SÍ SE PUEDE, Granada Hoy, 27-1
NO se sabe qué sucederá más tarde, que España tenga un gobierno que no esté en funciones (no sé por qué le llaman “en funciones” a un gobierno disfuncional) o que en Granada haya un Centro Lorca que merezca el nombre y el dinero gastado. Mientras el piso de La Zarzuela se ensucia con visitas continuas que desfilan una y otra vez sin saber muy bien para qué (ni nosotros tampoco), el suelo del Centro Lorca se mantiene limpísimo, impoluto, sin recibir apenas visitantes ni ya, tampoco, curiosos.
Quizás el Ayuntamiento podría ceder el Centro Lorca para las rondas de consultas para la investidura presidencial. Así se daría algún uso a un fantástico y fantasmático edificio que ahora no sirve para nada y Granada podría sentirse, para variar, una ciudad importante. Las rondas de consultas, si se extienden en el tiempo, como parece va a ocurrir, atraerán sin duda al turismo. (Pasar del turismo cultural al político no tiene por qué ser negativo; al contrario). Seguro, además, que en la ahora vacía e inútil cámara acorazada del Centro Lorca hay sitio suficiente para acomodar los papeles de los diputados e, incluso, los pañales del bebé de Bescansa. Los 350 diputados caben también en el teatro de 410 butacas, donde podrían, si les surgiera ese extravagante deseo, reunirse y hablar. (Nada mejor que un teatro fantasma para un parlamento ídem).