Alhambra de noche

¿Cómo describir con palabras la luz de la luna que se derrama sobre la cenefa mauritana para luego platear la escamada que cubre las aguas serenas del estanque? ¿Cómo relatar el aroma de jazmín que impregna el aire límpido durante un paseo mañanero por Albayzín?

Vista de la Iglesia de San Justo y Pastor

No es nada fácil contar sobre Granada. Pero voy a aceptar ese reto pues hablar de la ciudad que amo se ha convertido en mi profesión. Así pues, para todos aquellos que piensan visitar Granada o ya residen aquí, os pueden venir bien recomendaciones de parte de un guía profesional y acreditado en Granada.

Albayzín: el Montmartre granadino o la nostalgía mauritana

Arco de Elvira. Una de las entrada en el barrio Albayzín

Es la cuna de Granada donde la historia le canta las nanas con un acento árabe. Sus calles estrechas son típicas de las urbes orientales. Detrás de sus muros altos que apenas dejan entrever los tejados de las antiguas villas, que aquí se llaman «cármenes», se esconden bellos jardines. Parecen encarnar la idea del paraíso que los pueblos nómadas trajeron antaño a España y que se quedó grabada en los genes de los habitantes de Granada.

Albayzín, sin embargo, también tiene un lado juvenil y artístico. Posiblemente, sea el último refugio de los hippies en Europa. Músicos callejeros, artistas ambulantes, bohemios y otros que lo quieren parecer abarrotan las calles del barrio ofreciendo a los transeúntes muestras de su arte.

Lugar donde yace la historia

La Catedral de Granada

Sobre la escalinata de la plaza de las Pasiegas se alza la imponente fachada de la Catedral de Granada. Su vista deja atónito al visitante que ya estaba acostumbrado a desenredar el camino de las calles serpenteantes de la ciudad. La plaza de las Pasiegas es muy amplia pero aún así no permite abarcar con la mirada toda la majestuosa edificación de la Catedral. Precisamente así se imaginaron los católicos el monumento a la Reconquista y el triunfo de la Cristiandad.

A un lado de la Catedral se encuentra la Capilla Real donde yace la historia no sólo española sino ¡mundial! En ella descansan los restos de los Reyes Católicos Isabel y Fernando que terminaron con los ocho siglos de dominio árabe, expulsaron a los judíos del país (provocando un trauma imborrable a todo un pueblo e impulsando al mismo tiempo el desarrollo de otras regiones de Europa) y, finalmente, financiaron el viaje de Cristóbal Colón en busca de la nueva vía de acceso a la India. Aventura que llevó al descubrimiento del Nuevo Mundo.

El esplendor del Barocco

Monasterio de la Cartuja

Por fin, llegó el tiempo en que se extinguieron las guerras y los soldados depusieron las armas. Llegó el tiempo en que los pintores cogieron sus pinceles. Ahora su cometido era enardecer el fervor religioso de los creyentes y hacerles temblar de la emoción. Para completar esa tarea, se recurrió a la arquitectura y la escultura. En esas circunstancias surgió la escuela granadina que iba a dejar huella en la historia del arte español.

El Monasterio de la Cartuja desafía la imaginación con sus incrustaciones de carey (caparazón de tortuga) y marfil, cristales venecianos, esculturas de las virtudes que parecen contestar a las miradas de los que las contemplan. Si el Camarín de la Virgen del Rosario nos deslumbra con sus mosaicos espejeantes, en la basílica de San Juan de Dios nos sorprende el retablo bañado en oro que se alza como la llama ardiente de una gran vela, símbolo de amor y misericordia divina.

Os recomiendo que no juzguéis los monumentos de Granada por su aspecto exterior, a menudo austero, sino que entréis a ver los interiores. La belleza y el esplendor de algunas iglesias os dejarán sin palabra.

Detalle de la decoración de la Iglesia del Monasterio de la Cartuja

En la sombra de los jardines

La torre Comares de la Alhambra

¿Dónde puede un viandante resguardarse de los rayos del sol abrasador? Estamos en el sur de España donde siempre apetece estar al aire libre. El sol del invierno nos invita a calentarse en sus cálidas ondas. Pero el sol del verano nos obliga a buscar la sombra. Para ello están los jardines. Los reyes de Granada pasaban los días de calor en los jardines de Generalife. Hoy en día podemos refugiarnos bajo el espesor del bosque que rodea Alhambra y descansar en un banco contemplando el rápido fluir de los arroyos de agua fresca y cristalina que bordean los caminos.

Salvia nemorosa es una de las plantas más frecuentes en los jardines de Granada

Cerca de aquí se encuentra el Carmen de los Mártires, un hermoso jardín por el que se pasean libremente los pavos reales y donde las figuras de los dioses romanos cohabitan con un palacio de estilo mauritano. Es un excelente lugar para el descanso, paseos románticos o en familia.

Jardines de Generalife

La pasión gitana

Vista del Sacromonte

Desde los tiempos más remotos en las cuevas del barrio Sacromonte viven los gitanos. Aquí, en las fiestas populares donde ardían las hogueras y la gente cantaba, bailaba e improvisaba, se forjó el arte flamenco. Un arte que se alimentó de las tradiciones árabes y sefardí y que se convirtió en la expresión máxima de todo un pueblo, con sus alegrías y sufrimientos.

Una cueva en el barrio Sacromonte donde se celebran las tardes de flamenco

En estas viviendas inusuales, instaladas dentro de la colina, se siguen representando los espectáculos de cante y baile flamenco en los que las artistas (no necesariamente jóvenes) impactan al espectador con su energía y vehemencia mientras lo hechizan con el dibujo rítmico de sus tacones.

Una noche de verano en la terraza

Una tapa como ésta puede acompañar su bebida en un bar o restaurante de Granada

¿Cómo hablar de Granada sin mencionar un paseo por sus bares? Es todo un arte, no sólo culinario sino también de juego delicado entre el cliente y el camarero. Los viajeros del siglo XIX ya hacían notar que los españoles son un pueblo orgulloso, que no sabe ni quiere mostrarse sumiso. De modo que incluso un hidalgo trataba a su sirviente de manera respetuosa. Siguiendo esa tradición, en Granada la relación con los camareros en un bar suele ser amistosa e incluso familiar.

Las provincias de Granada y Jaén son famosas en España porque en sus bares las tapas siempre están incluidas en el coste de la bebida. No hay que pedir comida salvo que vayáis a comer a base de tres platos. Las tapas suelen ser suculentas y virtuosas. Además, en muchos sitios de Granada se permite elegir la tapa al gusto de cliente. No obstante, exigir que te pongan una u otra tapa, si el negocio no lo contempla, se considera de mal gusto ya que la tapa se ve como un obsequio. Por otra parte, el cliente puede ofenderse si no le traen la tapa que le corresponde con su bebida, lo cual es motivo de no volver a pisar ese bar nunca más.

Otra recomendación: se dice que una visita al bar debe hacerse entre 3 y 7 amigos. ¿Por qué no se recomienda ir a un bar en pareja? La respuesta es bien sencilla: mientras uno está comiendo los otros dos pueden seguir conversando. Por otra parte, la conversación no fluye bien cuando en una mesa hay más de 7 personas. Pues, no se trata de ir a un bar sólo para saciar la sed y el hambre, es un acto social que fomenta la comunicación entre personas.

Para España y los españoles es muy importante que no cese la comunicación, por ello os invito a seguir esta conversación conmigo en una excursión por Granada.

Anastasia Lüpkes, su guía acreditada por Granada y Alhambra, autora del blog Paseos por Granada