Villancicos 14 Sor Juana

Giulio_Romano

NAVIDAD, 1680

Villancicos que se cantaron en la S. I. Catedral de la Ciudad de los Ángeles, en la Natividad de Jesucristo Señor Nuestro, el año de 1680, en que se imprimieron.

PRIMERO NOCTURNO

VILLANCICO I.—KALENDA

Estribillo
  1.—¡TIRAD, DISPARAD!
  ¡Fiestas, fiestas y alegría!
  Hagan salva al Capitán
  que de la Nave María
  hoy desembarca galán.
 
  1. —¡Tras, tras, tras, tras,
  tampalantán, tampalantán,
  tras, tras, tras, tras!
  1. —Hágale su festiva salva
10 la risa hermosa del Alba,
  el Aurora con sus flores,
  pájaros y ruiseñores,
  en la playa de un Portal.
 
  1. —¡Tras, tras, tras, tras,
  tampalantán, tampalantán,
  tras, tras, tras, tras!
  1. —Toquen, toquen los Serafines
  dulces, alegres clarines,
  y en süaves armonías
20 resuenen las chirimías
  de la Capilla Real
 
  1. —¡Tras, tras, tras, tras,
  tampalantán, tampalantán,
  tras, tras, tras, tras!
Coplas
  Aquí ha llegado un Infante
  tan cargado de riquezas,
  que las lágrimas que llora
  cada una es una perla.
  Esta Noche desembarca,
30 tan cercado de Azucenas,
  que del vientre de la Nave
  sale brindando purezas.
  Lo pajizo de un Portal
  es albergue a su grandeza;
  ferias quiere hacer allí
  de su amor y sus finezas.
  En busca de corazones
  muy ansioso baja a tierra,
  y aunque sean de diamantes,
40 su amor los hará de cera.

VILLANCICO II

  ÍBASE PARA BELÉN
  en una noche de invierno
  un Peregrino cantando,
  que es propio de pasajeros.
  A buscar a Dios camina,
  que echado en un Portalejo
  le dijeron lo hallaría,
  a la inclemencia del hielo.
  Al pasar de un verde valle,
10 que partía un arroyuelo,
  perdió el camino; y perdido,
  sonó de una gaita el eco.
  Fuése tras la voz sonora
  del cabrerizo instrumento;
  y hallando a quien lo tañía,
  le preguntó blando y tierno:
Estribillo
  1. —Dígasme tú, el ganadero,
  ¿se va por aquí al Portal
  donde está Dios humanado
20 entre pajas recostado,
  por remediar nuestro mal?
  Dígasme si voy derecho
  o si tengo más que errar.
 
  1. —¡Tuturutú, por aquí van al Cielo!
  ¡Tututurú, por aquí van allá!
  1. —Dígasme, por la tu vida,
  ¿qué haré para llegar?
 
  1. —¡Tututurú, por aquí van al Cielo!
  ¡Tututurú, correr sin parar!
30 1. —Dígasme, si voy corriendo,
  llegaré sin tropezar?
 
  1. —¡Tuturutú, por aquí van al Cielo!
  ¡Tuturutú, mirar cómo van!
 
  1. —Dígasme, ¿por qué vereda
  llegaré más presto allá?
 
  1. —¡Tuturutú, por aquí van al Cielo!
  ¡Tuturutú, llevar humildad!
  1. —Dígasme, ¿si voy humilde,
  al Niño podré mirar?
40
  1. —¡Tuturutú, por aquí van al Cielo!
  ¡Tuturutú, por aquí lo verás!

VILLANCICO III

  UNOS PASTORCILLOS
  que al Portal llegaron,
  dijeron al Niño
  muy enamorados:
  —¿De dónde venís,
  hermoso Muchacho,
  que otro como Vos
  acá no ha llegado?
  Sin ir a la escuela,
10 estáis ya temblando;
  ¿y qué más hiciérais
  sentado en el banco?
  Como un Corderito
  nacéis en el campo:
  a fe que algún día
  seréis señalado.
  En Casa de Pan,
  cual Trigo floreado
  estáis en la paja:
20 Vos seréis trillado.
  Niño, no lloréis:
  dormid por un rato
  que ese Corazón
  está desvelado.
  A pagar venís
  deudas de un quebrado;
  pues aquesa fianza
  os pondrá en un palo.
  A la rorro, Niño,
30 a la ro, durmamos,
  antes que despierten
  enemigos tantos.
  La nieve que Os cerca,
  como un relicario
  de un Niño Jesús,
  Os hará resguardo.
  Tened, que se duerme
  al arrullo blando
  que su Madre Aurora
40 le hace en los brazos:
Estribillo
  ¡Paren, paren, paren
  los airecillos del cierzo helado!
  ¡No hagan ruido en las pajas;
  tengan, tengan los ramos!

SEGUNDO NOCTURNO

VILLANCICO IV

Estribillo
  MARAVÍLLAN-ME
  novedades que trae Amor,
  y son glorias
  ¡ay! que me roban el corazón.
  ¡Y la tonadica, tonadilla,
  nuevecita venida a la villa!
Coplas
  Desnudo al hielo nació,
  aunque no es cosa de espanto:
  no ha sido para otro tanto
10 el Padre que lo engendró.
  Y a tan buen tiempo llegó
  que a ensalzarnos Él se humilla.
  Y la tonadica, tonadilla, &.
  Pues nacer en Julio pudo,
  y nació en Diciembre helado
  sin duda que fue inclinado
  a llegar al tiempo crudo;
  y aunque Él es Fuego, no dudo
  que la escarcha lo amancilla.
20 Y la tonadica, tonadilla, &.
  Hombre se hizo, ya empeñado
  en triunfar de mis antojos:
  curando mancos y cojos,
  no habrá ninguno baldado.
  A Él no hay triunfo reservado
  si arrastra con la espadilla.
  Y la tonadica, tonadilla, &.
  Con atención y cuidado
  lo miran todos, y es
30 que como nace cortés,
  es un hombre muy mirado;
  y de todos adorado
  está allí, con fe sencilla.
  ¡Y la tonadica, tonadilla,
  nuevecita, venida a la villa!

VILLANCICO V

Estribillo
  ¡AY, QUE LLORA JESÚS!
  ¡Tened, tened, que llora
  a los blandos arrullos
  de su Paloma!
  ¡Tened, que tiembla;
  tened, que llora
  al rigor de la escarcha
  la misma Gloria!
Coplas
  De llorar no descanséis,
10 hermosísimo Pastor;
  porque si lloráis de amor,
  llorad, que me enternecéis.
  Al compás de aqueste llanto
  el Cielo puede cantar,
  porque de veros llorar
  hará más tierno su canto.
  Si venís a padecer,
  penas habéis de sufrir,
  que nacer para morir
20 es un morir al nacer.
  Niño, si perlas lloráis,
  en brazos de vuestra Aurora,
  ¿quién, Señor, por Vos no llora
  cuando tan amante estáis?
  ¿Por qué tanto padecer,
  y por qué tanto llorar?
  Aquesto Os cuesta el amar,
  aquesto Os cuesta el nacer.
  Esas lágrimas despojos,
30 Señor, serán de mi amor.
  ¡No lloréis más, mi Señor;
  enjugad, mi Dios, los ojos!

VILLANCICO VI.—NEGRO

  ALEGRES A COMPETENCIA
  en sus cánticos bozales,
  entraron con su capilla
  los Músicos de Azabache.
Estribillo
  1. —Canta, Flasiquilla,
  canta, canta;
  toca sacanbuche.
  2.—¡Vaya, vaya!
Coplas
  Turu la ninglito
10 se pone culbata,
  qui vini lan fieta
  piscueso colgala.
  Esa Noche Buena,
  que nace en las paja
  la Siñó Manué
  con su cala branca.
  Siñolo Malía
  Limpio como prata,
  se queda Donceya;
20 escucha quen gracia.
  Arre-acá la mula,
  no come las paja;
  ¡quita las jocico,
  mula chachalaca!
  La ninglito Joja,
  esa buena casta
  que sabe bailá
  como la Matamba.
  Siño San Jusepe
30 no habra palabra,
  pluque sa milando,
  su boca cayada.
  Cayemo també;
  la Niño se panta
  de milal a neglo
  su cara tisnala.

TERCERO NOCTURNO

VILLANCICO VII

Estribillo
  PUES UN ABISMO DE PENAS
  Vuestro Corazón padece
  y todavía se ofrece
  a sufrir del Amor fuertes cadenas;
  si le parecen serenas
  amorosas tempestades,
  si fabrica suavidades
  de su amargura crüel,
  y siempre sediento está,
10 bien le podéis responder:
  —¡Arded, Corazón, arded,
  pues quisisteis padecer!
Coplas
  Hablando a su Corazón
  le dijo Dios en naciendo:
  —Si del hombre estáis sintiendo
  la villana condición,
  pues viendo su sinrazón
  Me disteis priesa a nacer,
  ¡arded, Corazón, arded,
20 pues quisisteis padecer!
  No aspire a correspondido
  Vuestro amoroso desvelo;
  que no se hizo el consuelo
  para un afecto rendido.
  Encontraréis el olvido
  cuando vais a merecer.
  ¡Arded, Corazón, arded,
  pues quisisteis padecer!
  La vida Os ha de costar
30 de los hombres la salud:
  si al nacer es inquietud,
  voces será al expirar.
  Siempre los habéis de amar,
  y ellos nunca agradecer.
  ¡Arded, Corazón, arded,
  pues quisisteis padecer!

VILLANCICO VIII

  POR LA ESPESURA DE UN MONTE,
  a lo espacioso del valle,
  tropas de hermosas zagalas
  al romper del alba salen.
  A las nuevas que les dio
  un mancebo como un Ángel,
  si lucero de las selvas,
  bella lisonja del aire,
  corren y vuelan festivas
10 en busca de un Sol Infante,
  y en pastoriles cantiñas
  trataron de celebrarle:
Juguete
  —¡Mírenlo, mírenlo,
  qué hermoso nace!
  ¡Tóquenle, tóquenle;
  cántenle, cántenle!
  Mírenlo Niño
  con ser Gigante;
  háganle fiestas,
20 cántenle, cántenle.
  Mírenlo hermoso,
  Flor de los Valles;
  háganle amores,
  cántenle, cántenle.
  Mírenlo Nieve,
  que Fuego arde;
  tiémplenle el llanto,
  cántenle, cántenle.
  Mírenlo en pajas
30 al tierno Amante;
  ríndanle afectos,
  cántenle, cántenle.
  Mírenlo en brazos
  de Virgen Madre;
  bríndenle halagos,
  cántenle, cántenle.

ASUNCIÓN, 1681

Villancicos que se cantaron en la Santa S. 1. Catedral de la Puebla de los Ángeles, en honor de la Asunción gloriosa de la Reina de los Ángeles, Nuestra Señora, este año de 1681, en que se imprimieron.

PRIMERO NOCTURNO

VILLANCICO I

Estribillo
  1.—¡AH, DEL PALACIO REAL
  donde el Cielo se atesora:
  que se levanta la Aurora
  en el Sol, carro triunfal!
 
  1. — Maravilla es celestial,
  de un encarnado jazmín,
  que de un nevado carmín
  púrpura real le ha vestido
  en premio de haber nacido
10 de su seno virginal.
  1. —¡Oh, qué tal!
  Levanta ligera el vuelo,
  hermosa Flor, hasta el Cielo;
  mas si al aquilón enojas,
  bien es que la luz descojas,
  Flor que vuelas con donaire
  esparciendo por el aire
  las que arrojas
 
  1. —rojas
 
  1. —hojas.
Coplas
 
  1. —Hermosa Luna creciente
20 cuya gracia nadie ignora,
  y hoy, al compás de tus días,
  voladoras
 
  1. —doras
 
  1. —horas.
 
  1. —Tú, Belona soberana,
  que a la Sierpe venenosa,
  vencedora de sus silbos,
  desenroscas
 
  1. —roscas
 
  1. —hoscas.
 
  1. —Si pretende tu Pureza
  tener vencidas las sombras,
  al romper del Alba subes
30 a deshora.
 
  1. —Es hora,
 
  1. —ahora.
  1. —Ligera Nave te entregas
  al golfo de tanta Gloria,
  y por mares de esplendores
  tornasolas
 
  1. —solas.
 
  1. —olas.
  1. —Para mi dicha navegas
  sin peligro ni zozobras,
  cuando en el mar de los Cielos
  firme sondas
 
  1. —ondas
 
  1. —hondas.
  1. —Entra, pues, a coronarte,
40 cándida Paloma hermosa;
  Virgen Flor que tantas dichas,
  amorosa
 
  1. —Rosa,
 
  1. —osa.

VILLANCICO II

Introducción
  DE JOSAFAT LOS PASTORES
  tan tiernamente suspiran,
  porque el Cielo les robó
  su más preciosa Reliquia.
  Anegados en su llanto,
  cuando lo que admiran, miran,
  en amorosos incendios,
  ansias del alma respiran.
  Llenan el aire de quejas
10 y el Sepulcro de caricias,
  y mirando para el Cielo
  así su dolor explican:
Coplas
  Graciosa Paloma,
  pura, blanca y limpia,
  ¿adónde vas, Señora?
  Espera, aguarda, mira.
  Revértere, revértere,
  revértere, Sole amicta!
  Cándida Azucena,
20 al candor florida
  del albor del alba,
  de la luz del día:
  Revértere, &.
  Nácar de una Perla
  oriental y fina,
  que en un mar de gloria
  se congela rica:
  Revértere, &.
  Soberana Aurora,
30 Estrella matutina;
  Rosa misteriosa
  que ámbares respira:
  Revértere, &.
  Tierra virgen, donde
  se sembró la Espiga
  del dorado grano
  y más blanca harina:
  Revértere, &.
  Corónate, pues,
40 bella Peregrina,
  en el regio Trono
  donde Reina habitas.
  Revértere, revértere,
  revértere, Sole amicta!
Estribillo
  ¡Vuelve, vuelve, Señora,
  tu hermosa vista,
  y verás de tus hijos
  las ansias vivas!
  ¡Vuelve, vuelve, Señora,
50 tu hermosa vista;
  porque son de Paloma
  sus claras niñas!

VILLANCICO III

  ¿ADÓNDE VAS, AURORA,
  hermosa y agraciada,
  que subes del desierto
  como Paloma blanca?
  ¡Ay, qué donaire!
  ¡Ay, con qué gala!
  ¿Adónde vas, Prodigio,
  asunto de la Fama,
  Belleza de los astros,
10 esmero de la Gracia?
  ¡Ay, qué hermosura!
  ¡Ay, qué gallarda!
  ¿Adónde vas, Mujer
  del Sol tan adornada,
  girando tantos rayos,
  brillando luces tantas?
  ¡Ay, cómo brillan!
  ¡Ay, cómo abrasan!
  ¿Adónde vas, Señora,
20 que Reina soberana
  las luces te coronan
  si Estrellas avasallas?
  ¡Ay, con qué brío!
  ¡Ay, con qué gracia!
  ¿Adónde vas, Belleza,
  Admiración sagrada,
  que a voces: ¿Quién es Ésta?
  la Gloria toda canta?
Estribillo
  Ésta es María,
30 que se levanta
  como el Aurora,
  mas, ¡ay!, como el Alba.
  Venga la Hermosura,
  la Bella vaya,
  como la Luna
  graciosa y blanca,
  mas, ¡ay!, como el Sol.
  ¡Vuele, suba y vaya!

SEGUNDO NOCTURNO

VILLANCICO IV

Coplas
  A LA ASUNCIÓN DE SU REINA,
  majestuosamente ufanas,
  las Flores y los Planetas
  hacen fiestas, juegan cañas.
  En la campaña del aire
  formaron lucida plaza,
  donde de cristal las nubes
  fingen balcones de plata.
  A cuadrillas los Luceros
10 de oro sacaron la gala,
  cuando las Flores salieron
  hermosa pompa de grana.
  Salió galán en su carro
  ese de brillos Monarca,
  y más hermosa que nunca
  la Luna, a partir la plaza.
Estribillo
 
  1. —¡Afuera, afuera, afuera,
  aparta, aparta, aparta,
  que trinan los clarines,
20 que suenan las dulzainas!
 
  1. —Estrellas se despeñan,
  Auroras se levantan.
  1. —Bajen las luces,
  suban fragancias,
  cuadrillas de jazmines,
  claveles y retamas,
 
  1. —que corren,
 
  1. —que vuelan,
  1. —que tiran,
 
  1. —que alcanzan,
 
  1. —con flores,
 
  1. —con brillos,
30
  1. —con rosas,
  1. —con llamas.
 
  1. —¡Afuera, afuera, afuera;
  aparta, aparta, aparta!
 
  1. —¡Vuelen, corran y tiren
  de Luces lanzas!
 
  1. —¡Tiren, corran y vuelen
  de Flores cañas!
2 —¡Víctor, víctor la Esfera
  lucida y clara!
 
  1. —¡Víctor, víctor las Flores
40 hermosas, varias!
 
  1. —¡Que a su Reina celebran, en gloria tanta,
  las Estrellas, las Flores, el Sol y el Alba!

VILLANCICO V

  1.—QUAE EST ISTA, QUASI AURORA?
  ¡Miren, miren qué gracia!
  Es la Aurora María
  que se levanta
  cual varilla de humo
  con mil fragancias.
 
  1. —¡Suba, suba la Reina;
  venga la Amada,
  que la risa del día
10 le toca al Alba!
  1. —Quae est Ista, pulchra ut Luna?
  2.—¡Miren, miren qué gracia!
  A sus plantas la lleva
  hermosa y blanca,
  que le viene a sus pies
  como de plata.
 
  1. —¡Suba, suba la Reina;
  venga la Amada,
  que a la Luna nos deja
20 cuando se aparta!
  1. —Quae est Ista, electa ut Sol?
  2.—¡Miren, miren qué gracia!
  Si es brocado de luces
  que la engalana
  y en bordados de brillos
  gira su gala.
 
  1. —¡Suba, suba la Reina;
  venga la Amada,
  con los rayos del Sol
30 toda cercada!
  1. —Quae est ista, terribilis?
  ¡Miren, miren qué gracia!
  La valiente Belona,
  de Dios armada,
  que al Infierno y sus huestes
  vence y espanta.
 
  1. —¡Suba, suba la Reina;
  venga la Amada,
  a gozar de la Gloria
40 corona y palma!

VILLANCICO VI

Coplas
  UN RÍO INMENSO DE GLORIAS
  en su Asunción fue María,
  que alegró de aquel Empíreo
  las distancias infinitas.
  Dos brazos de Mar entraron
  en sus corrientes divinas,
  en dos Vidas que hoy celebran
  su remontada crecida.
  Eligió la mejor parte
10 la Reina contemplativa,
  y de mar a mar corrieron
  activas sus aguas limpias.
  Sus glorias accidentales
  hoy los Ángeles admiran,
  y anegados en sus aguas
  todos preguntan: Quae est Ista?
Estribillo
  ¡Corra el Río sagrado,
  suba con pompa:
  sutil, ágil y puro,
20 por los Cielos rompa;
  y hasta que con el alto Inmóvil frise,
  Luces pase, Astros deje, Signos pise!

TERCERO NOCTURNO

VILLANCICO VII

Estribillo
  ¡SUBA, SUBA MARÍA EN HORA BUENA;
  suba, suba a la Gloria que la espera!
  ¡Suba al trono de luces, que la aguarda
  toda la Trinidad para aclamarla,
  a voces de Querubes halagüeñas,
  Princesa de los Cielos y la Tierra!
Coplas
  En hombros de Querubines
  que hacen trono a su grandeza,
  sube al trono de zafiros
10 a coronarse en su Esfera.
  El Padre aguarda a María
  con la celestial diadema,
  que por Hija la corona
  hoy su poderosa diestra.
  El Hijo, en trono de luces
  y de majestad inmensa,
  como a Princesa la ensalza
  y como a Madre la espera.
  El Espíritu divino
20 el Tálamo le adereza,
  que la mira como Esposa
  y como a tal la celebra.

VILLANCICO VIII.—ENSALADILLA

  1.—FUÉRONSE, AMIGOS, POR ALTO
  estos Maitines primeros,
  pues de los Negros las coplas
  se han quedado en el tintero.
 
  1. —Es la fiesta de Gloria,
  y el ornamento
  ha de ser todo blanco
  y nada negro.
  1. —Los Mestizos se retiren
10 con sus cuatros en el cuerpo,
  que son músicos de tierra
  y están de solfa los Cielos.
 
  1. —Los Mestizos no entienden
  tanto Misterio,
  ni levantan sus plumas
  tan alto el vuelo.
  1. —Quisieron los Galleguiños
  meterse con su gaitero,
  y en fiestas de cortesanos
20 no suenan bien los panderos.
  2.—Os Galegos no güelen
  flores de oseo,
  que non teñe Galicia
  sino romeros.
  1. —Con sus pies entró un Poeta
  desangrándose de versos,
  que le ha picado en la vena
  un esdrújulo barbero.
 
  1. —Ándense, pues, a pie
30 ya los Poetas,
  porque los entendidos
  no anden con bestias.
  1. —Con su tocotín los Indios
  hasta la plaza vinieron,
  y al són de su tocotín
  todos quedaron en cueros.
 
  1. —Son flecheros los Indios;
  y tan cursados,
  que las flechas que tiran
40 dan en el blanco.
 
  1. —Las Mulatas se venían
  a hacer su papel de estraza,
  y de miedo del perrero
  se les malogró la danza.
 
  1. —Del color de la pasa
  traen el tocado,
  con el rostro alazán
  algo tostado.
  1. —Todos llenos de placer
50 en ayunas se quedaron,
  por ser única Vigilia
  la de Misterio tan alto.
 
  1. —Para hacer colación
  vaya este plato,
  que es de la Ensaladilla
  lindo regalo.
Estribillo
 
  1. —¡Vayan, vayan afuera;
  las tropas paren,
  porque están los Maitines
60 ya para Laudes!
 
  1. —¡Vengan, vengan temprano
  danzas y bailes,
  que lo que es este año
  llegaron tarde!

Villancicos 13 Sor Juana

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SAN PEDRO APÓSTOL, 1680

Villancicos que se cantaron en la S. I. Catedral de la Puebla de los Ángeles, a los Maitines del glorioso Príncipe de la Iglesia el Señor San Pedro, el año de 1680, en que se imprimieron.

AL SUPREMO PRÍNCIPE DE LA IGLESIA, NUESTRO ESCLARECIDO PADRE, SEÑOR SAN PEDRO.
  Santísimo Pedro, Príncipe y Padre Universal de toda la Iglesia: Quien con divinos acentos llegó a oír engrandecidos sus elogios, cuando los percibió suavemente entonados por las voces del mismo humanado Dios, que dignamente le dio el título noble de Hijo de la Paloma celestial y Piedra preciosa de aquella Fábrica excelente, que se encumbra más allá de las cúpulas de las Estrellas, no es mucho que se merezca nuevos loores en las solfas de cánticos sonoros y armonizados Maitines, pues al compás que el Verbo Encarnado os dedicó en Cesárea superiores
  10alabanzas, también os solicita en esta Angélica y Cesárea Ciudad solemnes celebridades un afecto fervoroso en vuestras aclamaciones, para cortejaros a todas luces Luminar Mayor de la Iglesia entre nocturnos aplausos y laudes tan esclarecidas como a vuestro honor dedicadas. Crezcan vuestras glorias a lo inmenso, admitiendo vuestro agrado el obsequio que os ofrece nuestro desvelo amoroso, venerador muy vuestro a lo rendido.

PRIMERO NOCTURNO

VILLANCICO I

Estribillo
  1.—¡PLAZA, PLAZA, PLAZA,
que entra triunfante en Roma
el de la red y la barca!
2.—Porque sus hazañas
¡óiganlas,
cántenlas!
1.—En el huerto con Malco y las tropas
montanteaba.
2.—¡Proeza rara!
  103.—¡óiganlas!
  2.—¡Cántenlas!
1.—A aquel mago Simón en los aires
quebró las alas.
2.—¡óiganlas!
3.—¡Cántenlas!
1.—Los laureles, pimpollos del Orbe,
tendió a sus plantas.
2.—¡Víctor, Víctor el Pescador.
que por Dios que merece, por su valor
  20la Tiara!
  1.—¡Vivirá como un Papa,
como un Vice-Dios!
Coplas
  Para celestes lides
y empresas soberanas,
fue Pedro hombre de Piedra
y campeón del hampa.
  Aunque una vez la Ancila
ciertas le dio estocadas,
por su opinión volvieron
  30valientes ojos de agua.
  Trinchando en cuatro esquinas
de un lienzo sierpes bravas,
a todo el mundo le hizo
por los Cielos la salva.
  Mató con el aliento
de una sola palabra
a dos que halló traidores
en falsear la plata.
  En la Puerta Especiosa,
  40él y otro camarada,
  hacen saltar a un cojo
del suelo hasta las aras.
  Y entre sus bizarrías,
fue la mayor hazaña
plantar su red y trono
en la Curia Romana.

VILLANCICO II

  CON DECIR: TÚ ERES PEDRO, SU BIEN SUMO
le corresponde.
¡Oh qué poco, oh qué mucho
elogio y nombre!
Mas basta el poder de Pedro
para rendir a Roma
y dar entrada al Cielo.
Coplas
  En la imperial Cesárea,
que de la Romana Corte
  10las águilas bosquejaba,
  ya majestades del Orbe,
  el Hijo de la Paloma,
con bien entendidas voces,
divinidades cantaba,
por Dios Vivo, a un Dios y Hombre.
  Tú eres Cristo, le decía,
pues Unigénito noble
del Padre de lumbres, rizas
encarnados arreboles.
  20Sobre tanto mármol firme
  se fundan los torreones
de la Militante Iglesia
que a la Triunfante coronen.
Ni el Mundo ya, ni el Abismo
a este Diamante se opone,
porque en lo fino y lo amante
es Pedro piedra de toque.
Claviculario Celeste,
abre o cierra, por su orden,
  30los alcázares de Estrellas
  y coros de Ruiseñores.

VILLANCICO III

Introducción
  TODAVÍA ESTABA PEDRO
lloroso de una Pasión
  que sucedió cuando el Gallo
a un León temblando dejó,
cuando, entre aquellos raudales,
un numeroso clamor
que escuchó a un tiro de piedra,
a la playa lo llamó:
—¡Hola, ah, Pescador mío,
  10llegue acá! ¡Será Pastor!
  Deje ya el flevit amare,
egressus foras, por Dios.
  A buen hora lo encontramos
como siempre, a la Oración.
Cantémosle las folías
y alegremos al Pastor.
Estribillo
  Éstas son folías
que folías son.
Éstas son folías,
  20Señor Pescador.
  Tenga este Cayado,
deje ya el Timón;
oiga las folías
que se cantan hoy.
Coplas
  Deje las marinas
obras, porque Dios
lo quiere entre hierbas
del prado Pastor.
Pise la ribera;
  30alégrese-nos,
  y por lo festivo
vaya lo llorón.
Venga a las arenas:
verá cómo Dios,
para consolarlo,
la Tierra le dio.
Noche es de gaudete,
no tenga temor,
porque ya no hay Gallos
  40que espanten al León.
  No tema en las ondas
triste inundación,
quien en tantas suyas
nunca se anegó.
Aborde a la orilla,
que hierbas le doy
donde Pastor sea
de gente mejor.
Dígale a las aguas
  50que lo dejen hoy,
  que otras ha pasado
y no se mojó.
Rompa a los cristales
todo su candor,
o vendrá aquel Ángel
que hierros quebró.
Deje la marina
vaga ocupación;
rompa los diamantes
  60quien grillos venció,
  pues cuando soñaba
que estaba en prisión,
por virtud de un Ángel
sin hierros se vio.
Dichoso tal sueño,
pues entre el rigor,
toda la soltura
en el sueño halló.
Venga, que lo espera
  70cantando el Amor,
  aunque desde el Gallo
músicas tembló.
¡Aquí de la Tierra
que el Cielo le dio!
Ya pasó las aguas;
¡Jesús, qué favor!
¡Salió de las ondas!
¡Dé gracias a Dios,
que quedó por puertas
  80con Llaves y honor!

SEGUNDO NOCTURNO

VILLANCICO IV

Estribillo
  1.—CON DESAIRE VUELA EN LOS AIRES
el mago Simón,
pues al eco de Pedro
se precipitó,
Ícaro nuevo
al rayo del Sol.
2.—¡Ay, que cayó
al impulso de aquel Pescador,
que a quien alas batía, los pies le quebró!
  10Todos.—¡Ay, que cayó! ¡Ay, que cayó!
Coplas
  Volaba poco versado,
pues con arte bien adverso
hizo en un peñasco terso
un verso de pie quebrado,
cuando Pedro acelerado
despeñándose lo vio,
Ícaro nuevo
al rayo del Sol.
Perdióse por la estafeta,
  20en la ocasión que quería
  subir con alas de arpía,
pasar con pies de poeta;
mas cual fogoso cometa,
en la Roca se estrelló,
Ícaro nuevo
al rayo del Sol.

VILLANCICO V.—JÁCARA

  AQUEL CAMPEÓN VALIENTE
y veterano Guerrero,
que después de haber cenado
aquel divino Cordero,
  se fue con dos camaradas
y asistiendo a su Maestro
por el rumor de un arroyo
a la amenidad de un Huerto,
  al ver que cierta canalla,
  10más que con valor, con miedo,
  ajar a su Amor quería,
prender quería a su Dueño,
desenvainando el alfanje:
“¡Aquí de Dios y de Pedro!”,
dijo zumbando antuviones
y avalentando portentos.
Riza hacía en la vil chusma
de cobardes judigüelos,
ya trinchando astas y picas,
  20ya trozos y armas rompiendo.
  Entre el horror de la noche
y la inquietud del estruendo,
le apuntó bien a la oreja
de un corchete lanternero.
  Cercenóle la melena;
y cimbrándole el celebro,
a Malco le hacía el plato
de orejones, cuando menos.
  Y si el Príncipe apacible
  30no le estorbara el empeño,
  traza el buen Viejo tenía
de acabar con todo hebreo.
  Envainó, pues, ya triunfante,
y retiróse al momento
discurriendo hacia Palacio
por ver el fin del suceso.
Estribillo
  ¿Quién pensara que habías,
valiente Pedro,
de temblar de una Ancila
  40y llorar a un temor tres desaciertos?

VILLANCICO VI

Estribillo
  l.—¡QUE SE ABRASA, SEÑORES,
la Mariposa!
¡Ay, Jesús, que se quema
y el aire sopla!
2.—¿No la veis cómo huye?
Ya se remonta.
¡Mariposa parece lo que es Paloma!
Coplas
  Desde aquellos arroyos
  10que mansamente bordan
  de perlas el peñasco,
origen de sus ondas,
después que se ha bañado,
hermosa más que todas,
cercada de azucenas
y de la nieve copia,
al aire se levanta,
tan limpia y tan hermosa,
que embarga del Esposo
  20las atenciones todas.
  ¡Que se abrasa, señores,
la Mariposa! &.
  Al agua, al agua, Pedro,
que es cosa misteriosa
tener siempre en el agua
las medras tan dichosas.
  Guardaos, guardaos del fuego,
  a cuya luz dudosa
errasteis el camino,
  30torcisteis la derrota.
  ¡Llorad, divina Piedra!
¡Volad, mansa Paloma
al pecho del Esposo,
al nido de su roca!
  ¡Que se abrasa, señores,
la Mariposa! &.

TERCERO NOCTURNO

VILLANCICO VII

  AL AGUA SE VA PEDRO VALEROSO,
mas ¡ay!, que ya se aniega;
pero dale su Dueño la mano
y en las palmas de Cristo navega.
¡Mirad, que es dicha nueva
nadar sin riesgo una Piedra!
Coplas
  ¿Qué importa que el golfo esquivo
engrife sus ondas crespas,
si ponéis, Pedro, la proa
  10al Norte de más belleza?
  Frustrar quiso el fiero golfo
las velocidades vuestras,
mas vuestro orgullo pisaba
tantas voraces bravezas.
Solio o sitial de cristales
os previno Dios en ellas,
o por Vice-Dios del mundo
o Árbitro de las estrellas.
Llegáis a Puerto seguro
  20con bonanza y con destreza:
  ¿qué mucho sí os dan la vida
rumbos de la Vida mesma?
  Por extraña bizarría
se arrojó vuestra fineza
a las espumas, buscando
un Brinquiño de mil perlas.

VILLANCICO VIII

Estribillo
  A LA BRISA SUAVÍSIMA
del Favonio Paráclito,
¡oh qué bien asegura Pedro el tránsito!
Coplas
  Aquel Piloto científico,
que su misterioso cáñamo
tiende a soplos del Espíritu,
vital aliento del ánimo,
  de este mundo en el océano
saca el Bajel Eclesiástico,
  10del Aquilón en sus cóleras,
  de las violencias del Áfrico.
Sólo recibe benévolas
(en las tempestades práctico)
inspiraciones del Céfiro,
soplos del divino Oráculo.
  Si le acometen coléricos
duros Piratas del Tártaro,
o en tempestades heréticas
o en torbellinos cismáticos,
  20sagradamente belígero,
  fulmina en breve relámpago
tanto terror, que del Líbano
tiembla el cedro más fantástico.
La Nave negra de Incrédulos
deshace en lucientes átomos,
y pára en calma beatífica
lo que empezó por escándalo.
Vencido el horror diabólico,
hecho el Bajel receptáculo
  30de seguridad al tímido,
  de serenidad al párvulo,
  surge en el Puerto Deífico,
donde en celestiales cánticos,
le hacen la salva marítima
los que ya gozan del Tálamo.