Migmatitas y metamorfismo
La tierra está en constante cambios y las rocas pueden experimentar condiciones de presión y temperatura muy diferentes a las de su formación. Estas nuevas condiciones producen cambios mineralógicos que transforman totalmente la roca original. Este proceso geológico es el metamorfismo, que se hace en estado sólido.
Una migmatita al afloramiento. La roca original era sedimentaria, detrítica y de grano muy fino
Un mano a mano entre líquidos y sólidos
En ese ambiente metamórfico, si aumenta la temperatura y alcanza los 600ºC, se inicia la fusión de minerales tales como el cuarzo o el feldespato, de color claro. Pasan al estado líquido. Otros minerales tienen una temperatura de fusión más alta (por ejemplo las micas negras o los granates, de color oscuro) y quedan preservados como sólidos.
Cuando se enfría la roca, los fundidos vuelven a cristalizar, y se originan bandas de rocas ígneas intercaladas con bandas de rocas metamórficas. El resultado de este mano a mano entre líquido y sólido es una migmatita, la roca bandeada que tiene delante suya.
Una migmatita de origen granítico.
Se parecen a la plastilina…
A esas temperaturas, las rocas son relativamente dúctiles, y mientras viaja en el interior de la Tierra, las migmatitas se deforman con facilidad. Así, los pliegues que se generan se parecen a los de la plastilina estrujada por la mano de un niño. ¿No es sorprendente para una roca?
Una migmatita con pliegues muy marcados