La labor y utilidad de un profesional de la psicología clínica a veces se encuentra distorsionada en nuestra sociedad. No es difícil encontrarse con personas de nuestro entorno que miran con recelo tanto a quienes ejercen la profesión como a los que solicitan su ayuda. En esta entrada del blog intentaremos abordar algunas de las creencias erróneas más comunes ofreciéndote información correcta para que puedas tener una idea más certera del trabajo que realiza un psicólogo clínico.
A los psicólogos solo van aquellos que están locos
Hay muchas razones para ir a un psicólogo. Pueden abarcar desde padecer un problema serio como una depresión severa o un trastorno de ansiedad grave, hasta situaciones más cotidianas en las que uno necesita, por ejemplo, aprender a convivir mejor en pareja o afrontar una situación de estrés laboral. Las personas tienden a calificar a aquellos que se salen un poco de lo normal como “locos”, una palabra que solo sirve para estigmatizar y no tiene ningún valor ni utilidad. La mayoría de estos problemas por graves que puedan parecerte son el fruto de experiencias de aprendizaje desafortunadas que pueden “desaprenderse” y sustituirse por nuevos patrones. Si necesitas ayuda relacionada con pensamientos, comportamientos y emociones que te hacen sufrir, acude al psicólogo.
Los psicólogos solo hablan, no dan medicinas, así que no sirven
Los psicólogos no recetamos medicamentos. Se ha demostrado científicamente que muchos de los tratamientos psicológicos son más efectivos que otros basados en la farmacología. Si un psicólogo clínico considera que una problemática requiere tratamiento complementario con medicación, como puede ser por ejemplo en el caso de la esquizofrenia, no dudará en coordinarse con otro profesional. Pero para la inmensa mayoría de los problemas existentes el enfoque más adecuado no es tomar fármacos. Los trastornos psicológicos no se asocian a un daño orgánico en el cerebro como ocurre, por ejemplo, en los problemas neurológicos. En una terapia psicológica se aprenden medios y habilidades útiles para afrontar situaciones que nos están generando sufrimiento.
No me apetece enfrentarme a un largo viaje por el inconsciente
La imagen del psicólogo que te indica que te tumbes en un diván y hables de tu infancia en sesiones que se prolongan durante años queda muy atrás. El legado del psicoanálisis hace que las personas crean que un psicólogo clínico consiste en eso, alguien que te escucha sin mediar palabra, y que la terapia es una especie de proceso interminable. Esta percepción está muy lejos de la realidad ya que una terapia psicológica requiere una relación de confianza, donde tanto el psicólogo como el paciente tienen un papel activo en el proceso. Además, hoy en día la mayoría de los tratamientos duran unos pocos meses, aunque en los problemas más graves este tiempo puede prolongarse más.
El proceso de terapia resultará demasiado caro
Un psicólogo clínico es un profesional de la salud que ha estudiado durante años con el objetivo de contribuir al bienestar de las personas. Si bien es cierto que ir al psicólogo supone un gasto económico, es lógico si pensamos en todo el tiempo y esfuerzo que dedica a su labor, además de toda la formación que lleva a sus espaldas. Es posible que estemos menos mentalizados a hacer uso del psicólogo mientras invertimos con naturalidad, por ejemplo, en temas de estética, pero aunque la salud mental sea menos visible que nuestra apariencia es en realidad bastante más importante. Además, la investigación ha demostrado que a medio y largo plazo la terapia psicológica no solo es más eficaz sino también más rentable que los tratamientos farmacológicos.
No necesito un psicólogo, tengo a mis amigos que escuchan mis problemas
Los familiares y los amigos pueden constituir una fuente de apoyo muy importante. Esta ayuda informal puede hacer que nos sintamos acompañados o queridos pero es difícil que vaya a servir para resolver nuestros problemas, especialmente si padecemos un trastorno clínico. Mientras un familiar o amigo se limita a dar consejos basados en su experiencia, un psicólogo posee una larga formación que lo capacita para actuar conforme al conocimiento científico y lograr unos objetivos de cambio concretos.
El psicólogo solo hace falta cuando ya no puedes hacer nada
Si bien es cierto que luchar contra tus problemas sin depender de los demás puede ser algo muy positivo, hay ocasiones donde podemos encontrarnos sin las herramientas para afrontar la situación. Si consideramos que nos encontramos frente a una situación que comienza a escaparse de nuestro control, no debemos tener miedo a contar con ayuda profesional. En muchos casos, intervenir precozmente en el problema aumenta la eficacia del tratamiento, pudiendo incluso evitar que se desarrolle un trastorno en sí.
En definitiva, es útil tener una idea realista de la profesión de la psicología clínica y no sentirnos avergonzados si llegamos a necesitar la ayuda de un psicólogo. Los trastornos mentales son cada vez más comunes y pueden afectar a cualquiera. Buscar la ayuda profesional profesional adecuada, lejos de ser algo cobarde de lo que avergonzarse, es la mejor manera de contribuir a nuestro bienestar y al de aquellos que están a nuestro alrededor.