Energía y Desarrollo. Hacia un nuevo modelo

Imagen de portada: Women carry bundles of sticks on unpaved roads. Bangladesh. Photo: Scott Wallace / World Bank

(Creative Commons licensed image via Flickr)

Empezamos el año 2021, en la península ibérica, con una de las mayores nevadas de los últimos años y donde el precio de la energía se ha incrementado, para el caso de la electricidad, en un 27 % (Facua, 2021). El aumento del precio de la electricidad ha provocado que la sociedad ponga su foco en el modelo de gestión del sector energético, en el papel de las compañías eléctricas o en problemas sociales como sería el caso de la pobreza energética.

En este contexto, una aproximación sobre el impacto de la energía en nuestras vidas nos la puede dar, el estudio del consumo de energía por habitante a lo largo de la historia. La tabla siguiente recoge una estimación del consumo de energía total en kcal/día per cápita.

Tabla 1. Consumo de energía en distintos periodos de la historia.  Fuente: P. Malanima citada por Bernardos Sanz, Jose U.; Hernández, Mauro y Santamaría Lancho, Miguel. Historia Económica, UNED.

Los autores consideran que el consumo, de nuestro antepasado cazador recolector, era de unas 4.000 kcal/día. Podemos suponer que 2.000 kcal/día se consumían en su metabolismo vital. Tener en cuenta que se trata de un valor aproximado, por cuanto esta cantidad varía dependiendo de: el sexo, el clima, la actividad realizada,… 

Esta energía proviene de las reacciones químicas que tienen lugar en las células. La fuente que genera está energía se obtenía de los alimentos.  El resto, unas 2.000 Kcal/día persona, se debería al consumo de energía, procedente de la combustión de la madera o de algunos residuos vegetales en hogares y que se utilizaban para distintos usos: calentarse, cocinar alimentos, iluminar, …

Como todo en la vida y como hace referencia, en su título, uno de los blogs de economía publicados en España más importantes: “nada, es gratis”. Son numerosos los estudios que indican que el uso del fuego, por nuestros antepasados, no sólo tuvo ventajas. Por contrapartida, se produjeron una serie efectos negativos. Algunas investigaciones sugieren que, entre otros, “el uso del fuego, contribuyó a la dispersión de la tuberculosis por el contacto cercano entre las personas” (NY Times, 2016).

Como se indica en la tabla 1, el primer gran salto, en el consumo energético, se produce en la revolución del neolítico con el desarrollo de la agricultura. Habrá que esperar al año 1.800 y al inicio de la revolución industrial para que el consumo se multiplique por tres. La revolución industrial inicia la carrera de un modelo energético basado en la utilización de la energía almacenada en forma de combustibles fósiles; carbón en un principio y posteriormente petróleo y gas.

El uso de los combustibles fósiles permitió aumentar la capacidad de producción de bienes y servicios hasta los niveles de desarrollo que disfrutamos actualmente. Sistemas de telecomunicaciones, transporte, infraestructuras y en general todas las comodidades de una sociedad moderna.

El crecimiento de los niveles de desarrollo, desde la revolución industrial hasta nuestros días, se ha llevado a cabo mediante el aumento del consumo de energía (ver tabla 1). Según los datos publicados por la Administración de Información de la Energía de EEUU (EAI, por sus siglas en inglés) en el último informe mensual de energía “Monthly Energy Review December 2020 se puede observar que en el año 1990 el consumo primario de energía en EEUU era de 338 M de Btu (British Thermal Unit) por habitante y año que equivale a 233.535Kcal/hab·día. Esto supone multiplicar, por cincuenta y ocho, el consumo de energía de nuestro antepasado cazador recolector y por veinte siete el del antepasado del neolítico.

Pero,

                      –  ¿Cómo se ha llevado a cabo este desarrollo desde el punto de vista del consumo de energía?

      Si observamos los datos, – que refleja el mapa siguiente -, podemos concluir que, sin ningún lugar a duda, el adjetivo que define este crecimiento ha sido el de la desigualdad

Figura 1.- Toneladas equivalentes de petróleo per cápita. Fuente: http://energyatlas.iea.org/

Para poner en contexto los datos del mapa decir que, el consumo de energía por persona y año, en el año 2018, para el caso de los EEUU fue de 6.8 Toneladas Equivalentes de Petróleo (toe). Para el caso de España fue de 2.7 toe. Muy parecido al del Reino Unido (2.6 toe).

Teniendo en cuenta que una toe equivale a 10.000.000 Kcal se obtiene que, el consumo de energía en EEUU fue de 186.301 kcal por persona y día y para el caso de España de 73.972 kcal por persona y día. Un consumo que, para el caso de EEUU, suponía multiplicar por 6,0 el de Inglaterra en 1.800.

La cuestión que me gustaría plantear es:

               – ¿Qué niveles de consumo de energía observamos en los países menos desarrollados (año 2018)? ¿Cuáles son las posibles causas y consecuencias?

La respuesta debería alarmarnos. El consumo, por ejemplo, en República Democrática del Congo, fue de 0,4 toe (10.958 kcal/persona·día). Sin dejar de asombrarnos de que en pleno siglo XXI haya países con el mismo consumo de energía por persona y día que en el neolítico; yendo un poco más lejos, Eritrea o Níger, por ejemplo, tienen un consumo de 0,2 toe (5.400 kcal/persona·día). Pero lo más sorprendente es que, para el caso de Yemen o Sudán del Sur, el consumo es incluso inferior al de nuestro antepasado del paleolítico: 0,1 toe (2.739 kcal/persona·día). Sin duda la presencia permanente de conflictos violentos en estos países debe de ser un factor que influya y perpetúe este mal endémico. 

Si el consumo de energía medio diario de un adulto es de 2.000 kcal/persona·día y a este consumo le sumamos, el de la producción del resto de bienes y/o servicios que disfrutamos: salud, educación, transporte, telecomunicaciones, bienes para le exportación, etc; observamos que el consumo de energía, de países como Eritrea o Níger, apenas cubre las necesidades básicas de un ser humano para garantizar la subsistencia. Podemos adivinar como pueden ser las condiciones de vida en esos dos países.

 A título de ejemplo y para el caso de Sudán del Sur, cuando introducimos el nombre del país en un buscador, las primeras noticias que nos aparecen son:

  • “Sudán del Sur, un país que se muere. La amenaza de la hambruna y una guerra civil interminable condenan al mas joven país del continente (Periódico el País, Planeta Futuro)
  • Emergencia en Sudán del sur. La situación en Sudán del Sur y los países vecinos ha escalado rápidamente hasta llegar convertirse en una emergencia humanitaria. (ACNUR)
  • Se trata de un país donde las “condiciones médico-sanitarias son muy deficientes en todo el país si bien en Juba, pueden encontrarse servicios médicos muy básicos. En casos graves o casos que requieran intervención quirúrgica se recomienda la evacuación inmediata al extranjero. La red de comunicaciones viarias es extremadamente limitada y deficiente. La mayor parte de las vías están sin asfaltar y en mal estado de conservación. (Ministerio de Asuntos Exteriores, Recomendaciones de viaje).

En este contexto de desigualdad nos encontramos, asimismo, con otros problemas asociados al consumo excesivo de energía. El uso de combustible sólidos, desde la revolución industrial hasta nuestros días, ha tenido innegables ventajas. Pero, como contrapartida, ha provocado el aumento de la temperatura media de la tierra.  Aumento de la temperatura consecuencia del incremento de las emisiones, de gases de efecto invernadero, que no ha dejado de crecer. 

 
Figura 2.- Anomalías térmicas. Fuente: Our World in data.
 

Como era previsible, si analizamos en este caso las emisiones de CO2 per cápita, podemos observar que existe una relación directa entre consumo de energía y emisiones de CO2. Todo ello, como consecuencia de un modelo energético en el que todavía tienen un peso importante las fuentes de energía procedentes de combustibles fósiles (Ej. carbón, petróleo, gas).

Las emisiones, medidas en Ton de CO2 anuales, de los países señalados anteriormente, se han reflejado en la siguiente tabla.

Tabla 2.- Consumo de energía.y emisiones de CO2. Fuente: IEA
Figura 3.- Emisiones CO2 (Mt) 2018. Fuente: http://energyatlas.iea.org/

Un crecimiento mundial del consumo de energía por habitante, hasta llegar a la media de los países más desarrollados, (utilizando como fuente de generación los combustibles fósiles) es incompatible con lograr el objetivo de limitar el incremento de la temperatura de la tierra por debajo de 1.5 º C sobre los niveles preindustriales, tal y como se ha establecido como compromiso, en el Acuerdo de Paris

Figura 4.- Cambio de la temperatura global (ºC). Fuente: IPPC.

Para ello se deberá impulsar el uso de energías de fuentes renovables, un modelo de movilidad de bajas emisiones, la mejora de la eficiencia energética en usos como la climatización de viviendas, etc. El gráfico siguiente muestra como podrían evolucionar las emisiones de CO2 según la adopción de medidas más o menos restrictivas para alcanzar los objetivos.

Figura 5.- Escenarios posibles sobre la evolución de las emisiones de carbono según la adopción de medidas. Fuente: AIE.

Entre otras ventajas que podemos señalar (en relación con un modelo energético basado en fuentes de energías renovables) sería la de poder desarrollar instalaciones que pueden generar energía eléctrica, en el mismo lugar geográfico donde se consumen, sin necesidad de costosas redes de distribución. Sería el caso de las instalaciones solares fotovoltaicas aisladas.

Nadie pone en duda el potencial que está suponiendo, el uso el uso de las instalaciones fotovoltaicas aisladas, para el desarrollo económico de muchas zonas donde el acceso a las grandes redes de distribución eléctrica está lejos de ser una realidad, en un futuro cercano. En la siguiente entrada del blog se hace referencia a este punto. Se trata del proyecto Milenium Villages de La Universidad de Columbia donde se pone de manifiesto el impacto que, sobre los ciudadanos, tiene el acceso a  energía asequible y no contaminante (ODS 7).

Teniendo en cuenta las consideraciones anteriores:

  1.   El hecho de que el acceso a servicios básicos y la calidad de vida está relacionada con el consumo de energía per cápita.
  2.   La desigualdad en el consumo per cápita entre los distintos países
  3.   La existencia de un conjunto importante de países, principalmente en el África Subsahariana, con consumo de energía que nos retrotraen a épocas pasadas
  4.   El desarrollo de las instalaciones solares aisladas, como opción para la generación de electricidad, sin la dependencia de las grandes infraestructuras que supone las grandes redes de distribución eléctrica
  5.   Que la generación de energía mediante combustibles fósiles está relacionada con el incremento de los gases de efecto invernadero y, por ende, con el aumento medio de la temperatura de la tierra

Os invito a reflexionar sobre las siguientes cuestiones:

          – ¿Tenemos derecho los ciudadanos de los países desarrollados a cuestionar el aumento del consumo de energía, mediante el uso combustibles fósiles, de los países de bajos ingresos, con el objetivo de disminuir el nivel de emisiones globales?

        – ¿Podrían estos países lograr los niveles de desarrollo que disfrutan los países de altos ingreso, a corto plazo, potenciando únicamente las energías renovables?

Y todo ello, teniendo en cuenta las reflexiones que Rose M. Mutiso sobre: cómo posibilitar una electricidad asequible y sostenible en África puso encima de la mesa en la TEDSummit 2019.

Bibliografía:

Esta entrada tiene 2 comentarios

  1. Julio

    En mi opinión las preguntas son meramente retóricas al ser más económico generar con renovables y almacenamiento que con combustibles fósiles.
    Los paises desarrollados están intentando salir de la trampa de los combustibles fósiles con grandes inversiones y sería un error profundizar esa trampa en los P.E.D.

    1. Javier

      Estoy de acuerdo contigo en que se trata de preguntas meramente retóricas. El cambio a un modelo de generación basado en energías renovables no es, en mi opinión, discutible.

      En este contexto me han parecido interesantes las reflexiones de Rose. La entrada del blog, tiene como objetivo abrir un debate, donde los que defendemos un modelo basado en energías renovables, deberemos responder a cuestiones claves como es el tema del almacenamiento, entre otros.

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