Distintas duraciones de sueño
En una vida de 85 años, durmiendo 8 horas al día, una persona puede dormir 250.000 horas o más de 10.000 días completos, un tercio de su existencia. A menudo se piensa que el tiempo de sueño es “tiempo perdido” pero como señaló un conocido investigador del sueño, Allan Rechtschaffen, “si el sueño no sirve a una función absolutamente vital, constituiría el mayor error evolutivo jamás hecho”.
La cuestión de cuántas horas de sueño son realmente necesarias ha sido bastante debatida. Algunos autores defendían que todos debíamos dormir 7-8 horas, otros enfatizaban que cada persona debía satisfacer su “cuota de sueño individual” y otros incluso sostenían que podemos acostumbrarnos a dormir 4-5 horas sin riesgos para la salud.
Esta misma diferencia de opiniones respecto a la duración del sueño ideal se encuentra a nivel popular. Como anécdota histórica conocida era la opinión de Napoleón, que decía dormir unas 3-4 horas, de que “sólo los tontos y los enfermos necesitan más”. En el polo opuesto, muchas veces se ha atribuido al dormir una acción favorable sobre la salud que, en realidad, tampoco se investigó científicamente (p. ej., se dice que Einstein dormía más de 10 horas al día).
Existen tres tipos de patrones de sueño: las personas con patrón de sueño corto (duermen menos de 6 horas), las personas con patrón de sueño largo (necesitan más de nueve horas para encontrarse bien) y aquellas con patrón de sueño intermedio (duermen de siete a ocho horas).
¿Por qué unas personas duermen más y otras menos?, ¿Necesitan realmente distintas cantidades de sueño o sólo poseen una habilidad diferente para obtener sueño?, ¿Tiene esto algún tipo de consecuencia negativa para la salud la pertenencia a alguno de estos patrones?