estrategia territorial

El objetivo es reactivar una red de conexiones que ha permanecido en letargo o bien era inexistente, de modo que sirva como reclamo tanto para los habitantes del Parque Natural como para un nuevo sector de turismo específico con relevancia no solo en verano. Descentralizando la línea de litoral, se relacionan los nuevos focos generalizadores de actividad del Parque. Estos nuevos focos plantean la hibridación de una actividad no solo productiva sino también social, cultural, educativa, productiva y de ocio que ayude a reactivar y hacer rentable el Parque Natural a lo largo de todo el año. De este modo, se otorgan una serie de servicios específicos a determinadas poblaciones implicadas de manera que se evite el éxodo a los núcleos urbanos más consolidados propiciado por el estancamiento económico y el progresivo abandono de los referentes naturales y patrimoniales.

estrategia de elección

La elección de Rodalquilar como zona de intervención responde a dos factores. Por un lado, se localiza en el corazón geográfico del parque, donde la Administración Central adquiere mayor importancia con una gran cantidad de edificios de carácter público. Esta característica, unida al interés geológico de su entorno y a su degradado patrimonio industrial minero, sirve como reclamo para reforzar a Rodalquilar como foco central del Parque Natural. Por otro lado, el hecho de que en Rodalquilar se conjuguen todos estos objetos de estudio tuvo mucha repercusión sensitiva en la deriva realizada con respecto al resto de paradas. Apreciar la belleza de las ruinas de la antigua planta de extracción de oro, observar las sugerentes texturas y tonalidades de sus rocas, divisar las impresionantes vistas hacia el valle y el mar o experimentar la multitud de caminos posibles gracias a su complejidad espacial encajada en la montaña fueron los aspectos con los que más se empatizaron.

generadores del proyecto

Debido a la belleza del enclave, el proyecto radica en la comunión con los elementos propios del lugar a través del soterramiento casi total del edificio. Las ruinas de la planta abandonada suponen un polo de atracción muy fuerte tanto para los habitantes de la zona como para los visitantes. La hegemonía de la montaña, compuesta por una piedra de origen volcánico, llamada riodocita, con incrustraciones violetas, tintas y ocres dotan de un cromatismo muy particular a la zona. La gran variedad de niveles de cota, unidos todos ellos por una red de senderos hacen del espacio un área permeable y fácilmente recorrible con unas excepcionales vistas hacia el valle de Rodalquilar. La sensibilidad por todas estas particularidades llevan a procurar que el proyecto se integre perfectamente en la montaña bajo la premisa de “no modificar nada” con una operación casi de camuflaje, donde el único distintivo de la intervención lo protagonizan una serie de elementos de hormigón que sirven de acceso y de tragaluz rememorando las entradas de las minas de la zona.