El 10 de marzo de 2023 el Ayuntamiento de Granada celebró la concesión de los premios que convoca anualmente con el título de Granada, Ciudad de la ciencia y la innovación. A mí me honraron con el premio a la divulgación.
Adjunto mis palabras de agradecimiento:
Recibo con emoción este premio, que es como si esta ciudad me diera un recio golpe de amistad en la espalda seguido de un estrecho y franco abrazo.
Aplaudo la decisión de la Mesa de la Ciencia del Ayuntamiento, de que se incluya la divulgación como actividad propia de la ciencia y la innovación. Los hombres cultos quieren saber lo que ya sabemos y dudar de lo que aún dudamos. Aunque conocer y dudar son palabras hermanadas. Además, si bien divulgación no es hacer ciencia nueva, es hacer nuevos científicos.
Gracias: a Estrella, mi mujer, que me impide permanentemente caer en el caos. Y a toda mi familia, aquí está mi hija Leonor. Y a mis amigos, que son pocos…. pero eternos. Y gracias a la Universidad de Granada que me dio mi gran tesoro. Me dio estudiantes.
Pero ¿qué es “divulgación”? No es lo que decía mi admirado Lope de Vega:
… y pues lo paga el vulgo es justo
hablarle en necio para darle gusto.
Ni mucho menos. Prefiero citar lo que decía nuestro Alfonso X, al encargar la elaboración de un libro:
Et por ende mandamos á nuestro sabio Rabiçag de Toledo que le fiziese bien complido. et bien llano de entender, en guisa que pueda obrar con él qua home/ quier cate en este libro.
Él decía “paladinar” la ciencia, hacerla accesible a todo el mundo, de igual modo que Berceo rimaba aquello tantas veces citado:
Quiero fer una prosa en román paladino
en qual suele el pueblo fablar con so vecino,
Acabo recordando un conocido romance del siglo XV
Abenámar, Abenámar,
moro de la morería…
Estando con él, el rey Juan II de Castilla, contemplando Granada, decía aquellas palabras que ahora hago mías
Si tú quisieras Granada
contigo me casaría.
