Carlos III encomienda al protagonista de este libro una misión apasionante: acudir a París y a varias ciudades europeas con el objetivo de espiar no la ciencia que se hace en el Siglo de la Ilustración, sino la que debería hacerse, es decir, averiguar las ideas de la ciencia futura cuando aún están en fase filosófica, aún en simiente, para que germinen en España. Le acompañará en muchos de estos viajes su novia, brillante astrónoma. Se entrevistarán con los sabios más reconocidos en la física del Siglo de las Luces: D’Alembert, Voltaire, Lagrange, Laplace, los Herschel, etc. El espía filosófico. Un científico en la época de Carlos III es un retrato de la ciencia en Europa en un siglo de trascendencia decisiva para su posterior evolución. España, con firme voluntad de incorporarse a tal movimiento, terminará su sueño dramáticamente. La novela tiene propósitos literarios, fundamentalmente, aunque la ciencia es también protagonista.
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