El mármol blanco de Macael se viene explotando desde la antigüedad como piedra ornamental. Las primeras evidencias de su uso se remontan a los siglos IV y V a.C., con el labrado y elaboración de sarcófagos por parte de los fenicios.
Sarcófagos fenicios del Museo arqueológico de Cádiz
Culturas posteriores continuaron explotando las canteras de Macael para dar lustre a sus monumentos. La Capilla Real de Granad, el Teatro Romano de Mérida, los palacios de Medina Azahara en Córdoba, etc. son algunos ejemplos significativos.
Veinticinco siglos de extracciones mineras que aún perduran, y con una demanda creciente desde que uno de los edificios más lujosos del planeta, el hotel Burj al Arab de Dubai de los Emiratos Árabes, decidiera decorar su fachada con esta codiciada roca.
El Teatro romano de Mérida
El mármol de Macael es una roca metamórfica. Proviene de la transformación de una caliza datada en unos 230 millones de años. La roca original sufrió elevadas temperaturas y presiones de hasta 500ºC y 15.000 atmósferas al formarse la cordillera Bética. Ese metamorfismo dio lugar a una roca cristalina y homogénea, compuesta esencialmente por calcita, un carbonato de calcio, lo que le otorga ese color blanco tan apreciado.
En el mostrador puede observar vetas más grisáceas; se debe a la presencia de dolomita, un mineral muy parecido a la calcita pero que incorpora magnesio en su composición.
Incluso en las canteras, se puede apreciar el veteado del mármol blanco de Macael