

El Barroco ha sido estudiado ya por importantes autores como la explosión cultural en el siglo XVII estuvo vinculada con un dispositivo general de recentramiento del mundo (Sarduy) y de recuperación del ideal teológico (Deleuze; Cerezo), característico de la primera modernidad, momento en que empieza a tomarse conciencia del ascenso de la forma de vida secular y de la crisis radical de los valores tradicionales que ello representaba: una experiencia colectiva en que la percepción de una “brecha entre el pasado y el futuro” (Arendt) se traduce en una extraordinaria afirmación de creatividad cultural. Pero hace tiempo que la crítica ha establecido que, en este horizonte, la cultura barroca es expresión no ya simplemente de fuerzas antimodernas, asociadas en exclusiva como su apéndice a la contrarreforma católica.
Aún queda por aclarar, sin embargo, la contribución de la cultura barroca a la configuración de la primera modernidad, su participación en el “a priori histórico” (Foucault) que ha abierto el espacio de experiencia al que probablemente aún pertenecemos, relegada a un segundo plano por la emergente racionalidad científico-matemática, la cultura barroca ha sufrido un fenómeno paradójico de invisibilización. por un lado, su ubicación en una especie de inconsciente cultural (Rodríguez de la Flor), y por otro lado, su expansión a través de la cultura popular, visible en manifestaciones muy diversas asociadas con formas de vida no mediadas por la “gran cultura”, fenómeno especialmente importante en toda América Latina y en la península ibérica. De ese modo, la cultura barroca ha sido el contrapunto crítico a los excesos idealistas y subjetivistas de la cultura racionalista europea triunfante, llegando hasta nuestros días cargada de potenciales en parte irrealizados que esperan aún una oportunidad histórica (Benjamin).
Desde ese punto de vista, se hace necesario profundizar en la aclaración de cómo la cultura barroca se inserta en la modernidad como su propia alteridad inmanente, como “la otra modernidad”, según la ha llamado Pedro Cerezo, participando en la constitución de otra forma de humanismo, quizás próximo a lo que E. Grassi ha denominado el “humanismo retórico”, alternativo al humanismo metafísico que justamente denunció Heidegger. Pero si la modernidad es en general, según el pensador alemán, la “época de la imagen del mundo”, en la que éste es reducido a representación de un sujeto, el barroco parece suponer, por el contrario, una resistencia a esa reducción de la realidad y del ser humano, aportando una muy diferente concepción del mundo como representación (Fumaroli, Marin, Pereda).
Visibilizar o evidenciar esa heterogeneidad inmanente en la modernidad, que representa el humanismo barroco, y explorar los potenciales críticos y transformadores que quizás aún encierra, es tarea que el presente proyecto se propone. Si la tesis dorsiana de un eón barroco que alterna con el eón clásico es insostenible hoy día en esos términos metafísicos, sí que parece pertinente hacer un estudio histórico de la contribución específica de la modernidad barroca a la modernidad general y de los elementos críticos y autocorrectores de los excesos modernos que se hallan en la cultura barroca.
Desde este punto de vista, la importante construcción filosófica del barroco realizada por Gilles Deleuze (1989) –y que marcó un antes y un después en los estudios del barroco–, centrada en la figura filosófica de Leibniz, necesita ser completada desde el ámbito del barroco iberoamericano, tomando en consideración la aportación que los pensadores iberoamericanos pudieron hacer al acervo cultural general y valorando la vigencia de sus aportaciones. Necesidad, pues, de constituir el concepto de un “Barroco ampliado”, que el presente proyecto se propone.
En el horizonte problemático que supuso la eclosión del nuevo mundo moderno, el barroco ofreció, antes de la fijación de la racionalidad procedimental moderna, un primer marco general en el que se hizo la experiencia de los importantes cambios que se estaban produciendo: el paso del cosmos finito al universo infinito, de su antigua unidad centrada al nuevo mundo plural, abierto y dinámico, de las formas de vida orientadas por valores religiosos trascendentes a las nuevas formas seculares dirigidas a la producción de un mundo de inmanencia, etc. La cultura barroca fue asimismo clave en la ampliación que la razón europea experimentó a partir del siglo XVI con la incorporación del nuevo mundo, ofreciendo un medio intercultural no siempre asimilable a la cultura hegemónica europea y que constituía un espacio de disenso virtual con respecto a eurocentrismo del logos. De esa forma, la cultura barroca proporcionó una forma de racionalidad cristalizada en modos de vida, más propiamente un ethos que un mero logos, vivo aún en el presente en el espacio cultural iberoamericano pero quizás llamado a contribuir de un modo especial a afrontar algunos de los retos del mundo actual.
Nuestra hipótesis es, pues, en primer lugar, que el barroco del XVII tuvo un papel positivo y fundamental en el surgimiento de la modernidad al aportar una primera comprensión de la misma que, sin embargo, incorporaba en ella elementos autocorrectivos de la racionalidad científico-económica dominante y aún dotados de potencialidad en la actualidad a condición de que sean adecuadamente estudiados. Asimismo, en segundo lugar, es nuestra hipótesis que el espacio cultural iberoamericano, heredero privilegiado de la cultura barroca, contiene de manera concreta claves para esa reactualización de la racionalidad barroca en la forma de un ethos resistente a las formas de vida y de pensamiento centradas en el individualismo asociado a la modernidad y quizás capaz de aportar importantes correctores a la globalización actual.
Buci-Glucksman, C. (1984). La Raison baroque. De Baudelaire à Benjamin, París: Galilée.
Buci-Glucksman, C. y Jarauta, F. (eds.) (1993). Barroco y neobarroco. Madrid: Círculo de Bellas Artes/Visor.
Buci-Glucksmann, C. (1986). La Folie du voir. De l'esthétique baroque. París: Galilée.
Calabrese, O. (1989). La era neobarroca. Madrid: Cátedra.
Campillo, A. (2011), “Del gobierno del alma al gobierno del mundo: el nacimiento de la compañía de Jesús”, en Eikasia. Revista de Filosofía, año V, 37.
Cantarino, E. y Blanco, E. (2005), Diccionario de conceptos de Baltasar Gracián, Madrid: Cátedra.
Castro-Gómez, S. y Grosfoguel, R. (2007), Reflexiones para una diversidad epistémica más allá del capitalismo global. Bogotá: Siglo del Hombre Editores.
Cerezo, P. (2012a) “La cultura de sí en el barroco español”. En Claves y figuras del pensamiento hispánico. Madrid: Escolar y Mayo.
Cerezo, P. (2012b). “La epístola moral a Fabio”. En Claves y figuras del pensamiento hispánico. Madrid: Escolar y Mayo.
Cerezo, P. (2012c). “Pensar en español”. En Claves y figuras del pensamiento hispánico. Madrid: Escolar y Mayo.
Cerezo, P. (2015). El héroe de luto. Ensayos sobre el pensamiento de Baltasar Gracián. Zaragoza: IFC.
Cerezo, P. (2016). El Quijote y la aventura de la libertad, Madrid: Biblioteca Nueva.
Chambers, I. (2001), La cultura después del humanismo, Cátedra: Madrid.
D’Ors, E. (1935, ed. 2002). Lo Barroco. Madrid: Tecnos-Alianza.
De Campos, H. (2000a). “Barroco, neobarroco, transbarroco”. En De la razón antropofágica y otros ensayos. Madrid: Siglo Veintiuno.
De Campos, H. (2000b). “Una arquitectura del barroco”. En De la razón antropofágica y otros ensayos. Madrid: Siglo Veintiuno.
Deleuze, G. (1989). El pliegue. Leibniz y el Barroco. Madrid: Paidós.
Dussel, E. (2015), Filosofías del Sur. Descolonización y transmodernidad. Madrid: Akal.
Echeverría, B. (1998, ed. 2013). La modernidad de lo Barroco. Ciudad de México: Era.
Egido, A. y Marín, M. C. (eds.) (2001), Baltasar Gracián. Estado de la cuestión y nuevas perspectivas, Institución Fernando el Católico.
Fumaroli, M. (2003), “Les jésuites et l’apologétique des ‘images saintes’”, en Tapié (dir.), Baroque vision jésuite. Du Tintoret à Rubens, Paris, Somogy-Caen, Musée des Beaux-Arts, p. 15-25.
Fumaroli, M. (2008), Las abejas y las arañas. La querella de los antiguos y los modernos. Barcelona: Acantilado.
Gandler, S. (2007), Marxismo crítico en México: Adolfo Sánchez Vázquez y Bolívar Echeverría. México DF: Fondo de Cultura Económica.
García Casanova, J. F. (ed.) (2003), El mundo de Baltasar Gracián. Filosofía y literatura en el Barroco. Granada: Universidad de Granada.
Chaparro, A., (2014). Pensar caníbal. Una perspectiva amerindia de la guerra, lo sagrado y la colonialidad. Buenos Aires: Katz.
Grande, M, Pinilla, R. (eds.) (2004), Gracián: Barroco y modernidad, Madrid: Universidad Pontificia de Comillas.
Gruzinski, S. (1999), El pensamiento mestizo. Barcelona: Paidós.
Lezama Lima, J. (1969, ed. 2009). La expresión americana. Madrid: Fondo de Cultura Económica.
Lucas, A. (1992). El trasfondo barroco de lo moderno (Estética y crisis de la Modernidad en la filosofía de Walter Benjamin). Madrid: UNED.
Malcuzynski, P. (1994), “El campo conceptual del (neo)barroco (Recorrido histórico y etimológico)”, Criterios, La Habana, pp. 131-170.
Maldonado Torres, N. (2012), La descolonización y el giro de(s)colonial. Chiapas: Universidad de la Tierra.
Marin, L. (1993), Des pouvoirs des images: gloses. Paris: Eds. du Seuil.
Mate, R., Sánchez Cuervo, A, y Echeverría, J. (coord.) (2008). “Pensar en español”, número monográfico de la Revista Arbor, nº 734.
Morales, A. J. (coord.) (2008). Actas del Congreso Internacional Andalucía barroca. Antequera: Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.
Moser, W. (1998). “Du baroque européen et colonial au baroque américain et postcolonial” (pp. 67-72). En P. Schumm (coord.), Barrocos y modernos. Nuevos caminos en la investigación del barroco iberoamericano. Madrid: Iberoamericana Editorial Vervuert.
Moser, W. (2008). “The concept of baroque”. Revista canadiense de estudios hispánicos, 33(1), 11-37.
Mignolo, W (2007). La idea de América Latina. La herida colonial y la opción decolonial. Barcelona: Gedisa.
Ochoa Muñoz, K. (2016) “(Re)pensar el derecho y la noción del sujeto indio(a) desde una mirada descolonial”, en Revista Internacional de Comunicación y Desarrollo, nº 4.
Patella, G. (2005), Giambattista Vico. Tra barocco e posmoderno, Torino: Mimesis, 2005.
Pelegrin, B. (2000) Figurations de l’infini. París: Seuil.
Peñalver, P. y Villacañas, J. L. (eds.) (2010), Razón de Occidente. Textos reunidos para un homenaje al profesor Pedro Cerezo Galán, Madrid: Biblioteca Nueva.
Pereda, F. (2009), “Cultures de la représentation dans l’Espagne de la Réforme catholique”, Perspective, [En ligne], 2 | 2009, mis en ligne le 22 juillet 2014.
Pérez Herranz, F. (2011), “Seminario Ignacio de Loyola y Baltasar Gracián”, número monográfico de la Revista Eikasia, año V, 37.
Quijano, A. (1988), Modernidad, identidad y utopía en América Latina. Lima: Sociedad y Política Ediciones.
Rivera, A., (2011) “La religión de la conquista del mundo: aproximación al imperium mundi jesuítico”, Eikasia. Revista de Filosofía, año V, 37.
Rodríguez de la Flor, F. (1995). Emblemas: lectura de la imagen simbólica. Madrid: Alianza.
Rodríguez de la Flor, F. (1999). La península metafísica. Arte, literatura y pensamiento en la España de la Contrarreforma. Madrid: Biblioteca Nueva.
Rodríguez de la Flor, F. (2002). Barroco. Representación e ideología en el mundo hispánico (1580-1680). Madrid: Cátedra.
Rodríguez de la Flor, F. (2007). La era melancólica. Palma de Mallorca: Edicions UIB.
Rousset, J. (1953), La littérature à l’âge baroque en France. Circe et le paon, Paris: Corti.
Sánchez Robayna, A., (1990). “Barroco de la levedad”. Voz y letra. Revista de literatura, 1(2), 171-184. Sarduy, S. (1972). “Barroco y neobarroco”. En C. Fernández Moreno, América latina en su literatura. Ciudad de México: Siglo Veintiuno.
Sarduy, S. (1987) Ensayos generales sobre el Barroco. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.
Sousa, B. y Meneses, M.P. (eds.) (2014), Epistemologías del Sur. Madrid: Akal.
Todorov, T. (2010), La conquista de América: el problema del otro, Barcelona: S. XXI.
|