Manuel Fernández Caballero

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BIOGRAFIA

En 1885, el maestro Caballero, quizá motivado por la nostalgia de aquellas tierras y viendo en ello una oportunidad de dar a conocer su repertorio por allí, realiza una gira por Sudamérica con una compañía de zarzuela con la que representa sus obras más conocidas, recibiendo la misma acogida que ya obtuviera en España. Allá por donde iban él y sus obras, no dejaban más huella que la del rotundo éxito.

   Durante la década de los ochenta escribe ni más ni menos que sesenta y tres zarzuelas, casi todas ellas con el beneplácito del público. Destacan entre otras: Las mil y una noches (1882), Dar la castaña (1882), El Hermano Baltasar (1884) y La noche del 31 (1888) y aún más Los bandos de Villafrita (18884) y Chateau Margaux (1887).

   Poco a poco Caballero se va quedando ciego, de ahí que a en sus últimos años, fuese frecuente que sus zarzuelas fueran realizadas en colaboración con otros compositores, (a pesar de ello, sus más grandiosos éxitos sólo llevaban la firma del maestro Caballero), llegando incluso a tener que dictar de viva voz las notas a uno de sus hijos cuando pierde definitivamente la vista. De hecho, cuando fue elegido miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1891, hubo de posponer su ingreso más de diez años hasta que, tras una exitosa operación de cataratas, recuperó la vista y pudo realizar el discurso de ingreso, que llevó por título Los cantos populares españoles considerados como elemento indispensable para la formación de nuestra nacionalidad musical, tema, como hemos dicho, recurrente en toda su música.

   Sin embargo, es en estos años de problemas de salud cuando alcanza su más alto grado de reconocimiento, regresa al Teatro de la Zarzuela del que se hace empresario desde 1896 hasta 1901 y donde estrena obras del género chico como La viejecita (1897), El señor Joaquín(1898) y las celebérrimas Gigantes y cabezudos (1898), -donde se incluye el famoso “Coro de repatriados”, otro de los puntos fuertes del maestro, que compuso numerosas piezas para coro en sus zarzuelas, otorgándoles en numerosas ocasiones un papel destacado-  y El dúo de La africana (1893), ésta última en el Teatro Apolo donde llegó a representarse doscientas once veces consecutivas, éxito sólo igualado por La Gran Vía de Chueca y Valverde en 1886, todo un hito en la historia de la zarzuela.

   El maestro Caballero continuó escribiendo hasta el final de sus días. Desde 1900 hasta 1906 compuso casi treinta zarzuelas más.

MANUEL FERNÁNDEZ CABALLERO, EL GRAN GENIO DE LA ZARZUELA

Villancicos 12 Sor Juana

228888

NAVIDAD, 1678

Villancicos de la Natividad de Cristo Señor Nuestro, que se cantaron en la S. I. Catedral de la Puebla de los Ángeles el año de 1678, en que se imprimieron.

PRIMERO NOCTURNO

VILLANCICO I

Estribillo
  1.—¡FUEGO, FUEGO, QUE EL MUNDO SE ABRASA!
 
  1. —Repiquen a fuego todas las campanas!
  3.—¡Dilín, dalán, agua, agua;
  dolón, don, don, agua, agua!
  1.—¡Derribad la casa, agua, agua!
 
  1. —¡No echéis agua, bueno está,
  que el agua es el fuego ya,
  y en ella el fuego se abrasa!
  3.—¡Si es diluvio, huyamos luego!
10
  1. —¡Fuego de Dios en el fuego
  que no se apaga con agua!
 
  1. —¿Si es fuego de San Antón?
 
  1. —¡No es sino fuego de Dios,
  que enciende las almas
  y abrasa de amor!
Coplas
  —Entre amorosos raudales
  en lágrimas derretido,
  llorando el Sol ha nacido,
  vertiendo fuego en cristales;
20 quiere, con diluvios tales,
  abrasar la tierra helada
  y anegar el mundo ciego.
  —¡Fuego de Dios en el fuego,
  que no se apaga con agua!
  —Cuando el agua ardiendo vemos
  contra su antigua costumbre
  echar agua es echar lumbre
  y apagarla no podremos;
  que aunque más agua le echemos,
30 quedará en ella abrasada
  y más encendida luego.
  —¡Fuego de Dios en el fuego,
  que no se apaga con agua!
  —Es en vano pretender
  su vivo fuego apagar,
  que hasta que deje de amar
  no puede dejar de arder;
  y como no puede ser
  que no ame cuando se humana,
40 llora y arde sin sosiego.
 
  1. —¡Fuego de Dios en el fuego
  que no se apaga con agua!
 
  1. —¿Si es fuego de San Antón?
  3.—¡No es sino fuego de Dios,
  que enciende las almas
  y abrasa de amor!

VILLANCICO II

Estribillo
  NIÑO DIOS, QUE LLORAS NACIENDO:
  perlas y flechas tus lágrimas son;
  con las perlas redimes mis culpas,
  con las flechas me hieres de amor.
Coplas
  Llora, llora, que el llanto,
  partido en dos efectos diferentes,
  hace que crezcan tanto
  que perlas se admiren y flechas ardientes.
  ¡Oh inaccesible Grandeza de Dios!
10 Con las perlas redimes mis culpas,
  con las flechas me hieres de amor.
  Congelado el sollozo
  en ese nácar de tus dos mejillas,
  se miran sin rebozo
  las perlas y las flechas maravillas.
  ¡Oh Omnipotencia admirable de Dios!
  Con las perlas redimes mis culpas,
  con las flechas me hieres de amor.
  Lo que sentido llora
20 tu humano sentimiento, forma voces
  que cantan al Aurora
  ser perlas finas ya, flechas veloces.
  ¡Oh Bondad soberana, amorosa, de Dios!
  Con las perlas redimes mis culpas,
  con las flechas me hieres de amor.
  Corre e1 lamento río
  hasta salir de madre en fuentes claras,
  y es tal su poderío,
  que a un tiempo perlas son y flechas raras.
30 ¡Oh Sabiduría infinita de Dios!
  Con las perlas redimes mis culpas,
  con las flechas me hieres de amor.
  De río a golfo pasan
  las lágrimas que viertes amorosas,
  y así entre sí se abrasan
  que perlas se forman, y flechas costosas.
  ¡Oh inestimables Finezas de Dios!
  Con las perlas redimes mis culpas,
  con las flechas me hieres de amor.

VILLANCICO III

  1.—¿A DÓNDE VAIS, ZAGALES?
 
  1. —A Belén,
  a ver maravillas
  que son para ver.
 
  1. —Decidnos, Zagales,
  ¿cómo lo sabéis?
 
  1. —En los aires lo cantan los Ángeles
  con voces sonoras. ¡Oíd, atended!
Coplas
  —Hoy veréis en un portal
10 la Palabra enmudecida,
  la Grandeza en pequeñez,
  la Inmensidad en mantillas.
  Todos.—¡Qué maravilla!
  —De una Estrella nace el Sol,
  el Mar se estrecha a una orilla,
  y una Flor en otra flor,
  infante Fruto se anima.
 
  1. —¡Qué maravilla!
  —El Impasible padece,
20 el Fuego ardiendo se enfría,
  la Divinidad se humana
  y la Rectitud se inclina.
  Todos.—¡Qué maravilla!
  —De Quien todos tiemblan, tiembla;
  baja la Soberanía,
  enflaquécese el Valor
  y llora la misma Risa.
 
  1. —¡Qué maravilla!
  —La tierra es un Cielo ya
30 en esta Noche que es Día;
  el Eterno es temporal,
  y es muerte lo que fue Vida.
 
  1. —¡Qué maravilla!
  —La Verdad hoy se disfraza,
  la Fuerza se debilita,
  la Omnipotencia se abrevia
  y clara la Luz se eclipsa.
 
  1. —¡Qué maravilla!
  —Ya la Alteza es humildad,
40 ya lágrimas la Alegría,
  ya clemencia los rigores
  y ya Piedad la Justicia.
 
  1. —¡Qué maravilla!
  —Ya la Riqueza es pobreza,
  y el Poderoso mendiga,
  y el León, que siempre vence,
  Cordero se sacrifica.
 
  1. —¡Qué maravilla!
  —El que no tuvo principio,
50 su ser en tiempo principia;
  y el Criador, como criatura,
  sujeto a penas se mira.
 
  1. —¡Qué maravilla!
  —Hombres: escuchad prodigios
  que son más que humanas dichas:
  Dios es Hombre, el Hombre es Dios,
  que entre sí se comunican.
 
  1. —¡Qué maravilla!

SEGUNDO NOCTURNO

VILLANCICO IV

  AQUELLA FLOR DEL CAMPO
  de azules esplendores,
  nace de una Azucena
  como un Niño de flores.
  En el pensil más yerto
  de un Portalico pobre,
  sus hojas de escarlata
  más ciñe que descoge.
  Encarnada Hermosura
10 de limpios tornasoles,
  da a lo pajizo galas
  y a lo tierno favores.
  De aljófares que vierte,
  florece hermoso broche
  entre las hojas bello
  y entre las pajas dócil.
  Y aunque puntas le tiran
  los copos de la noche,
  ni sus claveles ajan
20 ni sus jazmines rompen.
  Una fecunda Virgen
  en su arrullo le acoge
  por Joya de su pecho
  y Flor de sus albores.
Estribillo
  ¡Ay que el hielo le ofende
  porque su albor retoque
  con brinquiños de perlas
  cuando las llore,
  enternecido Infante,
30 y Dios de los amores!

VILLANCICO V

  1.—LLEGAD, PASTORES, LLEGAD
  y veréis una novedad
  que se descubre y se esconde.
 
  1. — ¿Dónde?
 
  1. —En Belén ahora está.
 
  1. —¿Qué será?
 
  1. —Adivinadlo, Pastores,
  que es un milagro de amores
  entre desdenes constante.
10
  1. —¿Si es Amante?
  1.—No padece cuidados menores,
  y su desvelo es mayor.
 
  1. —¿Si es Pastor?
  1.—Tiene muy bello el semblante;
  más lindo le considero.
 
  1. —¿Si es Cordero?
  1.—Sale de Él un resplandor
  que nos baña de alegría.
 
  1. —¿Si es el Día?
20 1.—Deciros la verdad quiero:
  es Cordero, Amante y Pastor,
  y el Día mejor
  que tendrán los hombres jamás;
  ¡que es Dios, que es todo lo más!
Coplas
 
  1. —¿Dime qué tiene de Amante?
  1.—Lo que sufre por amor.
 
  1. —¿Y qué tiene de Pastor?
  1.—El cuidado vigilante.
 
  1. —¿Y al Cordero semejante?
30 1.—En que inocente padece.
 
  1. —¿Y en qué al Día se parece?
  1.—En que le anuncia un Lucero.
  Deciros la verdad quiero, &.
 
  1. —¿Con ser Amante, qué quiere?
  1.—Mostrar su amor celestial.
 
  1. —¿Y en ser Cordero, zagal?
  1.—La obediencia con que muere.
 
  1. —¿Y en el ser Pastor, qué infiere?
 
  1. —Que vela en defensa nuestra.
40
  1. —¿Y en el ser Día, qué muestra?
  1.—Que nació su luz primero.
  Deciros la verdad quiero, &.
 
  1. —¿Quién llega en tanto tropel?
  1.—Tres Reyes que nada ignoran.
 
  1. —¿Qué buscan y a quién adoran?
  1.—Otro Rey mayor en Él.
 
  1. —¿Quién les dio noticia d’Él?
  1.—Una Estrella peregrina.
 
  1. —¿Qué les muestra, si es divina?
50 1.—El Camino verdadero.
  Deciros la verdad quiero:
  es Cordero, Amante y Pastor,
  y el Día mejor
  que tendrán los hombres jamás;
  ¡que es Dios, que es todo lo más!

VILLANCICO VI.—JUGUETE

Estribillo
  1.—NO HAY EN EL PORTAL QUIEN TENGA,
como Menga, gracia tal.
2.—¡Tengan, que sale Pascual
con mil gracias más que Menga!
Coplas
  1.—Los Pastores han de ser
  los que al Niño Dios festejen;
  y como el baile no dejen,
  tendremos mucho que ver.
 
  1. —Bulla el gusto y el placer,
10 todo Pastor se prevenga;
  brinque, salte, vaya y venga,
  que ya dice el Mayoral:
  ¡Tengan, que sale Pascual
  con mil gracias más que Menga!
  1.—El Niño, que agradecido
  conoce sus corazones,
  les echa mil bendiciones
  obligado, aunque ofendido.
 
  1. —Y pues esto han conocido,
20 porque su amor entretenga
  no hay quietud que los detenga
  al Anciano ni al Zagal.
  ¡Tengan, que sale Pascual
  con mil gracias más que Menga!

TERCERO NOCTURNO

VILLANCICO VII.—NEGRILLO

  —¿AH, SIñOL ANDLEA?
  —¿Ah, Siñol Tomé?
  —¿Tenemo guitarra?
  —Guitarra tenemo.
  —¿Sabemo tocaya?
  —Tocaya sabemo.
  —¿Qué me contá?
  —Lo que ve.
  —Pue vamo turu a Belé,
  y a lan Dioso que sa yoranda
  le cantemo la salabanda.
  —Paléceme ben.
10 —Y a mí tambén.
  —Toca, plimo, pol tu fe.
  —¡Así, así, que lo pe se me anda!
  —¡Así, así, que me buye lo pe!
Coplas
  —Cantémole al Redentole
  la bienvinira y yegara.
  —Sando ronca y resfrïara,
  cantalemo mal, siñole.
  —Récipe de la mendole
  porque tengamo voz clara:
20 de botica un cucharara
  cuanto baste a su mecé.
  —Paléceme ben. &
  —De los branco nos guardemo,
  que tosemo a lo billaco.
  —Debe de tomal tabaco,
  pue tanto a neglo tosemo.
  A lo Pesebre yeguemo
  y a lo son de trumentiyo,
  guitarriya y panderiyo,
30 hagamo fiesta en Belé.
  —Paléceme ben.
  —Y a mí tambén.
  —Toca, plimo, pol tu fe.
  —¡Así, así, que lo pe se me anda!
  —¡Así, así, que me buye lo pe!

VILLANCICO VIII.—JUGUETE

  ESTE NIÑO, QUE HA NACIDO
  en el Portal de Belén,
  díme, Antón, si eres discreto,
  ¿no tiene mil gracias, eh?
  En sus peregrinos ojos
  ¿no te mueve un no sé qué,
  con que, a un tiempo, da la vida
  y mata de amores, eh?
  De su cara la hermosura
10 y su belleza también,
  ¿no dice que es propia Imagen
  de Dios, y su Espejo, eh?
  La ternura de su llanto,
  ¿no da muy bien a entender
  que es Hombre a lo descubierto
  aunque Dios oculto, eh?
  Su desnudez, ¿no te muestra
  que ha llegado a empobrecer
  sólo por hacerte rico
20 con lo que no piensas, eh?
  ¿Y que siendo Poderoso,
  vino a tanta mendiguez
  que llora necesidades
  sólo porque quiere, eh?
  Que los Ángeles le sirvan
  y Reyes besen el pie,
  ¿no es señal que es gran Señor,
  aunque en un pesebre, eh?
  Dios amante se desvela,
30 y porque nos quiere bien;
  si te duermes en buscarle
  ¿no serás dormido, eh?
  Tus amores le han traído
  a un Portal, a mal traer;
  cuando su rigor no sientes,
  ¿no eres un ingrato, eh?
  Si entre los hielos y escarcha
  su fuego miras arder,
  ¿cuando en su amor no te abrasas,
40 no eres una nieve, eh?
  ¡Ay, Antón! Si me creyeras,
  y te murieras por Él
  como Él se muere por ti,
  ¿no fueras dichoso, eh?

compositores: Jose Serrano

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José Calixto Serrano Simeón (Sueca; 14 de octubre de 1873Madrid; 8 de marzo de 1941) fue un compositor español, conocido por sus más de cincuenta zarzuelas. Autor, entre otras, de las famosas zarzuelas La reina mora, La canción del olvido, La dolorosa y Los claveles, se le considera el heredero musical de Federico Chueca. Las obras de Serrano, tienden hacia un teatro popular, simple pero cargado de emoción dramática. La influencia de Giacomo Puccini y el verismo italiano es evidente en muchas de sus obras. Compuso el himno de la Exposición Regional Valenciana de 1909, que ha sido adoptado oficialmente como Himno de la Comunidad Valenciana.

BIOGRAFIA

En 1895 se traslada a Madrid y estudia con una pensión del Ministerio de Fomento en el Conservatorio de Madrid. Fueron sus maestros don Jesús de Monasterio y el compositor don Emilio Serrano Ruiz. Acabados sus recursos malvive escribiendo canciones para cantantes de segunda fila. En Madrid funda un semanario titulado «Les Albaes» con destino a la colonia valenciana en Madrid, después fue redactor del semanario de espectáculos «El Saloncillo», merced a cuyas crónicas visitará los teatros y establece algunas relaciones.

En 1900 escribe la música para el libreto «El Motete» de los Hermanos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero. La obra es estrenada en el Teatro Apolo de Madrid en la noche del 24 de abril y obtiene un gran éxito. A partir de entonces comienza una carrera fulminante siendo especialmente conocido por sus numerosas zarzuelas y obras líricas, algunas de ellas con éxito arrollador.

En 1923 da a conocer en Valencia, en las fiestas de la Coronación de la Virgen de los Desamparados su composición «Valencia canta» dedicada a la Patrona de Valencia.

En 1929 escribe la música de un pasodoble para la falla de la calle de la Paz que lleva por titulo «El Faller», que en la práctica ha quedado en la actualidad como el himno fallero por excelencia. Maximiliano Thous escribiría la letra del pasodoble.

Los últimos años de su vida reside en la población valenciana de El Perelló. En 1940 se traslada a Madrid para tratarse de un cáncer pero fallece en 1941 a consecuencia del mismo.

En 1932 se rotula en la ciudad de Valencia una calle con su nombre, concretamente en el Barrio de Ruzafa. En la Av.del Antic Regne de Valencia, se le ha dedicado una monumental fuente a quién se considera uno de los músicos más brillantes que ha dado nuestra tierra.

Obras: entre otras muchas ….

• La alegría del Batallón 1900
• La reina Mora 1903
• Moros y cristianos 1905
• El perro chico 1905
• El pollo Tejada 1906
• Alma de Dios 1907
• El amigo Melquiades 1914
• El príncipe Carnaval 1914
• La canción del olvido 1916
• Los de Aragón 1927
• Los claveles 1929
• La Dolorosa 1930