Desde la conquista cristiana de la ciudad de Granada, las calizas de Sierra Elvira han sido utilizadas como material de construcción. Sin embargo, la historia geológica de estas rocas sedimentarias es mucho más antigua. Quizás le cueste creerlo, pero este mostrador extraído de una sierra que se eleva bruscamente sobre la Vega de Granada, es un retazo de aquel mar denominado Thetis que separaba los continentes de Gondwana y Laurasia hace la friolera de 200 millones de años. Los fósiles que contiene la roca son vestigios de mares someros: se trata de crinoides, parientes cercanos de los actuales erizos y estrellas de mar.

Reconstrucción de un crinoide y detalles de algunos tipos de las placas que forman el tallo, de unos 5mm de diámetro 

Los crinoides se conocen popularmente como Lirios de mar, al estar fijados al fondo marino y asemejarse a una flor. Tienen un esqueleto formado por pequeñas placas de calcita, que se fragmentan y acumulan en el fondo marino cuando muere el organismo. Si se acerca las verá.

Un detalle de una caliza con placas de crinoides

Las calizas con crinoides son rocas duras y resistentes, lo que le confiere unas cualidades excepcionales como material de construcción. Por ello Sierra Elvira está plagada de canteras que vienen nutriendo a edificios y monumentos de gran parte de Andalucía oriental y muy especialmente de la ciudad de Granada. Ejemplo de ellos son la Catedral, las fuentes de Bibrambla y de las Batallas, el Hospital Real y un largo etcétera.

Destaca también su uso en construcciones más modestas, así se encuentra en alféizares, zócalos de edificios, solerías, bancos, bordillos de plazas o calles. Por esta razón, muchas canteras aún siguen explotación. Los vecinos de Atarfe escuchan a diario las voladuras controladas que permiten la extracción de grandes bloques de roca, que posteriormente se cortan y pulen para emplazar en cualquier rincón de la ciudad…. un pedacito de mar.

 En el enlosado del Hospital Real puede buscar crinoides