¿Cómo afrontar el aborto?

Dolor negado

     El aborto espontáneo que se produce de manera natural suele ser un suceso imprevisible e irremediable que impacta de forma dolorosa a la mujer. Cada caso es distinto pero es habitual sentir una mezcla de tristeza, enfado, culpa y aislamiento.

La reacción del entorno y de los profesionales sanitarios no siempre es la más adecuada y un porcentaje elevado de las mujeres que atravesamos esta experiencia se siente insatisfecha respecto al apoyo recibido.

Son frecuentes los comentarios bien intencionados del tipo “no pasa nada, es algo frecuente” o el dar ánimos para un pronto y nuevo embarazo (incluso tenemos refranes populares al respecto: “mujer legrada, mujer embarazada”) que tienen el efecto en la mujer de hacerla sentir que su dolor es infravalorado.

Ese minimizar el dolor por la pérdida y privar a la mujer de un espacio donde poder expresarlo tiene que ver tanto con el desconocimiento real del impacto psicológico de un aborto como con la incomodidad cultural que mucha gente experimenta al acercarse a temas que no controla como son los relacionados con la muerte.

Pero lo cierto es que a pesar de su frecuencia (según la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, entre el 10 y el 20% de los embarazos terminarán en aborto espontáneo antes de las 22 semanas de gestación) se trata de una experiencia impactante en la vida de la mujer.

Los efectos negativos del aborto pueden además haberse acentuado en nuestra sociedad actual. El “valor” de cada hijo es mucho mayor ahora en un contexto donde se suelen tener pocos hijos y se retrasa de forma considerable el inicio de la procreación.

Ésta entrada se centra en el aborto espontáneo, pero técnicamente, las pérdidas reproductivas engloban también la muerte perinatal (a partir de las 20-24 semanas de gestación según el estudio), la muerte de un bebé durante el parto o después de nacer, la falta de éxito en la reproducción asistida y la interrupción voluntaria del embarazo ya que todas estas circunstancias pueden tener consecuencias adversas en la mujer.

Factores que nos afectan

     Falta investigación sobre los factores que influyen en el desarrollo de problemas psicológicos tras sufrir pérdidas reproductivas y sobre la mejor forma de abordarlos en terapia.

En la única revisión existente sobre estudios relacionados con abortos y otras pérdidas perinatales se pone de manifiesto que uno de los factores más influyentes en la reacción psicológica es la edad gestacional. Cuanto mayor es la edad gestacional (tiempo de embarazo) peores son las consecuencias.

Es evidente que cuanto mayor fuera el tiempo de embarazo mayor es la aparición de elementos (reconocimiento explícito de la existencia de un bebé, comunicación de la noticia a otros, desarrollo de un vínculo e interacciones con el bebé al hablarle…, etc.) que van a complicar la elaboración de la pérdida pudiendo incluso convertirla en un verdadero proceso de duelo en los casos más avanzados.

Además existen características sociodemográficas que se asocian a una peor reacción como la edad de la madre. Las peores consecuencias se observan en pajeras muy jóvenes y también en las de más edad. Por otra parte, la existencia de un bajo nivel educativo y/o factores sociales adversos, así como el tener antecedentes de problemas psicológicos complican la situación.

En conjunto, las mujeres con un embarazo muy avanzado, una historia previa de traumas o problemas psicológicos y circunstancias psicosociales adversas están en alto riesgo de desarrollar problemas serios tras un aborto espontáneo como un trastorno de estrés postraumático o una depresión.

La recurrencia de abortos espontáneos puede producir también por sí misma síntomas que recuerdan al trastorno de estrés postraumático (el que se origina tras experimentar sucesos traumáticos como accidentes, asaltos, atentados, etc.). Con síntomas de reexperimentación del suceso traumático en forma flashback y pensamientos intrusivos sobre lo sucedido, acompañado de ansiedad y conductas de evitación de todo lo que recuerde al aborto, embarazo o incluso la propia pareja.

El estado emocional puede estar dominado por la ansiedad, la culpa, la ira, la rabia, la hostilidad (que puede dirigirse contra la pareja), a veces la vergüenza, y con mucha frecuencia hay tristeza e incluso depresión.

Algunos hombres pueden no saber cómo comunicarse con su pareja (por temor a que su mujer se sienta peor…) y actuar de un modo que no sirva de apoyo a la mujer, pero la experiencia los afecta a ambos.

En la citada revisión el hombre experimentaba más dolor cuanto más avanzada estaba la gestación y si se había llegado a ver al bebé en una ecografía. Mientras que la reacción en la mujer no se asociaba significativamente a haber visto o no una imagen del bebé.

Afortunadamente, la mayoría de las personas integran el malestar emocional por un aborto en torno a 3-4 meses. A continuación incluimos algunas recomendaciones para intentar ayudarte en esta tarea.

Qué hacer ante el aborto

     Los estudios existentes indican que el tiempo es el factor de protección más importante para reducir el malestar. Es decir, el propio paso del tiempo pondrá las cosas en su lugar.

La calidad de la relación de pareja es otro elemento clave que ayuda a la recuperación o puede entorpecerla, en caso contrario.

Si el nivel de malestar que se experimenta está dentro de límites normales la terapia psicológica no va a acelerar la reducción del dolor. Ahora bien, si tienes elevados niveles de malestar puedes beneficiarte del apoyo psicológico.

Por ejemplo, en el estudio de Kong, Chung y Lok del año 2014, el porcentaje de mujeres con malestar a los 3 meses después del aborto era de un 17,1% y de un 24,4% en el grupo de apoyo psicológico y en el control que no recibía tratamiento, respectivamente, sin diferencias significativas. Pero las mujeres con elevados niveles de malestar o depresión tenían una puntuación media de malestar de 33,3% frente a 61,1% en función de haber recibido apoyo psicológico o no, lo que era claramente diferente.

Algunas recomendaciones serían las siguientes:

  • Busca información sobre lo sucedido. La mayoría de los abortos espontáneos guardan relación con anomalías cromosómicas o problemas en el desarrollo del feto que hacen inviable la vida. Un ginecólogo empático que proporciona una buena explicación es un elemento importante que ayuda a reducir estrés. Expresa tus dudas, tus preocupaciones, etc. incluyendo la guía y recomendaciones de tu médico para un futuro embarazo si es tu caso. Y por supuesto, el ritmo lo marcas tú, cuando estés preparada.
  • Expresa tus pensamientos y sentimientos en un contexto seguro y de apoyo. Apóyate en tu pareja y tened una buena comunicación. Expresar lo que sientes, compartirlo… te hará sentir mejor. Además, la pareja y amigos de calidad pueden ayudarte a tomar perspectiva. Albergar sentimientos de culpa y dudas sobre lo sucedido no ayuda a mejorar. Por ejemplo, es frecuente que la mujer se culpe por cualquier circunstancia que piensa pudo afectar el embarazo (“no debí viajar” o “no debí ir al guimnasio”, etc.) cuando lo real es que estos factores no han afectado.
  • Relacionado con lo anterior, desarrolla ideas realistas sobre la experiencia. No te creas sin más cualquier pensamiento que cruza tu mente, pues sólo son formas posibles de interpretar la realidad. El significado que atribuyes a lo sucedido es importante que sea objetivo. Si elaboras significados irracionales y dolorosos (“esto significa que no debo ser madre”, “esto significa que el Destino no desea unirme a esta pareja”, etc.) vas a retrasar tu recuperación.
  • Date un tiempo. Acepta y se paciente con tus sentimientos. Mímate (p. ej., realiza actividades que te relajen, que te gusten…). Y haz extensivo esto a tu pareja. Los abortos pueden ser una ocasión para sentirnos más unidos o para desencadenar una crisis de pareja que puede incluso acabar en ruptura. La clave es entender al otro, no culpabilizar, y comunicarse de forma eficaz.
  • Algunas mujeres encuentran útil realizar alguna tarea artística o manual que sirva tanto para expresar el dolor como para dar un lugar al bebé. Puede consistir en escribir una carta donde le expresamos nuestros sentimientos, reconocimiento y le damos un lugar en nuestro corazón para siempre. Desde un punto de vista sistémico se trata de un miembro que forma también parte del sistema.
  • Si te sientes muy mal o ves que te has estancado solicita la ayuda de un psicólogo. El tratamiento se centrará en elaborar la pérdida o tratar específicamente el problema que puedas presentar como una depresión, un trastorno de ansiedad, un problema de pareja, etc. Si tu malestar está dentro de límites normales pero por tu situación no dispones de personas con las que desahogarte también puede ser útil el apoyo de un psicólogo.

 

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