David Rodríguez-Arias, miembro de FiloLab e Investigador Principal del proyecto INEDyTO, ha participado en un reportaje publicado por la BBC motivado por el debate en torno a la eutanasia psiquiátrica, el cuál lleva por título «Eutanasia psiquiátrica: en qué consiste la controvertida práctica y en qué países donde se realiza«. En el texto, firmado por María Elena Navas, aparecen diferentes posiciones respecto a la posibilidad de la eutanasia psiquiátrica, cuya aplicación se ha dado en casos con características muy diferentes de lo que habitualmente se entiende como «enfermedad terminal». Trastornos mentales como la ansiedad, la depresión o la psicosis pueden llegar a causar tanto dolor e incapacidad como una enfermedad física grave e irreversible, de ahí que la eutanasia haya aparecido como respuesta para estas personas, presentándose como una práctica legítima para terminar con su propio sufrimiento. En palabras de nuestro compañero David Rodríguez-Arias: «Hay circunstancias que son tan dramáticas y tan duras y tan irreversibles e irremediables que es inevitable que siga habiendo algunas personas que pidan ese tipo de ayuda». Podéis leer el reportaje a continuación.
Eutanasia psiquiátrica: en qué consiste la controvertida práctica y en qué países donde se realiza
En enero de 2018 Aurelia Brouwers, una joven neerlandesa de 29 años, escribió en Facebook: «Me estoy preparando para mi viaje. Gracias por todo. A partir de ahora no estaré disponible».
Cuatro horas después, Brouwers se recostó en su cama y, rodeada de amigos, bebió un compuesto tóxico, recetado por su médico, para morir.
La muerte de Aurelia, en la ciudad de Deventer, Países Bajos, ocurrió un mes después de que el Estado le otorgara el derecho a morir bajo la ley de eutanasia y suicidio asistido, que permite la terminación de la vida cuando hay «sufrimiento insoportable e intratable».
Pero Aurelia no sufría una enfermedad terminal.
A la joven neerlandesa se le permitió poner fin a su vida debido al «sufrimiento psicológico insoportable» de sus trastornos mentales, incluidos, ansiedad, depresión y psicosis.
La eutanasia está permitida en siete países y el procedimiento se practica principalmente en personas con enfermedades terminales como cáncer, donde el paciente tiene meses o semanas de vida.
Pero en cuatro de éstos países -Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo y recientemente España- se permite el procedimiento para personas con enfermedades mentales, como depresión, ansiedad o trastornos de la personalidad.
(Canadá votó en marzo para permitir la eutanasia para enfermedades mentales a partir de marzo de 2023).
Igual que ocurrió en 2018 con la muerte de Aurelia, el asunto de la «eutanasia psiquiátrica» ha provocado un feroz debate en la comunidad médica de España y Canadá.
Y ha enfrentado a quienes afirman que una enfermedad mental puede causar tanto sufrimiento e incapacidad como una enfermedad física, y quienes apuntan que hay tratamientos para curar estos trastornos y no se debe ayudar a morir a estas personas.
«Yo creo que se tienen que hacer los esfuerzos públicos para que las personas no deseen morir, pero que algunas personas quieran morirse es algo hasta cierto punto inevitable», le dice a BBC Mundo David Rodríguez-Arias, profesor de bioética de la Universidad de Granada e investigador principal del proyecto INEDyTO sobre bioética y final de la vida.
«Hay circunstancias que son tan dramáticas y tan duras y tan irreversibles e irremediables que es inevitable que siga habiendo algunas personas que pidan ese tipo de ayuda«.
«Es una constatación triste, pero inevitable», agrega.
Para muchos psiquiatras, sin embargo, la eutanasia es «fundamentalmente incompatible» con el papel de un médico para sanar al enfermo.
«Abrir la puerta a la eutanasia facilita la devaluación del valor de la vida, a la cual si que tenemos derecho como seres humanos», le dice a BBC Mundo el doctor Manuel Bousoño García, profesor de psiquiatría de la Universidad de Oviedo.
«Debe lucharse por preservarla libre de sufrimiento y no por eliminarla».
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