DEDICATORIA AL MISMO SANTO
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DIVINO JOSÉF: SI SON |
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vuestras glorias tan inmensas, |
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que ignorándolas ninguno, |
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no hay alguno que las sepa |
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—pues aunque es notoria a todos |
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vuestra Dignidad suprema, |
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se sabe que es grande, pero |
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no se mide su grandeza—, |
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el no saber yo decir |
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de Vos lo que nadie acierta, |
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será sobra del asunto, |
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no del cariño tibieza. |
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Recibid éste; y ya que |
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por indigno no merezca |
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atenciones de tributo |
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ni aceptaciones de ofrenda, |
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al menos merezca ser |
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índice de una fineza |
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que piensa de vuestras glorias |
20 |
todo aquello que no piensa, |
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Vuestra esclava, aunque indigna,
Juana Inés de la Cruz |
PRIMERO NOCTURNO
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VILLANCICO I
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Estribillo
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Coro 1.—¡AY, AY, AY, CÓMO EL CIELO SE ALEGRA! |
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Coro 2.—Mas ¡ay, ay, ay, que se queja la Tierra! |
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¡Ay, cómo gime, |
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1.—¡Ay, cómo suena, |
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2.—llorosa, |
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1.—festivo, |
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el Cielo! |
|
2.—la Tierra! |
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¡Ay, que se queja! |
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1.—¡Ay, que se alegra! |
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1.—El Cielo se alegra de que a José goza. |
10 |
2.—Y porque lo pierde la Tierra, lo llora. |
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1.—Llore en buen hora, |
|
que el Cielo se alegra. |
|
2.—¡Ay, ay, ay, que se queja la Tierra! |
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1.—Mas ¡ay, ay, ay, que el Cielo se alegra! |
Coplas
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|
2.—Como aun después de su muerte |
|
la Tierra lo poseía, |
|
y guardado lo tenía |
|
en su calabozo fuerte, |
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siente más perder la suerte |
20 |
cuando tanto bien la deja. |
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¡Ay, que se queja! |
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1.—Como el Cielo carecía |
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la ventura de tenerlo, |
|
cuando llega a poseerlo |
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es más grande su alegría, |
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y con dulce melodía |
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se da a sí la enhorabuena. |
|
¡Ay, cómo suena! |
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2.—Ella dice: Siempre ha sido |
30 |
mío, pues yo le crïé, |
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Vara fértil de José |
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que de mi vientre ha nacido; |
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y así, el corazón herido |
|
me queda, al ver que se aleja. |
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¡Ay, que se queja! |
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1.—Más a mí me pertenece, |
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pues tan Ángel se mostró, |
|
que nunca a hablarle llegó |
|
ninguno que Ángel no fuese; |
40 |
ni que voz humana oyese |
|
ni aun en medio de su pena. |
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¡Ay, cómo suena! |
VILLANCICO II
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Coplas
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SI MANDA DIOS EN SU LEY, |
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que al que sin hijos acabe, |
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por el más cercano deudo |
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vuelva su nombre a excitarse, |
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porque los hijos que engendre |
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el nombre y las heredades |
|
gocen del difunto, como |
|
hijos suyos naturales, |
|
y que aunque otro los engendre, |
10 |
de los difuntos se llamen, |
|
los naturales cediendo |
|
el derecho a los legales: |
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si es José Virgen y Puro, |
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y el Virgen no vive en carne, |
|
muerto está al mundo y bien puede |
|
como muerto reputarse. |
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Pues ¿quién le podrá suplir |
|
la infecundidad, si nadie |
|
es digno de engendrar hijos |
20 |
que suyos puedan llamarse? |
|
¡Oh grandeza sin medida, |
|
que sólo el Eterno Padre |
|
le da su natural Hijo |
|
para que suyo lo llame, |
|
porque si por Virgen quiere |
|
de la sucesión privarse, |
|
se aventaje su Progenie |
|
con infinitos quilates! |
|
Sépase, pues, de José, |
30 |
que es su perfección tan grande, |
|
que para ser Hijo suyo, |
|
sólo Cristo fue bastante. |
Estribillo
|
|
¡Pues los Ángeles todos sus glorias canten, |
|
que no es mucho, si Cristo le llama Padre! |
VILLANCICO III
|
Estribillo
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1.—¿QUIÉN OYÓ? ¿QUIÉN OYÓ? ¿QUIÉN MIRÓ? |
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¿Quién oyó lo que yo: |
|
que el Hombre domine, y obedezca Dios? |
|
¿Quién oyó? ¿Quién oyó lo que yo? |
Coplas
|
|
2.—Yo lo vi en Moisés, |
|
cuando revocó |
|
la sentencia, porque Moisés lo pidió. |
|
1.—¡No, no, no, no, no, |
10 |
que es el que yo digo |
|
prodigio mayor! |
|
Que allí, de Piadoso |
|
concedió perdón; |
|
pero aquí, Obediente |
|
mostró sujeción. |
|
3.—Yo lo vi en Josué |
|
cuando al Sol paró: |
|
que a la voz del hombre |
|
Dios obedeció. |
20 |
1.—¡No, no, no, no, no, |
|
que es la que yo digo |
|
merced superior! |
|
Que allí, paró sólo |
|
el material Sol |
|
y aquí, el de Justicia |
|
su luz sujetó. |
|
4.—También nos lo dice |
|
de Acaz el Reloj, |
|
en que el Sol las líneas |
30 |
diez retrocedió. |
|
1.—¡No, no, no, no, no, |
|
que es ésta, señal |
|
de mayor primor! |
|
Y así sólo puede |
|
ser demostración |
|
de conceder, ésa |
|
de obedecer, no. |
|
5.—Yo lo vi en la lucha |
|
que tuvo Jacob: |
40 |
donde Dios vencido, |
|
y él fué vencedor. |
|
1.—¡No, no, no, no, no, |
|
que en la que yo digo |
|
hubo más valor! |
|
Pues Jacob, herido |
|
de la lid salió; |
|
y éste, sin la lid |
|
consiguió el blasón. |
|
6.—Yo lo vi en Elías, |
50 |
cuando descendió |
|
a su voz, del Cielo, |
|
fuego abrasador. |
|
1.—¡No, no, no, no, no, |
|
que es el que yo digo |
|
más divino ardor! |
|
Que allí, bajó solo |
|
fuego de furor; |
|
y aquí, bajó Fuego |
|
del Divino Amor. |
60 |
Tod.—Pues ¿quién puede ser |
|
tan grande Varón, |
|
que de los Mayores |
|
celebras Mayor? |
|
1.—José, de quien ésos |
|
sólo tipos son, |
|
pues excede a todos |
|
en la perfección. |
|
¿Quién oyó? ¿Quién oyó lo que yo: |
|
que el hombre domine, |
70 |
y obedezca Dios? |
SEGUNDO NOCTURNO
|
VILLANCICO IV
|
|
SI EN PENA A ZACARÍAS |
|
se le da, de la duda |
|
que al anuncio del Ángel |
|
puso, respecto de su edad caduca, |
|
que en prisión de silencio |
|
quede su lengua muda, |
|
y hasta que la Voz nace, |
|
la suya ni desata ni articula: |
|
¿por qué calla José, |
10 |
sin verse, en la lectura |
|
de la Sagrada Historia |
|
ni una palabra sola que él pronuncia? |
|
Mas ay, aquél por pena, |
|
y éste calla de industria, |
|
siendo mérito en uno |
|
la señal misma que, en el otro, culpa. |
|
Por padre de la Voz, |
|
aquél la voz añuda; |
|
y por Padre del Verbo |
20 |
éste, el hablar otra palabra excusa. |
|
Pues calle, en hora buena, |
|
de José la mesura, |
|
pues sólo el Verbo Eterno |
|
es la que tiene por Palabra suya. |
|
Virgen y silencioso, |
|
ni halaga ni fecunda |
|
el tálamo, de prole, |
|
ni el aire, de sus ecos con dulzuras. |
|
Pues virtud tan austera, |
30 |
bien merece que supla |
|
Dios su falta, y que Él sólo |
|
Sucesión y Palabra substituya. |
Estribillo
|
|
¡Y así, todos entiendan que José calla |
|
porque el Verbo Divino es su Palabra! |
VILLANCICO V
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|
CUALQUIERA VIRGEN INTACTO |
|
es Virgen sólo una vez; |
|
pero el ser Virgen dos veces, |
|
sólo es lauro de José. |
|
Pues cualquiera Virgen, guarda |
|
sola en sí su candidez; |
|
mas José la guarda en sí |
|
y en la que su Esposa es. |
|
El tener Dios Madre Virgen |
10 |
le debe: pues a merced |
|
lo fue de José, cediendo |
|
su matrimonial poder. |
|
Pues siendo suya María |
|
y siendo Virgen por él, |
|
no es sólo Virgen en sí, |
|
sino en su Esposa también. |
|
Cedió el derecho que pudo |
|
lícitamente tener, |
|
por enlazar en sus triunfos |
20 |
la Palma con el Laurel. |
|
Si la mujer buena al hombre |
|
se le da, porque obra bien, |
|
¿cuál será la dignidad |
|
que mereció tal Mujer? |
|
¡Oh Virgen, de los demás |
|
sacro coronado Rey, |
|
que dos holocaustos puros |
|
ofreces en una fe! |
Estribillo
|
|
¡Pues supiste Coronas dobles tener, |
30 |
haz que participemos de tanto bien! |
VILLANCICO VI
|
Estribillo
|
|
1.—DIOS Y JOSÉF APUESTAN. |
|
2.—¿Qué? ¿Qué? ¿Qué? |
|
1.—Oigan a Dios, oigan; |
|
Oigan a José, |
|
que aunque es hombre, se pone |
|
a cuentas con Él; |
|
y no sé cuál alcanza, |
|
pero sólo sé |
|
que Dios gusta de que |
10 |
le alcance José. |
|
¡Dios y Joséf apuestan! |
|
2.—¿Qué? ¿Qué? ¿Qué? |
|
1.—¡Que aunque es hombre, se pone |
|
a cuentas con Él! |
Coplas
|
|
1.—Dios y José, parece |
|
que andan a apuesta |
|
sobre cuál ejecuta |
|
mayor fineza. |
|
2.—Dios le dice: Yo te hago |
20 |
feliz Esposo |
|
de la que aclaman Reina |
|
los altos Coros |
|
1.—José dice: Yo pago |
|
con que a esa mesma |
|
Señora, aunque es Casada, |
|
guardo Doncella. |
|
2.—Dios le dice: Ese obsequio |
|
es bien te premie |
|
con que, después del Parto, |
30 |
Virgen te quede: |
|
1.—Yo, de tener progenie |
|
quise privarme, |
|
para que Tú tuvieses Virgen por Madre. |
|
2.—Yo, para compensarte |
|
ese servicio, |
|
hice que tener puedas |
|
a Dios por Hijo. |
|
1.—Yo fui a la voz del Ángel |
40 |
tan obediente, |
|
que mi respuesta sola |
|
fue obedecerte. |
|
2.—Yo pago con ventajas |
|
esa fineza, |
|
sujetando a ti toda |
|
mi Omnipotencia. |
|
1.—Yo a tu Madre Sagrada |
|
guardé el decoro, |
|
que es la mayor fineza |
50 |
para un celoso. |
|
2.—Yo te hice el beneficio |
|
de asegurarte, |
|
que es, a quien tiene celos, |
|
el Bien más grande. |
|
1.—Yo te di, para Madre, |
|
mi misma Esposa. |
|
2.—Yo, para Esposa tuya, |
|
mi Madre propia. |
|
1.—Luego ninguno alcanza, |
60 |
pues en la cuenta |
|
tanto vale la paga |
|
como la deuda. |
TERCERO NOCTURNO
|
VILLANCICO VII
|
|
¿POR QUÉ NO DE SIMPLE VIRGEN, |
|
sino ligada a la unión |
|
del Matrimonial consorcio, |
|
el Hijo de Dios nació? |
|
Pregunta, y da la respuesta, |
|
aquel Máximo Doctor, |
|
Padre de la Iglesia, y Padre |
|
de mi sacra Religión. |
|
Tres razones da, y la cuarta |
10 |
dice que Ignacio añadió; |
|
y aunque todas las venera |
|
reverente mi atención, |
|
yo la quinta he de añadir |
|
en honra de mi Patrón, |
|
pues será a favor de todos, |
|
si es razón a su favor. |
|
Digo, que fue por premiar |
|
de José la perfección, |
|
pues sólo era digno premio |
20 |
el llamarlo Padre, Dios. |
|
Por darle tal dignidad, |
|
a su Madre desposó; |
|
que mérito tan gigante, |
|
no pide premio menor. |
Estribillo
|
|
Pues cásese en buena hora |
|
de Dios la Madre, |
|
porque José, del Verbo, |
|
Padre se llame. |
VILLANCICO VIII.—ENSALADA
|
Introducción
|
|
LOS QUE MÚSICA NO ENTIENDEN |
|
oigan, oigan, que va allá |
|
una cosa, que la entiendan |
|
todos, y otros muchos más. |
|
¡Tris, tras; |
|
oigan, que, que, que allá va! |
JÁCARA
|
|
Va una Jácara de chapa; |
|
atención, señores guapos, |
|
y no faltará quien diga |
10 |
que van las coplas de mazo. |
|
Dígalo, que allá la Historia |
|
dirá si es pedrada o palo, |
|
y verán cómo son golpes |
|
los que parecen porrazos. |
|
Érase un buen Carpintero |
|
de éstos que labran en blanco, |
|
el cual, como voy diciendo; |
|
por Dios, que se me ha olvidado. |
|
Doyme un golpe en la mollera: |
20 |
¡oiga! ¿como qué? ¿burlamos? |
|
¿Olvido a mí, que los vendo? |
|
Doyme otra vez: lindo chasco. |
|
Digo, pues (ya me acordé), |
|
que este Oficial afamado |
|
nunca gustó de colores, |
|
por lo que tienen de engaños. |
|
Verdad es, que en su Obrador |
|
estaba un rico Sagrario |
|
con un Niño que no tuvo |
30 |
igual, de bien Encarnado. |
|
Pero Éste no lo hizo él, |
|
sino que era de un Maestrazo, |
|
que por una cierta deuda |
|
le dejó el Niño empeñado. |
|
Pues como les voy diciendo, |
|
era éste un hombre tan Santo, |
|
que eran fiestas para el Cielo |
|
los días de su trabajo. |
|
Viene Dios, y ¿qué hace? Viendo |
40 |
un proceder tan honrado, |
|
entrégale la tutela |
|
de un muy rico Mayorazgo. |
|
Y hele aquí Tutor de Dios, |
|
sin saber cómo ni cuándo: |
|
miren, si es Dios su Menor, |
|
cómo será su tamaño. |
|
Vino Dios con esto a verlo, |
|
porque (ya verán), tratando |
|
con los bienes del Menor, |
50 |
se puso en muy buen estado. |
|
Mas, como suelen decir |
|
que no hay dulce sin sus agrios, |
|
viene la Justicia y echa |
|
sobre los bienes embargo. |
|
Porque a una fïanza antigua |
|
estaba el tal obligado, |
|
y renunció al obligarse |
|
las exenciones de Hidalgo. |
|
Y así, porque no le prendan, |
60 |
parte a Egipto desterrado, |
|
porque se cumpla que el Hijo |
|
sea de Egipto llamado. |
|
(¿Ven ustedes? Pues aquesto |
|
no lo saco de mis cascos |
|
que está de letra de molde, |
|
con Fe de cuatro Escribanos.) |
|
Vuelve, y piérdesele el Niño |
|
entre ciertos mentecatos: |
|
porque la Sabiduría |
70 |
no se perdiera entre sabios. |
|
Cátense aquí a mi Tutor |
|
todo pena y sobresaltos, |
|
por saber que ha de morir |
|
su Menor ajusticiado. |
|
¡Par Dios, por cantar los gozos, |
|
los dolores he cantado! |
|
Pero en cantando los unos, |
|
ya me entiende con quien hablo. |
|
Señores Tutores, cuenta, |
80 |
los que son albaceazgos: |
|
si así le fue al que era bueno, |
|
¿cómo les irá a los malos? |
Juguete
|
|
1.—Oigan una duda de todo primor. |
|
2.— Pregunte, señor Doctor. |
|
1.—Aquí a los niños veremos |
|
que en la Capilla tenemos, |
|
y premiaré al que acertare |
|
lo que yo le preguntare. |
|
Tod.—Pues pregúntenos usté. |
90 |
1.—¿Cuál oficio San José |
|
tiene? |
|
2.—Si en eso topó, |
|
a lo que imagino yo, |
|
tuvo oficio de Pastor |
|
de un rebaño superior; |
|
pues el Cordero Pascual, |
|
y otro tal |
|
que en Egipto repartieron, |
|
todos fueron |
|
figuras de Él que él guardó, |
100 |
y el que vio |
|
para víctima Abrahán, |
|
pues que Juan |
|
lo enseñó por Salvador: |
|
y así José fue Pastor |
|
sin igual. |
|
3.—¡No fue tal! |
|
2.—¡Sí fue tal! |
|
3.—¡No fue tal! |
|
1.— Pues ¿qué fue? |
|
3.—Fue Labrador |
|
de la Semilla mejor, |
|
pues en solamente un grano |
110 |
guardó aquel Pan soberano, |
|
a quien figura el que a Elías |
|
tantos días |
|
sustentó, y el de Habacuc, |
|
y de Ruth |
|
las espigas, y la alteza |
|
de la Mesa |
|
del Pan de Proposición, |
|
y el blasón |
|
con que José fue exaltado |
120 |
y llamado |
|
en Egipto Salvador; |
|
y así, aquéste es Labrador |
|
de caudal. |
|
4.—¡No fue tal! |
|
3.—¡Sí fue tal! |
|
4.—¡No fue tal! |
|
3.—Pues ¿qué fue? |
|
4.—Fue Carpintero |
|
(a mi entender) todo entero, |
|
sin tener más embarazo |
|
que su nivel y su mazo, |
|
su juntera y su cepillo, |
130 |
su martillo, |
|
tenazas y cartabón, |
|
su formón, |
|
su azuela, sierra y barrena |
|
muy buena, |
|
su escoplo, escuadra y su vara, |
|
para |
|
quizá labrar el primero |
|
el Madero |
|
(Remedio de nuestro mal) |
140 |
|
|
1.—¡No fue tal! |
|
4.—¡Sí fue tal! |
|
1.—¡No fue tal! |
|
2.—Pues si es que alguno ha acertado, |
|
denle el premio que ha ganado. |
|
1.—¡Eso no, |
|
que ninguno lo acertó! |
|
Tod.—Pues, digo ¿qué oficio fue |
|
el que tiene San José? |
|
1.—Si oírlo quieren de mí, |
|
¿danse por vencidos? |
|
4.—Sí; |
150 |
¡dígalo ya! |
|
1.—Que me place: |
|
Oficio es de Prima Clase |
|
con el Rito más solemne, |
|
el que tiene; |
|
porque es de España blasón |
|
ser Patrón, |
|
su Protector y Abogado |
|
muy amado. |
|
4.—Par Dios, que en ello no dimos; |
160 |
y es que al instante nos fuimos |
|
a que el Santo fue Oficial. |
|
—¡No fue tal! |
|
—¡Sí fue tal! |
|
—¡No fue tal! |
INDIO
|
|
Yo también, quimati Dios, |
|
mo adivinanza pondrá |
|
que no sólo los Dotore |
|
habla la Oniversidá. |
|
Cor.—¡Ja, ja, ja! |
|
¿Qué adivinanza será? |
|
Ind.—¿Qué adivinanza? ¿Oye osté? |
170 |
¿Cuál es mejor San José? |
|
1.—¡Gran disparate! |
|
2.—¡Terrible! |
|
Si es uno, ¿cómo es posible, |
|
que haber pueda otro mejor? |
|
Ind.—Espere osté, so Doctor: |
|
¿no ha visto en la Iglesia osté |
|
junto mucho San José, |
|
y entre todos la labor |
|
de Xochimilco es mijor? |
|
1.—Es verdad. |
|
Cor.—¡Ja, ja, ja, ja! |
180 |
¡Bien de su empeño salió! |
NEGRO
|
|
—Pues, y yo |
|
también alivinalé; |
|
lele, lele, lele, lele, |
|
¡que pulo ser Neglo Señol San José! |
|
1.—¿Por dónde esa línea va? |
|
Neg.—Pues ¿no pulo de Sabá |
|
telé algún cualteló? |
|
Que a su Parre Salomó |
|
también eya fue mujel: |
190 |
¡lele, lele, lele, lele! |
|
¡que por poca es Neglo Señol San José! |
PARA LA MISA
|
VILLANCICO IX.—A LA EPÍSTOLA
|
Estribillo
|
|
1.—SANTO TOMÁS DIJO |
|
que ver y creer. |
2 |
.—Pero José dice: |
|
¡Creer y no ver! |
Coplas
|
|
Tomás, del sentido |
|
se dejó vencer, |
|
para dar asenso |
|
a aquello que ve. |
|
Ver y creer. |
10 |
Mas José, que sólo |
|
asiente a la Fe, |
|
ve el Vientre a María |
|
como que no ve. |
|
Creer y no ver. |
|
Para creer, Tomás |
|
quiere prueba hacer |
|
de un Cuerpo sensible |
|
a un Inmenso Ser. |
|
Ver y creer. |
20 |
Joséf en sus ojos |
|
tiene tal poder, |
|
que viendo un Preñado, |
|
duda cómo es. |
|
Creer y no ver. |
|
Mas Dios, que los genios |
|
encontrados ve, |
|
de aqueste formal, |
|
material de aquél; |
|
a ellos se adaptó, |
30 |
por satisfacer |
|
a Tomás con Carne, |
|
con Voz a José. |
|
A Tomás le muestra |
|
sus Llagas, porque |
|
viendo un Cuerpo, crea |
|
que es Dios el que ve. |
|
Ver y creer. |
|
Mas Joséf en todo |
|
es tan al revés, |
40 |
que porque crea un Cuerpo, |
|
le habla un Dios por Fe. |
|
¡Creer y no ver! |
VILLANCICO X.—AL OFERTORIO
|
Estribillo
|
|
QUEDITITO, AIRECILLOS; |
|
no, no susurréis: |
|
mirad que descansa |
|
un rato José. |
|
No, no, no os mováis; |
|
no, no, no silbéis: |
|
quedito, pasito, |
|
que duerme José. |
Coplas
|
|
Para no ver el Preñado, |
10 |
José, que le daba enojos, |
|
de María, los dos ojos |
|
ha cerrado. |
|
Contra su vista severo |
|
dijo airado, porque vía: |
|
¿Testigos contra María? |
|
No los quiero. |
|
Si dicen que en el empleo |
|
de mi Esposa falta fe, |
|
nunca estoy más ciego que |
20 |
cuando veo. |
|
Ya que en llanto no se aneguen |
|
porque a tanto se atrevieron, |
|
ojos que contra ella fueron, |
|
luego cieguen. |
|
Viendo Dios que eran despojos |
|
sus ojos, de su sentir, |
|
hízole dormido abrir |
|
tantos ojos. |
|
Hablóle un Ángel glorioso, |
30 |
porque solo pudo ser |
|
bastante a satisfacer |
|
a un celoso. |
VILLANCICO XI.—AL ALZAR
|
Estribillo
|
|
¡AY QUÉ PRODIGIO! |
|
¡Ay qué portento! |
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¡Vengan a verlo todos, |
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vengan a verlo! |
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Que si, a todos, los celos |
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quitan el sueño, |
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a mi Joséf el sueño |
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quita los celos. |
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Celos con sueño, |
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sueño con celos, |
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en Joséf solamente |
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no son opuestos. |
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¡Vengan a verlo! |
Coplas
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¡Cuán contrario que anda Dios |
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del orden natural nuestro, |
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pues hace incierta la vista, |
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haciendo verdad el sueño! |
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Despierto Joséf ignora, |
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y dormido sabe: luego |
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duerme cuando está velando, |
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vela cuando está durmiendo. |
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Si considera, dormido, |
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y alcanza tales Misterios, |
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¿si a esto le llaman dormir, |
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a cuál llamarán desvelo? |
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Mas ¡ay, que duerme celoso, |
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y el cuidado de los celos! |
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sólo admite de dormido |
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la semejanza de muerto! |
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Si Dios le ha de asegurar |
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de la Encarnación del Verbo |
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¿por qué no llega el aviso |
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antes de temer el riesgo? |
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¿Es, acaso, por probarlo |
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con el dolor más acerbo, |
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porque más tormentos pase |
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quien ha de gozar más premio? |
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No es sino quererle hacer |
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su dechado verdadero, |
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participándole Dios |
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de sus mesmos sentimientos. |
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El sentimiento de Dios |
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eran celos de su Pueblo; |
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y cuando los tiene Dios, |
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no está José bien sin ellos. |
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Pues sienta él entre los Santos |
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solamente este tormento; |
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que es Padre de Cristo, y debe |
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parecerse al Padre Eterno. |
VILLANCICO XII.—AL “ITE MISSA EST”
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Estribillo
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¡OIGAN LA FINEZA, QUE DIOS QUIERE HACER |
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en la ostentación de su gran Poder! |
Coplas
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A poder Dios hacer otro |
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Dios, tan bueno como Él, |
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a lo que imagino yo, |
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hiciera sólo a Joséf: |
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y se ve, |
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pues en cuanto pudo |
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le dio su Poder. |
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Pero entonces, imagino |
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que no fuera la merced |
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tan grande, siendo su igual, |
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de quererlo obedecer |
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pues más fue, |
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siendo Joséf hombre, |
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sujetarse a él. |
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Más sustentaba que Dios, |
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a mi modo de entender, |
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pues Dios lo sustenta todo, |
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y él daba a Dios de comer; |
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y tuvo, a fe, |
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súbditos mejores, |
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pues que Dios lo fue. |
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¡Válgame Dios, los primores |
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que nuestro Dios sabe hacer! |
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¡Que toda nuestra grandeza |
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venga de la pequeñez, |
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y que esté |
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nuestro ser, por bajo, |
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en tal alto Ser! |
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Yo no entiendo tan gran Santo; |
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de mí solamente sé |
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que desde luego detesto |
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lo que no sonare bien; |
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y estaré |
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a lo que corrija |
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Nuestra Santa Fe. |