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Demofagia

Que está pasando en el mundo.

Cual va a ser el sentido del siglo XXI

Será la Demofagia, cuando la democracia se devora a si misma, se autoinmola, se destruye, y crea un hermoso tirano que la convierte en dictadura.

Es el signo de los tiempos, ya lo hizo Hitler, lo hizo Putin, es lo que envidia hacer Trump, por eso se llevan tan bien.

Es facil, se ganan las elecciones con mucha demagogia, después se colonizan todos los resortes del estado al precio que sea, se riega con millones la prensa y la televisión amiga, hay que desinformar con la mentira y los bulos y luego echarle la culpa a otros, Se coloniza el tribunal constitucional, las grandes empresas, los bancos,

Y se controla finalmente la judicatura, se pone en todas partes jueces amigos, fiscales amigos que hacen lo que quieres.

Y ya tienes un demafogo que se comio la democracia.

Pasó también en Venezuela, Chaves hundió la democracia, colonizó los resortes del estado y nació una nueva dictadura.

China es fuerte y una dictadura, Rusia es fuerte y una dictadura, Europa es debil 27 democracias que nunca se ponen de acuerdo. Y Estados Unidos es Trump con lo que venga. Y España? Un aprendiz de Brujo que miente, controla todo, coloniza todo y erige un muro y cuyo principal objetivo es mantenerse en el poder. ¿Le suena?

Ya sabemos lo que nos espera

Materia oscura

El destacado doctor James Kinross nos presenta el libro definitivo sobre la ciencia del microbioma, en el que nos descubre cómo su potencial puede proteger nuestra salud, nuestra inmunidad y nuestro planeta.

¿Por qué vivimos más, pero no somos más felices? 

El microbioma ―nuestro ecosistema interno de virus, bacterias y otros microbios― es de vital importancia para nuestra salud y nuestro bienestar. Nuestras madres nos lo trasmiten al nacer y luego se adapta a nosotros a medida que envejecemos; influye en nuestro estado de ánimo, determina la velocidad a la que corremos e incluso a quién elegimos como pareja. 

Sin embargo, ahora que estamos empezando a descubrir el enorme potencial del microbioma, también nos estamos dando cuenta de que está en grave peligro: la globalización de nuestras dietas, la guerra contra los virus y el mundo industrializado suponen una amenaza implacable. 

Por suerte, aún no es demasiado tarde. 

Basándose en pioneras investigaciones y en sus años de experiencia clínica, el doctor James Kinross desentraña en Materia oscura los secretos del microbioma y nos explica cómo vivir mejor y más sanos trabajando con nuestros microbios, en lugar de luchar contra ellos.

Un libro para leer, de mucho interés

El triunfo de la estupidez. Lo que no sabemos y sabe EL

Yo estoy aqui soy el amo, soy el triunfo de la mediocridad, no me conoceis, o peor nadie me conoce, ni se imaginan como me las gasto.

Soy mediocre quien lo iba a saber, que le vamos a hacer, pero estoy aqui, soy el que manda, soy el puto amo que construye con paciencia su muro, piedra a piedra, fango a fango, bulo a bulo.

Protejenos gran lider, puto amo, yo te amo.

Eres victima, de la insidia y la mentira, tu que eres el dueño de la mentira.

Ya sabes tu lo que nosotros aun no sabemos. Habla gran procer.

Todos

(Y tu estabas levantando tu muro y piedra a piedra, con sudor insidia y soberbia, mucha soberbia un muro que la historia echará sobre ti, pobrecito, el que ama una cosa y la contraria, eres el lider narcisista y enfermo de ego que tenemos y no te deploramos, esta bien que existas y se vean estas cosas, esto se estudiará en años futuros, ya se asombra con estupor en toda Europa, ya te han calado en el exterior que no te conocían, pero es tan bueno y asombroso que pasen estas cosa, no estamos aburridos, sin ti todo sería soso y futuros historiadores no se dedicarían a estudiarte, se aburrirían, que tiempos mas interesantes vivimos, que cosas se ven que emocionante adhesión al lider, que insultos a los jueces, que gran lección de democracia, o yo o el caos, que bonito)

El arte de vivir (en tiempos difíciles) Epicteto 7

Cuando recibas la representación de algún placer, al igual que con las demás representaciones, ten cuidado de no ser atrapado por ella; que te espere a ti el asunto y concédete a ti mismo un segundo. Después ten en mente estos dos momentos: aquel en el que estarás disfrutando del placer y aquel en el que, cuando ya lo hayas disfrutado, te arrepentirás y te lo reprocharás. Y a estos contraponles cómo si te abstienes te alegrarás y te aplaudirás a ti mismo. Pero si te parece que es la ocasión de emprender la acción, guárdate de no perderte en su embeleso, dulzura y atractivo; contraponle cuánto mejor es saber que has logrado esta victoria.

XXXV Cuando hagas algo después de haber tomado la decisión de hacerlo, no intentes evitar que te vean llevarlo a cabo, incluso si la mayoría se opone a ello. Pues si no estás actuando con rectitud, debes evitar la acción, pero si es con rectitud, ¿por qué temes el reproche de los que no son rectos?

XXXVI Igual que «es de día» y «es de noche» tienen gran valor como disyuntiva, pero como copulativa no valen49 , así también escoger para uno la ración más grande tendrá, en efecto, valor para el cuerpo, pero para la camaradería que hay que mantener en el banquete no lo tiene. Por lo tanto, cuando comas con otro, recuerda no solo tener en cuenta el valor para el cuerpo de lo que te sirvan, sino también mantener el respeto al anfitrión.

XXXVII Si asumiste un papel por encima de tus capacidades, obraste con torpeza, y a la vez dejaste de lado el que podrías haber representado perfectamente.

XXXVIII Igual que en los paseos procuras no pisar un clavo o no torcerte un tobillo, procura también no perjudicar tu propio principio rector. Si observamos esto en cada acción, nos aplicaremos a la acción con más seguridad.

XXXIX El cuerpo de cada uno es la medida de las posesiones como el pie lo es de la sandalia. Si te atienes a ello, guardarás la medida. Si lo superas, acabarás arrastrado inevitablemente como hacia un precipicio. Lo mismo ocurre en el caso de la sandalia: si superas lo que el pie necesita, acabarás con sandalias doradas, luego púrpura, bordadas… Pues una vez superada la medida, no hay ningún límite.

XL A las mujeres, en cuanto cumplen los catorce años, los hombres las llaman «señora». Y así ellas, viendo que no tienen ninguna otra perspectiva que acostarse con los hombres, empiezan a adornarse y a depositar todas sus esperanzas en ello. Vale, pues, la pena hacerles ver que no reciben respeto por ninguna otra cosa más que por mostrarse moderadas y decentes.

XLI Es señal de ineptitud gastar el tiempo en las cosas del cuerpo, como en hacer mucho ejercicio, en comer mucho, en beber mucho, en defecar mucho o en copular. Más bien estas cosas se han de hacer de manera accesoria, y preocuparse del todo, en cambio, del entendimiento

Treinta siglos no es nada

Treinta siglos no es nada, de Argantonio a Adolfo Suárez Versión Kindle

de Fernando Díaz Villanueva (Autor)


Treinta siglos no es nada es una Historia de España contada en pildoritas. Es una Historia de España porque va desde el legendario Argantonio al nada legendario Adolfo Suárez, y digo píldoras porque son eso mismo, píldoras, 48 para ser exactos. Puede empezar donde quiera y, luego, ir hacia atrás o hacia delante. Puede, incluso, meterse un pildorazo y dejarlo, o cuadrarse las 48 de un golpe sin efectos secundarios. Están perfectamente individualizadas, la historia empieza y termina en la píldora en cuestión. Los viajeros habituales del Metro lo sabrán apreciar.

Algunos episodios son muy famosos, como el del descubrimiento de América, mientras que otros son desconocidos pero curiosos y muy agradecidos. También hay pequeñas biografías y alguna que otra aventura digna de ser leída. Aunque yo no lo sea, le aseguro, que la Historia de España es algo serio. Primero porque es nuestra propia Historia, la de los que nos precedieron en el duro oficio de ser españoles, segundo porque es muy larga y da para mucho, y tercero porque es francamente interesante. No le falta de nada: ni guerras, ni amoríos, ni traiciones, ni gestas heroicas, ni grandes batacazos… Si tuviéramos cineastas en condiciones casi no harían más películas que las históricas, porque allí, en lo que nuestros antepasados hicieron, viven las mejores historias que un guionista pueda imaginar.

El arte de vivir (en tiempos difíciles) Epicteto 5

XXIII Si alguna vez ocurre que te vuelves hacia las cosas externas por querer agradar a alguien, que sepas que estarás quebrantando tus principios. Conténtate, pues, en todo momento, con ser un filósofo. Y si además quieres aparentar que lo eres, parécetelo a ti mismo y será suficiente.

XXIV No permitas que maquinaciones como estas te aflijan: «Me pasaré la vida sin honores y no seré nadie en ningún lado». Pues si el deshonor es un mal, no puedes estar en el mal por causa de otro, ni tampoco en la vergüenza . ¿Acaso depende de ti ser elegido para un cargo público o ser invitado a un banquete? En absoluto. ¿Entonces cómo podría esto ser un deshonor? ¿Y cómo podrías no ser nadie en ningún lado, tú que solo debes ser alguien en las cosas que dependen de ti, en las que te es posible ser de gran valor? «Pero tus amigos se quedarán desamparados.» ¿Qué quieres decir cuando hablas de «desamparados»? No recibirán tu dinero, ni los convertirás en ciudadanos romanos . ¿Pero quién te ha dicho a ti que esas cosas dependen de nosotros y que no son, más bien, asuntos ajenos? ¿Y quién podría dar a otro lo que ni él mismo posee? «Gana dinero, entonces –dirá alguien–, para que también nosotros tengamos.» Si puedo ganarlo manteniéndome decente, leal y magnánimo, enséñame el camino y lo ganaré. Pero si pretendéis que pierda los bienes que de verdad me pertenecen para que vosotros obtengáis cosas que no son bienes, ya veis hasta qué punto sois injustos e insensatos. ¿Y qué es lo que deseáis más, dinero o un amigo leal y decente? Entonces mejor ayudadme a serlo en vez de pedirme que haga las cosas que me harían perder esos bienes. «Pero mi patria, en lo que dependía de mí –dirá otro–, quedará desamparada.» Una vez más, ¿de qué ayuda hablas? No obtendrá de ti ni pórticos ni baños públicos. ¿Y qué? Tampoco recibe zapatos del herrero ni armas del zapatero. Basta con que cada uno cumpla con su cometido. Si tú eres capaz de producir otro ciudadano leal y decente, ¿acaso no le eres de utilidad? «Claro que sí.» Entonces tampoco tú mismo le habrás sido inútil. «¿Y qué puesto –dirá– ocuparé en la ciudad?» El que puedas ocupar mientras te mantengas a la vez leal y decente. Pero si queriendo serle útil pierdes estas cualidades, ¿de qué le servirás, habiéndote convertido en alguien indecente y desleal?

XXV ¿Alguien ha recibido más honores que tú en un banquete o en una recepción, o ha sido invitado a formar parte del consejo? Si esto han sido cosas buenas, debes alegrarte de que aquel los haya recibido; si han sido cosas malas, no te disgustes por no haberlos recibido tú. Y recuerda que, como no haces lo mismo que otros para obtener las cosas que no dependen de nosotros, tampoco puedes pretender los mismos resultados. ¡Cómo podría obtener lo mismo quien no llama a las puertas de otros que quien sí lo hace; quien no se arrima que quien se arrima; quien no halaga que quien halaga! Serías injusto y codicioso si quisieras poseer estas cosas sin pagar el precio por el que se venden. ¿A cuánto están las lechugas? Pongamos que a un óbolo. Pues si alguien suelta el óbolo se lleva las lechugas. Tú, como no lo has soltado, no te las llevas. Pero no creas que tienes menos que el que se las lleva: él tiene sus lechugas y tú el óbolo que no has gastado. Del mismo modo sucede también en nuestro asunto. ¿No te han invitado al banquete de alguien? Eso es porque no le has pagado al anfitrión el precio al que vende la cena. La vende por halagos. La vende por atención. Dale, pues, si te merece la pena, el precio que exige. Pero si no quieres pagarle y aun así quieres recibir esas cosas, eres un codicioso y un necio. ¿Acaso no tienes nada en lugar de esa cena? Tienes el no haber halagado a quien no querías, y el no haber tenido que aguantar mecha delante de su puerta.

XXVI Podemos conocer la voluntad de la naturaleza partiendo de aquellas cosas en las que no discrepamos los unos de los otros. Por ejemplo, cuando el esclavo de otro rompe una copa, pronto estamos dispuestos a decir «son cosas que pasan». Por tanto, debes saber que cuando se rompa la tuya has de comportarte igual que cuando se rompió la de otro. Y aplica esto también a las cosas más graves. ¿Ha muerto el hijo o la mujer de otro? Nadie habrá que no diga: «es el destino humano» . Pero cuando es el hijo de uno mismo el que muere, al momento dice: «¡Ay de mí, qué desgraciado soy!». Deberíamos recordar entonces lo que sentimos cuando escuchamos eso mismo de otros.

XXVII Así como no colocamos una diana para fallar el tiro, así tampoco hay en el cosmos una naturaleza del mal.

XXVIII Si alguien entregara tu cuerpo al primero que pase, te enfurecerías; pero tú entregas tu mente a cualquiera, pues basta con que cualquiera te insulte para que te perturbes y te confundas. ¿No te da vergüenza esto?