CONCEPTO O DEFINICIÓN
El electorado es el conjunto de ciudadanos y ciudadanas que tienen el derecho al sufragio y están legalmente habilitados para ejercerlo, esto es, que disponen de la facultad para participar electoralmente en la elección de sus representantes políticos. El concepto electorado enfatiza la dimensión colectiva de su significado, haciendo referencia al cuerpo ciudadano encargado de configurar con su voto la representación de la voluntad nacional del país, idea que se conjuga con el pluralismo político e ideológico intrínseco a toda sociedad democrática.
Para formar parte del electorado se han de cumplir una serie de condiciones establecidas legal y constitucionalmente; se trata de las premisas fundamentales que conforman el estatus de ciudadanía, como tener una edad mínima, disponer de la nacionalidad y estar registrado en el censo electoral, así como otros requisitos de tipo negativo como no estar condenado penalmente o no haber sido declarado mentalmente incapacitado para el ejercicio del sufragio por la autoridad médica y/o jurídica correspondiente. Normalmente, los requisitos para el ejercicio del sufragio activo y pasivo son equivalentes.
El término electorado, en sentido amplio, es usado en el debate público para referirse a cualquier grupo o sector de la población electoral que comparta ciertas características que lo identifiquen como colectivo diferenciado. Por ejemplo, se puede hablar de electorado masculino o femenino, conservador o progresista, rural o urbano, joven o anciano, electorado religioso, electorado pensionista, electorado precario, electorado andaluz o catalán, etc. pudiendo adaptarse a los múltiples clivajes que atraviesan las heterogéneas sociedades contemporáneas.
En el mundo anglosajón se usa también el término selectorate, que se refiere a los sectores del electorado que eligen las candidaturas (a través de elecciones primarias en sus diferentes modalidades) que los partidos presentarán a las elecciones (Gallagher, 1999).
HISTORIA O ANTECEDENTES
El concepto de electorado está directamente vinculado al derecho al sufragio activo, pero el término ha sido utilizado históricamente para referirse a cualquier cuerpo social encargado de la elección y toma de decisión política, ya fuera en órganos colegiados, corporativos, estamentales, asamblearios, etc. Se trata, por tanto, de un concepto dinámico que ha venido ampliándose al compás de la evolución democrática acaecida en el mundo en los últimos siglos, pasando de un carácter mucho más restringido, limitado o censitario, hacia una definición universal del mismo.
En el caso de España, un ciudadano se considera elector siempre y cuando de forma automática si dispone de la nacionalidad, la mayoría de edad y está empadronado, lo que implica formar parte del censo electoral –a excepción de los y las ciudadanas residentes en el exterior, que forman parte del Censo Electoral de Residentes Ausentes, CERA-. En 2015, con una población ligeramente superior a los 47 millones de habitantes, el electorado era de casi 36 millones, lo que significa que el electorado español se compone de aproximadamente el 75% de la población total (casi un 10% más que en las elecciones generales de 1977, donde el censo era de 23,5 millones sobre una población total de 36).
LINEAS DE INVESTIGACIÓN O PERSPECTIVAS DE ANALISIS
Existen varias formas de entender y estudiar el concepto de electorado, siendo los campos más destacados el de la sociología electoral y el del comportamiento político y electoral, estrechamente relacionados. Fundamentalmente se estudia demoscópicamente, mediante las diversas técnicas de investigación cuantitativas y cualitativas que permiten conocer las inquietudes, percepciones, preferencias, valores, etc. del electorado.
Ello permite clasificar e interpretar las tendencias políticas y electorales de una sociedad, lo que se denomina “segmentación” del electorado, una técnica de gran utilidad para la praxis de los actores políticos (especialmente en las campañas electorales, en las cuales el sector indeciso del electorado suele ser clave para decantar los resultados de los comicios). Destacan las conocidas como encuestas a pie de urna o exit polls, realizadas el mismo día de las elecciones, que disponen de un mayor grado de fiabilidad y precisión al ajustarse la muestra poblacional al electorado activo en los propios colegios electorales.
Otro enfoque con el cual se aborda el concepto de electorado es más de tipo técnico-jurídico, sobre los requisitos positivos y negativos exigibles para ser considerado elector o electora. En cuanto a los requisitos positivos, algunas de las cuestiones que más discusión generan son la edad mínima exigible para el ejercicio del sufragio: en España legalmente se establece a partir de los 18 años, y la propuesta de rebajarla, como en algunos otros países, a los 16 –coincidente con la edad mínima para trabajar o contraer matrimonio- es recurrente en la opinión pública. Como se observa, ello también implica debates propios de ámbitos como la filosofía política, la psicología, la ética, etc.
También existe debate sobre los requisitos negativos, como los referidos a las personas condenadas judicialmente o incapacitadas. Debates de fondo para una cuestión tan sensible para una democracia como es el derecho al sufragio. Otra serie de líneas de análisis versan sobre el derecho al voto de las personas migrantes –relacionado con la condición de ciudadanía-, sobre la obligatoriedad del voto implementada en muchos países, entre los cuales destacan los latinoamericanos, y también se aborda el análisis del electorado desde el campo de la comunicación política, lo cual imbrica con diferentes áreas de estudio como los efectos de los medios de comunicación, la publicidad y el marketing político, entre otras.
TIPOLOGÍA O MODALIDADES
El electorado es susceptible de ser clasificado, caracterizado y diversificado en una diversa multiplicidad de tipologías. Entre ellas destacan las de tipo demográfico (sexo, edad, formación, lugar de residencia, etc.), las de tipo político-ideológico (valores y preferencias personales, autoubicación ideológica, recuerdo de voto, simpatía hacia los partidos, etc.), entre las cuales cabe señalar que la segmentación habitual de mercados ha clasificado al electorado según cuatro categorías: el voto duro, el voto blando, el voto opositor y los indecisos (Valdés y Huerta, 2011).
Otra clasificación relevante es la que diferencia el electorado interior y el electorado exterior, así como la que contrapone el electorado nacional y el electorado extranjero dentro de un país. Como se menciona anteriormente, todo grupo social con características compartidas, y susceptible de ser diferenciado del resto, puede estudiarse como una modalidad específica de electorado.
Una importante distinción tipológica sobre el concepto de electorado sería la que distingue entre electorado activo y pasivo o abstencionista. Se trata de una distinción fluctuante según diversos factores como el tipo de elección (mientras en las elecciones generales, la participación suele superar el 70%, en las elecciones al Parlamento europeo no llega al 50%, por citar un ejemplo), pero que supone una distinción estructural en la que se ubica más de un 20% del electorado.
Algunas investigaciones en el campo politológico y sociológico han señalado que el electorado implica necesariamente el ejercicio del voto, lo cual genera discusión; si bien es el electorado activo el que configura la representación política en las instituciones, el abstencionismo es reconocido como una forma legítima de participación política y electoral (Fournier, 2002), aunque también se argumenta que buena parte de la población que se abstiene electoralmente responde a un perfil desafecto o apático hacia la participación política.
INDICADORES
El electorado es un concepto amplio y complexo que permite ser abordado mediante el empleo de indicadores de muy diverso tipo. Se enumeran los índices electorales más relevantes agrupados en dos categorías que son desproporcionalidad y dimensiones del voto o del sistema de partidos:
En cuanto a la desproporcionalidad:
— Índice de desproporcionalidad de Rae.
— Índice de desproporcionalidad de Loosemore y Hanby.
— Índice de desproporcionalidad Saint Lagüe.
— Índice de desproporcionalidad de cuadrados mínimos de Gallagher.
— Índice de desproporcionalidad de cuadrados mínimos corregido por Lijphart.
— Índice de la máxima desviación de Lijphart.
— Índice de sesgo en la distribución de escaños propuesto por Cox y Shugart.
— Índice de sesgo de Cox y Shugart corregido.
— Índice de sesgo robusto (en distintas versiones).
En cuanto a las dimensiones del voto o del sistema de partidos:
— Índices de fragmentación electoral y parlamentaria de Rae.
— Índices del número efectivo de partidos, electorales y parlamentarios sugeridos por Laakso y Taagepera y Taagepera y Shugart.
— Índices de hiperfraccionamiento, electoral y parlamentario, de Kesselman y Wildgen.
— Índices del número de partidos, electorales y parlamentarios, de Molinar.
— Índices de concentración electoral y parlamentaria.
— Índices de competitividad electoral y parlamentaria.
— Índice de polarización de Sartori.
— Índices de polarización ponderada, electoral y parlamentaria.
— Índices de volatilidad total, entre bloques e intrabloques, propuestos por Pedersen y Bartolini y Mair (en sus versiones electorales y parlamentarias).
— Índice de voto regionalista.
— Índice de voto regionalista diferenciado.
— Índice de voto regional diferenciado de Lee.
— Índice de voto dual de Arian y Weiss.
Referencias cruzadas con otras voces
ABSTENCIÓN ELECTORAL, CANDIDATO, CANDIDATURA, CAMPAÑA ELECTORAL, COMPORTAMIENTO POLÍTICO Y ELECTORAL, COMUNICACIÓN POLÍTICA, ESTIMACIONES ELECTORALES, ELECCIÓN, ÍNDICES ELECTORALES, PARTIDO POLÍTICO, SEGMENTACIÓN, SONDEOS ELECTORALES, SUFRAGIO, VOLATILIDAD ELECTORAL.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Alarcón González, Francisco Javier (2015). “Electorado”, en Diccionario enciclopédico de Comunicación Política. Madrid: Centro de Estudios Políticos y Constitucionales.
Aquino, José Ángel (2017). “Electorado”, en Diccionario Electoral. Costa Rica: Instituto Interamericano de Derechos Humanos.
Aragón, Manuel (2007). Derecho electoral: Sufragio activo y pasivo. En: Nohlen, D., Zovatto, D., Orozco, J., y Thompson, J. (eds.), Tratado de derecho electoral comparado de América Latina. México: Fondo de Cultura Económica.
Gallagher, Michael (1998). Candidate Selection in Comparative Perspective: The Secret Garden of Politics. Londres: Sage.
Hazan, Reuven, y Harat, Gideon (2010). Democracy Within Parties. Nueva York: Oxford University Press.
Instituto Nacional Electoral (2014). Compendio Legislación Nacional Electoral. México: UNAM.
Ocaña, Francisco y Oñate, Pablo (1999). “Índices e indicadores del sistema electoral y del sistema de partidos. Una propuesta informática para su cálculo”. Revista Española de Investigaciones Sociológicas, 86: 223-245.
Valdés, Andrés, y Huerta, Delia (2011). “¿Qué mueve a los votantes? Un análisis de las razones y sinrazones del comportamiento político del elector”. Razón y Palabra, 16 (75).
Autores: J. Ismael Criado y Alberto Bueno.