SAN JOSÉ, 1690
Villancicos con que se solemnizaron, en la S. I. Catedral de la Puebla de los Ángeles, los Maitines del gloriosísimo Patriarca Señor San José, año de 1690.
DEDICATORIA AL MISMO SANTO |
|
DIVINO JOSÉF: SI SON | |
vuestras glorias tan inmensas, | |
que ignorándolas ninguno, | |
no hay alguno que las sepa | |
—pues aunque es notoria a todos | |
vuestra Dignidad suprema, | |
se sabe que es grande, pero | |
no se mide su grandeza—, | |
el no saber yo decir | |
10 | de Vos lo que nadie acierta, |
será sobra del asunto, | |
no del cariño tibieza. | |
Recibid éste; y ya que | |
por indigno no merezca | |
atenciones de tributo | |
ni aceptaciones de ofrenda, | |
al menos merezca ser | |
índice de una fineza | |
que piensa de vuestras glorias | |
20 | todo aquello que no piensa, |
Vuestra esclava, aunque indigna, Juana Inés de la Cruz |
|
PRIMERO NOCTURNO |
|
VILLANCICO I |
|
Estribillo |
|
Coro 1.—¡AY, AY, AY, CÓMO EL CIELO SE ALEGRA! | |
Coro 2.—Mas ¡ay, ay, ay, que se queja la Tierra! | |
¡Ay, cómo gime, | |
1.—¡Ay, cómo suena, | |
2.—llorosa, | |
1.—festivo, | |
el Cielo! | |
2.—la Tierra! | |
¡Ay, que se queja! | |
1.—¡Ay, que se alegra! | |
1.—El Cielo se alegra de que a José goza. | |
10 | 2.—Y porque lo pierde la Tierra, lo llora. |
1.—Llore en buen hora, | |
que el Cielo se alegra. | |
2.—¡Ay, ay, ay, que se queja la Tierra! | |
1.—Mas ¡ay, ay, ay, que el Cielo se alegra! | |
Coplas |
|
2.—Como aun después de su muerte | |
la Tierra lo poseía, | |
y guardado lo tenía | |
en su calabozo fuerte, | |
siente más perder la suerte | |
20 | cuando tanto bien la deja. |
¡Ay, que se queja! | |
1.—Como el Cielo carecía | |
la ventura de tenerlo, | |
cuando llega a poseerlo | |
es más grande su alegría, | |
y con dulce melodía | |
se da a sí la enhorabuena. | |
¡Ay, cómo suena! | |
2.—Ella dice: Siempre ha sido | |
30 | mío, pues yo le crïé, |
Vara fértil de José | |
que de mi vientre ha nacido; | |
y así, el corazón herido | |
me queda, al ver que se aleja. | |
¡Ay, que se queja! | |
1.—Más a mí me pertenece, | |
pues tan Ángel se mostró, | |
que nunca a hablarle llegó | |
ninguno que Ángel no fuese; | |
40 | ni que voz humana oyese |
ni aun en medio de su pena. | |
¡Ay, cómo suena! | |
VILLANCICO II |
|
Coplas |
|
SI MANDA DIOS EN SU LEY, | |
que al que sin hijos acabe, | |
por el más cercano deudo | |
vuelva su nombre a excitarse, | |
porque los hijos que engendre | |
el nombre y las heredades | |
gocen del difunto, como | |
hijos suyos naturales, | |
y que aunque otro los engendre, | |
10 | de los difuntos se llamen, |
los naturales cediendo | |
el derecho a los legales: | |
si es José Virgen y Puro, | |
y el Virgen no vive en carne, | |
muerto está al mundo y bien puede | |
como muerto reputarse. | |
Pues ¿quién le podrá suplir | |
la infecundidad, si nadie | |
es digno de engendrar hijos | |
20 | que suyos puedan llamarse? |
¡Oh grandeza sin medida, | |
que sólo el Eterno Padre | |
le da su natural Hijo | |
para que suyo lo llame, | |
porque si por Virgen quiere | |
de la sucesión privarse, | |
se aventaje su Progenie | |
con infinitos quilates! | |
Sépase, pues, de José, | |
30 | que es su perfección tan grande, |
que para ser Hijo suyo, | |
sólo Cristo fue bastante. | |
Estribillo |
|
¡Pues los Ángeles todos sus glorias canten, | |
que no es mucho, si Cristo le llama Padre! | |
VILLANCICO III |
|
Estribillo |
|
1.—¿QUIÉN OYÓ? ¿QUIÉN OYÓ? ¿QUIÉN MIRÓ? | |
¿Quién oyó lo que yo: | |
que el Hombre domine, y obedezca Dios? | |
¿Quién oyó? ¿Quién oyó lo que yo? | |
Coplas |
|
2.—Yo lo vi en Moisés, | |
cuando revocó | |
la sentencia, porque Moisés lo pidió. | |
1.—¡No, no, no, no, no, | |
10 | que es el que yo digo |
prodigio mayor! | |
Que allí, de Piadoso | |
concedió perdón; | |
pero aquí, Obediente | |
mostró sujeción. | |
3.—Yo lo vi en Josué | |
cuando al Sol paró: | |
que a la voz del hombre | |
Dios obedeció. | |
20 | 1.—¡No, no, no, no, no, |
que es la que yo digo | |
merced superior! | |
Que allí, paró sólo | |
el material Sol | |
y aquí, el de Justicia | |
su luz sujetó. | |
4.—También nos lo dice | |
de Acaz el Reloj, | |
en que el Sol las líneas | |
30 | diez retrocedió. |
1.—¡No, no, no, no, no, | |
que es ésta, señal | |
de mayor primor! | |
Y así sólo puede | |
ser demostración | |
de conceder, ésa | |
de obedecer, no. | |
5.—Yo lo vi en la lucha | |
que tuvo Jacob: | |
40 | donde Dios vencido, |
y él fué vencedor. | |
1.—¡No, no, no, no, no, | |
que en la que yo digo | |
hubo más valor! | |
Pues Jacob, herido | |
de la lid salió; | |
y éste, sin la lid | |
consiguió el blasón. | |
6.—Yo lo vi en Elías, | |
50 | cuando descendió |
a su voz, del Cielo, | |
fuego abrasador. | |
1.—¡No, no, no, no, no, | |
que es el que yo digo | |
más divino ardor! | |
Que allí, bajó solo | |
fuego de furor; | |
y aquí, bajó Fuego | |
del Divino Amor. | |
60 | Tod.—Pues ¿quién puede ser |
tan grande Varón, | |
que de los Mayores | |
celebras Mayor? | |
1.—José, de quien ésos | |
sólo tipos son, | |
pues excede a todos | |
en la perfección. | |
¿Quién oyó? ¿Quién oyó lo que yo: | |
que el hombre domine, | |
70 | y obedezca Dios? |
SEGUNDO NOCTURNO |
|
VILLANCICO IV |
|
SI EN PENA A ZACARÍAS | |
se le da, de la duda | |
que al anuncio del Ángel | |
puso, respecto de su edad caduca, | |
que en prisión de silencio | |
quede su lengua muda, | |
y hasta que la Voz nace, | |
la suya ni desata ni articula: | |
¿por qué calla José, | |
10 | sin verse, en la lectura |
de la Sagrada Historia | |
ni una palabra sola que él pronuncia? | |
Mas ay, aquél por pena, | |
y éste calla de industria, | |
siendo mérito en uno | |
la señal misma que, en el otro, culpa. | |
Por padre de la Voz, | |
aquél la voz añuda; | |
y por Padre del Verbo | |
20 | éste, el hablar otra palabra excusa. |
Pues calle, en hora buena, | |
de José la mesura, | |
pues sólo el Verbo Eterno | |
es la que tiene por Palabra suya. | |
Virgen y silencioso, | |
ni halaga ni fecunda | |
el tálamo, de prole, | |
ni el aire, de sus ecos con dulzuras. | |
Pues virtud tan austera, | |
30 | bien merece que supla |
Dios su falta, y que Él sólo | |
Sucesión y Palabra substituya. | |
Estribillo |
|
¡Y así, todos entiendan que José calla | |
porque el Verbo Divino es su Palabra! | |
VILLANCICO V |
|
CUALQUIERA VIRGEN INTACTO | |
es Virgen sólo una vez; | |
pero el ser Virgen dos veces, | |
sólo es lauro de José. | |
Pues cualquiera Virgen, guarda | |
sola en sí su candidez; | |
mas José la guarda en sí | |
y en la que su Esposa es. | |
El tener Dios Madre Virgen | |
10 | le debe: pues a merced |
lo fue de José, cediendo | |
su matrimonial poder. | |
Pues siendo suya María | |
y siendo Virgen por él, | |
no es sólo Virgen en sí, | |
sino en su Esposa también. | |
Cedió el derecho que pudo | |
lícitamente tener, | |
por enlazar en sus triunfos | |
20 | la Palma con el Laurel. |
Si la mujer buena al hombre | |
se le da, porque obra bien, | |
¿cuál será la dignidad | |
que mereció tal Mujer? | |
¡Oh Virgen, de los demás | |
sacro coronado Rey, | |
que dos holocaustos puros | |
ofreces en una fe! | |
Estribillo |
|
¡Pues supiste Coronas dobles tener, | |
30 | haz que participemos de tanto bien! |
VILLANCICO VI |
|
Estribillo |
|
1.—DIOS Y JOSÉF APUESTAN. | |
2.—¿Qué? ¿Qué? ¿Qué? | |
1.—Oigan a Dios, oigan; | |
Oigan a José, | |
que aunque es hombre, se pone | |
a cuentas con Él; | |
y no sé cuál alcanza, | |
pero sólo sé | |
que Dios gusta de que | |
10 | le alcance José. |
¡Dios y Joséf apuestan! | |
2.—¿Qué? ¿Qué? ¿Qué? | |
1.—¡Que aunque es hombre, se pone | |
a cuentas con Él! | |
Coplas |
|
1.—Dios y José, parece | |
que andan a apuesta | |
sobre cuál ejecuta | |
mayor fineza. | |
2.—Dios le dice: Yo te hago | |
20 | feliz Esposo |
de la que aclaman Reina | |
los altos Coros | |
1.—José dice: Yo pago | |
con que a esa mesma | |
Señora, aunque es Casada, | |
guardo Doncella. | |
2.—Dios le dice: Ese obsequio | |
es bien te premie | |
con que, después del Parto, | |
30 | Virgen te quede: |
1.—Yo, de tener progenie | |
quise privarme, | |
para que Tú tuvieses Virgen por Madre. | |
2.—Yo, para compensarte | |
ese servicio, | |
hice que tener puedas | |
a Dios por Hijo. | |
1.—Yo fui a la voz del Ángel | |
40 | tan obediente, |
que mi respuesta sola | |
fue obedecerte. | |
2.—Yo pago con ventajas | |
esa fineza, | |
sujetando a ti toda | |
mi Omnipotencia. | |
1.—Yo a tu Madre Sagrada | |
guardé el decoro, | |
que es la mayor fineza | |
50 | para un celoso. |
2.—Yo te hice el beneficio | |
de asegurarte, | |
que es, a quien tiene celos, | |
el Bien más grande. | |
1.—Yo te di, para Madre, | |
mi misma Esposa. | |
2.—Yo, para Esposa tuya, | |
mi Madre propia. | |
1.—Luego ninguno alcanza, | |
60 | pues en la cuenta |
tanto vale la paga | |
como la deuda. | |
TERCERO NOCTURNO |
|
VILLANCICO VII |
|
¿POR QUÉ NO DE SIMPLE VIRGEN, | |
sino ligada a la unión | |
del Matrimonial consorcio, | |
el Hijo de Dios nació? | |
Pregunta, y da la respuesta, | |
aquel Máximo Doctor, | |
Padre de la Iglesia, y Padre | |
de mi sacra Religión. | |
Tres razones da, y la cuarta | |
10 | dice que Ignacio añadió; |
y aunque todas las venera | |
reverente mi atención, | |
yo la quinta he de añadir | |
en honra de mi Patrón, | |
pues será a favor de todos, | |
si es razón a su favor. | |
Digo, que fue por premiar | |
de José la perfección, | |
pues sólo era digno premio | |
20 | el llamarlo Padre, Dios. |
Por darle tal dignidad, | |
a su Madre desposó; | |
que mérito tan gigante, | |
no pide premio menor. | |
Estribillo |
|
Pues cásese en buena hora | |
de Dios la Madre, | |
porque José, del Verbo, | |
Padre se llame. | |
VILLANCICO VIII.—ENSALADA |
|
Introducción |
|
LOS QUE MÚSICA NO ENTIENDEN | |
oigan, oigan, que va allá | |
una cosa, que la entiendan | |
todos, y otros muchos más. | |
¡Tris, tras; | |
oigan, que, que, que allá va! | |
JÁCARA |
|
Va una Jácara de chapa; | |
atención, señores guapos, | |
y no faltará quien diga | |
10 | que van las coplas de mazo. |
Dígalo, que allá la Historia | |
dirá si es pedrada o palo, | |
y verán cómo son golpes | |
los que parecen porrazos. | |
Érase un buen Carpintero | |
de éstos que labran en blanco, | |
el cual, como voy diciendo; | |
por Dios, que se me ha olvidado. | |
Doyme un golpe en la mollera: | |
20 | ¡oiga! ¿como qué? ¿burlamos? |
¿Olvido a mí, que los vendo? | |
Doyme otra vez: lindo chasco. | |
Digo, pues (ya me acordé), | |
que este Oficial afamado | |
nunca gustó de colores, | |
por lo que tienen de engaños. | |
Verdad es, que en su Obrador | |
estaba un rico Sagrario | |
con un Niño que no tuvo | |
30 | igual, de bien Encarnado. |
Pero Éste no lo hizo él, | |
sino que era de un Maestrazo, | |
que por una cierta deuda | |
le dejó el Niño empeñado. | |
Pues como les voy diciendo, | |
era éste un hombre tan Santo, | |
que eran fiestas para el Cielo | |
los días de su trabajo. | |
Viene Dios, y ¿qué hace? Viendo | |
40 | un proceder tan honrado, |
entrégale la tutela | |
de un muy rico Mayorazgo. | |
Y hele aquí Tutor de Dios, | |
sin saber cómo ni cuándo: | |
miren, si es Dios su Menor, | |
cómo será su tamaño. | |
Vino Dios con esto a verlo, | |
porque (ya verán), tratando | |
con los bienes del Menor, | |
50 | se puso en muy buen estado. |
Mas, como suelen decir | |
que no hay dulce sin sus agrios, | |
viene la Justicia y echa | |
sobre los bienes embargo. | |
Porque a una fïanza antigua | |
estaba el tal obligado, | |
y renunció al obligarse | |
las exenciones de Hidalgo. | |
Y así, porque no le prendan, | |
60 | parte a Egipto desterrado, |
porque se cumpla que el Hijo | |
sea de Egipto llamado. | |
(¿Ven ustedes? Pues aquesto | |
no lo saco de mis cascos | |
que está de letra de molde, | |
con Fe de cuatro Escribanos.) | |
Vuelve, y piérdesele el Niño | |
entre ciertos mentecatos: | |
porque la Sabiduría | |
70 | no se perdiera entre sabios. |
Cátense aquí a mi Tutor | |
todo pena y sobresaltos, | |
por saber que ha de morir | |
su Menor ajusticiado. | |
¡Par Dios, por cantar los gozos, | |
los dolores he cantado! | |
Pero en cantando los unos, | |
ya me entiende con quien hablo. | |
Señores Tutores, cuenta, | |
80 | los que son albaceazgos: |
si así le fue al que era bueno, | |
¿cómo les irá a los malos? | |
Juguete |
|
1.—Oigan una duda de todo primor. | |
2.— Pregunte, señor Doctor. | |
1.—Aquí a los niños veremos | |
que en la Capilla tenemos, | |
y premiaré al que acertare | |
lo que yo le preguntare. | |
Tod.—Pues pregúntenos usté. | |
90 | 1.—¿Cuál oficio San José |
tiene? | |
2.—Si en eso topó, | |
a lo que imagino yo, | |
tuvo oficio de Pastor | |
de un rebaño superior; | |
pues el Cordero Pascual, | |
y otro tal | |
que en Egipto repartieron, | |
todos fueron | |
figuras de Él que él guardó, | |
100 | y el que vio |
para víctima Abrahán, | |
pues que Juan | |
lo enseñó por Salvador: | |
y así José fue Pastor | |
sin igual. | |
3.—¡No fue tal! | |
2.—¡Sí fue tal! | |
3.—¡No fue tal! | |
1.— Pues ¿qué fue? | |
3.—Fue Labrador | |
de la Semilla mejor, | |
pues en solamente un grano | |
110 | guardó aquel Pan soberano, |
a quien figura el que a Elías | |
tantos días | |
sustentó, y el de Habacuc, | |
y de Ruth | |
las espigas, y la alteza | |
de la Mesa | |
del Pan de Proposición, | |
y el blasón | |
con que José fue exaltado | |
120 | y llamado |
en Egipto Salvador; | |
y así, aquéste es Labrador | |
de caudal. | |
4.—¡No fue tal! | |
3.—¡Sí fue tal! | |
4.—¡No fue tal! | |
3.—Pues ¿qué fue? | |
4.—Fue Carpintero | |
(a mi entender) todo entero, | |
sin tener más embarazo | |
que su nivel y su mazo, | |
su juntera y su cepillo, | |
130 | su martillo, |
tenazas y cartabón, | |
su formón, | |
su azuela, sierra y barrena | |
muy buena, | |
su escoplo, escuadra y su vara, | |
para | |
quizá labrar el primero | |
el Madero | |
(Remedio de nuestro mal) | |
140 | |
1.—¡No fue tal! | |
4.—¡Sí fue tal! | |
1.—¡No fue tal! | |
2.—Pues si es que alguno ha acertado, | |
denle el premio que ha ganado. | |
1.—¡Eso no, | |
que ninguno lo acertó! | |
Tod.—Pues, digo ¿qué oficio fue | |
el que tiene San José? | |
1.—Si oírlo quieren de mí, | |
¿danse por vencidos? | |
4.—Sí; | |
150 | ¡dígalo ya! |
1.—Que me place: | |
Oficio es de Prima Clase | |
con el Rito más solemne, | |
el que tiene; | |
porque es de España blasón | |
ser Patrón, | |
su Protector y Abogado | |
muy amado. | |
4.—Par Dios, que en ello no dimos; | |
160 | y es que al instante nos fuimos |
a que el Santo fue Oficial. | |
—¡No fue tal! | |
—¡Sí fue tal! | |
—¡No fue tal! | |
INDIO |
|
Yo también, quimati Dios, | |
mo adivinanza pondrá | |
que no sólo los Dotore | |
habla la Oniversidá. | |
Cor.—¡Ja, ja, ja! | |
¿Qué adivinanza será? | |
Ind.—¿Qué adivinanza? ¿Oye osté? | |
170 | ¿Cuál es mejor San José? |
1.—¡Gran disparate! | |
2.—¡Terrible! | |
Si es uno, ¿cómo es posible, | |
que haber pueda otro mejor? | |
Ind.—Espere osté, so Doctor: | |
¿no ha visto en la Iglesia osté | |
junto mucho San José, | |
y entre todos la labor | |
de Xochimilco es mijor? | |
1.—Es verdad. | |
Cor.—¡Ja, ja, ja, ja! | |
180 | ¡Bien de su empeño salió! |
NEGRO |
|
—Pues, y yo | |
también alivinalé; | |
lele, lele, lele, lele, | |
¡que pulo ser Neglo Señol San José! | |
1.—¿Por dónde esa línea va? | |
Neg.—Pues ¿no pulo de Sabá | |
telé algún cualteló? | |
Que a su Parre Salomó | |
también eya fue mujel: | |
190 | ¡lele, lele, lele, lele! |
¡que por poca es Neglo Señol San José! | |
PARA LA MISA |
|
VILLANCICO IX.—A LA EPÍSTOLA |
|
Estribillo |
|
1.—SANTO TOMÁS DIJO | |
que ver y creer. | |
2 | .—Pero José dice: |
¡Creer y no ver! | |
Coplas |
|
Tomás, del sentido | |
se dejó vencer, | |
para dar asenso | |
a aquello que ve. | |
Ver y creer. | |
10 | Mas José, que sólo |
asiente a la Fe, | |
ve el Vientre a María | |
como que no ve. | |
Creer y no ver. | |
Para creer, Tomás | |
quiere prueba hacer | |
de un Cuerpo sensible | |
a un Inmenso Ser. | |
Ver y creer. | |
20 | Joséf en sus ojos |
tiene tal poder, | |
que viendo un Preñado, | |
duda cómo es. | |
Creer y no ver. | |
Mas Dios, que los genios | |
encontrados ve, | |
de aqueste formal, | |
material de aquél; | |
a ellos se adaptó, | |
30 | por satisfacer |
a Tomás con Carne, | |
con Voz a José. | |
A Tomás le muestra | |
sus Llagas, porque | |
viendo un Cuerpo, crea | |
que es Dios el que ve. | |
Ver y creer. | |
Mas Joséf en todo | |
es tan al revés, | |
40 | que porque crea un Cuerpo, |
le habla un Dios por Fe. | |
¡Creer y no ver! | |
VILLANCICO X.—AL OFERTORIO |
|
Estribillo |
|
QUEDITITO, AIRECILLOS; | |
no, no susurréis: | |
mirad que descansa | |
un rato José. | |
No, no, no os mováis; | |
no, no, no silbéis: | |
quedito, pasito, | |
que duerme José. | |
Coplas |
|
Para no ver el Preñado, | |
10 | José, que le daba enojos, |
de María, los dos ojos | |
ha cerrado. | |
Contra su vista severo | |
dijo airado, porque vía: | |
¿Testigos contra María? | |
No los quiero. | |
Si dicen que en el empleo | |
de mi Esposa falta fe, | |
nunca estoy más ciego que | |
20 | cuando veo. |
Ya que en llanto no se aneguen | |
porque a tanto se atrevieron, | |
ojos que contra ella fueron, | |
luego cieguen. | |
Viendo Dios que eran despojos | |
sus ojos, de su sentir, | |
hízole dormido abrir | |
tantos ojos. | |
Hablóle un Ángel glorioso, | |
30 | porque solo pudo ser |
bastante a satisfacer | |
a un celoso. | |
VILLANCICO XI.—AL ALZAR |
|
Estribillo |
|
¡AY QUÉ PRODIGIO! | |
¡Ay qué portento! | |
¡Vengan a verlo todos, | |
vengan a verlo! | |
Que si, a todos, los celos | |
quitan el sueño, | |
a mi Joséf el sueño | |
quita los celos. | |
Celos con sueño, | |
10 | sueño con celos, |
en Joséf solamente | |
no son opuestos. | |
¡Vengan a verlo! | |
Coplas |
|
¡Cuán contrario que anda Dios | |
del orden natural nuestro, | |
pues hace incierta la vista, | |
haciendo verdad el sueño! | |
Despierto Joséf ignora, | |
20 | y dormido sabe: luego |
duerme cuando está velando, | |
vela cuando está durmiendo. | |
Si considera, dormido, | |
y alcanza tales Misterios, | |
¿si a esto le llaman dormir, | |
a cuál llamarán desvelo? | |
Mas ¡ay, que duerme celoso, | |
y el cuidado de los celos! | |
sólo admite de dormido | |
30 | la semejanza de muerto! |
Si Dios le ha de asegurar | |
de la Encarnación del Verbo | |
¿por qué no llega el aviso | |
antes de temer el riesgo? | |
¿Es, acaso, por probarlo | |
con el dolor más acerbo, | |
porque más tormentos pase | |
quien ha de gozar más premio? | |
No es sino quererle hacer | |
40 | su dechado verdadero, |
participándole Dios | |
de sus mesmos sentimientos. | |
El sentimiento de Dios | |
eran celos de su Pueblo; | |
y cuando los tiene Dios, | |
no está José bien sin ellos. | |
Pues sienta él entre los Santos | |
solamente este tormento; | |
que es Padre de Cristo, y debe | |
50 | parecerse al Padre Eterno. |
VILLANCICO XII.—AL “ITE MISSA EST” |
|
Estribillo |
|
¡OIGAN LA FINEZA, QUE DIOS QUIERE HACER | |
en la ostentación de su gran Poder! | |
Coplas |
|
A poder Dios hacer otro | |
Dios, tan bueno como Él, | |
a lo que imagino yo, | |
hiciera sólo a Joséf: | |
y se ve, | |
pues en cuanto pudo | |
le dio su Poder. | |
10 | Pero entonces, imagino |
que no fuera la merced | |
tan grande, siendo su igual, | |
de quererlo obedecer | |
pues más fue, | |
siendo Joséf hombre, | |
sujetarse a él. | |
Más sustentaba que Dios, | |
a mi modo de entender, | |
pues Dios lo sustenta todo, | |
20 | y él daba a Dios de comer; |
y tuvo, a fe, | |
súbditos mejores, | |
pues que Dios lo fue. | |
¡Válgame Dios, los primores | |
que nuestro Dios sabe hacer! | |
¡Que toda nuestra grandeza | |
venga de la pequeñez, | |
y que esté | |
nuestro ser, por bajo, | |
30 | en tal alto Ser! |
Yo no entiendo tan gran Santo; | |
de mí solamente sé | |
que desde luego detesto | |
lo que no sonare bien; | |
y estaré | |
a lo que corrija | |
Nuestra Santa Fe. |