ASUNCIÓN, 1690
Villancicos que se cantaron en la S. I. Metropolitana de Méjico, en honor de María Santísima en su Asunción Triunfante, este año de 1690.
PRIMERO NOCTURNO |
|
VILLANCICO I |
|
1.—SI SUBIR MARÍA AL CIELO | |
fue subir o fue bajar, | |
quiero preguntar. | |
2.—¿Quién eso puede dudar? | |
Pues está claro, que el ir es subir. | |
3.—Hay mucho que discurrir, | |
de si el llegarse a apartar | |
de su Cuerpo, fue bajar. | |
10 | 2.—Pues empiécelo a probar; |
que yo le quiero argüir | |
que fue subir. | |
3.—El contrario es mi sentir; | |
y así, quiero averiguar | |
que es bajar. | |
2.—¡No es sino subir! | |
3.—¡No es sino bajar! | |
Coplas |
|
2.—Paradoja es, que en mi vida | |
la ha topado mi desvelo: | |
20 | pues ir de la tierra al Cielo, |
¿quién dudará que es subida? | |
Y en cosa tan conocida, | |
no es necesario argüir | |
que fue subir. | |
3.—Cuando el Alma se apartó | |
del Cuerpo con raudo vuelo, | |
como era mejor que el Cielo, | |
en vez de subir, bajó: | |
pues mejor Cielo dejó | |
30 | en él, y es fácil probar |
que fue bajar. | |
2.—Cuando eso en la breve calma | |
conceda de desunida, | |
no negaréis que es subida | |
cuando sube en Cuerpo y Alma, | |
pues en uno y otro, palma | |
soberana va a adquirir; | |
y es subir. | |
3.—Contraria es la opinión mía, | |
40 | pues afirmó, sin recelo, |
que subió a María el Cielo, | |
y bajó al Cielo María: | |
pues dio Ella más alegría | |
que el Cielo le pudo dar; | |
luego es bajar. | |
2.—No niego yo, que le excede | |
María al Cielo en belleza; | |
mas hay en el Cielo alteza | |
que en la tierra haber no puede, | |
50 | y de fuerza se concede |
que el llegarla a conseguir | |
es subir. | |
3.—A todos de esa manera | |
es, pero no a su Pureza: | |
pues no puede haber grandeza, | |
que Ella antes no la tuviera. | |
Si al que no cabe en la Esfera, | |
pudo Ella sola enclaustrar, | |
luego es bajar. | |
60 | 1.—Yo la paz quiero ajustar, |
pues la guerra ocasioné; | |
y diré | |
que su gloriosa Asunción | |
se ha de entender del blasón | |
de ascender con regocijo | |
a los brazos de su Hijo, | |
que es el Trono, en mi sentir, | |
a donde puede subir; | |
que a mérito tan sin par, | |
70 | lo demás fuera bajar. |
VILLANCICO II |
|
Estribillo |
|
¡VENGAN A VER SUBIR LA CIUDAD | |
de Dios, que del Cielo vio descender Juan! | |
Coplas |
|
Vio Juan una Ciudad | |
que descendió del Cielo, | |
como Esposa adornada | |
para su Esposo, de aparato regio, | |
y que una voz le dijo: | |
—”Aqueste es el supremo | |
Tabernáculo, donde | |
10 | con los hombres habita Dios eterno”; |
y luego añade que | |
no vido en ella Templo | |
alguno, porque Dios | |
sólo era Templo suyo, y el Cordero. | |
De manera que sale, | |
según consta del texto, | |
que ella es Templo de Dios | |
y Dios es Templo suyo, a un mismo tiempo. | |
¿Pues a quién figurar | |
20 | podrá tanto misterio, |
sino al entrar María | |
en la Gloria, y Jesús en el Castelo? | |
Dios entró en el Castillo | |
cuando se hizo Hombre el Verbo, | |
y hoy María entra en Dios | |
a gozar la corona de su Reino. | |
Con que hoy, en su Asunción, | |
nos dice el Evangelio | |
que, cuando entra María, | |
30 | es Dios quien entra en Trono más excelso. |
VILLANCICO III |
|
Estribillo |
|
1.—¿QUIÉN ES AQUESTA HERMOSURA | |
que su salida apresura, | |
cual la Aurora presurosa | |
y como la Luna hermosa | |
y como el Sol escogida, | |
como escuadrón guarnecida | |
de toda fuerte armadura? | |
¿Quién es aquesta Hermosura? | |
Coplas |
|
2.—¿Por qué dices que al Aurora | |
10 | se parece su carrera? |
1.—Porque ella es la luz primera | |
que de luz los campos dora: | |
es del Sol la precursora, | |
cuyo divino arrebol | |
es engendrado del Sol, | |
y es Madre del Sol también. | |
Todos.—¡Está bien! | |
2.—¿Por qué su beldad sin tasa | |
a Luna, y no a Sol, se encumbra? | |
20 | 1.—Porque abrasa el Sol y alumbra, |
pero ella alumbra y no abrasa: | |
y es luz que al ardor no pasa, | |
pues su beldad peregrina | |
sin abrasar ilumina | |
y hace favor sin desdén. | |
Todos.—¡Está bien! | |
1.—Cristo es Sol, que en luz propicia | |
conserva su Majestad, | |
entre luces de piedad, | |
30 | los rayos de la Justicia; |
María sólo acaricia, | |
y como es sólo Abogada, | |
sólo defender le agrada | |
y atender a nuestro bien. | |
Todos.—¡Está bien! | |
1.—Por eso la Esposa pura, | |
de sus labios celestiales, | |
sólo destila panales | |
con leche y miel de dulzura. | |
40 | Mas su Esposo, la amargura |
tal vez de mirra destila, | |
porque en sus labios afila | |
cortes de espada también. | |
Todos.—¡Está bien! | |
2.—Mas, digo, ¿por qué razón | |
es electa como Apolo? | |
l.—Porque Sol se dijo a solo, | |
y es sola en la perfección: | |
una sola en el blasón, | |
50 | una sola en la pureza, |
una sola en la belleza, | |
y en la dignidad también. | |
Todos.—¡Está bien! | |
2.—Mas ¿por qué Belleza tanta, | |
es a Escuadrón comparada? | |
1.—Porque está bien ordenada | |
y a todo el Infierno espanta: | |
cuya vencedora Planta | |
quebrantó el cuello orgulloso | |
60 | de aquel Dragón envidioso |
que cayó con un vaivén. | |
Todos.—¡Está bien! | |
SEGUNDO NOCTURNO |
|
VILLANCICO IV |
|
Coplas |
|
EN BUENA FILOSOFÍA | |
es el centro de la Tierra | |
un punto solo, que dista | |
igual de toda la Esfera. | |
Luego si algo hasta él bajara | |
y de ahí pasar quisiera, | |
subiera, en vez de bajar, | |
hacia la circunferencia. | |
Esto pasa hoy en María, | |
10 | que al tocar la línea extrema |
de la Humildad, por bajarse, | |
pasa del centro y se eleva. | |
Para descender al centro | |
puso tanta diligencia, | |
que el impulso con que baja | |
son las alas con que vuela. | |
Por eso dijo de sí, | |
en boca de la Sapiencia, | |
que penetró los abismos | |
20 | y que circundó la Esfera. |
No es movimiento contrario | |
el de la divina Reina, | |
sino que la eleva el mismo | |
con que Ella humillarse intenta. | |
Como nadie es tan humilde, | |
nadie más bajar desea, | |
y baja tanto, que sube | |
a la parte contrapuesta. | |
No va de esta superficie | |
30 | por tan corta línea recta, |
sino que, para subir, | |
el dïámetro atraviesa. | |
Como es siempre su Humildad | |
su individua compañera, | |
hasta en el mismo subir, | |
el querer bajar ostenta. | |
No fue, su Asunción, subir | |
por apetecer grandeza, | |
sino que se pasó al Cielo | |
40 | por entrañarse en la tierra. |
Estribillo |
|
¿Quién ha visto cosa más singular, | |
que logre subir, quien quiere bajar; | |
y que como clara Nube, | |
cuando ella el vuelo no bate, | |
la Humildad que más la abate | |
sea el vuelo que la sube? | |
¡Tanta admiración no tuve, | |
por más que llegué a mirar, | |
que logre subir, quien quiso bajar! | |
VILLANCICO V |
|
Coplas |
|
FABRICÓ DIOS EL TRONO DEL EMPÍREO | |
por morada dichosa de criaturas; | |
pero sólo a María Soberana, | |
por decente erigió Morada suya. | |
En la grandeza toda de los Cielos | |
caber su Majestad no pudo Augusta, | |
y se estrechó en el claustro generoso | |
del Vientre virginal que le circunda. | |
Luego, mientras María está en la tierra, | |
10 | no tiene Dios morada en las alturas; |
pues sólo le es el pecho de su Madre, | |
Trono, Reclinatorio, Templo y Urna. | |
Pues para que Dios tenga digno Alcázar, | |
razón es que María al Cielo suba: | |
pues si el Solio de Dios le falta al Cielo, | |
no tendrá complemento su estrechura. | |
Suba, pues, a hacer Cielo al mismo Cielo, | |
pues hasta que le adorne su hermosura, | |
al Cielo falta ornato, a Dios morada, | |
20 | y gloria accidental a las criaturas. |
Estribillo |
|
¡Suba, suba, suba con vuelo ligero, | |
pues hasta que suba, le falta a Dios Templo! | |
VILLANCICO VI |
|
Coplas |
|
¡OH QUÉ HERMOSOS SON TUS PASOS, | |
Hija del Príncipe eterno, | |
pues no ascienden menos que | |
a lo supremo del Cielo, | |
y escuchando de tu Amado | |
los dulces amantes ecos, | |
es respuesta tu obediencia | |
a la voz de su precepto! | |
—Ven, dulce Esposa, te dice; | |
10 | ven, del Líbano supremo |
de tus méritos altivos, | |
a gozar el digno premio. | |
De Amaná, Hermón y Sanir | |
la Corona te prevengo, | |
para que con tres Coronas | |
goces triplicado Imperio: | |
la de Amaná, como a Madre | |
(pues eso suena en Hebreo); | |
la de Sanir, como a Esposa | |
20 | y la de Hermón, como a Templo. |
Ven, que ya de tus fatigas | |
pasó el riguroso Invierno, | |
y de recoger los frutos, | |
llegó el venturoso tiempo. | |
Estribillo |
|
¡Ven, Amiga mía, | |
levántate presto; | |
ven, Paloma mía, | |
alza el dulce vuelo! | |
¡Ven, Hermosa mía, | |
30 | y en tres llamamientos |
las tres Coronas goza | |
que te prevengo! | |
VILLANCICO VII |
|
Estribillo |
|
1.—¿CÓMO SE HA DE CELEBRAR | |
un día tan singular | |
como ir al Cielo María: | |
con llanto, o con alegría? | |
Coplas |
|
2.—De María la Asunción | |
con gusto ha de celebrarse, | |
pues gustosa a colocarse | |
pasa a la Eterna Mansión: | |
y así, cantar el blasón | |
10 | de tan venturoso día, |
sólo toca a la alegría. | |
3.—El Cielo, que ha de gozalla, | |
cante el bien que ha recibido; | |
mas la Tierra, que ha perdido, | |
más razón será lloralla: | |
pues si él tantos bienes halla, | |
la Tierra pierde otro tanto | |
y sólo le toca el llanto. | |
2.—Antes, alegrarse el suelo | |
20 | debe, de que es su atributo |
la gloria de dar tal Fruto | |
que ennoblecer pudo al Cielo; | |
pues va a su Trono de un vuelo | |
la Rosa que en él se cría | |
y esto toca a la alegría. | |
3.—No es razón de consolarse | |
aquésa, si se repara: | |
pues para que él se gloriara, | |
no era preciso ausentarse; | |
30 | y así, viéndola alejarse, |
bien es mostrar con quebranto | |
que sólo le toca el llanto. | |
2.—Subir a pisar Estrellas, | |
ciñéndose las más bellas | |
su Frente, que ilustra el día, | |
sólo toca a la alegría. | |
3.—Perder el Mundo afligido | |
todo el bien que ha poseído, | |
que aún no sabe medir cuánto, | |
40 | no le toca sino al llanto. |
2.—Subir al Cielo María, | |
sólo toca a la alegría. | |
3.—Perder en Ella bien tanto, | |
no le toca, sino al llanto. | |
2.—Y así, en su Asunción triunfante | |
el Cielo cante. | |
3.—Y así, su dolor no ignore | |
el suelo, y llore. | |
2.—Sus dichas festeje amante. | |
50 | 3.—El favor del Cielo implore. |
2.—¡Cante, cante! | |
3.—¡Llore llore! | |
Los dos.—¡Llore, llore! ¡Cante, cante! | |
VILLANCICO VIII.—ENSALADA |
|
Introducción |
|
1.—MIREN QUE EN ESTOS MAITINES | |
se usa hacer una Ensalada; | |
y así, déme cada uno | |
algo para aderezarla. | |
Coplas |
|
2.—Yo daré las lechugas, | |
porque son frescas, | |
y nadie mejor dice | |
una friolera. | |
3.—No negará la Patria | |
10 | quien tal pronuncia, |
ni que tanta friolera | |
es de Toluca. | |
4.—El aceite a mí juzgo | |
que me compete, | |
que es mi voz clara y blanda | |
como el aceite. | |
3.—Lo negarán los niños, | |
que aceite atizan, | |
porque traen de ordinario | |
20 | sus lamparillas. |
5.—Yo, por mi mucha gracia, | |
dar sal me place, | |
porque con mi voz tengo | |
quinientas sales. | |
3.—No esté tan engreído | |
con ese tiple, | |
que la sal Mejicana | |
es tequesquite. | |
Prosigue la Introducción |
|
1.—No se entretengan en eso, | |
30 | sino el recaudo me traigan, |
que ya en el postrer Nocturno | |
está la gente cansada; | |
y como todos ayunan | |
y hacer colación les falta, | |
podrá servir esta noche | |
y no servirá mañana. | |
Juguete |
|
2.—Pues en lugar de lechugas, | |
yo un enigma propondré. | |
3.—Y yo te responderé. | |
40 | 2.—Mas que no dicen, ¿qué día |
fue la Asunción de María? | |
3.—Bien se conoció que era, | |
desde luego, gran friolera: | |
porque, ¿quién podrá ignorarlo? | |
2.—Usted, que no ha de explicarlo, | |
aunque más razones dé. | |
3.—A Quince de Agosto fue. | |
2.—¡No fue! | |
3.—¡Sí fue! | |
2.—¡No fue! | |
3.—De la Iglesia la alegría | |
50 | la celebra en ese día, |
y es creerlo así, razón. | |
2.—¡Qué materiales que son! | |
¿Y me quieren argüir | |
con la palabra subir? | |
3.—Pues así lo entiendo yo, | |
que hasta el Empíreo subió | |
este día; y que este día | |
fue la Asunción de María, | |
y que otro no fue, diré. | |
60 | 2.—¡Sí fue! |
3.—¡No fue! | |
2.—¡Sí fue! | |
3.—Pues ¿en qué día imagina | |
que fue su Asunción divina? | |
2.—De verlo vencido, brinco | |
de contento: ¡a Veinticinco | |
de Marzo! | |
3.—¡Qué bobería! | |
Pues ¿no ve que aquese día | |
no es sino la Encarnación? | |
2.—Pues ésa fue su Asunción; | |
porque entonces, si se apura, | |
70 | subió a la mayor altura, |
que fue a ser Madre de Dios: | |
y esto no negaréis vos. | |
3.—No negaré, mas diré | |
que en ese día no fue. | |
2.—¡Sí fue! | |
3.—¡No fue! | |
2.—¡Sí fue! | |
4.—Yo, del aceite en lugar, | |
diré que la singular | |
Virgen, como Aceite fue. | |
3.—¡No fue! | |
4.—¡Sí fue! | |
80 | 5.—Yo diré que fue la Sal |
su Pureza sin igual: | |
pues por tener tal blasón, | |
ignoró la corrupción | |
que general pena fue. | |
4.—¡No fue! | |
5.—¡Sí fue! | |
JÁCARA ENTRE DOS |
|
1.—Allá va una Jacarana | |
desgarrada y descosida, | |
como aquello de Ya voy | |
con toda la artillería. | |
90 | Habrán de saber voacedes… |
2.—Espérese y no prosiga. | |
1.—¿Por qué no he de proseguir? | |
2.—Porque en la Iglesia se estila | |
que se canten cosas nuevas, | |
y si en su Jacarandina | |
no hay algo de novedad, | |
en vano se desgañita, | |
porque nadie ha de escucharle. | |
1.—Por cierto, ¡linda cangrina! | |
100 | Si es día de la Asunción, |
¿qué querrá vuecé que diga? | |
2.—Algo que novedad tenga. | |
1.—Quite de ahí, que es una hormiga; | |
que diré yo mil bellezas, | |
que soy algo Escriturista, | |
y si no, oiga una figura, | |
que viene como nacida. | |
Luchaba Dios con Jacob, | |
y aunque éste se defendía, | |
110 | con una herida en la pierna |
andaba ya de caída, | |
cuando hétela aquí, que sale | |
de rosicleres vestida, | |
vertiendo más perlas que hay | |
en toda la Margarita, | |
por el Oriente la Aurora; | |
y apenas ellos la atisban, | |
cuando Dios deja la lucha, | |
y la victoria indecisa. | |
120 | 2.—Diga algo. |
1.—¿Que con quién hablo? | |
Pienso que ustedes dormitan. | |
¿Es algo la aplicación? | |
2.—No entiendo esa algarabía, | |
porque ¿qué tiene que ver | |
lo que ha dicho, con el día | |
de la Asunción? | |
1.—¿Cómo qué? | |
Pues ¿el magín no le avisa, | |
que aquesta Aurora que sube, | |
es la Virgen que a su silla | |
130 | se va a sentar en el Cielo; |
y que viendo su subida, | |
porque es día de mercedes, | |
depone Dios la Justicia | |
y deja, al verla subir, | |
la cólera, y se retira | |
tanto, que dijo Ildefonso | |
(mire si tengo noticias: | |
tomaos ésa para en cuenta) | |
que fue tanta la alegría | |
140 | de la Asunción, que llegó |
hasta donde no podía? | |
Entiéndalo quien lo entiende; | |
y ésta doy por despedida. |
SANTA CATARINA, 1691
Villancicos con que se solemnizaron en la S. I. Catedral de la Ciudad de Antequera, Valle de Oajaca, los Maitines de la gloriosa Mártir Santa Catarina de Alejandría, este año de 1691.
PRIMERO NOCTURNO |
|
VILLANCICO I |
|
Estribillo |
|
AGUAS PURAS DEL NILO, | |
parad, parad, | |
y no le llevéis | |
el tributo al Mar, | |
pues él vuestras dichas | |
puede envidiar. | |
¡No, no, no corráis, | |
pues ya no podéis | |
aspirar a más! | |
10 | ¡Parad, parad! |
Coplas |
|
Sosiega, Nilo undoso, | |
tu líquida corriente; | |
tente, tente, | |
párate a ver gozoso | |
la que fecundas, bella, | |
de la tierra, del Cielo, Rosa, Estrella. | |
Tu corriente oportuna, | |
que piadoso moviste, | |
viste, viste, | |
20 | que de Moisés fue cuna, |
siendo arrullo a su oído | |
la onda, la espuma, el tumbo y el sonido. | |
Más venturoso ahora | |
de abundancia de bienes, | |
tienes, tienes | |
la que tu margen dora | |
Belleza, más lozana | |
que Abigaíl, Esther, Raquel, Susana. | |
La hermosa Catarina, | |
30 | que la gloria Gitana |
vana, vana, | |
elevó a ser Divina, | |
y en las virtudes trueca | |
de Débora, Jael, Judith, Rebeca. | |
No en frágil hermosura, | |
que aprecia el loco abuso, | |
puso, puso | |
esperanza segura, | |
bien que excedió su cara | |
40 | la de Ruth, Bethsabé, Thamar y Sara. |
A ésta, Nilo sagrado, | |
tu corriente sonante | |
cante, cante, | |
y en concierto acordado | |
tus ondas sean veloces | |
sílabas, lenguas, números y voces. | |
VILLANCICO II |
|
Estribillo |
|
¡ESTO SÍ, ESTO SÍ, | |
esto sí que es lucir, | |
cándido el Clavel, | |
purpúreo el jazmín! | |
¡Esto sí, esto sí, | |
esto sí que es lucir! | |
Coplas |
|
Rosa Alejandrina, | |
que llegas a unir | |
la palma y laurel, | |
10 | blanco y carmesí. |
¡Esto sí que es lucir! | |
A quien hermosea | |
la pompa feliz: | |
sobre Tiria grana, | |
perfiles de Ofir. | |
¡Esto sí que es lucir! | |
Al cándido velo, | |
por galán matiz, | |
diste de tu sangre | |
20 | arreboles mil. |
¡Esto sí que es lucir! | |
Si es cándido y rojo | |
tu tierno Amadís, | |
tú cándida y roja | |
le quieres seguir. | |
¡Esto sí que es lucir! | |
De otro Nilo a cuenta | |
está tu vivir, | |
que ignora principio | |
30 | y no tiene fin. |
¡Esto sí que es lucir! | |
Tú, que ya cortada | |
del bello pensil, | |
sabes su fragancia | |
mejor esparcir. | |
¡Esto sí que es lucir! | |
Tu triunfo, mayor | |
fue que el de Judith: | |
que aquél fue matar, | |
40 | y éste fue morir. |
¡Esto sí que es lucir! | |
Vive, pues prudente | |
supiste adquirir, | |
con un morir breve | |
eterno vivir. | |
¡Esto sí que es lucir! | |
VILLANCICO III |
|
Estribillo |
|
¡OIGAN OIGAN, QUE CANTO | |
de dos Gitanas | |
los contrapuestos triunfos | |
que Egipto enlaza! | |
Coplas |
|
Un áspid al blanco pecho | |
aplica amante Cleopatra. | |
¡Oh que excusado era el áspid | |
adonde el amor estaba! | |
¡Ay qué lástima, ay Dios! | |
10 | ¡Ay qué desgracia! |
Pero heroica Descendiente | |
de su generosa rama, | |
de mejor Amor herida | |
aspira a muerte más alta; | |
pero no muere quien | |
de amor no acaba. | |
El seno ofrece al veneno | |
la valerosa Gitana, | |
que no siente herir el cuerpo | |
20 | la que tiene herida el alma; |
que en quien lo más perece, | |
lo menos falta. | |
Amor y valor imita, | |
pero mejora la causa Catarina, porque sea | |
la imitación con ventaja: | |
que quien por Cristo muere, | |
la vida alarga. | |
Porque no triunfase Augusto | |
30 | de su beldad soberana, |
se mata Cleopatra, y precia | |
más que su vida la fama; | |
que muerte más prolija | |
es ser esclava. | |
Así Catarina heroica | |
la ebúrnea entrega garganta | |
al filo, porque el Infierno | |
no triunfe de su constancia; | |
y así, muriendo, triunfa | |
40 | de quien la mata. |
Infamia en Cleopatra, o muerte, | |
la dulce vida amenazan; | |
pero ella elige, por menos | |
mal, la muerte, que la infamia: | |
porque más que la vida | |
el honor ama. | |
Así la Mejor Egipcia, | |
a las cortantes navajas | |
ofrece los miembros bellos | |
50 | y al triunfo aspira gallarda, |
y por medios de muerte | |
la vida alcanza. | |
SEGUNDO NOCTURNO |
|
VILLANCICO IV |
|
Estribillo |
|
A LOS TRIUNFOS DE EGIPTO | |
con dulces ecos | |
concurren festivos | |
la Tierra y el Cielo, | |
pues están obligados | |
ambos a hacerlo; | |
y acuden alegres | |
a tanto festejo, | |
el golpe del agua | |
10 | y el silbo del viento, |
el son de las hojas | |
y el ruido del eco. | |
Coplas |
|
Ya fuese vanidad, ya Providencia, | |
el Filadelfo invicto, Tolomeo, | |
tradujo por Setenta y Dos varones | |
la Ley Sagrada en el idioma Griego. | |
Quiso Dios que debiese a su cuidado | |
la pureza del Viejo Testamento | |
la Iglesia, y que enmendase por sus libros | |
20 | lo que en su original vició el Hebreo. |
Mas ¿por qué (¡oh Cielos!) por qué a un Rey Pagano | |
concedió Dios tan alto privilegio | |
como hacerlo custodio soberano | |
de la profundidad de sus secretos? | |
¡Oh Providencia altísima! ¿Quién duda | |
que sólo fue por Ascendiente regio | |
de Catarina, en quien la Ley de Gracia | |
su defensa miró y su cumplimiento, | |
porque si de Moisés conservó Egipto | |
30 | en su traducción pura los Preceptos, |
también en Catarina ministrase | |
quien defendiese los del Evangelio? | |
¿Qué mucho, si la Cruz, que por oprobio | |
tuvo Judea y el Romano Imperio, | |
entre sus jeroglíficos Egipto, | |
de su Serapis adoró en el pecho? | |
Heredó Catarina con la sangre | |
(aunque en viciado culto), ardiente celo | |
de la Ley y la Cruz, y Dios en ella | |
40 | redujo lo viciado a lo perfecto. |
Fue de Cruz su martirio; pues la Rueda | |
hace, con dos diámetros opuestos, | |
de la Cruz la figura soberana, | |
que en cuatro se divide ángulos rectos. | |
Fue en su círculo puesta Catarina, | |
pero no murió en ella: porque siendo | |
de Dios el jeroglífico infinito, | |
en vez de topar muerte, halló el aliento. | |
Goza, Egipto dichoso, ese florido | |
50 | de tantos regios árboles renuevo, |
si en una sola Alejandrina Rosa | |
te ha concedido Dios verano eterno. | |
VILLANCICO V |
|
Estribillo |
|
VENID, SERAFINES, | |
venid a mirar | |
una Rosa que vive | |
cortada, más; | |
y no se marchita, | |
antes resucita | |
al fiero rigor, | |
porque se fecunda | |
con su propio humor. | |
10 | Y así, es beneficio |
llegarla a cortar: | |
¡venid, jardineros, | |
venid a mirar | |
una Rosa que vive | |
cortada, más! | |
Coplas |
|
Contra una tierna Rosa | |
mil cierzos conjuran: | |
¡oh qué envidiada vive, | |
con ser breve la edad de la hermosura! | |
20 | Porque es bella la envidian, |
porque es docta la emulan: | |
¡oh qué antiguo en el mundo | |
es regular los méritos por culpas! | |
De girantes cuchillas | |
en el filo, aseguran | |
a un aliento mil soplos, | |
a un solo corazón inmensas puntas. | |
Contra una sola vida | |
tantas muertes procuran; | |
30 | que es el rencor cobarde, |
y no se aseguraba bien con una. | |
Mas no ve la ignorante, | |
ciega, malvada astucia, | |
que el suplicio en que pena, | |
sabe hacer Dios el carro donde triunfa. | |
Cortesana en sus filos | |
la máquina rotunda, | |
sólo es su movimiento | |
mejorar Catarina de fortuna. | |
40 | No extraña, no, la Rosa |
las penetrantes púas, | |
que no es nuevo que sean | |
pungente guarda de su pompa augusta. | |
VILLANCICO VI |
|
Estribillo |
|
¡VÍCTOR, VÍCTOR CATARINA, | |
que con su ciencia divina | |
los sabios ha convencido, | |
y victoriosa ha salido | |
—con su ciencia soberana— | |
de la arrogancia profana | |
que a convencerla ha venido! | |
¡Víctor, víctor, víctor! | |
Coplas |
|
De una Mujer se convencen | |
10 | todos los Sabios de Egipto, |
para prueba de que el sexo | |
no es esencia en lo entendido. | |
¡Víctor, víctor! | |
Prodigio fue, y aun milagro; | |
pero no estuvo el prodigio | |
en vencerlos, sino en que | |
ellos se den por vencidos. | |
¡Víctor, víctor! | |
¡Qué bien se ve que eran Sabios | |
20 | en confesarse rendidos, |
que es triunfo el obedecer | |
de la razón el dominio! | |
¡Víctor, víctor! | |
Las luces de la verdad | |
no se obscurecen con gritos; | |
que su eco sabe valiente | |
sobresalir del rüido. | |
¡Víctor, víctor! | |
No se avergüenzan los Sabios | |
30 | de mirarse convencidos; |
porque saben, como Sabios, | |
que su saber es finito. | |
¡Víctor, víctor! | |
Estudia, arguye y enseña, | |
y es de la Iglesia servicio, | |
que no la quiere ignorante | |
El que racional la hizo. | |
¡Víctor, víctor! | |
¡Oh qué soberbios vendrían, | |
40 | al juntarlos Maximino! |
Mas salieron admirados | |
los que entraron presumidos. | |
¡Víctor, víctor! | |
Vencidos, con ella todos | |
la vida dan al cuchillo: | |
¡oh cuánto bien se perdiera | |
si Docta no hubiera sido! | |
¡Víctor, víctor! | |
Nunca de varón ilustre | |
50 | triunfo igual habemos visto; |
y es que quiso Dios en ella | |
honrar el sexo femíneo. | |
¡Víctor, víctor! | |
Ocho y diez vueltas del Sol, | |
era el espacio florido | |
de su edad; mas de su ciencia | |
¿quién podrá contar los siglos? | |
¡Víctor, víctor! | |
Perdióse (¡oh dolor!) la forma | |
60 | de sus doctos silogismos: |
pero, los que no con tinta, | |
dejó con su sangre escritos. | |
¡Víctor, víctor! | |
Tutelar sacra Patrona, | |
es de las Letras Asilo; | |
porque siempre ilustre Sabios, | |
quien Santos de Sabios hizo. | |
¡Víctor, víctor! | |
TERCERO NOCTURNO |
|
VILLANCICO VII |
|
Estribillo |
|
VENID, SERAFINES, | |
a ver un portento: | |
que Ángeles se ocupen | |
en hacer entierro; | |
y ése es el misterio, | |
que es, la que sepultan, | |
Ángel como ellos. | |
¡Venid Serafines, | |
a ver un portento! | |
Coplas |
|
10 | Aquel Tribunal antiguo |
del Legislador supremo, | |
en que dio en piedras escrita | |
dura Ley a duro Pueblo, | |
ya trueca en piadoso | |
el rígido ceño: | |
que aun los montes muda | |
el curso del tiempo. | |
Glorioso es ya Relicario, | |
si eminente Mausoleo, | |
20 | de cadáver incorrupto, |
de ceniza que es aliento: | |
porque como el vaso | |
de licor sabeo, | |
conserva memorias | |
de que esuvo dentro. | |
Así, de la hermosa Virgen | |
Catarina, el sacro cuerpo, | |
del espíritu glorioso | |
conserva los privilegios; | |
30 | y así, los que horrores |
en los otros cuerpos, | |
en el suyo son | |
luces y reflejos. | |
Allí, en la lapídea plana | |
haciendo buril el dedo, | |
el Decálogo grabó | |
Dios, de sus altos preceptos; | |
pero el Pueblo en vicios | |
y Moisés con celo, | |
40 | no bastó ser piedra |
para no romperlos. | |
Por eso de Catarina | |
quiso, en el cadáver bello, | |
fabricar Dios nueva Tabla | |
de la Ley del Evangelio. | |
Despique es de Dios, | |
que en el mismo puesto | |
permanezca más | |
volumen más tierno. | |
50 | No las Pirámides vanas |
que labraron sus Abuelos, | |
quiere que elevada sea | |
Tumba de sus sacros huesos: | |
mas del Sinaí sacro | |
la cumbre que, un tiempo, | |
fumante fue Trono | |
a divino incendio. | |
No el peso grava del monte | |
al cuerpo; sí el dulce peso | |
60 | del cuerpo a la cumbre grava, |
si es carga la que es consuelo. | |
Descanse en su altura; | |
que no pide menos | |
que estar tan vecino, | |
cuerpo que es del Cielo. | |
VILLANCICO VIII |
|
Juguete entre muchos |
|
1.—PUES EL MUNDO HA CELEBRADO | |
en los tiempos que han pasado | |
las célebres Maravillas, | |
yo no quiero referillas; | |
sino inculcar con primor | |
cuál de ellas fue la mayor. | |
2.—Yo cuál fue mayor diré. | |
3.— Espérese un poco usté, | |
que no ha de hablar sino yo. | |
10 | 2.—¡Eso no: |
que yo propuse primero, | |
y así referillas quiero! | |
1.—No en eso se estén cansando, | |
sino vayan relatando | |
como a la mano viniere. | |
3.—Pues empiece el que quisiere. | |
2.—Puesto que he de empezar yo, | |
de los muros que labró | |
Semíramis, contaré, | |
20 | y diré |
que eran tan maravillosos | |
y espaciosos, | |
que encima carros andaban; | |
y sembraban | |
en ellos, sus moradores, | |
los mejores | |
jardines que nunca habrá. | |
3.—Quita allá, | |
que eso no es tan prodigioso, | |
30 | como del Sol el Coloso, |
de quien Clares Lidio, diestro | |
fue maestro: | |
cuya prodigiosa altura | |
y estatura, | |
setenta codos tenía. | |
4.—A fe mía, | |
que más admirables fueron | |
las Pirámides que hicieron | |
los Egipcios, tan terribles | |
40 | e increíbles, |
que mil y quinientos pies | |
un lado es, | |
y tan bien disminuida… | |
5.—Por su vida, | |
que me atiendan a mí solo, | |
cómo pinto el Mauseolo | |
que Artemisa fabricó | |
y labró | |
tan costoso | |
50 | por Panteón de su esposo, |
y que costó tal fatiga… | |
6.—No prosiga; | |
que la fábrica más vana | |
fue aquel Templo de Dïana | |
que en Éfeso se labró, | |
y quemó | |
de Eróstrato la locura, | |
cuya hechura | |
fue de tan hermoso exceso… | |
60 | 7.—Dejen eso; |
que yo diré la mayor, | |
que es la Estatua superior | |
que a Júpiter Fidias, hizo, | |
en quien quiso | |
que a sí el arte se excediese, | |
y se viese | |
lo que su estudio alcanzó. | |
8.—Diré yo, | |
que fue el prodigio más raro | |
70 | aquella Torre de Faro, |
que las naves conducía, | |
y se vía | |
desde su altura eminente | |
tan patente | |
todo el reino de Neptuno. | |
9.—Pues no ha acertado ninguno; | |
ya que la más peregrina | |
Maravilla, es Catarina: | |
que fue Muro, | |
80 | de todo asalto seguro; |
fue Coloso | |
de otro Febo más hermoso; | |
fue Pirámide que al Cielo | |
fue de un vuelo; | |
de Cristo Sacramentado | |
fue sagrado Mauseolo, | |
y aun contemplo | |
que fue Templo; | |
fue de animados marfiles, | |
90 | con perfiles, |
Estatua más bien labrada; | |
fue encumbrada Torre, que al Cielo tocó, | |
a quien lo demás se humilla | |
Tod.—¡Ésta sí que es Maravilla | |
que tal nombre mereció! | |
¡Ésta sí, que las otras no! | |
PARA LA MISA |
|
VILLANCICO IX.—A LA EPÍSTOLA |
|
Estribillo |
|
1.—CATARINA, SIEMPRE HERMOSA, | |
es Alejandrina Rosa. | |
2.—Catarina, siempre bella, | |
es Alejandrina Estrella. | |
1.—¿Cómo Estrella puede ser, | |
vestida de rosicler? | |
2.—¿Cómo a ser Rosa se humilla, | |
quien con tantas luces brilla? | |
1.—Rosa es la casta doncella. | |
10 | 2.—No es sino Estrella, |
que esparce luz amorosa. | |
1.—¡No es sino Rosa! | |
2.—¡No es sino Estrella! | |
1.—¡No, no, no es sino Rosa! | |
2.—¡No, no, no es sino Estrella! | |
Coplas |
|
1.—Rosa es, cuyo casto velo, | |
cuando el capillo rompió, | |
el rocío aljofaró | |
de los favores del Cielo, | |
20 | para aspirar sin recelo |
a ser de tal Lilio esposa | |
la más bella. | |
2.—¡No es sino Estrella! | |
1.—¡No es sino Rosa! | |
2.—Si Catarina se llama, | |
que Luna quiere decir, | |
claro está que su lucir | |
será de celeste llama, | |
que al mundo en candor derrama | |
30 | la que el Sol imprimió en ella |
más fogosa. | |
1.—¡No es sino Rosa! | |
2.—¡No es sino Estrella! | |
1.—Rosa fue, que desplegó | |
al viento su pompa ufana, | |
teñida en la fina grana | |
que en el tormento vertió | |
cuando grosero agostó | |
Aquilón, cuanto su hermosa | |
40 | copa sella. |
2.—¡No es sino Estrella! | |
1.—¡No es sino Rosa! | |
2.—Estrella es, sin que lo altere | |
lo que en ella el rigor hace; | |
pues a mejor mundo nace, | |
cuando parece que muere: | |
De esta propiedad se infiere, | |
que vive la luz en ella | |
más vistosa. | |
50 | 1.—¡No es sino Rosa! |
2.—¡No es sino Estrella! | |
VILLANCICO X.—PARA CUANDO ALZAN |
|
¡AY QUE SE ABREN LOS CIELOS DE PAR EN PAR, | |
porque Cristo desciende, y su Esposa va; | |
y porque entre y salga una y otra | |
Sacra Majestad, | |
abre el Cielo sus puertas de par en par! | |
Coplas |
|
Alejandrina Rosa | |
que a jardines eternos, | |
libre de los inviernos, | |
te trasladaste hermosa: | |
10 | por ti lloramos, míranos piadosa. |
Azucena fragante | |
que el Nilo regó undoso, | |
y en su margen frondoso | |
descollante triunfante, | |
dando al Cielo purezas tu semblante. | |
Estrella matutina | |
que, del Sol precursora, | |
los que él collados dora, | |
tu esplendor ilumina | |
20 | de luz más apacible, más divina. |
Luna siempre brillante, | |
a quien vapor impuro | |
quiso eclipsar obscuro, | |
pero tu Fe constante | |
supo hallar plenilunio en la menguante. | |
Egipcia generosa: | |
rama siempre florida | |
de estirpe esclarecida, | |
de prosapia gloriosa; | |
30 | en fin, divina Catarina hermosa. |
Éstos, oh Virgen bella, | |
que observó la memoria, | |
son nombres que en tu historia | |
el tuyo dulce sella: | |
que eres Rosa, Azucena, Luna, Estrella. | |
VILLANCICO XI.—AL “ITE MISSA EST” |
|
1.—UN PRODIGIO LES CANTO. | |
2.—¿Qué, qué, qué, qué, qué? | |
1.—Esperen, aguarden, que yo lo diré. | |
2.—¿Y cuál es? ¡Diga aprisa, que ya | |
rabio por saber! | |
1.—Esperen, aguarden, que yo lo diré. | |
Coplas |
|
Érase una Niña, | |
como digo a usté, | |
cuyos años eran, | |
10 | ocho sobre diez. |
Esperen, aguarden, | |
que yo lo diré. | |
Ésta (qué sé yo, | |
cómo pudo ser), | |
dizque supo mucho, | |
aunque era mujer. | |
Esperen, aguarden, | |
que yo lo diré. | |
Porque, como dizque | |
20 | dice no sé quién, |
ellas sólo saben | |
hilar y coser… | |
Esperen, aguarden, | |
que yo lo diré. | |
Pues ésta, a hombres grandes | |
pudo convencer; | |
que a un chico, cualquiera | |
lo sabe envolver. | |
Esperen, aguarden, | |
30 | que yo lo diré. |
Y aun una Santita | |
dizque era también, | |
sin que le estorbase | |
para ello el saber. | |
Esperen, aguarden, | |
que yo lo diré. | |
Pues como Patillas | |
no duerme, al saber | |
que era Santa y Docta, | |
40 | se hizo un Lucifer. |
Esperen, aguarden, | |
que yo lo diré. | |
Porque tiene el Diablo | |
esto de saber, | |
que hay mujer que sepa | |
más que supo él. | |
Esperen, aguarden, | |
que yo lo diré. | |
Pues con esto, ¿qué hace? | |
50 | Viene, y tienta a un Rey, |
que a ella la tentara | |
a dejar su Ley. | |
Esperen, aguarden, | |
que yo lo diré. | |
Tentóla de recio; | |
mas ella, pardiez, | |
se dejó morir | |
antes que vencer. | |
Esperen, aguarden, | |
60 | que yo lo diré. |
No pescuden más, | |
porque más no sé, | |
de que es Catarina, | |
para siempre. Amén. |