«¿Deben los familiares intervenir en la decisión sobre donación de órganos?»

Alberto Molina Pérez, Janet Delgado, Myfanwy Morgan y David Rodríguez-Arias, miembros de FiloLab, han publicado junto con Michaela Frunza, Gurch Randhawa, Jeantine Reiger-Van de Wijdeven, Silke Schicktanz, Eline Schiks, Sabine Wöhlke el artículo «Should the family have a role in deceased organ donation decision-making? A systematic review of public knowledge and attitudes towards organ procurement policies in Europe«en la revista Transplantation Reviews (Volume 36, Issue 1, January 2022).

El artículo desarrolla una revisión sistemática de la bibliografía sobre conocimiento y actitudes del público hacia el papel de la familia en la toma de decisiones sobre donación de órganos post-mortem. De los 1482 resultados que se obtuvieron, se evaluaron 467 estudios en forma de texto completo y 33 se incluyeron en esta síntesis. Uno de los resultados destacados de esta revisión es que la mayoría de los participantes en los estudios revisados se muestran a favor de que la familia tenga un papel, especialmente para tomar una decisión sobre donación cuando la persona fallecida no dejó constancia de sus voluntades. En cambio, cuando la persona fallecida expresó su voluntad de donar, la gente se muestra más ambivalente sobre si se deberían tener en cuenta las preferencias de la familia. Las respuestas de los encuestados dependen de si se perciben a sí mismos como posibles donantes o como los familiares más cercanos de una persona fallecida y potencial donante. Las respuestas también dependen de la relación entre el fallecido y quienes toman la decisión dentro de la familia, así como de su origen étnico o cultural. Si bien estos hallazgos pueden tenerse en cuenta en el desarrollo de la política y la orientación de los gobiernos con respecto al papel de las familias en la donación de órganos de los fallecidos, la investigación muestra lagunas de conocimiento, ya que los datos disponibles son de calidad variable y no se dispone de ningún dato procedente de la mayoría de los países europeos, incluida España. Se necesita, entre otras cosas, un marco conceptual común y cuestionarios validados, adecuadamente diseñados y estandarizados para estudios futuros de naturaleza comparada. Por tanto, son necesarias investigaciones comparativas internacionales para conocer mejor la situación.

Puede accederse al artículo aquí.

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