Prosigan, prosigan,
que estamos atentos.
Coplas
1.—Sepa el Sacristán Benito
que, mejor que el Tantum Ergo,
le conviene el Verbum Caro
al Niño, que hace pucheros.
50 2.—Sepa el Sacristán Llorente
que nace a ser Sacramentum,
y mejor que el Verbum Caro
le conviene el Tantum Ergo.
1.—Melius dixi!
2.—Dixi melius!
1.—Probo, Probo!
2.—Nego, nego!
1.—Incarnatus.
2.—Corpus Christi.
1.—Saeculorum.
2.—In aeternum.
60 1.—Verbum Caro!
2.—Tantum Ergo!
1.—Nace Clavel de una Rosa,
y Jericó me da el texto;
con que le viene pintado
el Incarnatus del Credo.
2.—Nace Grano y crece Espiga,
y en las Pajas mi argumento
halla el Panem Angelorum
con el Hoc est Corpus Meum.
70 1.—Melius dixi!
2.—Dixi melius! &.
1.—Del Verbum Carolas glorias,
secundum Joannemlas pruebo,
con un principio asentado
que es: In principio erat Verbum.
2.—Si en un principio te fundas,
yo en un fin que es Evangelio;
pues Cum dilexisset suos,
in finem dilexit eos.
80 1.—Melius dixi!
2.—Dixi melius! &.
1.—Sobre el Portal, una Estrella
dice que el Niño es el Verbum,
pues habitavit in nobis
et vidimus gloriam Eius.
2.—Hostia nace en pobre albergue,
y le viene al Portalejo
el Domine, non sum dignus
ut intres sub tectum meum.
90 1.—Melius dixi!
2.—Dixi melius! &.
1.—Según la Misa del Gallo,
con el Prefacio te venzo,
cuando se canta el Per Incarnati
Verbi Mysterium.
2.—Mas, en la Misa del Gallo,
que el Prefacio, es del intento
el Antequam Gallus cantet
y el Gloria in excelsis Deo.
100 1.—Melius dixi!
2.—Dixi melius! &.