Los glóbulos rojos de nuestra sangre pueden tener en su superficie dos tipos de antígenos que se denominan A y B, o carecer de ellos, dando lugar al tipo sanguíneo 0. Los antígenos son proteínas que participan en los mecanismos de respuesta inmunitaria permitiendo al organismo distinguir entre las células propias y las que no lo son. Así, cuando dos muestras de sangre con perfil sanguíneo distinto entran  en contacto (en una transfusión hecha por error, por ejemplo), aparecen en el plasma anticuerpos que reaccionan ante los antígenos ajenos y se produce una reacción de inmunización. La sangre del tipo A genera anticuerpos anti-B, la del tipo B anti-A y la del tipo 0 tanto anti-A como anti-B.

Otro factor sanguíneo ampliamente utilizado es el denominado Rh. Se trata de un conjunto de antígenos descubiertos en macaco Rhesus (de ahí su nombre) entre los que destaca el factor D, con mayor capacidad antigénica. Las personas que lo presentan se denominan Rh positivas (Rh+), mientras que las que no lo tienen son consideradas Rh negativas (Rh-).

Los alelos responsables de los grupos sanguíneos A y B son ejemplos típicos de la herencia codominante, que se caracteriza porque los individuos heterocigóticos expresan los fenotipos resultantes de ambos alelos (los individuos AB tienen antígenos A y B en sus glóbulos rojos). A su vez, ambos alelos presentan dominancia completa sobre el alelo responsable del grupo 0 (si se presenta un alelo A o B, el individuo es del grupo sanguíneo A o B, respectivamente). Esto podría resumirse en la siguiente expresión:

[IA=IB]>i

El grupo sanguíneo Rh tiene un modo de herencia algo más complejo (*) estando implicados, al menos, dos genes (RHCE y RHD). Por simplificar y dado que el factor D es el responsable mayoritario del proceso de inmunización, se suele considerar que los individuos que tienen al menos una copia funcional del gen RHD son Rh+, mientras que los que no la tienen son Rh-, tratándose de un mecanismo equiparable a una dominancia completa (D_: Rh+, dd: Rh-).

Si atendemos a los grupos AB0 y Rh, existen 8 tipos distintos de perfiles sanguíneos, lo que conocemos comúnmente como grupos sanguíneos. Es importante recordar que éstos son sólo los dos grupos más comunes de las varias decenas existentes, pero teniéndolos en cuenta es posible prevenir la inmensa mayoría de las incompatibilidades tal y como se muestra en la siguiente tabla:

 

Como curiosidad, el siguiente gráfico muestra la distribución de los grupos sanguíneos en la población española:

Fuente: Cruz Roja Española

 

Los grupos sanguíneos fueron descubiertos por el patólogo austriaco Karl Landsteiner entre 1900 y 1940 en su esfuerzo por explicar por qué se producían incompatibilidades en algunas transfusiones de sangre. Estos estudios lo hicieron merecedor del Premio Nobel de Medicina en 1930.

Bibliografía:

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