«Lactancia humana y pandemia: lo que la teta puede hacer por la humanidad»

En el marco de la actual Semana Europea de la Lactancia Materna, la investigadora de FiloLab Ester Massó Guijarro visibiliza en el artículo «Lactancia humana y pandemia: lo que la teta puede hacer por la humanidad», elementos clave del alcance de esta realidad, declarada “derecho humano” por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en 2016, y cómo por qué todavía sigue pendiente un abordaje suficiente de su complejidad y su carácter holístico, entre otros objetivos feministas y humanistas ligados a la lactancia. Os dejamos a continuación con el artículo, publicado inicialmente para The Conversation.

«La lactancia humana fue declarada “derecho humano” por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en 2016, por su condición universal: alcanza a cualquier ser humano, con un impacto fundamental en el bienestar global.

Pese a ello, sigue brillando por su ausencia su abordaje holístico como fenómeno hipercomplejo en el marco del desarrollo humano. Se echa en falta una perspectiva pluridisciplinar que vindique su multidimensionalidad, desmarcándose de su habitual encuadre conceptual y experimental exclusivo de las ciencias de la salud. Más que nunca, urge contribuir a generar una cultura hospitalaria a la lactancia humana.

Esta urgencia se ha extremado tras la pandemia de covid-19. Ha aflorado la necesidad de sociedades resilientes y adaptables que puedan responder rápida y eficazmente a los desafíos sanitarios y las consecuencias económicas asociadas».

La pandemia ha dificultado la lactancia

Como se está visibilizando en la actual Semana Europea de la Lactancia Materna y prueba el Informe de Lactancia 2020, la pandemia ha dificultado la lactancia. Un hecho relevante dado que, a nivel mundial, los bebés humanos que no son amamantados de forma exclusiva sufren 14 veces más probabilidades de morir que los bebés que sí lo hacen.

Por otro lado, a raíz de la pandemia de covid-19, los ingresos familiares se han visto globalmente disminuidos. Tanto es así que el Programa Mundial de Alimentos de la ONU estimó que, para fines de 2020, 265 millones de personas padecían inseguridad alimentaria, lo que radicaliza aún más la importancia de la lactancia humana.

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