mar adentro
EDIFICIO FANTASMA
LOS llaman visitantes cuando deberían llamarlos curiosos. Digo a quienes fueron en agosto a ver el edificio del Centro Lorca en la Plaza de la Romanilla de Granada. Los llaman visitantes y hasta cuentan las visitas: 7.000 visitantes, proclama pomposamente el Ayuntamiento, ha tenido el Centro Lorca desde su inauguración (así la denominan) el pasado 29 de julio. Siete mil personas que han estado en un magnífico, hermoso, modernísimo edificio completamente vacío. Un edificio que nada contiene, o que sólo se contiene a sí mismo. Un edificio en cuya fachada no hay una placa con la inscripción de su nombre. Y ya dentro, un salón donde no hay un cartel, una foto del poeta; sólo un folleto que nada anuncia, más que el propio edificio. Un auditorio con 424 butacas donde no se escuchan conciertos de música ni lecturas poéticas, ni se ven obras de teatro. Una cámara acorazada que cuelga del techo sin un documento. Una biblioteca sin un libro. Una sala de exposiciones sin cuadros ni instalaciones. Espacios para talleres donde nadie tallerea. ¿Cómo saber que efectivamente estamos en el Centro Lorca?