SAN PEDRO APÓSTOL, 1677
Villancicos que se cantaron en la S. I. Catedral de Méj., a los Maitines del gloriosísimo Príncipe de la Iglesia, el Sr. San Pedro, Año de 1677, en que se imprimieron.
DEDICATORIA
Al Sr. Lic. D. García de Legaspi, Velasco, Altamirano y Albornoz, Canónigo de esta S. I. Catedral de Méjico, etc.
Señor mío: ofrézcole a V. S. los Villancicos que, para los Maitines del Príncipe de los Apóstoles S. Pedro, hice como pude a violencia de mi estéril vena, poca cultura, corta salud, y menos lugar por las indispensables ocupaciones de mi estado. | |
Lo festivo de sus alegorías se debe a la fiesta; y sobre el común privilegio de versos, tienen amplia licencia en la imitación de mi gran Padre S. Jerónimo, que en una Epístola ad | |
10 | Eustochium dice: Festus est dies, et natalis B. Petri: festivius |
est solito condiendus; ita tamen, ut Scripturarum cardinem iocularis sermo non fugiat. Lo que tienen de malos, sanar puede a la sombra de Pedro; aunque he advertido que para sanar el mal de unos pies (tal es el más incurable de los versos), se valió de su mano. Imagen y viva sombra de sus padres son los hijos que, con la imitación de sus ejemplos, si no igualan, a lo menos siguen el tamaño de sus virtudes y grandeza de sus hazañas. Séalo V. S. de su Padre S. Pedro, por lo Eclesiástico, ya que en lo natural y político es glorioso esplendor | |
20 | de sus nobilísimos progenitores; y dé la mano de su favor a |
mis versos, para que corran como buenos a la sombra de su patrocinio. Para conseguirla no alego más títulos, porque no quiero adelantarle a V. S. en el rostro, el color que desea la púrpura en sus vestidos, ambiciosa de reteñirse en el Capelo con el lustre y honor de su sangre. Tampoco excuso la pequeñez de lo que ofrezco, porque como hija de S. Jerónimo, quiero que V. S. la excuse con sus palabras, en la Epístola ad Marcellam, reconociendo en lo pequeño del don, lo consagrado de la voluntad que lo ofrece: Quia velatae Virginis munus est, | |
30 | aliqua in ipsis munusculis esse mysteria demonstremus. |
Guarde Dios a V. S. como deseo. Es de este Convento de N. P. S. Jerónimo, Junio 20 de 1677 años. | |
B. L. M. D. V. Señoría, su más afecta servidora, que más le estima, | |
JUANA INÉS DE LA CRUZ | |
PRIMERO NOCTURNO |
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VILLANCICO I |
|
Estribillo |
|
¡SERAFINES ALADOS, CELESTES JILGUEROS, | |
templad vuestras plumas, cortad vuestros ecos, | |
y con plumas y voces aladas, | |
y con voces y plumas templadas, | |
cantad, escribid de Pedro los hechos! | |
¡Y con plumas y voces | |
veloces, | |
y con voces y plumas, | |
las sumas | |
10 | cantad, escribid, de los hechos de Pedro! |
Coplas |
|
Reducir a infalible | |
quietud, del viento inquieto las mudanzas, | |
es menos imposible | |
que de Pedro cantar las alabanzas, | |
que apenas reducir podrán a sumas | |
de las alas Querúbicas las plumas. | |
Más que al Cielo de estrellas, | |
número hay de excelencias que le asista; | |
¿pues qué diré de aquellas | |
20 | que imperceptibles son a nuestra vista? |
¿Si a decir las sabidas no acertamos, | |
cómo podré cantar las que ignoramos? | |
Poner Pedro la planta | |
adonde Cristo la cabeza puso, | |
misterio es, que adelanta | |
el respeto que el Cielo nos impuso: | |
pues de besar el pie Cristo se precia | |
a Pedro, por Cabeza de la Iglesia. | |
Que él es Pedro, responde | |
30 | Cristo, cuando él Dios vivo le ha llamado; |
porque tal gloria esconde | |
este nombre de Pedro venerado, | |
que no hallando a su fe qué satisfaga, | |
sólo en llamarle Pedro, Dios le paga. | |
No le dijo que él era | |
Cabeza de la Iglesia Militante, | |
ni que era la primera | |
Puerta para pasar a la Triunfante, | |
ni que a la redondez que alumbra el día | |
40 | su pescador anillo ceñiría. |
Ni que, entre justos tantos, | |
tendrá el primer lugar entre los hombres; | |
gocen allá otros Santos | |
de gloriosos altísimos renombres, | |
cual la palma inmortal, cual verde cedro: | |
que a mi Pedro le basta con ser Pedro. | |
Pues si tal enseñanza | |
nos muestra vuestro título y nobleza, | |
y que vuestra alabanza | |
50 | encierra en vuestro nombre más grandeza, |
no quiero yo alabaros de otro modo: | |
Pedro sois, y en ser Pedro lo sois todo. | |
VILLANCICO II |
|
Estribillo |
|
¡EA, NIÑOS CRISTIANOS, VENID A LA ESCUELA, | |
y aprended la Doctrina con muchas veras! | |
¡Ved, que espera el Maestro! ¡Apriesa, apriesa, apriesa! | |
¡Corred, llegad, mirad que os ganan la palmeta! | |
Coplas |
|
Escribid, Pedro, en las aguas | |
todas las hazañas vuestras, | |
que aunque las letras se borren, | |
a bien que les quedan lenguas. | |
De plana os sirvan los mares, | |
10 | y el remo la pluma sea, |
que al corte de vuestros puntos | |
aun no basta su grandeza. | |
Pautad primero la plana | |
y dibujadnos la letra, | |
que en faltando vuestro lapis | |
ninguno a escribir acierta. | |
A fe que en el A B C | |
tenéis la mayor rudeza, | |
pues en conocer el Christus | |
20 | os mostrasteis una Piedra. |
No escribáis letra bastarda, | |
que si a vuestra mano llega, | |
perderá el nombre bastardo | |
por ser hija de la Iglesia. | |
La letra antigua dejadla | |
que la escriban los Profetas, | |
pues vos podéis en un Credo | |
escribir letra moderna. | |
La grifa y la italiana, | |
30 | por gala podéis saberlas: |
mas la romanilla os toca, | |
pues sois de Roma cabeza. | |
Escribid de liberal, | |
soltad al pulso la rienda, | |
pues el Cielo da por libre | |
lo que vuestra mano suelta. | |
Eternos vuestros escritos | |
conservarán su pureza, | |
sin que ni aun contra una coma | |
40 | el hereje prevalezca. |
Y no menos que la vida | |
os costará su defensa: | |
mas ánimo y escribid, | |
que la letra con sangre entra. | |
VILLANCICO III |
|
Coplas |
|
AQUEL CONTADOR | |
Mayor de la Iglesia, | |
que lo que él ajusta, | |
pasa Dios en cuenta: | |
Clavero, que guarda | |
todas sus riquezas, | |
y de sus tesoros | |
suele hacer dispensas, | |
prende a los deudores, | |
10 | y si acaso niegan, |
también con censuras | |
fuertes los apremia; | |
pero con los pobres | |
usa de clemencia, | |
y con confesarla | |
perdona la deuda. | |
A los aprendices | |
que tiene en su Escuela, | |
la regla de Tres | |
20 | en un Credo enseña. |
Pudiera del Cielo | |
sumar las estrellas, | |
del suelo las flores, | |
del mar las arenas. | |
Dios es la Unidad, | |
que su cuenta encierra, | |
y el cero del Orbe | |
sirve a sus decenas. | |
Suma según arte | |
30 | y según conciencia, |
pues de cada diez | |
vemos que uno lleva. | |
En un Templo, un día, | |
hizo con presteza | |
de unos pies quebrados | |
corriente moneda. | |
Suma los quilates | |
que de su fe acendra, | |
porque son de oro | |
40 | todas sus finezas, |
bien que alguna vez, | |
con inadvertencia, | |
negó una partida | |
por yerro de cuenta; | |
mas luego, soldando | |
de su fe la quiebra, | |
lo que faltó en oro, | |
satisfizo en perlas. | |
Hoy hace el Cuadrante, | |
50 | y con Su Excelencia |
y el noble Cabildo | |
reparte la hacienda. | |
Es gloria mirar | |
cómo les entrega | |
primicias de gracias, | |
diezmos de indulgencias. | |
Estribillo |
|
¡Contador divino, cuenta, cuenta, cuenta, | |
y de tu libro borra las deudas nuestras; | |
y pues tienes en contar | |
60 | destreza tan singular, |
que multiplicas, sumas, partes, y restas, | |
multiplica las gracias y parte las penas! | |
SEGUNDO NOCTURNO |
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VILLANCICO IV |
|
Coplas |
|
Ille qui Romulo melior | |
Urbem condidit invictam, | |
et omnium terrarum urbium | |
fecit ut esset Regina: | |
per quem, Catholicae fidei | |
exculta vera doctrina, | |
discipula est Veritatis | |
quae erat erroris Magistra: | |
cuius ornata praesidio, | |
10 | multo fortius est munita |
humilitate Christiana | |
quam bellica disciplina: | |
qui effuso sanguine proprio | |
maculam detersit illam, | |
qua surgentis moenia Romae | |
manus polluit fratricida: | |
per quem Universi Caput | |
meliori titulo dicta, | |
Crucis erigit trophaeum, | |
20 | corona decorum trina: |
qui Pastor est animarum, | |
cui sunt a Christo commissa | |
quae pascua virentia semper | |
ovibus ipse distribuat: | |
qui Regni Caelorum claves | |
torquet, et aequa iustitia, | |
quae in terris ligat et solvit, | |
in Caelo solvit et ligat, | |
annis meritisque plenus | |
30 | mortalem deserit vitam |
ut, qui Apostolicam habuit, | |
aeternam Sedem accipiat. | |
Caelesti accensus ab igne | |
Lux apparet peregrina, | |
et nova lucida Stella | |
divino fulgore micat. | |
Sydere Iulii fulgentior, | |
lumina inter matutina, | |
quas ante rexerat terras, | |
40 | luce respicit benigna. |
Estribillo |
|
Gaudete, Caeli! Exultate, Sydera, | |
quia inter vos nova Stella lucet affixa, | |
cuius caelesti candore | |
novo fulgent splendore | |
ampla Caeli domicilia! | |
Gaudete, Caeli! Exultate, Sydera! | |
VILLANCICO V |
|
Estribillo |
|
¡OIGAN, OIGAN, DEPRENDAN VERSOS LATINOS, | |
porque Pedro les tiene muy bien medidos! | |
¡Óiganme los poetas! ¡Oigan, señores, | |
de que de Mínimos, Pedro sube a Mayores! | |
Coplas |
|
Mayores a Pedro aplace | |
enseñar con mil primores, | |
y así hace | |
de la clase de Mayores | |
prima clase. | |
10 | Cuantidad Latina y Griega |
en Cristo su fe aprendió, | |
aunque ciega, | |
pues en Él el Alpha vio, | |
et Omega. | |
También su Diptongo ha sido, | |
pues dos letras que en Él vienen | |
se han unido, | |
y entrambas juntas retienen | |
su sonido. | |
20 | Humildad tanta tenía, |
que con conocer cuán diestro | |
componía, | |
los pies aun de su Maestro | |
escondía. | |
Viendo a Malco sin mensura, | |
del furor a que le incita | |
su locura, | |
le puso con sangre escrita | |
la cesura. | |
30 | A su Maestro vengando, |
un verso heroico empezó; | |
mas negando, | |
el pentámetro imitó | |
Entonces mudos enojos | |
su negación condenaron; | |
y en despojos, | |
las sílabas liquidaron | |
de sus ojos. | |
40 | Creció con el escarmiento; |
y con mayor perfección | |
halló atento, | |
después de declinación, | |
En las sílabas concede, | |
que se pueda recoger | |
la que excede, | |
porque él solo conceder | |
Breves puede. | |
50 | De todo, en fin, despedido, |
sólo hacer sáficos precia | |
comedido, | |
y en los himnos se ha metido | |
de la Iglesia. | |
VILLANCICO VI |
|
Estribillo |
|
¡OIGAN UN SILOGISMO, SEÑORES, NUEVO, | |
que solamente serlo tendrá de bueno! | |
Es punto tan escondido | |
y misterio tan subido, | |
que ni en la Antigüedad cupo | |
ni Aristóteles lo supo, | |
de donde ser nuevo pruebo. | |
¡Oigan un Silogismo, señores, nuevo! | |
¡A los Lógicos digo: sic argumentor! | |
Coplas |
|
10 | Cual Sumulista pretendo |
iros, Pedro, replicando; | |
y pues vos, a lo que entiendo, | |
hicisteis juicio negando, | |
yo haré discurso infiriendo. | |
¿Quién os trajo a tanto mal, | |
que al mismo que antes, altivo, | |
con ánimo sin igual, | |
confesasteis por Dios vivo, | |
negáis por Hombre mortal? | |
20 | Dejadme, pues, que me asombre, |
que al Hijo del Hombre allí | |
le deis de Dios el renombre, | |
y al Hijo de Dios aquí | |
le neguéis conocer Hombre. | |
Mirad, que en esta ocasión, | |
como es Dios-Hombre un compuesto | |
por hipostática unión, | |
para negar el supuesto | |
no os vale la distinción. | |
30 | Mal lógico, Pedro, estáis, |
pues cuando a Dios conocéis | |
y por tal le confesáis, | |
antes se lo concedéis | |
y ahora se lo negáis. | |
Dicen que las señas son | |
las que os hacen más patente, | |
y sin mirar la ilación, | |
dejando el antecedente, | |
le negáis la conclusión. | |
40 | Si de una mujer la ciencia |
tiene razones precisas, | |
mirad, Pedro, que es violencia, | |
concedidas las premisas, | |
negarle la consecuencia. | |
¿Quién de vos, Pedro, dijera, | |
siendo de ciencia un abismo, | |
que el argumento temiera, | |
pues el Evangelio mismo | |
dice que os hicisteis fuera? | |
50 | Mejor las razones hila |
vuestro acero sin misterio, | |
pues cuando su corte afila | |
contra Malco, arguye en “ferio”, | |
y en “caelarem” con la ancilla. | |
Vuestros bríos arrogantes | |
negaron con juramento | |
el que le servisteis antes: | |
pues, Pedro, no hay argumento | |
contra “principia negantes”. | |
60 | Mas ya veo que advertido, |
viendo el caso sin remedio, | |
lloráis como arrepentido; | |
que es arte de hallar el medio | |
de no quedar concluido. | |
TERCERO NOCTURNO |
|
VILLANCICO VII.—JÁCARA |
|
Estribillo |
|
¡HOLA! ¿CÓMO? ¿QUE A QUIÉN DIGO? | |
Salgan todos los maestros; | |
que yo se la doy de cuatro | |
y se la daré de ciento, | |
al que tomare la espada con Pedro, | |
y a la furia de sus manos | |
metiere los cascos sanos, | |
y no los sacare abiertos. | |
¡Oigan el cartel, oigan, que a todos reto! | |
Coplas |
|
10 | Allá va, cuerpo de Cristo, |
de Esgrima el mayor maestro, | |
que amilanó a los Carranzas, | |
que arrinconó a los Pachecos: | |
el que por alcanzar más, | |
tuvo lugar más supremo, | |
pues por la gracia de Dios | |
estuvo en ángulo recto: | |
el que de la esgrima supo | |
tan bien mostrar los preceptos, | |
20 | que para la regulada |
puso en su vida el ejemplo: | |
a quien compases de Euclides | |
son de muy poco momento, | |
porque dice que ir no puede | |
con paz y guerra un sujeto: | |
el que riñendo y negando, | |
ya con valor, ya con miedo, | |
usó del tajo con Malco | |
y el revés con su Maestro. | |
30 | Y no fue mucho, a fe mía, |
porque bajando y subiendo, | |
movimiento natural | |
fue el uno, el otro violento. | |
Viendo la treta de Malco, | |
se la penetró tan diestro, | |
que sin valerle el atajo, | |
hizo la ganancia Pedro, | |
pues libertando el alfanje | |
y dando con el pie izquierdo | |
40 | compás curvo, le alcanzó |
a herir el lado derecho. | |
Al tiempo que Malco ufano | |
blasonaba de soberbio, | |
le hirió, porque nadie supo | |
dar heridas tan a tiempo. | |
Y aunque de la garatusa | |
tuvo noticia, y del quiebro, | |
le dio con la irremediable, | |
al gallinazo venciendo. | |
50 | Era Malco un miserable, |
y compasivo de verlo, | |
quiso darle heridas francas, | |
pues no le daba dineros. | |
No le pudo su contrario | |
ofender en un cabello, | |
porque acertó en la pendencia | |
a proporcionar el medio. | |
Mas llegando al estrechar, | |
una mozuela, riñendo | |
60 | con flaqueza sobre fuerza, |
le hizo perder sus alientos. | |
Hirióle en lo más sensible; | |
mas ¿qué mucho, si perdiendo | |
la rectitud, fue preciso | |
dejar sin defensa el cuerpo? | |
Mas haciendo, al mismo punto, | |
de conclusión movimiento, | |
de suprema dignidad | |
gozó su treta los fueros. | |
VILLANCICO VIII.—ENSALADA |
|
Introducción |
|
EN EL DÍA DE SAN PEDRO, | |
por grandeza de sus Llaves, | |
como es fiesta de Portero, | |
se da la entrada de balde. | |
Con aquesta ocasión, pues, | |
entraron a celebrarle | |
de lo mejor de los barrios | |
multitud de personajes. | |
El primero fue un Mestizo | |
10 | que, con voces arrogantes, |
le disparó estos elogios | |
disfrazados en coraje. | |
Glosas |
|
Hoy es el Señor San Pedro | |
que fue la Piedra de Cristo, | |
y allá en el Huerto, orejano | |
se hizo de piedra y cuchillo. | |
Y no fue mucho milagro | |
que mostrase tantos bríos, | |
pues del barrio de San Juan | |
20 | se dice que era vecino. |
Cobró con aquesto fama | |
de tan valiente y temido, | |
que le ayunan las vigilias | |
hasta sus amigos mismos. | |
Estuvo preso una vez | |
con tan cercano peligro, | |
que librarse de la muerte | |
fue milagro conocido. | |
Por aquesto y otras cosas, | |
30 | por guardar el individuo, |
ganó la Iglesia, y en ella | |
fue perpetuo retraído. | |
Esto fue en su mocedad, | |
que después fue Dios servido | |
que murió como un Apóstol, | |
mas sin dejar el oficio. | |
Prosigue la Introducción |
|
Después de éste, un Portugués, | |
preciado de navegante, | |
como era ya hombre a la mar, | |
40 | quiso a los mares echarse. |
Y mirando en alta mar | |
de Pedro la hermosa Nave, | |
por ayudarla con soplos | |
echó sus coplas al aire. | |
Coplas |
|
Timoneyro, que governas | |
la Nave do el Evangelio, | |
e los tesouros da Igrexa | |
van a tua maun sugeitos: | |
mide a equinoccial os grados | |
50 | e de o Sol o apartamento, |
pois en todo o mundo tein | |
de servir tuo deroteiro. | |
Ollái, que por muita altura | |
perdiste o conocimento, | |
e se escondió no Orizonte | |
o Norte de tu governo. | |
Cristo es tua Estrella polar, | |
e se a su luz atendendo | |
se naon inclina tu aguja, | |
60 | va perdido o regimento. |
Navegasáon mais segura | |
podes tener en ti mesmo, | |
pois dan tuos ollos dos mares | |
e tus suspiros dan vento. | |
Los tesouros de la gracia | |
pasar en tua Nave veo, | |
desde las Indias de o mundo | |
a la Lisboa do Ceo. | |
Estribillo |
|
¡A la proa, a la proa, a la proa, Timoneyro, | |
70 | que face o mar tranquilo e sopra o vento, |
e faz el porto salva, todos dicendo: | |
Buen viage, buen vïage, marineyros, | |
que a mar se faz la Nave de San Pedro! | |
Prosigue la Introducción |
|
Temblando, después, del Gallo, | |
cantó un Sacristán cobarde, | |
que un gallina no fue mucho | |
que con el Gallo cantase. | |
Mezcló Romance y Latín, | |
por campar, a lo estudiante, | |
80 | en el mal Latín lo gallo, |
lo gallina en buen Romance. | |
Coplas |
|
Válgame el Sancta Sanctorum, | |
porque mi temor corrija; | |
válgame todo Nebrija, | |
con el Thesaurus Verborum: | |
éste sí es Gallo gallorum, | |
que ahora cantar oí: | |
—¡Qui-qui-riquí! | |
Yo soy todo un alfiñiqui; | |
90 | pues, Cielos, ¿qué es lo que medro |
con Gallo que espantó a Pedro? | |
Metuo, timeo malum mihi. | |
¿Sólo por un tiqui-miqui | |
me tengo que estar aquí? | |
—¡Qui-qui-riquí! | |
Bien es que el riesgo repare, | |
pues no me anima el amar, | |
que Pedro supo juntar | |
el flevit con el amare; | |
100 | pero si a mí me matare, |
nullus plorabit por mí. | |
—¡Qui-qui-riquí! | |
Ignotus Gallus has sido, | |
y mal el temor resiste; | |
porque nunca visto fuiste, | |
pues no eres nunca oído; | |
Gallo tan desconocido, | |
sin duda, que es quis vel qui. | |
—¡Qui-qui-riquí! | |
110 | Pienso, con el sobresalto, |
Gallo, que ya me galleas, | |
¡Oh quién fuera ahora Eneas, | |
por ser sic orsus ab alto! | |
¿Por qué me das tal asalto? | |
¡Responde mihi vel mi! | |
—¡Qui-qui-riquí! | |
Luego que Petrus negavit, | |
este Gallo con su treta | |
le empezó a dar cantaleta: | |
120 | continuo Gallus cantavit. |
Si sic a Pedro, qui amavit, | |
le fue, ¿qué será de mí? | |
—¡Qui-qui-riquí! | |
Éstos fueron los Maitines, | |
sin ponerles ni quitarles; | |
si no tuvieron elogios, | |
no carecieron de Laudes. |