A primera vista, cosmología y música son dos conceptos con muy poca relación. No parece que exista una “música celestial”, incluso esta expresión tiene una connotación despectiva.
Sin embargo, la cosmología primitiva, desde la griega clásica hasta quizá el siglo XVII, ha sido esencialmente musical. La tradición Pitagórica-Platónica perduró a través de los romanos, árabes y filósofos cristianos hasta llegar a la Revolución Copernicana. Tras ella renació con Kepler, a la vez visionario y preciso, pero el escepticismo se adueñó finalmente de la concepción musical del Universo.
Boecio clasificó la música en tres tipos: música instrumentalis, música humana (microcosmos) y música mundana (macroscosmos, música del Mundo). Y añadió un cuarto tipo: música coelestis, sólo perceptible por Dios, los ángeles y los bienaventurados.
¿Quién puede olvidar la oda de Fray Luis de León al músico burgalés ciego Francisco Salinas? Recordemos un par de liras de tal sublime obra (la bastardilla es mía):
Traspasa el aire todo/ hasta llegar a la más alta esfera,/ y oye allí otro modo/ de no perecedera/ música, que es de todas la primera.
Ve cómo el gran maestro,/ a aquesta inmensa cítara aplicado,/ con movimiento diestro/ produce el son sagrado,/ con que este eterno templo es sustentado.
La “música de las esferas” había calado en los sabios… hasta que dejaron de estar los cielos llenos de esferas. Lo de Fray Luis de León y lo de Kepler, era música coelestis.
Sin embargo, el espectro de anisotropías angulares del CMB (Cosmic Microwave Background) puede interpretarse como música mundana. (Véase, por ejemplo, mi discurso para la entrada en la Academia de Ciencias de Granada, en esta página).
En relación a estos temas, participaré en la reunión “Harmony and Rhythm of the Microcosm and the Macrocosm in Early Modern Times and Today” (junio 2023), organizada por la Universidad de Münster, donde trataré de este tema en el Siglo de Oro español. Los interesados no pueden perderse el gran trabajo del profesor J. Luque, “La Música del Mundo” que será publicado por la editorial de la Universidad de Granada.
