Circunscripción o distrito

11 junio, 2018 y

CONCEPTO O DEFINICIÓN

La circunscripción o distrito es la unidad básica a partir de la cual se distribuyen los escaños correspondientes a los votos emitidos en un proceso electoral representativo. Son, por tanto, los núcleos en los que se organiza el cuerpo electoral a fin de realizar el proceso de elección de los y las representantes institucionales. Dichos núcleos se ordenan de acuerdo a criterios territoriales y poblacionales, siendo éste el aspecto determinante del tamaño o magnitud de la circunscripción, al afectar directamente la proporcionalidad del sistema electoral en su conjunto.

En cada circunscripción se asigna un número legalmente predeterminado de escaños a partidos y candidatos (Rae, 1967: 19), traduciendo así el sentido del voto popular. La agregación de los escaños estipulados en cada una de las circunscripciones conforma el órgano representativo sujeto al proceso de elección democrática.

Los términos circunscripción y distrito suelen emplearse de forma equivalente, si bien en el mundo anglosajón el término “distrito” se usa para referirse a las unidades en que se elige únicamente a un representante –circunscripción uninominal-, mientras que el de “circunscripción” se utiliza en las que se distribuyen dos o más escaños.

No ocurre lo mismo con el término “colegio electoral”, que puede hacer referencia al órgano intermediario entre el voto popular y la elección de la candidatura en un proceso electoral indirecto (véase, elecciones presidenciales en Estados Unidos), o a los centros de votación que se distribuyen en cada una de las circunscripciones para habilitar la emisión del voto presencial por parte del electorado.

En las elecciones generales y autonómicas de España las circunscripciones son las provincias, como establece el art. 68.2. de la Constitución –que fija un mínimo de 2 escaños por cada una de ellas-. En las elecciones municipales son los términos municipales, mientras que las elecciones al Parlamento europeo se realizan con base en una circunscripción única: el conjunto del territorio del Estado.

 

HISTORIA O ANTECEDENTES

El sentido esencial de una circunscripción reside en la representación de la comunidad, del demos, atendiendo a la necesidad de representar adecuadamente la participación de las distintas realidades demográficas y territoriales existentes, esto es, conjugando ambas variables sobre el eje de la igualdad inherente a la representatividad democrática.

Las democracias contemporáneas albergan buena parte de su legitimidad en la representación (Sartori, 1994). Ello implica que el sufragio, además de ser un derecho a ejercerse libre, directa, secreta y universalmente, tiene que ajustarse al criterio de igualdad de voto. De ello se desprende la importancia fundamental de la distribución equitativa de las circunscripciones y sus magnitudes, cuya función es reflejar fielmente la expresión de la voluntad popular en las instituciones representativas.

Previamente al siglo XIX, la integración de los órganos públicos solía realizarse en función de la distribución del poder entre los diferentes grupos e intereses sociales, sea más de tipo estamental o corporativo, o si hablamos en términos de sufragio, de manera censitaria. Es a finales del siglo XVIII, durante todo el siglo XIX y parte del XX cuando la demanda de sufragio universal comienza a hacerse hegemónica en la mayoría de países del mundo. La etapa inicial estuvo marcada por la revolución estadounidense, en cuyo sistema se adoptó el de los distritos uninominales heredado de Gran Bretaña. A lo largo del siglo XIX fue este sistema fue el que más implantación tuvo en los nacientes sistemas democráticos, pues favorecía las mayorías sólidas y, en consecuencia, la mayor estabilidad de la institucionalidad estatal. En el siglo XX, por el contrario, la distribución de las circunscripciones electorales fue tendiendo hacia la plurinominalidad, con el objetivo de lograr una mayor proporcionalidad en la representación de unas sociedades cada vez más heterogéneas y dinámicas.

Las circunscripciones son un elemento central de todo sistema electoral, pudiendo condicionar en gran medida sus resultados. Como es bien sabido, el sistema electoral debe servir a los fundamentos teóricos que son origen de su legitimidad (democracia, representación, proporcionalidad) y también a los objetivos prácticos de rendimiento político para el conjunto del sistema, o dicho de otro modo, a la función de gobernabilidad. Los dos principales modelos que han evolucionado de forma dialéctica en los últimos siglos son, como indica Sartori (1994), el modelo mayoritario y el proporcional.

El primero, conocido como The first pasts the post y de larga tradición en Gran Bretaña, se basa en la ordenación del cuerpo electoral en un alto número distritos electorales pequeños y uninominales, que favorecen las amplias mayorías en las instituciones representativas –así como otros aspectos como la cercanía del representante y el electorado y, consecuentemente, la individualización de la rendición de cuentas-.

El segundo, el sistema proporcional, se sustenta en circunscripciones grandes que benefician la representación equitativa de los distintos grupos e intereses que conforman la pluralidad social. Los mayores defectos de uno y otro, como veremos más adelante, son fundamentalmente la sub-representación o no representación de sectores socio-políticos en el caso mayoritario, y la predisposición a una mayor dificultad y complejidad para la conformación de mayorías sólidas de gobierno, dada la alta fragmentación en la composición de los órganos representativos en el sistema proporcional. En la Tabla 1 se sintetizan los principales efectos de uno y otro modelo:

Tabla 1. Efectos de los tipos de circunscripción electoral:

Tipo de circunscripción Uninominal Plurinominal
Efectos positivos –       Cercanía representante-electorado

–       Individualización de la rendición de cuentas

–       Favorecimiento de la gobernabilidad

–       Mayor proporcionalidad en la representación del pluralismo político y social
Efectos negativos –       Infrarrepresentación de minorías y de género

–       Mayor probabilidad de vinculación personalista y clientelar.

–       Tendencia a la fragmentación política y a la estructuración del voto en términos partidistas

Fuente: Elaboración propia.

 

LINEAS DE INVESTIGACIÓN O PERSPECTIVAS DE ANALISIS

La circunscripción es susceptible de analizarse desde varios ámbitos, como pueden ser el territorial, el poblacional o demográfico, el de la magnitud de la circunscripción y su relación con la proporcionalidad del sistema electoral en su conjunto, o también con el ámbito político-partidista –circunscripciones históricamente dominadas o impenetrables para un determinado partido o tendencia ideológica-, lo cual entronca con otras variables como pueden ser las condiciones socio-económicas, la tradición política, religiosa, étnica, por citar algunos ejemplos.

Una de las líneas de investigación que mayor atención suscita y que atañe al sentido mismo de las circunscripciones es la de la proporcionalidad, esto es, la fidelidad de la función representativa y la igualdad del valor del voto. La discusión oscila entre los dos modelos extremos de circunscripción: el distrito uninominal frente a la circunscripción única, debate bajo el cual subyacen dos principios elementales de la democracia como son el gobierno de la mayoría y la representación de las minorías, vinculándose también cuestiones como la gobernabilidad, la definición del sistema de partidos, o los equilibrios territoriales e identitarios.

 

TIPOLOGÍA  O MODALIDADES

Las circunscripciones pueden clasificarse fundamentalmente sobre el criterio de su magnitud o tamaño. Así, existen las circunscripciones uninominales (en las que se disputa un solo escaño) y las plurinominales (en las que se disputan dos o más escaños).

Esta tipología básica puede desarrollarse, en el caso de las circunscripciones plurinominales, atendiendo al número de escaños en juego: pueden ser binominales, trinominales, tetranominales, pentanominales, y así sucesivamente. Sin embargo, trascendiendo el criterio meramente numérico, resulta útil clasificarlas como circunscripciones plurinominales pequeñas (entre 2 y 5 escaños), medianas (entre 6 y 9 escaños) y grandes (10 o más escaños).

Tabla 2. Tamaño o magnitud de las circunscripciones electorales

Tipos de circunscripciones electorales
Uninominal 1 Uninominales
Pequeñas 2-5 Plurinominales
Medianas 6-9
Grandes 10 o más
Única Número total de escaños a elegir

Fuente: Elaboración propia

Transversalmente a estas modalidades es significativo identificar si el número de escaños a repartir es par o impar; cuanto más pequeño sea el tamaño de las circunscripciones, más favorece la concentración del voto en grandes partidos, y si la distribución de las circunscripciones es de número par, tiende a fomentar la conformación de un sistema bipartidista. Por último, también existe la modalidad de circunscripción única, según la cual la traducción de votos a escaños se realiza sobre el conjunto del territorio estatal, distribuyéndose en ella el total de escaños del órgano representativo a componer (Ej. Países Bajos o Israel).

Otro rasgo definitorio para las tipologías y modalidades de circunscripciones es la variabilidad de las mismas en el conjunto del sistema electoral. Su relativa homogeneidad o heterogeneidad de se tiene en cuenta principalmente a través del tamaño medio, aunque ello puede ocultar grandes diferencias, para lo cual resulta útil contrastarlo con el tamaño mínimo y máximo de las circunscripciones, la cantidad de las mismas y la magnitud del órgano a componer. España es el  país de la Unión Europea con mayor variabilidad en el tamaño de las circunscripciones: desde la más grande con 36 (Madrid) hasta las más pequeñas con 1 (Ceuta y Melilla), sumado a otras muchas circunscripciones de dos escaños por provincia –predominantemente rurales- cuya población no se corresponde correlativamente al mínimo constitucional, generando así una sobre-representación de las mismas y, paralelamente, una infrarrepresentación de las más pobladas –generalmente, urbanas-.

 

INDICADORES

El principal indicador que se usa en el ámbito de las circunscripciones electorales es el Índice de Proporcionalidad del Tamaño Distrital (IPTD) (Beltrán y Almada, 2011). Aborda cuantitativamente el grado de aproximación al principio democrático de una persona-un voto, y se calcula así:

Índice de proporcionalidad (IPTD) = Tamaño del distrito electoral n/Tamaño promedio del distrito n

Donde 1 es proporcional a la representación por distrito; +1 menormente representado; -1 mayormente representado.

 

Delimitación del distrito:

La demarcación de circunscripciones electorales es una realidad relativamente reciente, paralela a la implementación y evolución de los sistemas democráticos representativos.

Las dinámicas de complejización, movilidad y crecimiento –o descenso- demográficas hacen necesaria una revisión periódica del mapa de las circunscripciones a fin de mantener el equilibrio del sistema electoral. Como señala Nohlen (2017), la determinación de los distritos no es definitiva, sino que se halla en un proceso de permanente ajuste. Dicho proceso es complejo y sensible ya que implica armonizar factores sociales, económicos, legales, culturales territoriales, metodológicos, etc.

En los sistemas electorales mayoritarios están institucionalizadas las comisiones de distritación (boundary comissions), que se encargan de garantizar ese equilibrio y de reajustar el trazado de las circunscripciones en caso de ser conveniente para la representación electoral. En este sentido, cabe señalar el término gerrymandering, referido a la redefinición de distritos electorales en función de un interés partidista.

Por otra parte, las circunscripciones son recíprocamente excluyentes –cada elector forma parte de una sola-, pero hay excepciones; se trata de los sistemas electorales que albergan varios niveles de circunscripciones superpuestas, a fin de articular los distintos niveles territoriales o traducir el voto en función de diferentes fórmulas electorales. Algunos ejemplos de ello se encuentran en Alemania, Austria, Bélgica, Italia o Noruega. Finalmente cabe referirse a las circunscripciones especiales (Flores Juberías, 2014), implementadas para acomodar los casos de minorías concretas (especialmente étnicas) y facilitar su representación.

 

Tamaño del distrito:

El tamaño o magnitud de las circunscripciones es el número de representantes sujeto a elección en cada una de ellas. No debe confundirse el tamaño de una circunscripción con su extensión territorial o su volumen demográfico –si bien los criterios demográficos y territoriales son los tomados en cuenta para determinar su tamaño-. Se llama tamaño o magnitud de una circunscripción al número de escaños asignados a la misma (Nohlen, 2017). Se trata de una variable que tiene efectos significativos en el conjunto del sistema electoral, siendo uno de los elementos que más condiciona el grado de proporcionalidad de sus resultados.

Atendiendo a su tamaño, podemos diferenciar los tipos de circunscripciones de varias maneras: uninominales (1) o plurinominales (2 o más); pequeñas (2-5), medianas (6-9) o grandes (10 o más). También es importante en el factor tamaño si el número de escaños que se elige en la circunscripción es par o impar; la regla general es que a mayor tamaño, mayor proporcionalidad, y viceversa: a menor tamaño, más favorece a los grandes partidos; y si el número es par, a la configuración de un sistema de dos grandes partidos. Finalmente existe la modalidad de circunscripción única, en la cual su tamaño será el número total de escaños que compongan el órgano a representar.

Otra cuestión a tener en cuenta respecto al tamaño de las circunscripciones es el prorrateo electoral, que es el procedimiento en que se configura el tamaño de las circunscripciones electorales. Los métodos para ello son diversos, dependiendo en primer lugar si se trata de circunscripciones creadas ex novo o si tienen un carácter político-administrativo preexistente. Para las primeras se aplica la ratio representantes/población previamente establecida. Para las segundas, existen tres métodos de prorrateo: fijo, variable y mixto.

El fijo se basa en la distribución de un mismo número de escaños a cada una de las circunscripciones, siendo el método común para la representación territorial en las Cámaras Altas. El variable, por el contrario, implica un reparto correlativo a la población que compone cada una de las circunscripciones. Por último, los sistemas mixtos combinan ambas técnicas, siendo los más habituales en las elecciones a las Cámaras Bajas (como es el caso de España).

El prorrateo electoral puede producir distorsiones entre la proporción del tamaño de las circunscripciones en relación a la población que las integra; se habla de malapportionment -en términos anglosajones- cuando tales desajustes afectan al principio democrático de igualdad de voto, referido a que todos los votos valgan lo mismo independientemente del territorio en que se emitan. No obstante, en la mayoría de los países existe cierto grado de malapportionment, siendo el caso de España el que mayor discrepancia presenta entre las democracias europeas (Samuels y Snyder, 2001). Sin embargo, los sistemas de distritos uninominales proyectan mayores niveles de desajuste que los sistemas plurinominales, debido entre otras cosas a un segundo tipo de gerrymandering –pasivo- basado en el bloqueo del reajuste de la demarcación distrital durante su mandato para el cual han sido elegidos con esa determinada demarcación.

 

Referencias cruzadas con  otras voces

CANDIDATOS, COLEGIO ELECTORAL, DESPROPORCIONALIDAD, ESCAÑO, FÓRMULAS ELECTORALES, GERRYMANDERING, GOBERNABILIDAD, LISTAS ELECTORALES, PROCESO ELECTORAL, PRORRATEO ELECTORAL, PROPORCIONALIDAD, MALAPPORTIONMENT, SISTEMA ELECTORAL, REPRESENTACIÓN POLÍTICA, VOTO DUAL.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Lijphart, Arendt (1995). Sistemas electorales y sistemas de partidos en veintisiete democracias, 1945-1990. Madrid: Centro de Estudios Constitucionales.

Sartori, Giovanni (1994). Ingeniería constitucional comparada. México: Fondo de Cultura Económica.

Nohlen, Dieter (2017). “Circunscripciones electorales”, en Diccionario Electoral. Costa Rica: Instituto Interamericano de Derechos Humanos.

Flores Juberías, Carlos (2014). “Sistemas electorales y minorías étnicas en la Europa Central y del Este de la transición a la consolidación de la democracia”. Revista de Estudios Políticos, 166: 41-67.

Nohlen, Dieter (2015). Gramática de los sistemas electorales. Madrid: Tecnos.

Rae, Douglas Whiting (1967). The Political Consequences of Electoral Laws. New Haven: Yale University Press.

Monroe, Burt y Amanda, Rose. (2002). “Electoral Systems and Unimagined Consequences: Partisan Effects of Districted Proportional Representation”. American Journal of Political Science, 46 (1): 67-89.

Samuels, David y Snyder, Richard (2001). “The Value of a Vote: Malapportionment in Comparative Perspective”. British Journal of Political Science, 31: 651-671.

 

Autores/as: Carmen Ortega Villodres, J. Ismael Criado Aguilera y Macarena Álvarez Avilés.