
Apuntes personales desde Ginebra. Congreso “Race and Sexual and Reproductive Health: Historical Perspectives”
Elisa Roncone, doctoranda en el marco del proyecto LEGABO, nos comparte su experiencia en el congreso Race and Sexual and Reproductive Health in Historical Perspectives (18/20 de junio 2025).
Era mi primera vez en Ginebra. Llegué temprano al Geneva Graduate Institute, con la intención de orientarme y tomar algunas fotos, de guardar una imagen de lo que se siente al empezar un doctorado. En esos primeros meses, todo pesa distinto: las preguntas, los miedos, la gratitud. Y yo me sentía, sobre todo, agradecida. Por la oportunidad, y por la confianza de Agata Ignaciuk —mi directora de tesis y del proyecto— al enviarme a compartir espacios académicos con Caroline Rusterholz y su equipo. Desde el primer momento, la acogida fue generosa. Naomi Samake-Bäckert y George Severs (ambxs del Geneva Graduate Institute) me integraron con profesionalidad y cuidado. Sentí que ya formaba parte de esa pequeña comunidad.
La keynote de Nicole Bourbonnais (The Gospel of Family Planning: An Intimate Global History) fue un punto de anclaje. Nicole no solo habló de fuentes, marcos y archivos. Empezó por su abuela. Por la historia íntima que la llevó a investigar la planificación familiar. Escucharla decir que “cada país tiene su Margaret Sanger” fue revelador. Pensé en cuántas historias “íntimas” siguen fuera del relato global por no ser lo bastante blancas, por no ajustarse a los marcos hegemónicos de visibilidad.
Al hablar de Adaline Pendleton Satterthwaite, “Penny”—una medica, experta del Population Council en los años 60/70 que cruzaba el mundo escribiendo diarios sobre su día a día— sentí que esas páginas escritas desde el activismo cotidiano me hablaban directamente. No como archivo muerto, sino como testimonio vivo de una genealogía feminista transnacional a la que me quiero vincular.
La mesa redonda con Edem Ntumy (Reproductive Justice Initiative), Jenny Douglas (Open University) y Christina Ganotakis (NAZ) fue un momento clave. Se habló de racismo estructural, de la falta de financiación para los Black Studies, y de la necesidad urgente de construir una academia menos blanca. Donde lxs investigadorxs negrxs no sean solo objeto de análisis, sino voces imprescindibles. Lo dijeron con firmeza. Y se sintió.
Me identifiqué con la frase de Roberta Bivins (University of Warwick) tras una sesión: “I was so ignorant before this panel started — and now I feel I’ve learned so much.” Tres días de congreso, y esa frase me acompañó constantemente.
Las intervenciones del público eran tan precisas y necesarias que pensé: cada pregunta merecería convertirse en una línea de investigación, en un proyecto financiado, en una red de colaboración.
Me sigo preguntando lo que nos lanzaron Samuel Yosef (King’s College London) y Manna Mostaghim (LSE):
¿Qué significa para ti la justicia reproductiva? ¿Cómo se adapta en tu contexto?
Quiero que mi tesis no se limite a representar. Que sirva como herramienta para pensar, junto a otras, qué significa una salud reproductiva libre de jerarquías raciales, construida desde el barrio, la consulta, el archivo. En relación.
Porque si algo me llevo de Ginebra es esto:
la justicia reproductiva no se decreta ni se teoriza en solitario — se practica en el vínculo.
Entre compañeras de luchas politicas, entre profesionales y pacientes, entre movimientos, entre generaciones, entre cuerpos.
