COLUMNA GRANADA HOY, Granada-Antequera, 21-9

Granada-Antequera, Granada Hoy, 22-9

LA semana pasada viajé a Madrid desde Granada con Renfe. Mi primera sorpresa fue descubrir que Renfe es esa rara empresa de ferrocarriles que, para ciertos trayectos (que parten siempre desde Granada, dicen), no utiliza trenes, sino autobuses. Algo así como si al ir a ver al cardiólogo, este sacara un otoscopio (aparato para examinar el oído) y jamás se interesara por tu corazón.

No comprendo por qué las empresas de autobuses auténticas no le ponen una demanda a Renfe por intrusismo profesional. Aunque tal vez sea porque Renfe no les hace una competencia desleal, como Uber a los taxis. Y es que cuando la empresa de ferrocarriles Renfe se disfraza de empresa de autobuses, tiene el detalle de seguirle cobrando a sus clientes exactamente lo mismo que si los llevara en tren. (Dice mi amiga M. que, en realidad, la compañía Renfe no es una compañía de trenes ni de autobuses, sino una compañía de teatro experimental. Y que la obra que representa en Granada desde hace 17 meses es un performance que consiste en hacer vivir la ficción de viajar en tren utilizando un autobús. Y que, por ese motivo, cobra el autobús a sus clientes como si fuera un tren. Porque al pagar el autobús tan caro como si viajaran en ferrocarril, los clientes-espectadores viven la ficción como realidad y, durante el viaje, serán incluso capaces de llegar a sentir, bajo las ruedas del autocar, las vibraciones de las vías del tren. Según mi amiga M., Renfe intentó, cuando proyectó esta obra, utilizar las propias vías del tren para que su autobús se desplazara y hacer más excitante su performance pero, finalmente, no recibió el permiso correspondiente y tuvo que limitarse a usar la aburrida carretera como si fuera el suyo un autobús cualquiera).

El falso autobús de Renfe me llevó hasta Antequera, donde me esperaba la segunda sorpresa. Allí entendí que quien vive en Granada no sólo debe envidiar a Málaga o a Sevilla su estación de ferrocarril. También debe envidiársela a Antequera, ciudad de 41 mil habitantes, es decir, con una población cinco veces menor que la de Granada. Pero sí, en esa pequeña ciudad hay una estación de ferrocarriles mejor y mucho más moderna que la de Granada, con amplias cristaleras, escalera mecánica y AVE. Y es que cuando uno sale de Granada a cualquier otra parte, incluso a Antequera (y este fue mi último descubrimiento), todo, hasta Renfe, parece empezar a ser lo que debería ser.