Me planteé estudiar biológicas, pero en mi casa me dijeron: “esto es fatal, es una carrera sin salidas, y es aburridísima, y tal y cual”. Y en vista de que biológicas parecía que iba a ser un rollo, y que no iba a tener salidas y tal, pues decidí medicina. Y me alegré. La verdad es que sí que tenía vocación por la medicina. Lo tenía confuso cuando lo decidí, pero luego sí me alegré (…). Y entonces, de repente, comprendí que yo lo que quería era ayudar a las mujeres. Así de sencillo. Y dije “ah, pues para ayudar a las mujeres, ginecología”. Y así fue. Y entonces bueno, [siendo todavía estudiante] ya empecé a centrarme, ya empecé a estudiar y a centrarme más y a dar vueltecillas por la sección de ginecología (…).

¿Aprender sobre la anticoncepción? Nada, ni torta. ¿Por qué me preocupó y por qué me dediqué? Porque lo había vivido en mi carne, por mí misma, por mi experiencia. Por no encontrar solución, por buscarla y por tener un montón de problemas que tuve con este tema, como casi todas las mujeres de mi edad, supongo. Me casé muy joven, tuve novio muy joven, era una chica progre para aquellos tiempos. Entonces aquello era una odisea, claro, conseguir esos métodos anticonceptivos (…).

Y en cuanto pude, me entró el nervio con este asunto, y  dije: “pues independientemente de esta carrera y de lo que esto me pueda deparar, este tema de que las mujeres puedan controlar sus embarazos me parece absolutamente fundamental”. Y entonces empecé, pues eso, muy pronto después de terminar la carrera [c. 1969], empecé ya a ver a otras mujeres, a darle vueltas al tema, a entrar en contacto con la IPPF de Londres que nos suministraba cosas, a leer todo el movimiento que hubo en Francia de planificación familiar… Entonces me metí sin querer (…).

Y bueno, empecé a reunirme con personas que estaban interesadas en el tema, y que salieron más bien del ámbito político feminista. Porque yo, a la mayoría de las personas con las que luego nos pusimos a hacer el tema de la planificación familiar, las conocí en el Frente de la Liberación de la Mujer. En el que yo ya estaba. Previamente a eso, pues también había conocido personas en otras cosas, en otras reuniones de tipo más o menos feministas, pero más embrionarias…. Y ya empezábamos entonces sin nada organizado, pues a organizar algunas pequeñas charlas, y tal y cual.

Como la cosa empezó, fue con la gente del Frente. Entonces, desde el Frente, había unas pocas que de repente nos cansamos un poco de estar en la abstracción y en la filosofía pura del asunto, y decidimos que queríamos hacer algo ya. Y bueno, pues para mí estaba claro que la cosa más inmediata era que las mujeres pudieran controlar, porque si no, no había ni libertad, ni trabajo, ni nada de nada.