Poema de MRG en blog de Duke University

POEM OF THE WEEK

Only the RoadOur Poetry Month series continues today with a poem from a forthcoming collection of Cuban poetry edited and translated by Margaret Randall. Covering eight decades and featuring the work of over fifty poets from diverse backgrounds born between 1902 and 1981, Only the Road / Solo el Camino is the most complete bilingual anthology of Cuban poetry available to an English readership. The following poem is by Milena Rodríguez Gutiérrez, who was born in Havana in 1971. She currently lives in Granada, Spain. Hers is one of several poems in the collection focusing on islands.

Innocence among the Waves

Islands are children’s toys,
balls someone tosses
upon the waves.
Sometimes, in the middle of the game,
the islands deflate
and you must blow, blow
until you fall into the water.
Then, who knows
if the island or you are the toy,
if we float exhausted
or it’s the island that’s bored
with the game of blowing,
with having to pump us up again.

Inocencia entre las olas

Las islas son juguetes para niños,
pelotas que alguien lanza
en medio de las olas.
En pleno juego, a veces,
las islas se desinflan
y hay que soplar, soplar
hasta caer rendidos sobre el agua.
Entonces, no se sabe
si el juguete es la isla o uno mismo,
si aquí estamos tendidos por cansancio,
o acaso es que la isla ya se aburre
del juego de soplar,
de tener que volver a echarnos aire.

Copyright Duke University Press, 2016.

Only the Road/ Solo el Camino will be available in October 2016. If you are interested in reviewing the book or would like to consider it for your fall courses, you can view an advance copy on NetGalley.

Columna Granada Hoy, Legado, 20-4

 LEGADO, Granada Hoy, 20-4

 LOS últimos días, los granadinos hemos asistido atónitos a un vertiginoso espectáculo en el Ayuntamiento de la ciudad. Primero, el registro en las dependencias municipales y en el piso del alcalde. Enseguida, la detención de Torres Hurtado y su imputación. Luego, la suspensión de su militancia desde el PP y diversas declaraciones desde su partido para que diera eso que ahora se llama, eufemísticamente y como si de un baile se tratara, un “paso al lado”. Más tarde, las comparecencias en las que el alcalde se presentó como víctima, hablando de un atropello a sus derechos fundamentales. Comparecencias donde dijo aquello de me quedo porque soy inocente, porque a mí nadie me echa ni me dice lo que tengo que hacer. Comparecencias donde incluso nos hizo enterarnos del lastimoso suceso de que estuviera incomunicado con su hija, al haberle sido requisado su móvil y estar ella de viaje. Por fin, tras todo esto, y con la amenaza de la moción de censura encima de su cabeza, la noticia de su dimisión.

Será, por supuesto, la Justicia, quien tendrá que establecer si el ya exalcalde es o no culpable de los delitos que se le imputan: cohecho, fraude en la contratación, asociación ilícita, prevaricación, tráfico de influencias, malversación de caudales públicos, estafa, falsedad en documento mercantil, administración desleal y contra la ordenación del territorio. Serán también los jueces quienes responderán a la simpática pregunta que el alcalde lanzó al aire en una de sus comparecencias: “¿Es que yo he hecho todo esto o he hecho de todo esto un poquito?”.

Los ciudadanos de a pie no somos jueces ni sabemos del funcionamiento de la justicia de los Tribunales. Sin embargo, sí juzgamos, con opiniones y desde nuestras vivencias, los actos de quienes nos gobiernan. Y como ciudadana de a pie digo que es una excelente noticia para la ciudad la dimisión del alcalde. No sólo porque un cargo público debe dimitir al recibir una imputación de ese tipo. Sino también porque los trece larguísimos años de Torres Hurtado y del PP en el Ayuntamiento de Granada dejan un lamentable, vergonzoso legado: el no-metro y el no-AVE; el no-transporte público para los barrios de la ciudad, castigados mediante ese engendro con ruedas que se llama LAC; la no-cultura y el no-Centro Lorca. Sí, es una excelente noticia la dimisión del alcalde y sería aún mejor si se fueran con él quienes lo han acompañado estos trece oscuros años.

Columna Granada Hoy, Horario canario, 6-4

HORARIO CANARIO, Granada Hoy, 6-4

CUANDO te mudas, emigras, partes, resulta difícil distinguir entre la nostalgia y lo que podría ser, digamos, la crítica razonable y objetiva. A menudo, no sabes si algo te incomoda en el nuevo país porque ese algo es realmente negativo o se trata sólo de tu deseo de que fuera otra cosa, más parecida a aquella que dejaste y te resultaba familiar, y que ahora no sabes cuándo volverás a tener delante.

Cuando llegué a Granada a finales de los 90, sentí que me desagradaban cosas del país y de la ciudad. Y, a veces, me preguntaba cuánto había de nostalgia en mis sensaciones. Sin embargo, siempre hubo ciertas cosas sobre las que nunca tuve dudas; una de ellas era, son, los rarísimos horarios españoles. Los horarios españoles siempre me parecieron incomprensibles y absurdos, estresantes y antinaturales. Una acaba por asumirlos, pero nunca he podido entender que a las 2 o a las 4 de la tarde no funcione nada, o sea imposible acudir a una dependencia de una administración pública, o a una oficina de un banco. En esa época vivía en el centro de Granada, y me asombraba pasear por la ciudad a las 3 de la tarde, y encontrar cerrados casi todos los locales comerciales. Me quedaba paralizada ante el “Vuelva Ud. a las 5.30 o a las 6 de la tarde”. Tampoco he entendido que se planifique una conferencia a las 8 de la noche, en lugar de a las 5. O que una clase en la Universidad pueda terminar a las 9 y 30 de la noche y no a las 6 y 30 de la tarde, como sucede en casi todos los países que conozco.

En el Pacto que no sirve para gobernar, PSOE y Ciudadanos han propuesto cambiar los horarios en España. Proponen, ante todo, volver al horario natural, que es, por increíble que parezca, no sólo el de Portugal y Reino Unido, sino, también, el de Canarias. (Al final, resulta que la Comunidad de la hora menos es la que vive en la hora correcta y que lo que debería decirse es “una hora más en la península”. Pero ya se sabe que los grandes siempre consiguen que parezca que son los pequeños los que andan con el reloj equivocado). Pero proponen, además, jornadas laborales continuas, que terminen alrededor de las 6 de la tarde. También Rajoy, el presidente en funciones que pacta todo consigo mismo, acaba de hacer la propuesta. Así que parece que se impondrán en este país horarios canarios, horarios más racionales y sensatos, y sin duda, más similares a los del resto del mundo. Esperemos que sea pronto.