Villancicos 11 Sor Juana

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ASUNCIÓN, 1677

Villancicos que se cantaron en la S. I. Metropolitana de Méjico, en honor de María Sma., Madre de Dios, en su Asunción triunfante, año de 1677, en que se imprimieron.

PRIMERO NOCTURNO

VILLANCICO I

Estribillo
  A ESTAS HORAS, QUE SUBE LA REINA
  por esos Cielos lucida antorcha,
  por Oficio, parece que tiene las Horas:
  cuando tocan, repican
  a Maitines y Laudes a la que es Prima.
Coplas
  Como Reloj soberano
  la más soberana Reina,
  el parabién de que sube
  al Cielo, es en-hora-buena.
10 Rodeándola por instantes
  los que al Empíreo la llevan,
  cada Ángel es un volante
  que sin cesar le hace rueda.
  Por los aires a la vista,
  viendo todos su belleza,
  siendo ellos los campanudos,
  la Virgen es la de muestra.
  En un instante ajustado
  al Cielo desde la tierra,
20 es Reloj que no se para
  y en lugar de correr, vuela.
  Con arte el más primoroso,
  porque achaques no padezca,
  hoy cuando sube a los Cielos
  con la Gloria se concierta.
  A todas horas le asiste,
  porque un minuto no pierda,
  una Mano que se hace
  para sus aplausos lengua.
30 Siendo María para todos
  Prima, y la mejor Tercera,
  es Reloj que con la Gloria
  está corriente y con-cuerda.
  Reloj de Sol, que hace raya,
  es a la vista, y tan cierta,
  que el mismo Espíritu Santo
  le hace sombra verdadera.
  Como se cuentan por horas
  las que corrientes serena,
40 es Reloj de agua muy clara,
  y horas de cristal sus cuentas.

VILLANCICO II

Coplas
  MARÍA, DE RAYOS VESTIDA
  y de Estrellas coronada,
  en el Empíreo exaltada,
  es Libro nuevo su vida.
  Siendo mucho su primor
  y que no tiene segundo,
  el mejor Libro del mundo
  es, y de mejor Autor.
  En su Asunción para ver,
10 Dios, que lo ha calificado,
  sobre lo bien aprobado
  le dio lindo parecer.
  En la Gloria, por su ciencia,
  con nombre de Rey expreso,
  majestuosamente impreso
  sale a luz, con su licencia.
  Si es la Gloria que en él campa
  lo celestial que contiene,
  diga el Cielo que le viene
20 de molde su hermosa estampa.
  Dedicándose a la Gloria
  por lo que discurre claro,
  Libro de opinión es raro,
  y de gran Dedicatoria.
  Por mi devoción diré
  que fue, para que se entienda,
  Libro limpio, sin enmienda
  ni fe de erratas (sí, a fe).
  Pues sin humanas zozobras
30 de Adán, sumamente electa,
  es obra de Dios perfecta
  y la Mejor de sus Obras.
  Cuantos conceptos espacia
  y en capítulos conforma,
  son un argumento en forma
  de la materia de Gracia.
  Sin triste y funesta calma,
  por su asunto milagroso,
  es en estante glorioso
40 sagrado Cuerpo con Alma.
  Subidamente en su aprecio,
  en escuela de Querubes,
  ¿qué mucho ande por las nubes
  Libro que es de tanto precio?
  Aunque tanto se dilata
  y parece de Conquista,
  bien ojeado a la vista
  sólo de la Gloria trata.
  Por ser soberano Libro,
50 con segura confïanza
  en él toda mi esperanza
  fundo, y en la Virgen libro.
Estribillo
  Si es un Libro María por quien se canta,
  su cuaderno es del Cielo con harta Gracia,
  para que en él estudien rayos por hojas
  los que contentos echan de la gloriosa
  Virgen triunfante,
  que desde la tierra a la Gloria su vida
  es vecina, y con ella su verdad linda.

VILLANCICO III

Coplas
  ÉSTE, QUE ES DE MARÍA,
  sin sombra alegre,
  hace su gallardía
  día solemne.
  Olvidando la tierra,
  con alto acuerdo,
  su beldad satisfecha
  echa hacia el Cielo.
  Cuando con altas alas
10 hoy se remonta,
  al querer descubrilla,
  brilla en la Gloria.
  Volando por los aires
  con lindo aliento,
  su pureza acrisola
  sola, su esmero.
  En palacio de Estrellas
  se ve en su solio,
  aliñada y compuesta,
20 puesta en gran trono.
  Prevenidos le tienen
  los que la suben,
  con sus plumas y bandas,
  andas de luces.
  Suelto su hermoso pelo,
  de trenzas rico,
  es en él su tesoro
  oro subido.
  Con tantos Cortesanos,
30 se ve vistosa,
  cuando Reina se exalta,
  alta su pompa.
  Siendo Fénix, descubre
  mejor Arabia,
  porque el Cielo la alabe Ave de Gracia.
  Para triunfo de glorias
  nunca marchito,
  fue su mortal desmayo
40 Mayo florido.
  Siendo Azucena hermosa
  que ámbares siembra,
  es, cuando hermosa campa,
  ampa y serena.
  A todas las Estrellas,
  Reina, triunfando,
  da, con su gran subida,
  vida a los Astros.
  Mariposa que bebe
50 la Luz que ronda,
  con su vistoso alarde
  arde, que es Gloria.
  Las voces de los Cielos
  son, porque se oigan
  todas sus consonancias,
  ansias dichosas.
Estribillo
  Si es que veloces publican las voces
  que sube María, del Cielo alegría,
  triunfante a la Gloria, que viene y que va,
60 de las voces los ecos aquí lo dirán.

SEGUNDO NOCTURNO

VILLANCICO IV.—JÁCARA

Estribillo
  ¡MIREN, ESCUCHEN, AGUARDEN,
  corrido yo, tengan, tengan,
  que está mi Jacarandina
  por la Madre de Dios hecha!
  ¡Afuera, afuera,
  que con su alarde el Cielo anda de leva!
Coplas
  Vaya de alarde vistoso,
  escúchenme todos, vaya,
  que una Compañía del Cielo
10 hoy los Ángeles levantan.
  Entre encarrujos de armiños,
  las Celestiales Substancias,
  de ministros de María
  hoy han asentado plaza.
  Libre el Ceilán del cabello,
  rica afrenta de la Arabia,
  con el manto azul de Estrellas
  se ve, que suelta la capa.
  En Santa María, felices,
20 dichosamente se embarcan,
  pues para hacer un buen Tercio
  es la mejor Capitana.
  Viniendo de Puerto-Rico,
  que es la Bienaventuranza,
  con su Patrona a buen viento
  llegan a la Deseada.
  Las que al aire se tremolan
  por aquesa azul campaña,
  están publicando el gusto
30 a banderas desplegadas.
  Con pífanos y clarines,
  porque es una Arca cerrada,
  templada para los Cielos,
  hoy ha de servir de caja.
  Entre las tropas ardientes
  que le van haciendo alas,
  los Serafines son Cabos
  lucidos, que van por mangas.
  Con instrumentos sonoros,
40 haciéndole en ellos salva,
  sobre sus hombros María
  sin peso les da la carga.
  Siendo su fuerza un Castillo
  fuerte para las batallas,
  para los más combatidos
  es segura plaza de armas.
  Volante escuadrón de plumas
  haciéndole retaguardia,
  como unas flechas volando
50 sus cañones se disparan.
  Por los humos del Agosto
  que se reparte en fragancias,
  la mosquetería de Abril
  en botones rompe el ámbar.
  Con tremoladas garzotas,
  porque a ninguno le falta,
  todos con sus bandas vienen
  a sólo estar de su banda.
  Los que divinos Arqueros
60 por delante la acompañan,
  con su Alma se ve glorioso
  también su Cuerpo de guardia.
  Cuantos se alistan felices
  a servir Reina tan alta,
  atenta en favorecerlos,
  se ven soldados de paga.
  Su escudo es, y tanto vale
  con la gente reformada,
  que basta contra el Demonio
70 este escudo de ventaja.
  A los bien disciplinados,
  por sus culpas, no rechaza,
  pues con la Madre de Dios
  todo su remedio avanzan.
  Hacer de sus gracias lista
  es no acabar de sumarlas;
  que era contar las arenas
  del mar, y eso pocas gracias.
  En el más recio combate,
80 suele siempre a muchas almas
  con sólo decir “A Dios
  y veámonos”, lïarlas.

VILLANCICO V

Estribillo
  ¡GRADO, GRADO,
  que tocan las trompetas, alto, alto,
  y en los aires
  suenan las chirimías con atabales!
  Porque la Reina,
  celestial Doctora, pura Maestra,
  con instrumentos
  ¡todos los que acompañan van de los Cielos!
Coplas
  A la Minerva Divina,
10 para darle el mayor Lauro,
  sobre el punto más subido
  le están a puntos tocando.
  Repitiendo para Reina
  con puro, elocuente garbo,
  por el tiempo de su vida,
  ya su hora se ha llegado.
  En el examen de Pura
  fue su lección un milagro,
  por el punto que le cupo,
20 sola De Verbo Incarnato.
  A la Oración, con Gabriel
  entró; y al salir del Claustro,
  en la urna de su opinión
  Tres Personas la aprobaron.
  La venia de su argumento,
  sin réplica, se la han dado
  en la Escuela de la Gloria
  Aquellos más gradüados.
  Sin dispensarle la pompa,
30 para el Empíreo Palacio
  vistosamente el Paseo
  es, de majestad y aplauso.
  Haciendo gala de suyos
  los Ángeles soberanos,
  siendo crïados de Dios,
  se precian de sus crïados.
  Sin el Vejamen de Adán
  con todo el género humano,
  entre todas las criaturas
40 hoy se le da el mejor Grado.
  Coronándole las sienes
  el divino Cancelario,
  por la virtud de su ciencia
  ocupa el mayor Teatro.
  Sentada en augusto trono,
  con el escudo más claro
  que le dio la Omnipotencia,
  todo es Gloria sus abrazos.
  La conclusión de esta Iglesia,
50 pura Doctora, dictando,
  se va a llevar por lectura
  ser su Titular del caso.

VILLANCICO VI

Coplas
  SI ME LLEGAN A ESCUCHAR
  del Sol de Pureza bello,
  su Asunción, que es de admirar,
  la he de contar, voz en cuello,
  para ver si sé contar.
  El que de su Fiesta habla,
  dirá, al mirarla opulenta,
  que es de cuenta; y no lo entabla,
  porque una Fiesta de cuenta
10 forzoso es que sea de Tabla.
  Siendo ella de los Cantares,
  y los que ensalza dichosos
  navegando azules mares,
  sus Ángeles numerosos
  se han de contar por millares.
  Partiéndose de esta vida,
  todo el viento iluminando
  con majestad nunca oída,
  hoy se ha de contar volando
20 al Cielo aquesta partida.
  Con celestial lucimiento
  como se deja inferir,
  antes de irse por el viento,
  estuvo a medio partir
  multiplicando el contento.
  Su ser, con divino esmero,
  y el gusto que iba causando,
  se vio allí, por lo que infiero,
  nunca más sano, que cuando
30 hoy se partió por entero.
  Mas para que no disguste
  mi cuenta, que tanto dura,
  sino que de ella se guste,
  con la Aritmética pura
  de Dios tuvo buen ajuste.
  Tanta gloria y alegría
  que nadie pintar osara,
  a preguntar este día
  cómo ella fue, la contara
40 sólo Dios, y su María.
  Pues por don particular,
  como lo confieso y sé,
  es cosa bien de admirar
  que, en plural con todas, fue
  del número singular.
  Con acordes instrumentos
  y tiernas elevaciones,
  la llevaban muy atentos
  sobre sus hombros, millones
50 de Espíritus, sin más cuentos.
  Con que en manos de Dios puesta,
  sin poder más discurrir,
  porque aquésta es mucha Fiesta,
  lo que no sabré decir
  ni contar, es lo que resta.
Estribillo
  —Los que a la Fiesta vienen, sin más despacho
  se les dará la misma luego en contado.
  —¡Lindo, bueno! —¡Extremada!
  Porque de esta Flor bella, aun la raíz cuadra.
60 —¡Cuenta escuchen, no hay duda;
  que de este día las glorias, todas son sumas!

TERCERO NOCTURNO

VILLANCICO VII

  EN TRONO DE ZAFIR, REINA TRIUNFANTE,
  divina pompa de florido Mayo,
  de los que lleva hermosa por el viento,
  si le saco colores, sea volando.
  El primero que luce en su belleza,
  cándidamente puro en campo raso,
  aunque siempre anda el blanco por las nubes,
  de la Gloria será, que éste es su blanco.
  Sin más color que aquel que le da el gusto,
10 siendo a la vista firmamento vago,
  tierna dulce marea, aura süave,
  es su color de aire y noto blando.
  Rico el hermoso manto de sus luces,
  guarnecido de puntas que son rayos,
  sin que pueda pasar por demasía,
  tira lo que es a-rojo a ser dorado.
  Con realce de Estrellas, suelto al aire,
  pudiera azul celeste ir publicando
  que de su banda tiene los colores,
20 pero éste solamente está a-su-lado.
  Sueltas las trenzas de su pelo hermoso
  que van toda la esfera iluminando,
  un mar de incendios es, con ondas de oro,
  el color de su crencha, encabellado.
  Pura Virgen al Cielo remontada
  por su mayor altura, sin desmayo,
  de carne de doncella por subido
  su color, con su ser, luce encarnado.
  Los Ángeles que vienen a llevarla
30 para el Empíreo celestial Palacio,
  son todas sus colores nogueradas,
  cuando tanto la están reverenciando.
  Por ser del Cielo Reina soberana,
  los que le van sirviendo de incensarios,
  el color de ámbar suyo es la fragancia;
  su asistencia en la Gloria, lo morado.
  Entre el dorado brillo de sus plumas,
  sobre sus gracias hoy, sobre lo manso,
  cuando hermosa Paloma al Cielo vuela,
40 sale lo columbino, que es milagro.
  Galanes a su vista se previenen,
  ninguno obscuro, sino todos claros,
  los grandes Astros, de color de cielo,
  las Estrellas, de lindo plateado.
Estribillo
  ¡Va de colores,
  a escoger, a escoger los mejores,
  tales y buenos,
  que han de ir a más con colores a-menos!

VILLANCICO VIII

Estribillo
  —¡A LA SALA VENGAN VOLANDO,
  a la Audiencia, a la Audiencia,
  a Palacio, a Palacio!
  ¡No se detengan, anden!
  —¡Esperen, miren, tengan, aguarden,
  y verán con qué gracia
  sube la Reina, los Ángeles bajan,
  juntos repitiendo, juntos publicando
  a coros el Triunfo que van relatando!
Coplas
10 Toda la Corte del Cielo,
  hoy cuando sus puertas abre
  a Audiencia pública, quiere
  que su Emperatriz despache.
  Por una deuda de humana,
  dispuso se le embargase
  la vida, cuando el Empíreo
  quiere se le desembargue.
  Toda vestida de rayos
  su divina hermosa Imagen,
20 libre y sin costas se mira
  salir de la mortal cárcel.
  Para dar bello traslado
  de su Original brillante,
  al Cielo se va, que es donde
  está citada la parte.
  Porque aunque ven que su vida
  llega hoy al último trance,
  sólo el suyo es, entre todos,
  dichoso trance y remate.
30 Y aun para dar fe los ojos
  con el signo de su Imagen,
  tiene infinitos ministros
  de pluma de oro en los aires.
  Con ser sabia para todos
  los que de su amor se valen,
  es una Abogada a quien
  las peticiones se hacen.
  Aunque lo humano se atreva
  la muerte a notificarle,
40 da el Cielo, cuando la asiste
  los estrados por bastantes.
  Para la Sala de arriba
  a donde es bien que apelase,
  son un proceso infinito
  las gracias con que ella sale.
  Y así, echando el fallo, gusta,
  por el derecho de Madre
  que en el Tribunal de Amor
  sólo de querella se hable.

VILLANCICO IX.—ENSALADILLA

Introducción
  POR FESTEJAR A LA VIRGEN,
  de urracas dos Monacillos
  salieron, dándole vaya
  a cierto Negro Perico.
  Una ensalada de cosas
  le dijeron, y aturdido
  el Negro era el apagado,
  siendo ellos los encendidos.
Estribillo
  —Cogiendo Canario,
10 me parece, a fe,
  tocarme de gusto;
  ¡tocármelo bien!
Coplas
  El Canario que suena festivo,
  pagado y contento de buenos pasajes,
  se comienza (que en eso está el toque)
  metiéndolo a voces la música, tate.
  Aunque nos oiga, y aunque se ausente,
  con que nos deja y con que se parte,
  nuestras voces escuche la Reina,
20 con todos sus conques y todos sus aunques.
  Si el demonio, de verla tan alta,
  espuma venenos y riza corajes,
  pues de envidia se come rabioso,
  ya que se come, sin réplica más-que.
  La fuga sonora, que suena lucida,
  escrita en latín y dicha en romance,
  de las voces que Angélicas suenan
  su triunfo glorioso, es sólo el tu-autem.
  Aunque gorrón en danza me meta
30 la dulce armonía que suena en los aires,
  por decirla bailando de gusto
  delante de todos, estoy casi, casi.
Prosigue la Introducción
  Perico, con otros Negros,
  dando de contento brincos,
  aunque los estribos pierda
  no ha de perder su estribillo.
Estribillo
  1.—¡ola, hau, Antonilla! 2.—¿Qué manda?
  1.—Ya lo sabe, que tené
  una fiesa. ¿Qué hacé?
40 2.—¡Ya se ve!
  1.—Pues priviní la tambó,
  porque en fiesa la Sunció
  no se está queda la pie.
  (Todos:) —¡He, he, he, he!
  1.—Meneá la calabacillo,
  para qui las monacillo
  aora nus venga a escuchá.
  (Todos:) —¡Ha, ha, ha, ha!
  1.—Éste sí quiso mijó,
50 cantando y bailando
  la re-mi-fa-só.
  (Todos:) —¡Ho, ho, ho, ho!
  1.—Que esa Niña que sube, palese,
  palese muy bé.
  (Todos:) —¡Le, le, le, le!
Coplas
  —A celebrar hoy lus nenglu
  viene a la Iglesia Mayó,
  cun Sïora Pribindalo,
  la fiesa le la Asunció.
60 —¡Ho, ho, ho, ho!
  —Como só li la Mesé,
  lo manda el señó Retó
  qui venga cun la tandarte
  mañana la Prucisió.
  —¡Ho, ho, ho, ho!
Prosigue la Introducción
  A lo último unos Cantores,
  con licencia del Cabildo,
  de los Negros, voz en cuello,
  llevaron cantando el vítor:
Coplas
70 —A la mejor Reina,
  para los que oyen,
  son los que sabemos
  festejar a voces.
  Decir que cantando
  somos su Capilla,
  si parece nuevo
  dígalo la Antigua.
  Cantando y diciendo:
  ¡Víctor, víctor, víctor!,
80 de lo que dejare
  daré fin, y quito.