Entre los días 21 y 22 de abril tendrá lugar el congreso Socialismo y democracia. Tensiones y retos para la filosofía social, organizado por el Grupo de investigación Filosofía Social: Análisis crítico de la sociedad y la cultura (FILSOC HUM-1036) -en el cual participan varios miembros de FiloLab-, el Grup de Recerca en Ètica Economicosocial i Epistemologia de les Ciències Socials (GREECS), la Fundación de Investigaciones Marxistas (FIM) y la red Transform! Europe. El viernes 21 el congreso tendrá lugar en la Sala de Juntas del Decanato, Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Granada, mientras que el sábado 22, las sesiones tendrán lugar en La Variable, Calle Buensuceso, 40 (Granada).
Participantes: José Luis Moreno Pestaña, Violeta Garrido, Jorge Costa Delgado, Jesús Ruiz Moreno, Patricia García-Espín, Daniel Raventós Panella, Julio Martínez-Cava Aguilar, Andrea Pérez Fernández, Francisco Manuel Carballo Rodríguez, Mario Espinoza Pino, Jordi Mundó Blanch, David Guerrero, Edgar Manjarín y Pablo Beas Marín.
Financiado bajo el marco de los proyectos PID2021-123885NB-I00 y PAIDI HUM-1036, así como la FIM y Transform! Europe, que recibe subvención del Parlamento Europeo.
Presentación: Socialismo y democracia. Tensiones y retos para la filosofía social
La filosofía y la historia del socialismo han reaparecido con fuerza en la esfera pública y en el mundo académico desde que la crisis mundial de 2008 erosionó profundamente la legitimidad de las sociedades capitalistas. Sin embargo, todo proceso de profundización y renovación del socialismo que quiera escapar del callejón sin salida de las experiencias autoritarias herederas de las coyunturas del siglo XX, así como de las mutaciones de ciertas socialdemocracias reconvertidas al social-liberalismo, requiere repensar varias cuestiones centrales sobre la organización social, económica y política. El objetivo de este congreso es abordar algunas de ellas desde el campo de filosofía y de la historia del pensamiento político.
En primer lugar, nos aproximaremos al problema de la relación entre la democracia económica y la democracia política. Como heredera del republicanismo democrático, la tradición socialista centró sus estrategias de emancipación en la subordinación de los poderes políticos y económicos al control popular y mancomunado. Durante el siglo XX, sus organizaciones y activistas intentaron por diversos medios llevar a la práctica esos ideales con mayor o menor éxito, pero dejando sin duda una profunda huella en la forma básica de nuestras instituciones. El estudio de las experiencias históricas del socialismo – lo que incluye sus intentos fracasados, sus triunfos parciales e, incluso, la investigación sobre sus perversiones- es una herramienta esencial para profundizar en ese balance. A este ejercicio de memoria crítica con miras a nuestro presente dedica sus esfuerzos la primera mesa: Las tareas de Sísifo: socialismo y democracia en el siglo XX. Por otro lado, desde sus orígenes en el siglo XIX, el socialismo tendió mayoritariamente a considerar que el fin de la explotación solo podía ser obra de los propios explotados, aunque la condición subordinada de estos hacía precisamente más complicada su autoorganización y participación política. La cuestión nos exige reflexionar sobre los mecanismos e instituciones que puedan habilitar esa participación democrática de las clases populares. La segunda mesa propuesta aquí (Los que faltan. Participación política y clases populares) camina en dos direcciones: el análisis de las formas, condicionamientos y límites de la participación política de las clases populares en el momento actual y, al mismo tiempo, la propuesta de diseños institucionales (como los servicios públicos incondicionales o la renta básica) que favorezcan esa participación como condición necesaria para la democratización de los espacios económico y político. Estos mecanismos deben estar, al menos, dirigidos a resolver dos problemas del poder a los que apunta la polisemia del término “agente”: la agencia se puede entender como la capacidad de participar y de producir efectos políticos mediante la misma (el sorteo, por ejemplo); pero también el agente, de acuerdo con la concepción fiduciaria del poder, es quien recibe el encargo de realizar una tarea al servicio y en interés de otros; es decir, nos plantea el problema de los límites y controles de la autoridad (cuestiones como las de la revocación, rotación y rendición de cargos sobre las que escribió Marx al analizar la Comuna de París).
Esta segunda acepción de “agencia”, la que remite a la noción fiduciaria del poder, inspira igualmente las reflexiones socialistas sobre la propiedad, objeto de la tercera mesa: Economía política y propiedad: planteamientos y desafíos. La desigual distribución de los derechos de propiedad, y la concepción de estos en un sentido exclusivo y excluyente, ha sido y es el enemigo principal a batir de la tradición socialista. La constitución política de los mercados capitalistas es justamente el pilar sobre el que se sostienen las formas de dominación y explotación específicas de nuestras sociedades. En aras de superar la turbulenta dinámica del capitalismo mundial y hacer posible la condición de ciudadanía republicana también en el reino económico, las estrategias fiduciarias respecto a la propiedad nos ofrecen una arquitectura normativa que reordena la discusión sobre la propiedad, concibe a esta como delimitada por su función social y abre el debate sobre la idoneidad de diversas las diversas formas (privadas, estatales, comunes, etc.) y los regímenes de propiedad posibles para una economía política democrática.
Finalmente, y recogiendo los hilos planteados a lo largo de este congreso, hemos querido dedicar una mesa para debatir la obra Historia y consciencia de clase de György Lukács, de cuya publicación se cumple este año el 100 aniversario. Se trata de un clásico en la filosofía del socialismo que, como la vida de su autor, condensa una gran parte de las problemáticas de ese corto siglo XX y los legados que hemos recibido en nuestro propio tiempo. El cierre de su archivo personal en el verano de 2018 por un gobierno de una derecha a la que Lukàcs dedicó toda su vida a combatir no es sino una muestra más del interés que nos merece su obra.
Aquí puede accederse al programa completo.