Gonzalo Díaz Cobacho (doctorando) y Alberto Molina Pérez (investigador «Juan de la Cierva Formación») han sido galardonados con una beca de investigación de la Fundació Víctor Grífols i Lucas. Su proyecto, que lleva por titulo “Pluralismo y muerte: desafíos éticos y actitudes de los profesionales en relación a la diversidad de criterios en la determinación de la muerte” ha sido seleccionado entre las 6 becas concedidas.
El acto formal de entrega está previsto para el próximo día 21 de Octubre, a las 19h en Casa Convalescència (c/ Sant Antoni M. Claret, 171 – Barcelona).
Enlace a la página de las becas de investigación: https://www.
Resumen del proyecto
Desde 1968, los expertos debaten sin ponerse de acuerdo acerca de la definición, los criterios y los tests para determinar la muerte humana. El origen de la polémica es la introducción en la legislación de numerosos países de un nuevo criterio diagnóstico: la muerte encefálica. Algunos autores defienden que la muerte es un fenómeno biológico y que depende de las funciones neurológicas; otros, defienden que es un fenómeno biológico, pero que no depende del cerebro; por otro lado, están quienes consideran que la muerte humana no es sólo biológica, sino que incluye otras dimensiones como la noción de identidad personal; por último, existen quienes afirman que la muerte no es un hecho biológico, sino un constructo social.
Esta polémica no resuelta contribuye a la incomprensión e incertidumbre tanto del público como de los profesionales respecto de la determinación de la muerte. Además, los casos de personas declaradas erróneamente en muerte cerebral a pesar de que cumplían los criterios diagnósticos socavan la confianza en la fiabilidad de la medicina y constituyen un obstáculo para la donación de órganos.
Este proyecto pretende explorar desde el punto de vista de la bioética la posibilidad de un pluralismo en la determinación de la muerte. El pluralismo es una opción teórica hasta ahora poco estudiada, a pesar de que está implícitamente recogida en la legislación de muchos países. En efecto, la ley española admite una dualidad de criterios diagnósticos para determinar la muerte humana: neurológicos (muerte encefálica) y cardiorrespiratorios (muerte cardiorrespiratoria). Otros países, como Japón, permiten a sus ciudadanos elegir el criterio de muerte según sus creencias religiosas o ideológicas. ¿Sería posible aplicar ese derecho en España? ¿Estaría justificado introducir nuevos criterios diagnósticos aparte de los dos ya existentes? ¿Qué impacto tendría el pluralismo en la sociedad y para el sistema de trasplantes?
Para investigar estas cuestiones, proponemos por un lado una investigación teórica sobre los fundamentos y la aceptabilidad bioética del pluralismo, y por otro lado una investigación empírica sobre las actitudes de los profesionales acerca de los diferentes criterios de muerte y sobre su aceptación o rechazo del pluralismo.