Entrada nº1. Introducción
Autores: Claudia Losada, Javier Ordóñez
El acceso al agua y al saneamiento ha estado presente de forma permanente en la agenda de la cooperación internacional. Actualmente al menos 748 millones de personas no tienen acceso al agua potable y 2.500 millones no disponen de sistemas de saneamiento adecuados.
Garantizar la disponibilidad de Agua y su gestión sostenible y el Saneamiento para toda la población forma parte del objetivo número 6 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible adoptados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2015 con el objetivo de erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos para el año 2030.
El último informe actualizado del Programa Conjunto de UNICEF y la Organización Mundial de la Salud (OMS) revela que, para el periodo comprendido entre los años 2000 y 2017, el uso de servicios de agua potable y saneamiento gestionados de forma segura se ha incrementado un 10% y 17% (del 61% al 71% y del 28% al 45%), respectivamente. Igualmente, destaca que el 60% de la población mundial disponía de instalaciones básicas para lavarse las manos con agua y jabón en casa.
En otras palabras,
Alrededor de 2.100 millones de personas (~ 29%, datos de 2017) no cuentan con servicios de agua potable gestionados de manera segura (ubicado en el lugar de uso, disponible cuando se necesita y no contaminado).
Asimismo, 4.200 millones de personas no cuentan con servicios de saneamiento gestionados de manera segura (~55% datos de 2017) y 3.000 millones carecen de instalaciones básicas para el lavado de manos.
Por otra parte, la OMS ya advierte que el cambio climático, el aumento de la escasez de agua, el crecimiento de la población, los cambios demográficos y la urbanización ya suponen desafíos para los sistemas de abastecimiento de agua. Según la Organización, se espera que la mitad de la población mundial viva en zonas con escasez de agua en 2025.
En 2018, la OMS ya anunció una futura crisis mundial del agua debida a la escasez del 40% de los recursos de agua dulce para 2030, junto con una población mundial en aumento. Reconociendo el creciente desafío de la escasez de agua, la Asamblea General de la ONU lanzó el Decenio de Acción del Agua efectivo desde el 22 de marzo de 2018 hasta el 22 marzo de 2028, para movilizar acciones que ayuden a transformar la forma en que gestionamos el agua.
En respuesta a la ambiciosa Agenda 2030, la Década de la Acción por el Agua acelerará los esfuerzos para enfrentar los desafíos relacionados con el agua, incluido el acceso limitado al agua potable y el saneamiento, el aumento de la presión sobre los recursos hídricos y los ecosistemas, y un riesgo exacerbado de sequías e inundaciones.
En diciembre de 2017, los Estados miembros de la ONU adoptaron la resolución 71/222 de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre un Decenio Internacional para la “Acción sobre el Agua para el Desarrollo Sostenible” 2018-2028.
La reutilización de las aguas residuales para recuperar agua, nutrientes o energía se está convirtiendo en una estrategia importante. Los países están utilizando cada vez más las aguas residuales para regar: en los países en desarrollo, esto representa el 7% de las tierras de regadío. Si bien esta práctica plantea riesgos para la salud, la gestión segura de las aguas residuales puede aportar múltiples, como el aumento de la producción de alimentos.
Igualmente, cabe mencionar que la pandemia de la Covid-19 ha puesto de manifiesto la importancia vital del saneamiento, la higiene y un acceso adecuado a agua limpia para prevenir y contener las enfermedades.
Son numerosos los organismos dedicados a la definición, desarrollo, financiación y gestión de proyectos relacionados con el abastecimiento y el saneamiento. Estos Organismos generan numerosa documentación que recoge la experiencia de los distintos proyectos en los que participan. A esta información hay que sumar, entre otros, cientos de artículos científicos y numerosos manuales que se publican cada año.
Los autores desarrollan este trabajo bajo la hipótesis de partida de que la documentación relacionada con los proyectos de abastecimiento y saneamiento es muy numerosa y se actualiza regularmente y que los proyectos relacionados con el agua son de naturaleza compleja e implican un estudio que debe tener en cuenta las dimensiones técnicas, socioeconómicas, medioambientales, financieras, administrativas y sociales.
Bajo la premisa, que se ha comentado, en relación con el hecho de que la documentación relacionada con los proyectos de abastecimiento y saneamiento es muy numerosa, el objetivo principal de este trabajo es dar soporte al técnico responsable de definir el proyecto de abastecimiento y/o saneamiento. Para ello se abren una serie de post donde se resumen brevemente los conocimientos, técnicas y criterios que han demostrado su utilidad práctica e impacto positivo para resolver problemas concretos relacionados con los proyectos de abastecimiento y saneamiento en el contexto de la Cooperación para el Desarrollo
Se hace hincapié en criterios como serían: el uso de los recursos y su gestión, la contaminación del agua, la operación y mantenimiento de los sistemas, aspectos socio-económicos relacionados con la participación local, la voluntad de pago de los usuarios finales y el impacto a largo plazo de la infraestructura o sistema elegido (todo ello en base a experiencias previas).
La filosofía del proyecto es de proyecto abierto colaborativo para que mediante la participación de los agentes interesados: ONG´s, voluntarios, profesionales, estudiantes de ingeniería, etc., el número de soluciones se vaya incrementando y actualizando.
Iniciamos esta serie indicando un curso que hemos seleccionado por su calidad y que se encuentra alojado en la plataforma Coursera titulado: Planning & Design of Sanitation Systems and Technologies. El responsable del curso es Chritoph Lüthy del École Polytechnique Fédérale de Lausanne. (Accesible 02/03/2021)
[1] Servicios básicos: Tener una fuente
de agua potable protegida a menos de 30 minutos del domicilio, usar un inodoro
o letrina mejorada que no haya que compartir con otros hogares, y tener
instalaciones para lavarse las manos con agua y jabón en el hogar.