Acaba de publicarse la obra Siempre nos quedará Bourdieu (Círculo de Bellas Artes, 2021), en ella participa José Luis Moreno Pestaña, investigador y miembro de FiloLab con el texto «La actualidad del Oficio del Sociólogo». A continuación compartimos la sinopsis de la obra y el comienzo del artículo de nuestro compañero.
SINOPSIS
“Casi veinte años después de su fallecimiento –escribe Luis Enrique Alonso en el prefacio de este libro– la presencia de la figura intelectual de Pierre Bourdieu no solo se mantiene vigente, sino que va agigantándose y tomando las proporciones de clásico universal de las ciencias sociales. […] Con Bourdieu o contra Bourdieu continúa dialogando toda la sociología que se hace en estos tiempos y su presencia es tan abrumadora que nadie que se dedique al oficio de sociólogo puede quedar al margen de su vocabulario, sus enfoques y sus estrategias de conocimiento”.
Los textos que aquí se reúnen –cuyo origen se remonta a un ciclo de conferencias celebrado en el CBA hace ya diez años– tratan tres ámbitos esenciales en la obra de Bourdieu: en primer lugar, el papel de Argelia en la gestación de su pensamiento; en segundo lugar, sus contribuciones conceptuales al análisis sociológico y, en tercer lugar, las potencialidades del uso de estas herramientas teóricas y sus aplicaciones a distintos campos. A la vigencia y riqueza del análisis conceptual de Bourdieu se dedican los textos de Luis Enrique Alonso, Ildefonso Marqués y José Luis Moreno Pestaña. En Argelia se centran las contribuciones de Lahouari Addi, Aïssa Kadri y Enrique Martín Criado. Y a los textos de estos seis especialistas en la obra de Bourdieu se suman los estudios de caso de Cecilia Flachsland, que analiza la figura de Eva Perón y el Partido Peronista Feminista desde «los anteojos Pierre Bourdieu» y de Marina Requena i Mora, que describe la utilidad de manejar el concepto de habitus en su trabajo de campo sobre «el ecologismo de los pueblos».
La actualidad del Oficio del Sociólogo
«El oficio de sociólogo (publicado en 1968: lo citaré por sus iniciales en francés como MS), libro emblemático de la sociología francesa de los años sesenta, concita hoy entusiasmos menguantes. He intentado utilizarlo en cursos de filosofía de las ciencias sociales y en másteres y la recepción ha sido difícil cuando no hostil. Aunque fue concebido como instrumento didáctico, no muchos estudiantes se encuentran hoy dispuestos a recorrer su introducción (no digo nada ya de su selección de textos de filosofía de la ciencia) y, me atrevería a decir, tampoco demasiados profesionales. El libro resulta excesivamente cientificista para el humor posmoderno, demasiado teórico para el positivista; de compleja redacción para estudiantes que lo encuentran alejado de las exigencias cotidianas de sus trabajos de redacción académica o, para los que se ganan la vida como sociólogos, de sus informes de investigación. El oficio de sociólogo, que tan lejano se quería, desde su título, de los manuales de filosofía de las ciencias sociales, se ha convertido en otro texto para los aficionados a la epistemología (entre nosotros, Jesús Ibáñez propuso una potente lectura del mismo); o, al menos, en testimonio de una época donde la filosofía era una condición de entrada en el campo sociológico. Me parece que eso es verdad en España, pero también en Francia, pese a que allí subsisten escuelas que, con mayor o menor énfasis, reivindican a sus dos autores más famosos. Pierre Bourdieu nunca renegó de El oficio de sociólogo y, pese a lo que pudiese parecer, tampoco Jean-Claude Passeron. Como he reconstruido la génesis del libro en mi presentación a la edición española de El razonamiento sociológico (Moreno Pestaña, 2011), me abstendré de repetirlo aquí. Presentaré las razones por las que Passeron reivindica aún, en líneas generales, el manifiesto metodológico firmado con Bourdieu y Jean-Claude Chamboredon». José Luis Moreno Pestaña