1.- GAS
Los últimos datos disponibles de los informes trimestrales del mercado de la electricidad y del gas que publica el Observatorio del Mercado de la Energía de la Comisión Europea muestran que los precios de gas y electricidad se han incrementado considerablemente para los meses observados (hasta el segundo trimestre del año 2021).
Detrás del aumento significativo de los precios mayoristas del gas, en la UE, se pueden encontrar varias razones. El mercado mayorista del gas europeo se vio afectado por una feroz competencia por el incremento de la demanda de Gas Natural Licuado (GNL) en los mercados asiáticos, por limitaciones de suministro en los sitios de licuefacción de algunos de los grandes productores de GNL. A esto se suman el aumento de los costos del transporte de carga internacional y los bajos niveles existentes de almacenamiento de gas en la Unión Europea (UE), y que han provocado una menor disponibilidad de carga y el incremento de precios.
Datos de La Red Europea de Operadores de Sistemas de Transmisión de Gas (ENTSO-G, por sus siglas en inglés) revelan que las importaciones netas de gas ascendieron a 959 TWh en el segundo trimestre de 2021, de las cuales el 77% llegó a través de gasoductos y alrededor del 23% a través de terminales de GNL. Para el mismo periodo, EE. UU. fue el mayor exportador de GNL con destino la UE, asegurando 7,4 mil millones de metros cúbicos al año (bcm), seguido de Rusia (5,1 bcm) y Qatar (4,4 bcm). China superó a Japón como el mercado de GNL más grande del mundo, importando 28 bcm de GNL en (segundo trimestre 2021), seguida por la UE (24 bcm) y Japón (22 bcm). Rusia continuó siendo el principal proveedor de gas, a través de gasoductos, de la UE registrando un 42% de las importaciones netas de gas extracomunitarias. Nord Stream siguió siendo
la ruta de suministro más importante del gasoducto ruso a la UE en el segundo trimestre de 2021, con una participación del 40% en las importaciones de gasoductos rusos (15 bcm de tránsito de gas), seguido de Bielorrusia (27%) y Ucrania (26%), ambos con 10 bcm de tránsito de gas. La participación de Turk Stream fue del 7%, con poco menos de 3 bcm de tránsito de gas.
La compañía rusa Gazprom reservó menos de lo esperado (y / o ninguna capacidad adicional), principalmente a través de los oleoductos de Ucrania y Yamal, lo que fue interpretado por algunos actores del mercado como una prueba para convencer a los socios europeos de la necesidad de una finalización rápida del nuevo gasoducto Nord Stream 2. Cabe mencionar que, actualmente, el suministro de este gasoducto está paralizado porque Alemania aún no ha autorizado su puesta en marcha por no cumplir con las normas y reglamentos exigidos, como es crear una filial de Gazprom en Alemania. Según ha afirmado el 16 de diciembre el regulador energético de Berlín, BNetzA, el gasoducto Nord Stream 2, no recibirá luz verde hasta la segunda mitad de 2022. Parece ser que EE.UU., principal proveedor de GNL a UE (según últimos datos oficiales disponibles) y competidor de Rusia, está ejerciendo presión para retrasar su puesta en marcha. Recientemente, EE.UU. advirtió a Rusia que una de las sanciones que se impondrían por invadir Ucrania sería el bloqueo del gasoducto Nord Stream 2. Varios medios señalan que esta paralización supondrá un incremento de los precios que se repercutirían a los consumidores durante más tiempo. Los analistas de JP Morgan consideran que si BNetzA permite que el gas empiece a circular por Nord Stream 2 mientras se certifica el gasoducto, los precios podrían caer un 40%-50%.
En la siguiente imagen se puede observar las principales rutas de abastecimiento de gas a Europa a través de gasoductos y transportadores de GNL.
Cabe señalar, que, para el caso concreto de España respecto al gas, la situación se ha visto agravada a partir de que se decretase por parte de Argelia (31 de octubre) el cierre de uno de los principales gasoductos que abastece al país (20% de la cuota de gas), el gasoducto del Magreb-Europa (GME). Las comercializadoras españolas han optado, como alternativa, por la compra de GNL cuyo precio se ha disparado un 50% en noviembre. Según los datos del Mibgas, el operador del mercado ibérico, el GNL alcanzó un precio de 100 €/MWh el 30 de noviembre, frente a los 66 €/MWh del 31 de octubre.
Actualmente, la imparable subida del precio del gas natural amenaza con más subidas de la electricidad en toda Europa en las próximas semanas. El aumento de la tensión entre Rusia y Ucrania, ha sido otro factor que ha elevado la cotización del gas en el mercado holandés TTF —el de referencia en el continente— hasta los 180,3€ a 21 de diciembre de 2021, lo que supone un incremento anual del 926,79%.
Derechos de emisión de carbono
Igualmente, los precios de los derechos de emisión de carbono de la UE, que también afectaron al mercado mayorista de gas, se han incrementado bruscamente a lo largo del año, casi duplicándose desde los 50 €/t (a finales de julio) hasta registrar un máximo histórico de 90,75 €/t en diciembre (véase figura 2 y 3). Según Bjarne Schieldrop, analista jefe de materias primas del banco nórdico SEB, el precio de los derechos de emisión podría subir a «al menos» 200 euros en los próximos años.
Algunos analistas señalan que este incremento generalizado de los precios de los derechos de emisión de carbono, por una parte, ha mejorado la inversión de nuevas tecnologías como sería el caso de los sistemas de captura y almacenamiento de carbono (CAC) y de vectores energéticos como el hidrógeno verde, que se fabrica utilizando energías renovables (eg. solar y eólica). Como consecuencia, estas inversiones favorecen la consecución de los objetivos fijados por la Comisión Europea en el Pacto Verde Europeo que tiene por objeto reducir las emisiones netas, de gases de efecto invernadero, en al menos un 55 % de aquí a 2030, en comparación con los niveles de 1990 y eliminar las emisiones netas de gases de efecto invernadero en 2050.
2.- ELECTRICIDAD
Según el Observatorio del Mercado de la Energía de la Comisión Europea, el incremento de precios de la electricidad se puede explicar por un fuerte aumento de los precios de las materias primas (principalmente gas, carbón y el precio de los derechos de emisión de carbono CO2 en menor medida) combinado con: una mayor demanda de energía vinculada a la recuperación económica posterior al Covid-19 y las fluctuaciones de temperatura en Europa. Estos factores llevaron los precios a máximos de 13 años en muchos mercados europeos durante el segundo trimestre de 2021.
Datos del Operador del Mercado Ibérico – Polo Portugués (OMIP), muestran la subida imparable que ha experimentado el precio de la electricidad en los últimos meses, así como las expectativas del mercado. A 21 de diciembre, el precio de la electricidad para todo el año 2022 ya se compra a 297 €/MWh, 398€/MWh y 315€/MWh para España-Portugal, Francia y Alemania, respectivamente. Y es posible que siga en aumento contagiado por lo que sucede al resto de Europa.
El informe mensual de diciembre de CaixaBank prevé que los precios de la electricidad se normalizarán a partir del segundo trimestre de 2022, una vez las temperaturas empiecen a subir durante la primavera, aunque manteniéndose en cotas más elevadas a las de 2019. Por otra parte, los mercados de futuros han tenido un impacto en las previsiones económicas de algunos bancos como CaixaBank que ya prevén una bajada en el PIB de 0,1 puntos porcentuales en 2021, y 0,3 puntos en 2022. Igualmente, CaixaBank Research, advierte que la inflación también escalaría notablemente. En concreto, sumaría 2,1 puntos porcentuales en 2021 y 1,1 puntos en 2022, según los cálculos de la entidad financiera.
Según las predicciones económicas, para 2022 elaborado por IHS Markit, los precios de la energía se aliviarán por el aumento de producción de petróleo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP+) que incluye a Rusia, otros productores, y los EE. UU., además del incremento de producción de gas por parte de Rusia. Esta primera predicción se puede confirmar según lo acordado en la última reunión, de diciembre del grupo de la OPEP+, que decidió mantener sus planes de aumentar la oferta de producción de petróleo en enero de 2022.
En las siguientes imágenes se puede observar la evolución histórica del precio de la electricidad, gas y derechos de emisiones de CO2 de la UE desde 2008 (figura 2), y a partir de 2019 junto con el precio del carbón (figura 3).
Medidas – conclusiones
Para abordar la crisis energética, que está sufriendo Europa, la Comisión Europea recientemente aprobó un paquete de medidas denominado Toolbox en el que se propone una serie de acciones a implementar por los Estados miembros para para proteger a los consumidores vulnerables y mitigar los efectos en la industria, haciendo hincapié en que el cumplimiento del Pacto Verde Europeo es fundamental. Sin embargo, estas medidas parecen insuficientes para paliar la crisis. Según explican desde Reuters, en Europa existe un problema añadido por el reparto desigual de reservas entre países. Los países dependientes del suministro de gas de sus socios, entre los que se encuentra España, solicitaron a la UE la creación de una reserva estratégica de gas a nivel europeo y su compra conjunta para lograr unos precios más atractivos. Sin embargo, la Comisión Europea solo ha aceptado permitir que los países socios realicen compras conjuntas de gas en situaciones de emergencia por escasez de este recurso, pero no para hacer frente a episodios de escalada de precios como el actual.
Mientras tanto, unos precios de la energía tan elevados han repercutido directamente en los bolsillos de los consumidores y en numerosas industrias que se han visto incluso forzadas a cerrar por el elevado coste energético que debían soportar. Según ha señalado el director general de AEGE, la patronal de los grandes consumidores de electricidad, Fernando Soto, actualmente, todas las empresas están estudiando si parar la producción durante los primeros meses del año 2022 debido a los altos precios de la energía.
En el caso de España, la comercializadora de electricidad y gas Naturgy que cuenta con una cuota de mercado del orden del 14% del suministro de gas a grandes clientes, recientemente ha comenzado a denunciar los contratos de compra de gas natural que mantiene con las grandes empresas industriales para poder trasladarles el fuerte incremento de precios que se está registrando en el mercado.
Igualmente, la crisis del suministro de gas ha proporcionado un incentivo a los productores de energía para cambiar a carbón que es más barato, pero más contaminante, aumentando la demanda de derechos de emisión.
Como se ha podido observar, son numerosos los factores que están influyendo en el aumento del precio de la energía, y, por consiguiente, resulta difícil prever cómo evolucionará la actual crisis. A largo plazo, considerando las políticas climáticas esperadas por la Comisión Europea, la volatilidad de los precios de la electricidad dependerá en mayor medida del rendimiento y la correcta implementación de nuevas fuentes de energía renovable que actualmente resultan ser menos competitivas respecto al resto de energías y/o no garantizan un suministro continuo de energía (como la energía eólica y solar).
Actualmente, la política energética europea sale cara. Según un informe de Enel, el coste de la descarbonización por europeo sale a 8.000€ por persona (3,6 billones de euros en total) hasta el final de la década. Mientras tanto, el 31 de diciembre de 2021 la Comisión Europea ha desvelado finalmente su propuesta de etiquetado verde para algunas plantas de energía nuclear y de gas natural siempre que cumplan con criterios específicos. Se espera que la Comisión Europea proponga reglas, en enero, para decidir si los proyectos de gas y nucleares se incluirán en la Taxonomía de finanzas sostenibles. Un reglamento que restringirá qué actividades pueden calificarse como inversiones respetuosas con el clima. Esta decisión ha sido objeto de debate durante todo el año entre los diferentes países miembros de la UE.
Por una parte, algunos países alegan que necesitan inversiones en gas para sustituirlo por el carbón más contaminante, mientras que, otros países, advierten que etiquetar un combustible fósil como verde socavaría la credibilidad de las reglas y el liderazgo de la UE en la lucha contra el cambio climático.
Igualmente existe división respecto a la utilización de la energía nuclear. Países como Francia, la República Checa y Polonia se encuentran entre los que dicen que las bajas emisiones de CO2 del combustible lo hacen vital en la transición a la energía verde. Mientras que: Alemania, Luxemburgo, Austria y España se encuentran entre los que se oponen, citando preocupaciones sobre los desechos radiactivos. A este respecto cabe mencionar que el Centro Común de Investigación, que es el servicio interno de ciencia y conocimiento de la Comisión Europea, redactó un informe técnico sobre los aspectos de la energía nuclear respecto a «no causar daños significativos» a los objetivos medioambientales y que concluyó favorablemente respecto a que la nuclear forme parte de la taxonomía de la UE.
No obstante, esta crisis ha puesto de manifiesto el delicado equilibrio energético existente en Europa que desde hace años llevan advirtiendo varios centros de pensamiento. En el plan de recuperación para Europa que aprobó la UE y que destina 1,8 trillones de euros para estimular la economía y financiar sus programas para el periodo 2021 a 2027, al menos el 30% de este presupuesto será dedicado a la lucha contra el cambio climático y, en particular, a apoyar la transición energética. Sin embargo, aún existen numerosos desafíos para conseguir los objetivos establecidos en 2015 en el Acuerdo de París, y al mismo tiempo mantener un coste de la luz y la electricidad asequible tanto para usuarios como para empresas. Es por ello que será fundamental que los líderes políticos adopten medidas más eficaces para garantizar una transición energética sostenible y, al mismo tiempo, hacer frente al sobre coste que supone evitando de esta forma un impacto negativo en las facturas de usuarios y empresas.
Referencias.
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