¿Qué es la depresión postparto?
A pesar de su escaso reconocimiento, la depresión postparto es un importante problema de salud pública. La depresión postparto puede llegar a afectar hasta un 10% de las madres que previamente estaban bien, elevándose esta cifra hasta un 35-40% si se trata de mujeres con trastornos mentales anteriores.
La idealización de la maternidad o el mito de la maternidad protectora, que viene a decir que ser madre es una experiencia tan maravillosa que es imposible deprimirse, ha dificultado el estudio de la depresión postparto. Sin duda, ser madre es extraordinario, pero una no deja de ser humana y como tal, algunas mujeres pueden experimentar problemas.
Las mujeres que al nacer su bebé sufren depresión postparto pueden experimentar síntomas propios de una depresión (p.ej., tristeza, cansancio, problemas de sueño, falta de concentración, etc.), sentimientos negativos hacia el bebé (p. ej., desinterés, miedo de quedarse a solas con él, etc.) y ansiedad. Estas manifestaciones cumplen los criterios diagnósticos de episodio depresivo mayor o menor. Las características de una depresión, que también estarían presentes en la depresión postparto, puedes verlas en la entrada del blog sobre depresión. De forma añadida, algunas características importantes propias de la depresión postparto son las siguientes:
- Con frecuencia la depresión postparto es difícil de detectar porque suele presentarse de forma relativamente brusca. También dificulta la detección la escasa sensibilidad de los sistemas de salud y la propia sociedad a los problemas mentales de la mujer durante el embarazo y el parto.
- A veces se trata de episodios de muy larga duración que tienen una gran repercusión en la vida de la persona. Aparte de afectar a la madre puede deteriorarse el vínculo materno-filial (la relación emocional que establece la madre con el recién nacido). Los sentimientos negativos o ambivalentes de la madre hacia el bebé afectan a este vínculo. Las alteraciones del vínculo madre-hijo harán más probable en el futuro que el niño sufra problemas psicológicos e incluso puede afectar a su maduración y desarrollo cerebral.
- Una de las consecuencias más graves de la depresión postparto es el riesgo de suicidio que tiene el problema de que suele ser un “suicidio ampliado”, es decir, que incorpora al bebé. De cuando en cuando, la prensa nos escandaliza con noticias de madres que han asesinado a sus bebés y se han suicidado después. La madre en este estado no concibe dejar sufriendo a su hijo en el mundo. Aunque parezca increíble, el suicidio sería responsable hasta de un 20% de las muertes maternas en el primer año tras el parto.
¿Qué causa la depresión postparto?
Las causas de cualquier depresión son complejas e inciden factores de muy diverso tipo. Los principales elementos que contribuyen al surgimiento y mantenimiento de este problema se recogen en la entrada sobre depresión.
Además, en el caso de la depresión postparto, los estudios han indicado que es más fácil desarrollar depresión postparto cuando hay antecedentes de depresión en la vida de la persona, se vivió una historia de abuso infantil, hay bajo apoyo social, se vive en un medio urbano frente a rural y están presentes factores de estrés vital (p. ej., embarazo no deseado, problemas económicos, abandono de la pareja, etc.).
A nivel de características de personalidad tienen más riesgo de sufrir depresión al tener un bebé las personas muy nerviosas, con tendencia a preocuparse u obsesionarse y perfeccionistas.
Por otra parte, los factores de riesgo que se asocian a los intentos de suicidio son haber sufrido abuso emocional en la infancia, mostrar depresión durante el embarazo, ideas recurrentes de suicidarse y no trabajar durante el embarazo. Curiosamente, el trabajo actúa en diversos estudios como un factor de protección.
¿Cómo abordar la depresión postparto?
Hace falta bastante más investigación sobre cómo tratar de forma eficaz la depresión postparto. En las actuales guías de Práctica Basada en la Evidencia faltan aún recomendaciones con suficiente respaldo en la investigación. No obstante, los estudios disponibles han obtenido buenos resultados aplicando terapia cognitivo-conductual para la depresión que ayuda a la madre a cambiar sus pensamientos negativos, mejorar su estado de ánimo y afrontar mejor el estrés. Junto a esto es importante intentar disponer de recursos que apoyen a la madre (p. ej., a pasar algo de tiempo sola y también en pareja sin el bebé, contar con la ayuda de familiares en algunos momentos, etc.)
Además, en relación al bebé, hay que atender a las pautas de crianza que pueden reducir el estrés y hacer más agradable la experiencia de la maternidad. Por ejemplo, educar sobre la importancia del vínculo materno filial, sobre el propio desarrollo del bebé y las pautas de crianza que mejor encajen en su caso. Mejorar el vínculo con el bebé puede ayudar a mejorar la propia depresión, aparte de redundar positivamente y de forma muy importante en el desarrollo del niño.
Lo ideal sería detectar la depresión pronto durante el embarazo para intentar intervenir lo antes posible. Al respecto, recientemente se ha publicado un estudio piloto el año 2015 en la revista Archives of Women´s and Mental Health que encuentra que una terapia cognitiva-conductual breve aplicada durante el embarazo produce resultados prometedores reduciendo de forma satisfactoria la continuación de la depresión en el momento del parto.
Por desgracia, ni siquiera en los programas de preparación para el parto se suele abordar el tema de la prevención de la depresión postparto. Es necesaria una mayor concienciación sobre este problema y evaluar la salud mental de las mujeres al menos alguna vez durante el embarazo y el postparto.
Más información sobre el tema puede encontrarse en la web de la Sociedad Marcé Española dedicada al estudio, la comprensión, la prevención y el tratamiento de los trastornos mentales relacionados con el embarazo, parto y posparto.