Intraemprendimiento social en las empresas energeticas para luchar contra la pobreza energética

Autora: María José Manjón. Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, Universidad Pontificia Comillas

La siguiente entrada se trata de un resumen del artículo academico publicado en la revista Social Enterprse Journal siguiente: Manjon, M. J., Merino, A., & Cairns, I. (2021). Tackling energy poverty through social intrapreneurship in large-scale energy companies. Social Enterprise Journal. Para mas información, descargar.


La pobreza energética afecta a cerca de 37 millones de personas en Europa. Sin embargo, los esfuerzos de los diferentes actores por participar de manera coordinada para abordar este problema tan complejo parecen insuficientes. Las empresas energéticas tienen un papel crucial a través de su adaptación y proactividad hacia una transición energética inclusiva y, en concreto, el emprendimiento social podría crear un espacio de innovación desde el que abordar la pobreza energética.

En los últimos seis años, lo que parecía ser un asunto invisible se ha convertido en un tema central dentro del debate público en España. El interés por la pobreza energética está tomando cada vez más relevancia en la agenda política y por ello se requiere trabajar en los distintos niveles y relaciones entre los múltiples actores sociales. El término social washing se refiere a prácticas destinadas a mejorar la reputación de una empresa mediante iniciativas de responsabilidad social corporativa que en determinados casos no son realmente efectivas o, tienen el único objetivo de obtener un rendimiento económico. Bajo la perspectiva de la transición justa se puede fomentar la lucha contra el social washing a través de una nueva estructura organizativa a través de un departamento de intraemprendimiento social en las empresas energéticas que estaría diseñado exclusivamente para mitigar la pobreza energética. Proponemos un Departamento de Energía Social. La eco-visión parece ser más aceptada en la práctica que la inclusión de grupos vulnerables como prioritarios para las empresas energéticas, pero cada vez más, se van a exigir prácticas sociales relevantes a las corporaciones.

La pobreza energética es la incapacidad de un hogar para mantener las condiciones adecuadas de temperatura y otros servicios energéticos a un precio razonable. La visibilidad de la innovación social en la ciencia social de la energía puede proporcionar soluciones multidisciplinares a la pobreza energética. El Departamento de Energía Social sería un departamento puente que incorporaría la lógica del emprendimiento e innovación social con perfiles de capacidades híbridas (tanto sociales como técnicas). Este departamento trataría directamente con los actores más débiles dentro del mapa de partes interesadas de la corporación: los consumidores vulnerables. Una nueva lógica no significa sustitución, sino interacción y adaptación entre actores para una transformación gradual de la empresa. Esta propuesta podría devenir en un viraje revolucionario a través de la adaptación de las empresas tradicionales al amparo del marco de la justicia energética.

¿Qué ventajas tendría adaptar la lógica de empresa social a la empresa energética tradicional para minimizar la pobreza energética?

El Departamento de Energía Social trataría directamente con los consumidores vulnerables relacionados directa o indirectamente por la actividad de la corporación energética. Los líderes tendrían que legitimar (y apoyar) estas actividades integrando este departamento en la corporación, facilitando el uso de recursos y dando un paso proactivo contra la pobreza energética. Su diseño irá enfocado a la reducción del número de consumidores vulnerables, lo que cada vez más tendrá reflejo en la información financiera y no financiera requerida en las cuentas de una forma sólida y coherente.

Aunque la lógica puramente económica y la social parezcan contradictorias, en este artículo reivindicamos el espíritu de un Departamento de Energía Social puede ser un modelo pionero y visionario en una actuación corresponsable en la transición energética justa. Esta fórmula permitiría en el largo plazo posicionamientos estratégicos con alto potencial para influir en otros actores como las empresas competidoras, el regulador y/o los responsables políticos.

Cada vez se está exigiendo más coherencia y veracidad a la información no financiera desde la perspectiva más social en el sector energético. La pobreza energética debería ser tratada prioritariamente por el Estado como principal garante de derechos, pero también por las corporaciones eléctricas de una forma cada vez más comprometida. Este departamento podría afectar al diseño organizativo y estratégico y tener implicaciones relevantes en el mapa de partes interesadas.

Todos los consumidores vulnerables serían fácilmente identificables por la empresa y las intervenciones se diseñarían cuidadosamente con el fin de empoderar y mejorar la eficiencia energética de sus hogares. Incluso se pueden abrir vías a explorar desde las empresas energéticas en relación con la inversión de impacto como alternativa de financiación. Nos interesa hacer hincapié en la necesidad de persistencia de este enfoque que no debería abandonarse en caso de falta de impacto visible en el medio plazo.

La introducción en las empresas energéticas de este departamento puente se podría considerar un experimento transformador para acelerar la parte justa de la transición energética. Los intraemprendedores sociales con capacidades “fronterizas” (técnicas y sociales) para tratar con actores externos a la empresa se ubicarían al mismo nivel que el resto de departamentos. Estos actores de cambio podrían adoptar modelos sociales de negocio dirigidos a los consumidores vulnerables como clientes especiales y prioritarios y siempre bajo la supervisión de un equipo de trabajadores sociales.

Actividades relevantes para este departamento podrían ser, en una lista no exhaustiva, la implementación de métricas adecuadas para identificar y medir viviendas vulnerables, fomento de comportamientos de consumo, procesos de empoderamiento, eficiencia energética en viviendas, modelos de pre-financiamiento para electrodomésticos, créditos para eficiencia energética o asequibilidad de los precios.

La búsqueda de equiparación de poderes haciendo que las partes interesadas más débiles sean las prioritarios para la empresa supondría una transformación relevante del mapa de actores de la corporación. Este enfoque de responsabilidad social corporativa, más basado en teoría de las partes interesadas, haría que las empresas eléctricas dieran un gran salto hacia la transición inclusiva. Asumiendo los retos que podamos encontrar, sugerimos tomar este camino de transformación gradual social haciendo que los elementos básicos y tradicionales de las empresas energéticas permanezcan intactos, lo que puede favorecer un entorno más realista. Nuestro interés es crear espacios de innovación donde la promoción de la interacción e integración de diferentes actores pueda ejercer una influencia más amplia con implicaciones dinámicas, teóricas y prácticas, en varios niveles.

La difusión de la lógica del emprendimiento social por un departamento impulsado por una misión social que permita la reflexión crítica en el ámbito empresarial y mejore la situación y priorice el trato y la experiencia de los clientes vulnerables conllevaría un cambio organizativo que podría acelerar la transición energética justa dentro de la transición hacia la sostenibilidad.

Referencia fotografía: World Bank Photo Collection

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