Villancicos Sor Juana

vilan

ASUNCIÓN, 1676

Villancicos que se cantaron en la Santa Iglesia Metropolitana de Méjico, en honor de María Santísima Madre de Dios, en su Asunción triunfante, año de 1676, en que se imprimieron.

PRIMERO NOCTURNO

VILLANCICO I

  VENGAN A VER UNA APUESTA,
  vengan, vengan, vengan,
  que hacen por Cristo y María
  el Cielo y la Tierra.
  ¡Vengan, vengan, vengan!
Coplas
  El Cielo y Tierra este día
  compiten entre los dos:
  ella, porque bajó Dios,
  y él, porque sube María.
10 Cada cual en su porfía,
  no hay modo de que se avengan.
  —¡Vengan, vengan, vengan!
  Dice el Cielo: —Yo he de dar
  posada de más placer:
  pues Dios vino a padecer,
  María sube a triunfar;
  y así es bien, que a tu pesar
  mis fueros se me mantengan.
  —¡Vengan, vengan, vengan!
20 La Tierra dice: —Recelo
  que fue más bella la mía,
  pues el Vientre de María
  es mucho mejor que el Cielo;
  y así es bien que en Cielo y suelo
  por más dichosa me tengan.
  —¡Vengan, vengan, vengan!
  —Injustas son tus querellas,
  pues a coronar te inclinas
  a Cristo con tus Espinas,
30 yo a María con Estrellas
  (dice el Cielo); y las más bellas
  di, que sus sienes obtengan.
  —¡Vengan, vengan, vengan!
  La Tierra dice: —Pues más
  el mismo Cristo estimó
  la Carne que en mí tomó,
  que la Gloria que tú das;
  y así no esperes jamás
  que mis triunfos se retengan.
40 —¡Vengan, vengan, vengan!
  —Al fin vienen a cesar,
  porque entre tanta alegría,
  pone, al subir, paz María,
  como su Hijo al bajar;
  que en gloria tan singular,
  es bien todos se convengan.
  —¡Vengan, vengan, vengan!

VILLANCICO II

  ILLA QUAE DOMINUM CAELI
  gestasse in utero, digna,
  et Verbum divinum est
  mirabiliter enixa:
  cuius Ubera Puello
  lac dedere benedicta,
  et vox conciliavit somnum
  Davidica dulcior lyra:
  Quae subiectum habuit Illum
10 materna sub disciplina,
  Caeli quem trementes horrent
  dum fulmina iratus vibrat:
  Cui virgineum pedem gaudet
  Luna osculari submissa,
  quaeque Stellis coronatur
  fulgore Solis amicta,
  magna stipante caterva
  ex Angelorum militia,
  victrix in Caelum ascendit,
20 ubi per saecula vivat.
  Custodes portarum timent,
  ut ingrediatur Maria,
  ne cardinibus evulsis,
  totum Caelum porta fiat.
  Ascendit Caelos, et Caelos
  luce vestit peregrina,
  atque deliciarum loco
  ignotas infert delicias.
  Innixa super dilectum
30 Caelestem Thalamum intrat,
  ubi summam potestatem
  habet a Deitate Trina.
  Ad dexteram Filii sedet,
  et ut Caelorum Regina
  tota coronatur Gloria,
  et Gloriam coronat Ipsa.
  Vident Superi ascendentem,
  et admirantium ad instar,
  ad instar concelebrantium,
40 alterna quaerunt laetitia:
Estribillo
  —¿Quae est Ista? ¿Quae est Ista,
  quae de deserto ascendit sicut virga,
  Stellis, Sole, Luna pulchior? —Maria!

VILLANCICO III

  LA SOBERANA DOCTORA
  de las Escuelas divinas,
  de que los Ángeles todos
  deprenden sabiduría,
  por ser quien inteligencia
  mejor de Dios participa,
  a leer la suprema sube
  Cátedra de Teología.
  Por Primaria de las ciencias
10 es justo que esté aplaudida,
  quien de todas las criaturas
  se llevó la primacía.
  Ninguno de Charitate
  estudió con más fatiga,
  y la materia de Gratia
  supo aun antes de nacida.
  Después la de Incarnatione
  pudo estudiar en sí misma,
  con que en la de Trinitate
20 alcanzó mayor noticia.
  Los soberanos Cursantes
  que las letras ejercitan
  y de la Sagrada Ciencia
  los secretos investigan,
  con los Espíritus puros
  que el eterno Solio habitan
  (e Inteligencias sutiles,
  Ciencia de Dios se apellidan),
  todos la votan iguales,
30 y con amantes caricias,
  le celebran la victoria
  y el triunfo le solemnizan.
Estribillo
Y con alegres voces de aclamación festiva,
hinchen las raridades del aire de alegrías,
y sólo se percibe en la confusa grita:
— ¡Vítor, vítor, vítor, vítor María,
a pesar del Infierno y de su envidia!
¡Vítor, vítor, vítor, vítor María!

SEGUNDO NOCTURNO

VILLANCICO IV

  ¡SILENCIO, ATENCIÓN,
  que canta María!
  Escuchen, atiendan,
  que a su voz Divina,
  los vientos se paran
  y el Cielo se inclina.
  Silencio, &.
Coplas
  Hoy la Maestra Divina,
  de la Capilla Suprema
  hace ostentación lucida
10 de su sin igual destreza:
  Desde el ut del Ecce ancilla,
  por ser el más bajo empieza,
  y subiendo más que el Sol
  al la de Exaltata llega.
  Propriedad es de natura
  que entre Dios y el hombre media,
  y del Cielo el be cuadrado
  junta al be mol de la tierra.
  Be-fa-be-mi, que juntando
20 diversas Naturalezas,
  unió el mi de la Divina
  al bajo fa de la nuestra.
  En especies musicales
  tiene tanta inteligencia,
  que el contrapunto de Dios
  dio en ella la más Perfecta.
  No al compasillo del mundo
  errado, la voz sujeta,
  sino a la proporción alta
30 del compás Ternario atenta.
  Las Cantatrices antiguas,
  las Judiques, las Rebecas,
  figuras mínimas son,
  que esta Máxima nos muestran.
  Dividir las cismas sabe
  en tal cuantidad, que en Ella
  no hay semitono incantable,
  porque ninguno disuena.
  Y así, del género halló
40 armónico la cadencia
  que, por estar destemplada,
  perdió la Naturaleza.
  Si del mundo el frigio modo
  de Dios la cólera altera,
  blandamente con el dorio
  las Divinas iras templa.
  Música mejor que Orfeo
  (como Ildefonso exagera)
  hoy suspendió del Abismo
50 las infatigables penas.
  Por los signos de los Astros
  la voz entonada suena,
  y los Angélicos Coros
  el contrabajo le llevan.
  La Iglesia también, festiva,
  de acompañarla se precia,
  y con sonoras Octavas
  el sagrado son aumenta.
  Con cláusula, pues, final,
60 sube a la mayor alteza,
  a gozar de la Tritona
  las consonancias eternas.

VILLANCICO V

  AQUELLA ZAGALA
  del mirar sereno,
  hechizo del soto
  y envidia del Cielo:
  la que al Mayoral
  de la cumbre, excelso,
  hirió con un ojo,
  prendió en un cabello:
  a quien su Querido
10 le fue mirra un tiempo,
  dándole morada
  sus cándidos pechos:
  la que en rico adorno
  tiene, por aseo,
  cedrina la casa
  y florido el lecho:
  la que se alababa
  que el color moreno
  se lo iluminaron
20 los rayos Febeos:
  la por quien su Esposo
  con galán desvelo
  pasaba los valles,
  saltaba los cerros:
  la del hablar dulce,
  cuyos labios bellos
  destilan panales,
  leche y miel vertiendo:
  la que preguntaba
30 con amante anhelo
  dónde de su Esposo
  pacen los corderos:
  a quien su Querido,
  liberal y tierno,
  del Líbano llama
  con dulces requiebros,
  por gozar los brazos
  de su amante Dueño,
  trueca el valle humilde
40 por el Monte excelso.
  Los pastores sacros
  del Olimpo eterno,
  la gala le cantan
  con dulces acentos;
  pero los del valle,
  su fuga siguiendo
  dicen presurosos
en confusos ecos:
Estribillo
  ¡Al Monte, al Monte, a la Cumbre
50 corred, volad, Zagales,
  que se nos va María por los aires!
  ¡Corred, corred, volad aprisa, aprisa,
  que nos lleva robadas las almas y las vidas,
  y llevando en sí misma nuestra riqueza,
  nos deja sin tesoros el Aldea!

VILLANCICO VI.—JÁCARA

Estribillo
  ¡APARTEN! ¿CÓMO, A QUIÉN DIGO?
  ¡Fuera, fuera! ¡Plaza, plaza,
  que va la Jacarandina
  como que No, sino al Alba!
  —¡Vaya de jacaranda, vaya, vaya,
  que si corre María con leves plantas,
  un corrido es lo mismo que una jácara!
Coplas
  ¡Allá va, fuera, que sale
  la Valiente de aventuras,
10 Deshacedora de tuertos,
  Destrozadora de injurias!
  Lleva de rayos del Sol
  resplandeciente armadura,
  de las Estrellas el yelmo,
  los botines de la Luna;
  y en un escudo luciente
  con que al Infierno deslumbra,
  un monte con letras de oro
  en que dice: Tota Pulchra.
20 La celebrada de hermosa
  y temida por sañuda,
  Bradamante en valentía,
  Angélica en hermosura;
  la que si desprende al aire
  la siempre madeja rubia,
  tantos Roldanes la cercan
  cuantos cabellos la inundan;
  la que deshizo el encanto
  de aquella Serpiente astuta,
30 que con un conjuro a todos
  nos puso servil coyunda;
  la que venga los agravios,
  y anula leyes injustas,
  asilo de los pupilos,
  y amparo de las vïudas;
  la que libertó los presos
  de la Cárcel donde nunca,
  a no intervenir su aliento,
  esperaran la soltura;
40 la de quien tiembla el Infierno
  si su nombre se pronuncia,
  y dicen que las vigilias
  los mismos Reyes le ayunan;
  la que nos parió un León
  con cuya rugiente furia
  al Dragón encantador
  puso en vergonzosa fuga;
  la más bizarra Guerrera
  que, entre la alentada turba,
50 sirviendo al Imperio sacro
  mereció corona augusta;
  la Paladina famosa
  que con esfuerzo e industria
  conquistó la Tierra Santa,
  donde para siempre triunfa:
  Ésta, pues, que a puntapiés
  no hay demonio que la sufra,
  pues en mirando sus plantas,
  le vuelve las herraduras,
60 coronada de blasones
  y de hazañas que la ilustran,
  por no caber ya en la tierra,
  del mundo se nos afufa,
  y Andante de las Esferas,
  en una nueva aventura,
  halla el Tesoro Escondido
  que tantos andantes buscan,
  donde, con cierta virtud
  que la favorece oculta,
70 de vivir eternamente
  tiene manera segura.
  ¡Vaya muy en hora buena,
  que será cosa muy justa,
  que no muera como todas
  quien vivió como ninguna!

TERCERO NOCTURNO

VILLANCICO VII

Estribillo
  LA RETÓRICA NUEVA
  escuchad, Cursantes,
  que con su vista sola persüade,
  y en su mirar luciente
  tiene cifrado todo lo elocuente,
  pues robando de todos las antenciones,
  con Demóstenes mira y Cicerones.
  1. —QUINTILLAS
  Para quien quisiere oír
  o aprender a bien hablar,
10 y lo quiere conseguir,
  María sabe enseñar
  el arte de bien decir.
  En enseñar ejercita
  la dulzura de su voz
  que a tiempos no se limita;
  que como su asunto es Dios,
  siempre es cuestión infinita.
  Su exordio fue Concepción
  libre de la infausta suerte;
20 su Vida la narración,
  la confirmación su Muerte,
  su epílogo la Asunción.
  De persuadir la eminencia
  lo Judicial lo pregona,
  pues rendido a su elocuencia
  el Juez Eterno, perdona
  cuando lo mueve a clemencia.
  Retórica se acredita
  con todos los que la ven,
30 y a deprender los incita;
  mas ¿qué mucho diga bien
  quien en todo fué Bendita?
  Hace de su perfección
  al silogismo galante
  segura proposición,
  y con su Asunción triunfante
  va a la eterna complexión.
  Si a los tropos la acomodo,
  ha ejercitado en el arte
40 el sinécdoque, de modo
  que eligió la mejor parte
  y la tomó por el Todo.
  Como Reina, es bien acete
  la antonomasia sagrada
  que como a tal le compete;
  y hoy, al Cielo trasladada,
  la metáfora comete.
  Siendo Virgen, ha nacido
  el Verbo, de ella humanado:
50 énfasis tan escondido
  y enigma tan intrincado,
  que sólo Dios lo ha entendido.
  Sus figuras peregrinas
  son las antiguas mejores
  que las figuras divinas;
  que en sus retóricas flores
  nunca se hallaron espinas.
  Tan lacónica introduce
  la persuasión, que acomoda
60 cuando elegante más luce,
  que su Retórica toda
  a sólo un Verbo reduce.
  En fin, por ser su oración
  en todo tan singular,
  hoy con muy justa razón
  al Cielo sube a gozar
  la eterna colocación.

VILLANCICO VIII.—ENSALADILLA

Introducción.—JURA
  A LA ACLAMACIÓN FESTIVA
  de la Jura de su Reina
  se juntó la Plebe humana
  con la Angélica Nobleza.
  Y como Reina es de todos,
  su Coronación celebran,
  y con majestad de voces
  dicen en canciones Regias:
Coplas.—REINA
  Ángeles y hombres, Señora,
10 os juramos, como veis,
  con que Vos os obliguéis
  a ser nuestra Protectora.
  Y os hacemos homenaje
  de las vidas; y así, Vos
  guardad los fueros que Dios
  le dio al humano linaje.
  Vos habéis de mantenernos
  en paz y justicia igual,
  y del contrario infernal
20 con aliento defendernos.
  Con esto, con reverencia,
  conformes en varios modos,
  por los Evangelios todos
  os juramos la obediencia.
Prosigue la Introducción
  No faltó en tanta grandeza,
  donde nada es bien que falte,
  quien con donaires y chistes
  tanta gloria festejase.
  Porque dos Negros, al ver
30 misterios tan admirables,
  Heráclito uno, la llora;
  Demócrito otro, la aplaude.

NEGRILLOS

 
  1. Cantemo, pilico,
  que se va las Reina,
  y dalemu turo
  una noche buena.
 
  1. Iguale yolale,
  Flacico, de pena,
  que nos deja ascula
40 a turo las Negla.
 
  1. Si las Cielo va
  y Dioso la lleva,
  ¿pala qué yolá,
  si Eya sa cuntenta?
  Sará muy galana,
  vitita ri tela,
  milando la Sole,
  pisando la Streya.
 
  1. Déjame yolá,
50 Flacico, pol Eya,
  que se va, y nosotlo
  la Oblaje nos deja.
 
  1. Caya, que sa siempre
  milando la Iglesia;
  mila las Pañola,
  que se quela plieta.
 
  1. Bien dici, Flacico:
  tura sa suspensa;
  si tú quiele, demo
60 unas cantaleta.
 
  1. ¡Nomble de mi Dioso,
  que sa cosa buena!
  Aola, Pilico,
  que nos mila atenta:
Estribillo
  —¡Ah, ah, ah,
  que la Reina se nos va!
  —¡Uh, uh, uh,
  que non blanca como tú,
  nin Pañó que no sa buena,
70 que Eya dici: So molena
  con las Sole que mirá!
  —¡Ah, ah, ah,
  que la Reina se nos va!
Prosigue la Introducción
  Los Mejicanos alegres
  también a su usanza salen,
  que en quien campa la lealtad
  bien es que el aplauso campe;
  y con las cláusulas tiernas
  del Mejicano lenguaje,
80 en un Tocotín sonoro
  dicen con voces süaves:

TOCOTÍN

  —Tla ya timohuica,
  totlazo Zuapilli,
  maca ammo, Tonantzin,
  titechmoilcahuíliz.
  Ma nel in Ilhuícac
  huel timomaquítiz,
  ¿amo nozo quenman
  timotlalnamíctiz?
90 In moayolque mochtin
  huel motilinizque;
  tlaca amo, tehuatzin
  ticmomatlaníliz.
  Ca mitztlacamati
  motlazo Piltzintli,
  mac tel, in tepampa
 
  Tlaca ammo quinequi,
  xicmoilnamiquili
100 ca monacayotzin
 
  Mochichihualayo
  oquimomitili,
  tla motemictía
  ihuan Tetepitzin.
  Ma mopampantzinco
  in moayolcatintin,
  in itla pohpoltin,
 
110 Totlatlácol mochtin
  tïololquiztizque;
  Ilhuícac tïazque,
  timitzittalizque:
  in campa cemícac
  timonemitíliz,
  cemícac mochíhuaz
  in monahuatiltzin.