Memorias de vida y prácticas sanitarias en España durante el franquismo y la Transición Democrática
Cuando terminé la especialidad de Ginecología, empecé a trabajar [en Salamanca] como ayudante de una consulta de ambulatorio de dos horas, que era muy poquito, yo estaba muy frustrada […]. Una consulta ambulatoria de ayudante de otro señor. Era tremenda. Y contactaron conmigo dos personas que se dedicaban mucho antes de esta época a trabajar con las asociaciones de vecinos. Daban charlas de sexualidad, pues eso, para hacer accesible a la gente todos estos temas. Eran un ginecólogo de aquí, Juan de Dios García y Félix López, un psicólogo […].Y Félix fue el que me dijo que el Ayuntamiento estaba teniendo una iniciativa que se me interesaría.
Empezamos a tratar con ellos de cómo se iba a organizar el centro… Estos señores fueron realmente los dos pilares del movimiento de la planning en esta ciudad [Salamanca]. […] Ellos me pusieron en contacto con la psicóloga, y la asistente social. Yo no las conocía, Concha y Rosa, que luego fueron mis mejores amigas. Y nos empezamos a reunir los cinco, los cinco y asociaciones de vecinos también, los representantes de asociaciones de vecinos, pues querían ver qué demandaba la población, qué necesitaba, y con un concejal del Ayuntamiento, que era el de Medio Ambiente, ¿puede ser? … probablemente. Y empezamos a hacer pues varias reuniones, yo creo que eran semanales o bisemanales. Era muy divertida aquella época. Estábamos muy unidos, iniciando el proyecto de cómo iba a ser […].
[Las mujeres de las asociaciones de vecinos planteaban] que estaban hasta el moño de ginecólogos machistas, querían que todo el mundo pudiera acudir a la consulta, que fuera gratis… planteaban mucho el problema ideológico. Te decían que ellas decidían sobe su planificación, y querían que esto fuera accesible, que fuera cercano y para todos. Y les encantaba que diéramos las clases de anatomía, de educación sexual […]. Empezamos a trabajar en ello a finales de 1981 y yo creo que el centro se abrió en el 1982. […] Era en la Salle, en el edificio donde está ahora la policía municipal, es un edificio en ruinas del Ayuntamiento, pero entonces era el edificio que tenía el ayuntamiento un poco para los movimientos nuevos y multiusos.
Espacio teníamos todo el que te puedes imaginar, y un poco más. Era impresionante de grande. […] Y nosotros tuvimos una historia muy bonita, muy interdisciplinaria. […] Hicimos un diseño [de historia médica]. De qué teníamos que preguntar. Yo aportaba lo práctico, lo técnico, las otras compañeras las preguntas psico-sociales, y la verdad que era muy bonita. Yo no he trabajado nunca con tantas facilidades… Luego, en el hospital, ya fue distinto.
Hicimos unos folletitos muy guapos, unos folletos de educación sexual y de planning, financiados por el Ayuntamiento, muy bonitos. […] Yo ya trabajé con todos los métodos anticonceptivos despenalizados. Solamente la ligadura tenía todas estas trabas […]. Yo no he luchado con nada, estaba todo legalizado. Para mí esta etapa fue estupenda como formación personal. Yo no creo que haya hecho absolutamente nada por la sociedad, ni por la planificación ni por nadie […] Por las mujeres que iban, puntualmente sí, fue muy bonito. A estas mujeres sí, las ayudamos, pero en fin, una aguja en un pajar. Me gustó mucho lo divulgativo. Las reuniones con las asociaciones y en los ayuntamientos, y en los pueblos. Íbamos también a los institutos. Todo aquello me parecía muy interesante […]. A mí me ha parecido precioso el contacto con esta gente maravillosa.