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Villancicos 5 Sor Juana

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ASUNCIÓN, 1679

Villancicos que se cantaron en la Santa Iglesia Metropolitana de Méjico, en honor de María Santísima, Madre de Dios, en su Asunción Triunfante, y se imprimieron año de 1679.

DEDICATORIA

a la Reina del Cielo, María Santísima, concebida en gracia desde el primer instante de su ser.

HOY, VIRGEN BELLA, HA QUERIDO
a vuestros pies mi afición
ofrecer el mismo don
que de Vos he recibido.
Dadle, Señora, la mano:
pues si bien se considera,
aunque es la ofrenda grosera,
el afecto es cortesano.
El talento que he tenido,
10 traigo: recibid de grado
esto poco que he logrado,
y perdonad lo perdido.
En Vos, no en mí, acertar fío:
con que a todo el mundo muestro
que si hay algo bueno, es vuestro,
y todo lo malo es mío.

PRIMERO NOCTURNO

VILLANCICO I

DE TU LIGERA PLANTA
el curso, Fénix rara,
pára, pára;
mira que se adelanta,
en tan ligero ensayo,
a la nave, a la cierva, al ave, al rayo.
¿Por qué surcas ligera
el viento transparente?
Tente, tente,
10 consuélanos siquiera;
no nos lleves contigo
el consuelo, el amparo, el bien y abrigo.
Todos los elementos
lamentan tu partida;
mida, mida
tu piedad sus lamentos:
oye en humilde ruego
a la tierra, a la mar, al aire, al fuego.
Las criaturas sensibles
20 y las que vida ignoran,
lloran, lloran
con llantos indecibles,
invocando tu nombre,
el peñasco, la planta, el bruto, el hombre.
A llantos repetidos,
entre los troncos secos,
ecos, ecos
dan a nuestros gemidos,
por llorosa respuesta,
30 el monte, el llano, el bosque, la floresta.
Si las lumbres atenta
hacia el suelo volvieras,
vieras, vieras,
qué triste se lamenta
con ansia lastimosa
el pájaro, el cristal, el pez, la rosa.
Mas con ardor divino
ya rompiendo las nubes,
subes, subes,
40 y en solio cristalino
besan tus plantas bellas
el Cielo, el Sol, la Luna, las Estrellas.
Ya Espíritus dichosos
que el Olimpo componen,
ponen, ponen
a tus pies generosos,
con ardientes deseos,
coronas, cetros, palmas y trofeos.
No olvides, pues, Gloriosa,
50 al que triste suspira;
mira, mira
que ofreciste piadosa
ser, de clemencia armada,
auxilio, amparo, Madre y Abogada.
Estribillo
¡Sonoro clarín del viento,
resuene tu dulce acento,
toca, toca:
Ángeles convoca,
y en mil Serafines
60 mil dulces clarines
que, haciéndole salva,
con dulces cadencias saluden el Alba!

VILLANCICO II.—LATINO Y CASTELLANO

Divina Maria,
rubicunda Aurora,
matutina Lux,
purissima Rosa.
Luna, quae diversas
ilustrando zonas,
peregrina luces,
eclipses ignoras.
Angelica Scala,
10 Arca prodigiosa,
pacifica Oliva,
Palma victoriosa.
Alta mente culta,
castissima Flora,
pensiles foecundas
candida Pomona.
Tu, quae coronando
conscientias devotas,
domas arrogantes,
20 debiles confortas.
Dominando excelsa,
imperando sola,
felices exaltas
mentes, quae te adorant.
Tu sustentas, pia,
gentes quae te implorant,
dispensando gratias,
ostentando glorias.
Triumphando de culpa,
30 tremenda Belona,
perfidas cervices
dura mente domas.
Thalamos empyreos
ornas deliciosa,
amando innocentes,
discordes conformas.
Tristes te invocamus:
concede, gloriosa,
gratias quae te illustrant,
40 dotes quae te adornant.
Estribillo
¡Vive, triumpha, tranquilla, quando te adorant Seraphines cantando perpetuas glorias!

VILLANCICO III

DE HERMOSAS CONTRADICCIONES
sube hoy la Reina adornada:
muy vestida para pobre,
para desnuda, muy franca.
Con oposiciones bellas,
como Salomón la canta,
muy morena para hermosa;
para negra, muy sin mancha.
Del Cielo y tierra extranjera,
10 en ambas partes la extrañan:
muy mujer para Divina,
muy Celestial para humana.
La Naturaleza misma
duda que pudo formarla:
muy fecunda para Virgen,
muy Pura para casada.
Con admiración en ella
se ve la Ley derogada:
muy humilde para Reina,
20 muy exenta para Esclava.
Por su Caudillo la tienen
las celestiales escuadras,
para combatir, muy tierna;
para niña, muy armada.
La dignidad de que goza,
con su modestia batalla:
para mandar, muy pequeña;
para humillarse, muy alta.
Modestamente renuncia
30 los fueros que más la ensalzan:
muy Noble para pechera;
muy sujeta para Hidalga.
Une en sus divinos ojos
al temor la confïanza:
muy terrible para hermosa;
para espantar, muy amada.
Colocada en el Empíreo,
es la celestial morada
corto Solio a su grandeza;
40 a su humildad, mucho Alcázar.
Estribillo
¡Serafines alados, cantad la gala
a la Reina, que sube llena de gracias:
que, cuando contradicciones
componen sus perfecciones,
para adornarla,
variedades la visten, y nunca es varia!

SEGUNDO NOCTURNO

VILLANCICO IV

LA ASTRÓNOMA GRANDE,
en cuya destreza
son los silogismos
demostraciones todas y evidencias;
La que mejor sabe
contar las Estrellas,
pues que sus influjos
y sus números tiene de cabeza;
La que de las líneas
10 tiene más destreza,
pues para medirlas
tiene el ejemplo en sí de la más recta,
no forma astrolabios,
pues para más cierta
cantidad, se sirve
de los círculos mismos de la Esfera.
Ella hace, en los Signos,
que Cancro no muerda,
que el León no ruja
20 ni el veneno nocivo Escorpión vierta.
De benigno aspecto
es Luna serena,
con que crisis hizo
de su achaque letal Naturaleza.
De eclipse y menguantes
vive siempre ajena,
pues de su epiciclo
ni el Sol se aparta, ni la sombra llega.
Signo fué de Virgen,
30 pues entrando en Ella
el Sol de justicia,
conservó intacta virginal pureza:
en el cual, conjuntas
las Naturalezas
Divina y Humana,
causó en el Cielo la aperción de puertas.
Sus figuras fueron,
antes que naciera,
las Abigaíles,
40 las Saras, las Judithas y Rebecas.
Hoy las dignidades
goza de Planeta,
pues su gaudio y solio,
exaltación y casa, es una mesma.
Cuya planta, cuando
la eclíptica huella,
juntándose al Sol,
se exalta del Dragón en la cabeza,
ya, acabado el curso,
50 en su Casa entra:
de donde reparte
influjos saludables a la tierra.
Estribillo
¡Vengan a verla todos, vengan, vengan:
que sin compases hoy, globos, ni reglas,
mensura las alturas con sus huellas!

VILLANCICO V

Ista, quam omnibus
Caelis mirantibus,
Virginem credimus,
foecundam canimus;
Ista, quae plurimis
ornata laudibus,
se ostendit minimam,
Maxima plauditur;
Ista, quae dulciter
10 lactavit Parvulum,
quem Caeli culmina
adorant Maximum;
Quae fortis superat
serpentem callidum,
qui saevus imperat
obscuro Barathro,
dum petit lucida
Caelicum atrium,
strident cardines,
20 et ianua panditur.
Textum sideribus
induta pallium,
ornatum floribus
et rorans balsamo,
fecit ad Superos
felicem transitum:
penetrat inclita
Caelorum aditum.
Felix Empyreum
30 occupat thalamum,
vbi dignissimam
accipit laurum.
Sed satis dedimus
Virgini carminum;
iam satis lusimus
rustico calamo.
Estribillo
¡Gaudete, Caeli; exultet Angelus,
et omnes novum canamus canticum!

VILLANCICO VI

—¡PLAZA, PLAZA, QUE SUBE VIBRANDO RAYOS!
—¿Cómo? ¿Qué? —¡Aparten digo, y háganle campo¡
¡Ábate allá, que viene, y a puntillazos
le sabrá al Sol y Luna romper los cascos!

JÁCARA

Aquella Mujer valiente,
que a Juan retirado en Patmos,
por ser un Juan de buen alma,
se le mostró en un retrato;
la que por vestirse, al Sol,
10 luciente Sardanapalo,
en la rueca de sus luces
le hace hilar sus mismos rayos;
la que, si acaso se arrisca
la Dïana de los campos
a competirle en belleza,
la meterá en un zapato;
para quien son los reflejos
de los más brillantes astros,
cintillas de resplandor
20 con que teje su tocado;
la que a todo el Firmamento
con su luciente aparato,
no le estima en lo que pisa,
porque ella pisa más alto;
la que si compone el pelo,
la que si se prende el manto,
no tiene para alfileres
en todo el Cielo estrellado;
para quien las hermosuras
30 que más el Mundo ha estimado,
no sólo han sido dibujos,
pero ni llegan a rasgos;
el término de lo lindo,
el cómo de lo bizarro,
el hasta aquí de belleza,
y el más allá de milagro.
¡No es nada! De sus mejillas
están, de miedo temblando,
tamañitos los Abriles,
40 descoloridos los Mayos.
¡Los ojos! Ahí quiero verte,
Solecito arrebolado!
Por la menor de sus luces
dieras caballos y carro.
Pues a la boca, no hay símil
que venga con quince palmos:
que es un pobrete el Oriente
y el Occidente un menguado.
¿Qué más quisiera el jazmín
50 que andarse, paso entre paso,
apropiándose en su rostro
entre lo rojo lo blanco?
De las demás perfecciones
al inmenso Mare Magnum,
cíñalas la admiración,
si hay ceñidor para tanto.
Este pues, terror hermoso,
este valeroso pasmo,
este refulgente asombro,
60 y este luminoso espanto,
lo que hay de la tierra al Cielo,
con espíritu alentado,
por ser poco para un vuelo
quiere medir con un salto.
Entre, Bendita de Dios,
en el Celestial Palacio;
que entrar y salir, es cosa
en que yo ni entro ni salgo.
Otro pinte cómo rompe
70 los celestiales tejados;
que yo solamente puedo
hablar de tejas abajo.

TERCERO NOCTURNO

VILLANCICO VII

A ALUMBRAR LA MISMA LUZ,
a alegrar la misma Gloria,
a enriquecer las riquezas
y a coronar las coronas;
a hacer Cielo al mismo Cielo,
a hacer la beldad hermosa,
a ennoblecer la nobleza
y a honrar a las mismas honras,
sube la que es de los Cielos
10 honra, riqueza, corona,
luz, hermosura y nobleza,
Cielo, Perfección y Gloria.
Flamante ropa la viste,
a quien las Estrellas bordan,
en cuya labor el Sol
a ningún rayo perdona.
En oposición los Astros
lucientes tejen corona,
que se adornan de sus sienes,
20 más que sus sienes adornan.
La Luna a sus pies mendiga
todo el candor que atesora;
y ya sin temer menguantes,
plenitud de luces goza.
Perennes fuentes de luces,
confusos cuadros de rosas,
los ojos y las mejillas,
unos manan y otros brotan.
Alado enjambre celeste
30 ser quiere en volantes tropas,
si de sus flores, abejas;
de sus llamas, mariposas.
Enriquece el vago Ofir
del aire la vana pompa,
y él, de sus undosas hebras,
forma doradas garzotas.
Ramilletes teje el suelo,
el aire respira aromas,
espejos pulen las aguas,
40 y el fuego lucientes bombas.
A recibirla salieron
las Tres Divinas Personas,
con los aplausos de quien
es Hija, Madre y Esposa.
En fin, el inmenso espacio
que Febo luciente dora,
todo lo ocupan sus luces,
todo lo inundan sus glorias.
Mas las que en el Solio Regio
50 por eternidades goza,
la devoción las admire
sin profanarlas la boca.
Estribillo
¡Subid en hora buena, subid, Señora,
a que la Gloria os goce, y gozar la Gloria!

VILLANCICO VIII.—ENSALADA

Introducción
POR CELEBRAR TANTA FIESTA,
aquel Sacristán de antaño
que introdujo con su voz
gallinero en el Parnaso,
cercenando de Virgilio
y zurciendo lo cortado,
más sastre que cantor, hizo
estas coplas de retazos:
con lo cual, consiguió hacer,
10 después de estar muy cansado,
ajena toda la obra
y suyo todo el trabajo.

SACRISTÁN

Ille ego, qui quondam fui
divini Petri cantator,
dum inter omnes cantores
dixi: Arma, Virumque cano,
iam sine timore loquor,
iam sum valde confortatus,
nam cum Avem talem video,
20 non possum timere Gallum.
Sic orsus ab alto sum;
iam non Apostolos tantum:
cosas de marca maiori
cantare sum incitatus.
De Maria assumpta in Coelum
alta mysteria decanto
et subtilem testam meam
super aethera levabo,
ut omnes dicant quod mereor
30 esse, per optimos cascos,
Dominus Sacristanorum,
Monigotorum Praelatus.
Prosigue la Introducción
A la voz del Sacristán,
en la Iglesia se colaron
dos princesas de Guinea
con vultos azabachados.
Y mirando tanta fiesta,
por ayudarla cantando,
soltando los cestos, dieron
40 albricias a los muchachos.
Estribillo
Negr. 1.—¡Ha, ha, ha!
2.—¡Monan vuchilá!
¡He, he, he,
cambulé!
1.—¡Gila coro,
gulungú, gulungú,
hu, hu, hu!
2.—¡Menguiquilá,
ha, ha, ha!
Coplas
50 1.—Flasica, naquete día
qui tamo lena li glolia,
no vindamo pipitolia,
pueque sobla la aleglía:
que la Señola Malía
a turo mundo la da.
¡Ha, ha, ha! &.
2.—Dejémoso la cocina
y vámoso a turo trote,
sin que vindamo gamote
60 nin garbanzo a la vizina:
qui arto gamote, Cristina,
hoy a la fieta vendrá.
¡Ha, ha, ha! &.
1.—Ésa sí qui se nomblaba
ecrava con devoción,
e cun turo culazón
a mi Dioso servïaba:
y polo sel buena Ecrava
le dieron la libertá.
70 ¡Ha, ha, ha! &.
2.—Mílala como cohete,
qui va subiendo lo sumo;
como valita li humo
qui sale de la pebete:
y ya la Estrella se mete,
adonde mi Dioso está.
¡Ha, ha, ha! &.
Prosigue la Introducción
Los Seises de la Capilla
en docena con su canto
80 se metieron, y dos Seises
una docena ajustaron.
Y por no haber quien hiciese
los Villancicos, a mano,
de los Versículos mismos
este juguete formaron:
Coplas
La Madre de Dios bendita
se mira exaltada ya,
sobre Angelicales Coros
en el Reino Celestial.
90 —Exaltata est sancta Dei Genitrix.
—Super choros Angelorum ad Caelestia Regna.
Al Cielo subió María;
y la turba Angelical,
cantando bendice alegre
la suprema Majestad.
—Assumpta est Maria in Caelum: gaudent Angeli.
—Laudantes benedicunt Dominum.
La Virgen Madre, al Etéreo
Tálamo sube a reinar,
100 adonde en solio de estrellas
el Rey de Reyes está.
—Virgo Mater assumpta est ad aethereum thalamum.
—In quo Rex regum stellato sedet solio.
Házme digna, Virgen Sacra,
para poderte alabar;
y contra tus enemigos
dame virtud eficaz.
—Dignare me laudare te, Virgo Sacrata.
—Da mihi virtutem contra hostes tuos.

Villancicos 4 Sor Juana

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SAN PEDRO APÓSTOL, 1677

Villancicos que se cantaron en la S. I. Catedral de Méj., a los Maitines del gloriosísimo Príncipe de la Iglesia, el Sr. San Pedro, Año de 1677, en que se imprimieron.

DEDICATORIA

Al Sr. Lic. D. García de Legaspi, Velasco, Altamirano y Albornoz, Canónigo de esta S. I. Catedral de Méjico, etc.

Señor mío: ofrézcole a V. S. los Villancicos que, para los Maitines del Príncipe de los Apóstoles S. Pedro, hice como pude a violencia de mi estéril vena, poca cultura, corta salud, y menos lugar por las indispensables ocupaciones de mi estado.
Lo festivo de sus alegorías se debe a la fiesta; y sobre el común privilegio de versos, tienen amplia licencia en la imitación de mi gran Padre S. Jerónimo, que en una Epístola ad
10 Eustochium dice: Festus est dies, et natalis B. Petri: festivius
est solito condiendus; ita tamen, ut Scripturarum cardinem iocularis sermo non fugiat. Lo que tienen de malos, sanar puede a la sombra de Pedro; aunque he advertido que para sanar el mal de unos pies (tal es el más incurable de los versos), se valió de su mano. Imagen y viva sombra de sus padres son los hijos que, con la imitación de sus ejemplos, si no igualan, a lo menos siguen el tamaño de sus virtudes y grandeza de sus hazañas. Séalo V. S. de su Padre S. Pedro, por lo Eclesiástico, ya que en lo natural y político es glorioso esplendor
20 de sus nobilísimos progenitores; y dé la mano de su favor a
mis versos, para que corran como buenos a la sombra de su patrocinio. Para conseguirla no alego más títulos, porque no quiero adelantarle a V. S. en el rostro, el color que desea la púrpura en sus vestidos, ambiciosa de reteñirse en el Capelo con el lustre y honor de su sangre. Tampoco excuso la pequeñez de lo que ofrezco, porque como hija de S. Jerónimo, quiero que V. S. la excuse con sus palabras, en la Epístola ad Marcellam, reconociendo en lo pequeño del don, lo consagrado de la voluntad que lo ofrece: Quia velatae Virginis munus est,
30 aliqua in ipsis munusculis esse mysteria demonstremus.
Guarde Dios a V. S. como deseo. Es de este Convento de N. P. S. Jerónimo, Junio 20 de 1677 años.
B. L. M. D. V. Señoría, su más afecta servidora, que más le estima,
JUANA INÉS DE LA CRUZ

PRIMERO NOCTURNO

VILLANCICO I

Estribillo
¡SERAFINES ALADOS, CELESTES JILGUEROS,
templad vuestras plumas, cortad vuestros ecos,
y con plumas y voces aladas,
y con voces y plumas templadas,
cantad, escribid de Pedro los hechos!
¡Y con plumas y voces
veloces,
y con voces y plumas,
las sumas
10 cantad, escribid, de los hechos de Pedro!
Coplas
Reducir a infalible
quietud, del viento inquieto las mudanzas,
es menos imposible
que de Pedro cantar las alabanzas,
que apenas reducir podrán a sumas
de las alas Querúbicas las plumas.
Más que al Cielo de estrellas,
número hay de excelencias que le asista;
¿pues qué diré de aquellas
20 que imperceptibles son a nuestra vista?
¿Si a decir las sabidas no acertamos,
cómo podré cantar las que ignoramos?
Poner Pedro la planta
adonde Cristo la cabeza puso,
misterio es, que adelanta
el respeto que el Cielo nos impuso:
pues de besar el pie Cristo se precia
a Pedro, por Cabeza de la Iglesia.
Que él es Pedro, responde
30 Cristo, cuando él Dios vivo le ha llamado;
porque tal gloria esconde
este nombre de Pedro venerado,
que no hallando a su fe qué satisfaga,
sólo en llamarle Pedro, Dios le paga.
No le dijo que él era
Cabeza de la Iglesia Militante,
ni que era la primera
Puerta para pasar a la Triunfante,
ni que a la redondez que alumbra el día
40 su pescador anillo ceñiría.
Ni que, entre justos tantos,
tendrá el primer lugar entre los hombres;
gocen allá otros Santos
de gloriosos altísimos renombres,
cual la palma inmortal, cual verde cedro:
que a mi Pedro le basta con ser Pedro.
Pues si tal enseñanza
nos muestra vuestro título y nobleza,
y que vuestra alabanza
50 encierra en vuestro nombre más grandeza,
no quiero yo alabaros de otro modo:
Pedro sois, y en ser Pedro lo sois todo.

VILLANCICO II

Estribillo
¡EA, NIÑOS CRISTIANOS, VENID A LA ESCUELA,
y aprended la Doctrina con muchas veras!
¡Ved, que espera el Maestro! ¡Apriesa, apriesa, apriesa!
¡Corred, llegad, mirad que os ganan la palmeta!
Coplas
Escribid, Pedro, en las aguas
todas las hazañas vuestras,
que aunque las letras se borren,
a bien que les quedan lenguas.
De plana os sirvan los mares,
10 y el remo la pluma sea,
que al corte de vuestros puntos
aun no basta su grandeza.
Pautad primero la plana
y dibujadnos la letra,
que en faltando vuestro lapis
ninguno a escribir acierta.
A fe que en el A B C
tenéis la mayor rudeza,
pues en conocer el Christus
20 os mostrasteis una Piedra.
No escribáis letra bastarda,
que si a vuestra mano llega,
perderá el nombre bastardo
por ser hija de la Iglesia.
La letra antigua dejadla
que la escriban los Profetas,
pues vos podéis en un Credo
escribir letra moderna.
La grifa y la italiana,
30 por gala podéis saberlas:
mas la romanilla os toca,
pues sois de Roma cabeza.
Escribid de liberal,
soltad al pulso la rienda,
pues el Cielo da por libre
lo que vuestra mano suelta.
Eternos vuestros escritos
conservarán su pureza,
sin que ni aun contra una coma
40 el hereje prevalezca.
Y no menos que la vida
os costará su defensa:
mas ánimo y escribid,
que la letra con sangre entra.

VILLANCICO III

Coplas
AQUEL CONTADOR
Mayor de la Iglesia,
que lo que él ajusta,
pasa Dios en cuenta:
Clavero, que guarda
todas sus riquezas,
y de sus tesoros
suele hacer dispensas,
prende a los deudores,
10 y si acaso niegan,
también con censuras
fuertes los apremia;
pero con los pobres
usa de clemencia,
y con confesarla
perdona la deuda.
A los aprendices
que tiene en su Escuela,
la regla de Tres
20 en un Credo enseña.
Pudiera del Cielo
sumar las estrellas,
del suelo las flores,
del mar las arenas.
Dios es la Unidad,
que su cuenta encierra,
y el cero del Orbe
sirve a sus decenas.
Suma según arte
30 y según conciencia,
pues de cada diez
vemos que uno lleva.
En un Templo, un día,
hizo con presteza
de unos pies quebrados
corriente moneda.
Suma los quilates
que de su fe acendra,
porque son de oro
40 todas sus finezas,
bien que alguna vez,
con inadvertencia,
negó una partida
por yerro de cuenta;
mas luego, soldando
de su fe la quiebra,
lo que faltó en oro,
satisfizo en perlas.
Hoy hace el Cuadrante,
50 y con Su Excelencia
y el noble Cabildo
reparte la hacienda.
Es gloria mirar
cómo les entrega
primicias de gracias,
diezmos de indulgencias.
Estribillo
¡Contador divino, cuenta, cuenta, cuenta,
y de tu libro borra las deudas nuestras;
y pues tienes en contar
60 destreza tan singular,
que multiplicas, sumas, partes, y restas,
multiplica las gracias y parte las penas!

SEGUNDO NOCTURNO

VILLANCICO IV

Coplas
Ille qui Romulo melior
Urbem condidit invictam,
et omnium terrarum urbium
fecit ut esset Regina:
per quem, Catholicae fidei
exculta vera doctrina,
discipula est Veritatis
quae erat erroris Magistra:
cuius ornata praesidio,
10 multo fortius est munita
humilitate Christiana
quam bellica disciplina:
qui effuso sanguine proprio
maculam detersit illam,
qua surgentis moenia Romae
manus polluit fratricida:
per quem Universi Caput
meliori titulo dicta,
Crucis erigit trophaeum,
20 corona decorum trina:
qui Pastor est animarum,
cui sunt a Christo commissa
quae pascua virentia semper
ovibus ipse distribuat:
qui Regni Caelorum claves
torquet, et aequa iustitia,
quae in terris ligat et solvit,
in Caelo solvit et ligat,
annis meritisque plenus
30 mortalem deserit vitam
ut, qui Apostolicam habuit,
aeternam Sedem accipiat.
Caelesti accensus ab igne
Lux apparet peregrina,
et nova lucida Stella
divino fulgore micat.
Sydere Iulii fulgentior,
lumina inter matutina,
quas ante rexerat terras,
40 luce respicit benigna.
Estribillo
Gaudete, Caeli! Exultate, Sydera,
quia inter vos nova Stella lucet affixa,
cuius caelesti candore
novo fulgent splendore
ampla Caeli domicilia!
Gaudete, Caeli! Exultate, Sydera!

VILLANCICO V

Estribillo
¡OIGAN, OIGAN, DEPRENDAN VERSOS LATINOS,
porque Pedro les tiene muy bien medidos!
¡Óiganme los poetas! ¡Oigan, señores,
de que de Mínimos, Pedro sube a Mayores!
Coplas
Mayores a Pedro aplace
enseñar con mil primores,
y así hace
de la clase de Mayores
prima clase.
10 Cuantidad Latina y Griega
en Cristo su fe aprendió,
aunque ciega,
pues en Él el Alpha vio,
et Omega.
También su Diptongo ha sido,
pues dos letras que en Él vienen
se han unido,
y entrambas juntas retienen
su sonido.
20 Humildad tanta tenía,
que con conocer cuán diestro
componía,
los pies aun de su Maestro
escondía.
Viendo a Malco sin mensura,
del furor a que le incita
su locura,
le puso con sangre escrita
la cesura.
30 A su Maestro vengando,
un verso heroico empezó;
mas negando,
el pentámetro imitó
Entonces mudos enojos
su negación condenaron;
y en despojos,
las sílabas liquidaron
de sus ojos.
40 Creció con el escarmiento;
y con mayor perfección
halló atento,
después de declinación,
En las sílabas concede,
que se pueda recoger
la que excede,
porque él solo conceder
Breves puede.
50 De todo, en fin, despedido,
sólo hacer sáficos precia
comedido,
y en los himnos se ha metido
de la Iglesia.

VILLANCICO VI

Estribillo
¡OIGAN UN SILOGISMO, SEÑORES, NUEVO,
que solamente serlo tendrá de bueno!
Es punto tan escondido
y misterio tan subido,
que ni en la Antigüedad cupo
ni Aristóteles lo supo,
de donde ser nuevo pruebo.
¡Oigan un Silogismo, señores, nuevo!
¡A los Lógicos digo: sic argumentor!
Coplas
10 Cual Sumulista pretendo
iros, Pedro, replicando;
y pues vos, a lo que entiendo,
hicisteis juicio negando,
yo haré discurso infiriendo.
¿Quién os trajo a tanto mal,
que al mismo que antes, altivo,
con ánimo sin igual,
confesasteis por Dios vivo,
negáis por Hombre mortal?
20 Dejadme, pues, que me asombre,
que al Hijo del Hombre allí
le deis de Dios el renombre,
y al Hijo de Dios aquí
le neguéis conocer Hombre.
Mirad, que en esta ocasión,
como es Dios-Hombre un compuesto
por hipostática unión,
para negar el supuesto
no os vale la distinción.
30 Mal lógico, Pedro, estáis,
pues cuando a Dios conocéis
y por tal le confesáis,
antes se lo concedéis
y ahora se lo negáis.
Dicen que las señas son
las que os hacen más patente,
y sin mirar la ilación,
dejando el antecedente,
le negáis la conclusión.
40 Si de una mujer la ciencia
tiene razones precisas,
mirad, Pedro, que es violencia,
concedidas las premisas,
negarle la consecuencia.
¿Quién de vos, Pedro, dijera,
siendo de ciencia un abismo,
que el argumento temiera,
pues el Evangelio mismo
dice que os hicisteis fuera?
50 Mejor las razones hila
vuestro acero sin misterio,
pues cuando su corte afila
contra Malco, arguye en “ferio”,
y en “caelarem” con la ancilla.
Vuestros bríos arrogantes
negaron con juramento
el que le servisteis antes:
pues, Pedro, no hay argumento
contra “principia negantes”.
60 Mas ya veo que advertido,
viendo el caso sin remedio,
lloráis como arrepentido;
que es arte de hallar el medio
de no quedar concluido.

TERCERO NOCTURNO

VILLANCICO VII.—JÁCARA

Estribillo
¡HOLA! ¿CÓMO? ¿QUE A QUIÉN DIGO?
Salgan todos los maestros;
que yo se la doy de cuatro
y se la daré de ciento,
al que tomare la espada con Pedro,
y a la furia de sus manos
metiere los cascos sanos,
y no los sacare abiertos.
¡Oigan el cartel, oigan, que a todos reto!
Coplas
10 Allá va, cuerpo de Cristo,
de Esgrima el mayor maestro,
que amilanó a los Carranzas,
que arrinconó a los Pachecos:
el que por alcanzar más,
tuvo lugar más supremo,
pues por la gracia de Dios
estuvo en ángulo recto:
el que de la esgrima supo
tan bien mostrar los preceptos,
20 que para la regulada
puso en su vida el ejemplo:
a quien compases de Euclides
son de muy poco momento,
porque dice que ir no puede
con paz y guerra un sujeto:
el que riñendo y negando,
ya con valor, ya con miedo,
usó del tajo con Malco
y el revés con su Maestro.
30 Y no fue mucho, a fe mía,
porque bajando y subiendo,
movimiento natural
fue el uno, el otro violento.
Viendo la treta de Malco,
se la penetró tan diestro,
que sin valerle el atajo,
hizo la ganancia Pedro,
pues libertando el alfanje
y dando con el pie izquierdo
40 compás curvo, le alcanzó
a herir el lado derecho.
Al tiempo que Malco ufano
blasonaba de soberbio,
le hirió, porque nadie supo
dar heridas tan a tiempo.
Y aunque de la garatusa
tuvo noticia, y del quiebro,
le dio con la irremediable,
al gallinazo venciendo.
50 Era Malco un miserable,
y compasivo de verlo,
quiso darle heridas francas,
pues no le daba dineros.
No le pudo su contrario
ofender en un cabello,
porque acertó en la pendencia
a proporcionar el medio.
Mas llegando al estrechar,
una mozuela, riñendo
60 con flaqueza sobre fuerza,
le hizo perder sus alientos.
Hirióle en lo más sensible;
mas ¿qué mucho, si perdiendo
la rectitud, fue preciso
dejar sin defensa el cuerpo?
Mas haciendo, al mismo punto,
de conclusión movimiento,
de suprema dignidad
gozó su treta los fueros.

VILLANCICO VIII.—ENSALADA

Introducción
EN EL DÍA DE SAN PEDRO,
por grandeza de sus Llaves,
como es fiesta de Portero,
se da la entrada de balde.
Con aquesta ocasión, pues,
entraron a celebrarle
de lo mejor de los barrios
multitud de personajes.
El primero fue un Mestizo
10 que, con voces arrogantes,
le disparó estos elogios
disfrazados en coraje.
Glosas
Hoy es el Señor San Pedro
que fue la Piedra de Cristo,
y allá en el Huerto, orejano
se hizo de piedra y cuchillo.
Y no fue mucho milagro
que mostrase tantos bríos,
pues del barrio de San Juan
20 se dice que era vecino.
Cobró con aquesto fama
de tan valiente y temido,
que le ayunan las vigilias
hasta sus amigos mismos.
Estuvo preso una vez
con tan cercano peligro,
que librarse de la muerte
fue milagro conocido.
Por aquesto y otras cosas,
30 por guardar el individuo,
ganó la Iglesia, y en ella
fue perpetuo retraído.
Esto fue en su mocedad,
que después fue Dios servido
que murió como un Apóstol,
mas sin dejar el oficio.
Prosigue la Introducción
Después de éste, un Portugués,
preciado de navegante,
como era ya hombre a la mar,
40 quiso a los mares echarse.
Y mirando en alta mar
de Pedro la hermosa Nave,
por ayudarla con soplos
echó sus coplas al aire.
Coplas
Timoneyro, que governas
la Nave do el Evangelio,
e los tesouros da Igrexa
van a tua maun sugeitos:
mide a equinoccial os grados
50 e de o Sol o apartamento,
pois en todo o mundo tein
de servir tuo deroteiro.
Ollái, que por muita altura
perdiste o conocimento,
e se escondió no Orizonte
o Norte de tu governo.
Cristo es tua Estrella polar,
e se a su luz atendendo
se naon inclina tu aguja,
60 va perdido o regimento.
Navegasáon mais segura
podes tener en ti mesmo,
pois dan tuos ollos dos mares
e tus suspiros dan vento.
Los tesouros de la gracia
pasar en tua Nave veo,
desde las Indias de o mundo
a la Lisboa do Ceo.
Estribillo
¡A la proa, a la proa, a la proa, Timoneyro,
70 que face o mar tranquilo e sopra o vento,
e faz el porto salva, todos dicendo:
Buen viage, buen vïage, marineyros,
que a mar se faz la Nave de San Pedro!
Prosigue la Introducción
Temblando, después, del Gallo,
cantó un Sacristán cobarde,
que un gallina no fue mucho
que con el Gallo cantase.
Mezcló Romance y Latín,
por campar, a lo estudiante,
80 en el mal Latín lo gallo,
lo gallina en buen Romance.
Coplas
Válgame el Sancta Sanctorum,
porque mi temor corrija;
válgame todo Nebrija,
con el Thesaurus Verborum:
éste sí es Gallo gallorum,
que ahora cantar oí:
—¡Qui-qui-riquí!
Yo soy todo un alfiñiqui;
90 pues, Cielos, ¿qué es lo que medro
con Gallo que espantó a Pedro?
Metuo, timeo malum mihi.
¿Sólo por un tiqui-miqui
me tengo que estar aquí?
—¡Qui-qui-riquí!
Bien es que el riesgo repare,
pues no me anima el amar,
que Pedro supo juntar
el flevit con el amare;
100 pero si a mí me matare,
nullus plorabit por mí.
—¡Qui-qui-riquí!
Ignotus Gallus has sido,
y mal el temor resiste;
porque nunca visto fuiste,
pues no eres nunca oído;
Gallo tan desconocido,
sin duda, que es quis vel qui.
—¡Qui-qui-riquí!
110 Pienso, con el sobresalto,
Gallo, que ya me galleas,
¡Oh quién fuera ahora Eneas,
por ser sic orsus ab alto!
¿Por qué me das tal asalto?
¡Responde mihi vel mi!
—¡Qui-qui-riquí!
Luego que Petrus negavit,
este Gallo con su treta
le empezó a dar cantaleta:
120 continuo Gallus cantavit.
Si sic a Pedro, qui amavit,
le fue, ¿qué será de mí?
—¡Qui-qui-riquí!
Éstos fueron los Maitines,
sin ponerles ni quitarles;
si no tuvieron elogios,
no carecieron de Laudes.

Villancicos 3 Sor Juana

vilan

SAN PEDRO NOLASCO, 1677

Villancicos que se cantaron en los Maitines del Gloriosísimo Padre San Pedro Nolasco, fundador de la Sagrada Familia de Redentores de la Orden de Nuestra Señora de la Merced, día 31 de enero de 1677 años, en que se imprimieron.

DEDICATORIA

“—¿Cujus est imago haec et superscriptio? —Caesaris.
—Reddite, ergo, quae sunt Caesaris, Caesari.” (C. 22, Mat.)
EN FE DE SENTENCIA TAL
por punto de ley, ajusto
que la imagen siempre es justo
se vuelva a su Original.
Que ella es de un César señal
conozco, si atiendo al cúya;
mas, supuesto que sea suya,
por lo que en ésta diviso,
otro hay a quien es preciso
10 que César de Dios se arguya.
De este César hoy mi voz
publica el sello a la luz
del ser señal de la Cruz,
con que es señal que es de Dios.
Para en uno son los dos,
¡oh Julia César Augusta!
Nuestra atención muy bien gusta
si hoy a vos la Imagen vuestra
consagra: que es gloria nuestra
20 a vueltas de ser tan justa.

PRIMERO NOCTURNO

VILLANCICO I

Estribillo
EN LA MANSIÓN INMORTAL
donde no habita la pena,
que es toda de gloria llena,
Jerusalén celestial,
ya libres de todo mal
los Espíritus gloriosos,
todos celebran gozosos
de Pedro el triunfo feliz,
que unió la Francesa Lis
10 a la Barras de Aragón:
entre tan santo escuadrón,
él muestra más bizarría,
por ser hijo de María.
Coplas
Aunque cualquier Santo puede
ser de María hijo amado,
en título tan honrado
a todos Nolasco excede:
pues a él se le concede
como heredero, este día,
20 por ser hijo de María.
La Reina de la belleza
a los dos da vestidura:
a Uno, de su Carne pura,
y al otro, de su pureza;
Pedro goza tal grandeza
que a Cristo solo venía,
por ser hijo de María.
Casi con igual estima
a los dos Hijos mandó:
30 si Uno las almas sanó,
otro los cuerpos redima
porque al cristiano no oprima
del moro la tiranía;
por ser hijo de María.
Y si a Cristo en su Pasión
Ángeles acompañaron,
y su Sangre veneraron
precio de la Redención,
a Pedro en otra ocasión
40 limpiaron la que vertía,
por ser hijo de María.
Ambos de su Redención
vincularon los portentos,
el Uno en sus Sacramentos,
el otro en su Religión:
porque en eterno padrón
se conserve obra tan pía,
por ser hijo de María.
Quiso, al nacer Dios, morir,
50 pues donde está tal Señor
no luce otro Redentor:
de donde llego a inferir,
que sólo quiso vivir
mientras redimir podía,
por ser hijo de María.
Y si el Cuerpo no se halló
de Cristo, y los que buscaron
cándidas guardas hallaron,
también el de éste faltó:
60 y sólo por él quedó
su cándida compañía,
por ser hijo de María.

VILLANCICO II

Estribillo
¡AH DE LAS MAZMORRAS, CAUTIVOS PRESOS,
atended a mis voces, oíd mis ecos,
que unas nuevas os traigo tan portentosas,
que os han de causar gusto, siendo penosas,
pues en la muerte de Nolasco santo
brota la pena gloria, y risa el llanto!
Coplas
¡Ah de las mazmorras,
tened atención;
atended, Cautivos,
10 las nuevas que os doy!
Escuchad mi llanto,
a falta de voz,
que también por señas
se explica el dolor.
Sabed que ya es muerto
Pedro el Redentor:
¿cómo muere quien
vida a tantos dio?
No esperéis consuelo,
20 pues él os faltó
y acabó en su vida
vuestra redención.
De vuestras cadenas
ya sin remisión
es candado eterno
cualquiera eslabón.
¿Adónde hallaréis
tan noble Pastor,
que por cada oveja,
30 su vida arriesgó,
y quedando expuesto
al fiero rigor,
dio su libertad
por vuestra prisión?
Llorad, y deshechos
en líquido humor,
busque por los ojos
puerta el corazón.
Pero ¿qué delirio
40 así me llevó,
y arrebató el alma
tras la compasión?
No lloréis, Cautivos,
porque no es razón
llorar que esté libre
quien os libertó.
Cristo a ejercitar
su oficio nació,
que tal es la falta,
50 que la suple un Dios.
Siempre os será Pedro
con igual amor, Redentor aquí,
y allá intercesor.

VILLANCICO III

Estribillo
¡AGUIJA, AGUIJA, CAMINANTE, APRIESA,
que es corto el tiempo y larga la carrera!
¡Aguija, corre, corre, aguija, carga,
que el Sol se pone y la carrera es larga!
Coplas
Nolasco, aquel Caminante
que en la carrera del siglo
supo caminar al Cielo
sin dilatar el camino;
el que por ir más ligero,
10 sin la carga de los vicios,
no sólo de bienes, pero
se descargó de sí mismo,
dejó su patria y riquezas,
dejó su noble apellido,
y si el ser dejar pudiera,
pienso que no hubiera sido,
camina por un atajo,
que, aunque es trabajo seguirlo,
más quiere atajos con riesgo
20 que rodeos sin peligro.
Sobre sus obras camina,
que con celestial destino
son las más veloces postas
para llegar al Empíreo.
La fatiga del vïaje
le hace dulce el ejercicio,
que no siente andar quien tiene
el pie siempre en el estribo.
Para sustentarse lleva
30 en el pecho el Peregrino,
porque nada le embarace,
el Vïático escondido.
Ya del eterno descanso
llega al apacible sitio,
y de sus largas fatigas
goza el premio merecido.

SEGUNDO NOCTURNO

VILLANCICO IV

Estribillo
¡AY, CÓMO GIME! MAS ¡AY, CÓMO SUENA
el Cisne, que en dulcísimas endechas
suenan epitalamios y son exequias!
Coplas
Aquel Cisne de María,
que vistió en la toga tersa
la más cándida señal
de su Virginal Pureza,
el escudo de sus armas,
la cifra de sus empresas,
10 archivo de sus favores
y de su honor la defensa;
cuya voz, mejor que Orfeo,
con dulcísimas cadencias
de tantos tristes cautivos
rompió las fuertes cadenas;
Él que en las corrientes puras,
por conservar su limpieza,
de las fuentes de la Gracia
tuvo morada perpetua,
20 hoy, conociendo su fin,
en dulces cláusulas tiernas
la mortal vida despide
para pasar a la eterna.
Y aunque se conoce limpio,
a la Majestad Suprema,
sobre el candor de la nieve
le pide que lo emblanquezca.

VILLANCICO V

Estribillo
ESCUCHEN A MI MUSA
que está de gorja,
y se quiere este rato
mostrar burlona.
No pierdan esta ocasión,
porque será compasión,
si me dejan de escuchar:
andar, andar.
Vaya Satanás a redro,
10 que pues mis victorias medro
y ninguno se me enoja,
diré lo que se me antoja,
porque se me antoja, Pedro.
Coplas
De Pedro he de discurrir
los milagros esta vez,
y el mayor milagro es
que yo lo quiera decir.
Cuéntanos que a la luz salió,
para acabar nuestras penas,
20 el día de las Cadenas,
porque a quitarlas nació;
porque en su ardiente fervor
la Iglesia, en triunfo doblado
goce un Pedro encadenado
y un desencadenador.
Mas ¿quién por esto lo alaba
ni quiere ofrecerle palmas,
si cautivaba mil almas
por un cuerpo que libraba?
30 Venderse por varios modos,
por rescatar, intentó;
pero nadie lo compró,
porque lo conocen todos.
Con su limosna pesado,
sin perdonar a ninguno,
a todos por importuno
sacó el alma de pecado.
De sentir el modo es vario,
pues al mirar su fervor,
40 todos dicen que es Pastor,
pero yo, que es Mercenario.
Con sus compañeros franco,
cuando algunos recibía,
mil cosas les prometía,
para dejarlos en blanco.
De la pobreza tal sed
tuvo, con tal eficacia,
que siempre vivió de Gracia
y se enterró de Merced.

VILLANCICO VI.—JÁCARA

Estribillo
¡ESCUCHEN, CÓMO, A QUIÉN DIGO,
que va de Jacarandana!
A los valientes convido:
¡oigan, oigan, vaya, vaya,
que a quien de Pedro sus hazañas cuenta,
la atención no es de gracia, sino deuda!
Coplas
Oigan, atiendan, que canto
las hazañas portentosas
de aquel asombro de Marte,
10 del espanto de Belona:
del imitador de Cristo,
Predicador de sus glorias,
del cuchillo del Hereje,
del espanto de Mahoma.
Nolasco, digo, el valiente,
el de la vida penosa,
quebrantador de prisiones,
despoblador de mazmorras.
Aquel valiente, francés,
20 asombro de Barcelona,
que hizo temblar sus montañas
más que el bravo Serralonga.
Bandolero que, en poblado
robando las almas todas,
a cenar con Jesucristo,
despachó muchas personas.
El que desnudando a todos
con una maña famosa
dejó la nobleza y plebe
30 a pedir misericordia.
Al que sin tener caudal,
todos los bienes le sobran,
porque la Merced de Dios
no le falta a todas horas.
El que en honor de María,
si desenvaina la hoja,
por defender su pureza
ni con su sangre se ahorra.
El que alistó en su bandera
40 tanta inmensidad de tropas,
que haciéndole fuerza al Cielo,
arrebataron la gloria.
El que por librar amigos,
con condición generosa,
trajo la vida vendida
sin más ayuda de costa.
El que, privado del Rey,
trajo por insignia honrosa
en campo rojo esmaltadas
50 cinco Barras vencedoras.
El que con todo su brío
sufrió lo que nadie ignora,
pues dándole un bofetón
no osó desplegar la boca.
Mas como los de su trato
nunca de otros fines gozan,
después de tantas andanzas,
murió pidiendo limosna.

TERCERO NOCTURNO

VILLANCICO VII

¡VENGAN A VER UN LUCERO
en el Redentor segundo,
que ha ejercitado en el mundo
el oficio del Primero!
¡Vengan a ver un esmero
de la gracia, y sus primores!
¡Corred aprisa, pastores:
veréis que tiene en su celo
otro Redentor el suelo,
10 que sin que el título asombre,
da en la tierra paz al hombre
y gloria a Dios en el Cielo!
Coplas
Porque en Nolasco se crea
cuánto a Jesucristo aplace
que su retrato se vea,
en la Galia Pedro nace,
como Cristo en Galilea.
Aun antes de discurrir,
limosnas empezó a hacer,
20 porque podamos decir
que acabado de nacer
ya empezaba a redimir.
Pero en el Panal se toca
misterio más soberano,
que a admirarse más provoca,
pues tuvo Pedro en la mano
lo que la Esposa en la boca.
Dar la sangre deseaba
con tan ardiente afición,
30 que la que no derramaba,
del deseo de pasión
como Cristo la sudaba.
El juicio más discursivo
no ponderará el fervor
del Santo, pues compasivo
cautivaba un Redentor
por rescatar un cautivo.
La ocupación más subida
de Cristo quiso imitar,
40 que en batalla tan temida,
¿qué pudo Pedro esperar
donde aun Dios perdió la vida?
Los enfermos visitaba
con tanto desinterés,
y su remedio buscaba,
que, como era buen Francés,
del mal francés los curaba.
En él, de Pedro y su fe
todas las señales hubo,
50 y hasta el Gallo en él se ve,
porque si el otro lo tuvo,
éste de nación lo fue.
Con caritativo ardor
de amores se consumía
del martirio y su rigor,
porque el Santo más quería
ser Mártir que Confesor.
Y en fin, de Cristo imitó
todos los pasos así,
60 que en su paciencia se vio
que, cuando todos por sí,
él por todos padeció.

VILLANCICO VIII.—ENSALADILLA

A LOS PLAUSIBLES FESTEJOS
que a su fundador Nolasco
la Redentora Familia
publica en justos aplausos,
un Negro que entró en la Iglesia,
de su grandeza admirado,
por regocijar la fiesta
cantó al son de un calabazo:

PUERTO RICO.—Estribillo

¡Tumba, la-lá-la; tumba, la-lé-le;
10 que donde ya Pilico, escrava no quede!
¡Tumba, tumba, la-lé-le; tumba, la-lá-la,
que donde ya Pilico, no quede escrava!
Coplas
Hoy dici que en las Melcede
estos Parre Mercenaria
hace una fiesa a su Palre,
¿qué fiesa? como su cala.
Eya dici que redimi:
cosa palece encantala,
por que yo la Oblaje vivo
20 y las Parre no mi saca.
La otra noche con mi conga
turo, sin durmí pensaba,
que no quiele gente plieta,
como eya so gente branca.
Sola saca la Pañola;
¡pues, Dioso, mila la trampa,
que aunque neglo, gente somo,
aunque nos dici cabaya!
Mas ¿qué digo, Dioso mío?
30 ¡Los demoño, que me engaña,
pala que esé mulmulando
a esa Redentola Santa!
El Santo me lo perrone,
que só una malo hablala,
que aunque padesca la cuepo,
en ese libla las alma.
Prosigue la Introducción
Siguióse un estudiantón,
de Bachiller afectado,
que escogiera antes ser mudo
40 que parlar en Castellano.
Y así, brotando Latín
y de docto reventando,
a un bárbaro que encontró,
disparó estos latinajos.

DIÁLOGO

Hodie Nolascus divinus
in Caelis est collocatus.
—Yo no tengo asco del vino,
que antes muero por tragarlo.
—Uno mortuo Redemptore,
50 alier est Redemptor natus.
Yo natas buenas bien como,
que no he visto buenos natos.
—Omnibus fuit Salvatoris
 ista perfectior Imago.
—Mago no soy, voto a tal,
que en mi vida lo he estudiado.
—Amice, tace: nam ego
non utor sermone Hispano.
—¿Que te aniegas en sermones?
60 Pues no vengas a escucharlos.
—Nescio quid nunc mihi dicis,
nec quid vis dicere capio.
—Necio será él y su alma,
que yo soy un hombre honrado.
Prosigue la Introducción
Púsolos en paz un Indio
que, cayendo y levantando,
tomaba con la cabeza
la medida de los pasos;
el cual en una guitarra,
70 con ecos desentonados,
cantó un Tocotín mestizo
de Español y Mejicano.

TOCOTÍN

Los Padres bendito
tiene on Redentor;
amo nic neltoca
quimati no Dios.
Sólo Dios Piltzintli
del Cielo bajó,
y nuestro tlatlácol
80 nos lo perdonó.
Pero estos Teopixqui
dice en so sermón
que este San Nolasco
mïechtin compró.
Yo al Santo lo tengo
mucha devoción,
y de Sempual Xúchil
un Xúchil le doy.
Téhuatl so persona
90 dis que se quedó
con los perro Moro
impan ce ocasión.
Mati Dios, si allí
lo estoviera yo,
cen sontle matara
con un mojicón.
Y nadie lo piense
lo hablo sin razón,
ca ni panadero,
100 de mucha opinión.
Huel ni machicáhuac;
no soy hablador:
no teco qui mati,
que soy valentón.
Se no compañero
lo desafió,
y con se poñete
allí se cayó.
También un Topil
110 del Gobernador,
caipampa tributo
prenderme mandó.
Mas yo con un cuáhuitl
un palo lo dio
ipam i sonteco:
no sé si morió.
Y quiero comprar
un San Redentor,
yuhqui el del altar
120 con su bendición.

Villancicos 2 Sor Juana

sor

CONCEPCIÓN, 1676

Villancicos que se cantaron en la S. I. Metropolitana de Méjico en los maitines de la Purísima Concepción de Nuestra Señora, año de 1676, en que se imprimieron.

PRIMERO NOCTURNO

VILLANCICO I

Estribillo
¡A LA FIESTA DEL CIELO! LAS VOCES CLARAS
una Reina celebran, Pura y sin falta.
¡Vengan, vengan,
a celebrarla por su buena estrella!
No se detengan, ¡vayan!,
que en su Concepción está para gracias.
Coplas
Con mucha gracia María,
siendo del género humano,
una Concepción estrena
10 tan nueva, que no ha pecado.
Allá en la Mente Divina
su puro esplendor intacto,
sin necesidad de absuelto,
fue éste un caso reservado.
Corriendo por todo el mundo
la culpa, estuvo el milagro
que macular no pudiese
a su Ser Inmaculado.
Astuto y desvanecido,
20 a sus plantas arrojado,
su honor puro a Lucifer
se le fue entonces por alto.
Corrientemente atrevido,
por hija de Adán, el Diablo
se la había jurado, puesto
que echó por tantos y cuantos.
Pero como no podía
en su Concepción tragarlo,
contra el bocado se estuvo
30 de Adán, sin probar bocado.

VILLANCICO II

Estribillo
¡A LA CONCEPCIÓN, A LA CONCEPCIÓN!
No se detengan, que la fiesta es hoy.
¡Vayan, vayan,
que la Reina tiene harta gracia!
¡Lleguen, lleguen,
porque su fiesta es fiesta solemne!
Redondillas
Hoy con festiva alegría,
de virtud y gracia llena,
en su Concepción estrena
10 un Templo de Dios, María.
Venciendo al fiero Dragón
que a sus pies holló triunfante,
este milagro al instante
sucedió en la Concepción.
Victoriosa y sin desgracia,
como se deja entender,
fue el caso muy para ver
en Santa María de Gracia.
Si es Puerta en quien se hallará
20 franca la entrada del Cielo,
lo festivo de este anhelo
en Porta-Caeli será.
Contra el Dragón y sus redes,
en alta contemplación
cogen por la Concepción
los que hoy van a las Mercedes.
En sus aplausos divina,
después de tan gran batalla,
hoy, cuando contenta se halla,
30 es la fiesta de Regina.

VILLANCICO III.—DIÁLOGO

—¿QUIÉN ES AQUELLA AZUCENA
que pura entre todas brilla?
—Es, aunque Azucena sea,
de Dios una Maravilla.
—En su Concepción sin mancha
¿tuvo asomos de cautiva?
—Muy libre se concibió,
y fue en un Ave María.
—¿Pudo caer en la culpa
10 de Adán, de quien ella es hija?
—La cabeza se estrelló
sin haber dado caída.
—¿Con su pureza, el Demonio
tuvo alguna demasía?
—Aunque se precia de bravo,
jamás le echó la maldita.
—Porque campa de tremendo
¿su estrago la atemoriza?
—Puesta sobre su cabeza,
20 de él se le da lo que pisa.
Estribillo
—¿Quién es aquella Reina de tierra y Cielo?
—Es el Ave de gracia, por Dios eterno,
concebida sin mancha,
que está para glorias, que está para gracias,
y en un Instante
la libró Dios de culpa, para ser su Madre.

SEGUNDO NOCTURNO

VILLANCICO IV

Coplas
UN HERBOLARIO EXTRANJERO
que es todo Sabiduría,
para curar de venenos
muestra una Hierba bendita.
Él por su mano la planta,
que de ninguno la fía,
y porque salga con gracia
le bendice la semilla.
Hace con ella milagros
10 de curas tan peregrinas,
que es Hierba Sánalo-todo,
según a todo se aplica.
Dicen que es la Hierba-Buena
los que de espacio la miran;
pero Él por nombre le ha puesto
la Hierba Santa-María.
Otros, que es la Hierba-Santa
dicen, que sola se libra
de la infición que de Adán
20 nos hizo la manzanilla.
Otros, que es la Celidonia,
por lo que aclara la vista;
y otros dicen que es la Salvia,
porque la lengua habilita.
Otros, por su gran virtud,
que será Romero afirman;
y otros por la incorrupción,
dicen que es la Siempre-Viva.
Ella, aunque es como ninguna
30 y a ninguna parecida,
nace de la Mejor-Ana
y así a su lado se cría.
Es tan contra la ponzoña,
que la mordedura antigua
del más nocivo Dragón
en un punto se la quita.
Tal virtud secreta encierra,
que la Serpiente nociva
quiere rendirse a su fama
40 por no morir a su vista.
Todos los hombres la busquen,
pues todos la necesitan,
que aun de Ángeles la Ciudad
yerba de la Puebla cría.
Manuel es el Extranjero:
a Él vaya quien la codicia;
que también se da de gracia
La que en Gracia es Concebida.
Estribillo
Nadie tema ponzoña, de hoy más, Mortales,
50 pues con tal Contrayerba, ninguna es grande;
y aunque lo tenga en el seno,
ninguno tema el veneno:
que Ella es la dulce Trïaca
que todo el veneno saca
y cura de todos males.
¡Nadie tema ponzoña, Mortales!

VILLANCICO V

Coplas
ENTRE LA ANTIGUA CIZAÑA
que el Enemigo del hombre
puso en el jardín del mundo
para marchitar sus flores,
el Hortelano Divino,
por ostentar sus primores,
en el más estéril cuadro
plantó la Rosa más noble.
De corrupción y de espinas
10 goza regias exenciones,
fragante Reina de tanta
república de colores.
A influjos del Sol se engendra,
porque su Criador dispone
que, aunque de la tierra nace,
nada de la tierra toque.
Y porque saliendo al prado
por maravilla del Orbe,
luces por hojas despliegue,
20 brille rayos por candores,
tan limpia, en fin, se concibe,
tan fuera del común orden,
que Naturaleza misma
en Ella, se desconoce.
Estribillo
¡Al jardín, Hortelanos,
al campo, Labradores,
y veréis en el campo, y entre las flores,
una Rosa sin recelo
de que la marchite el hielo
30 ni la abrasen los ardores!
Sin espinas de pecado
veréis que preside al prado,
sin mancilla,
tan hermosa,
que siendo del Cielo Rosa,
es del prado Maravilla.

VILLANCICO VI.—JÁCARA

Estribillo
¡OIGAN, MIREN, ATIENDAN
lo que se canta,
que hoy la Música viene
de mucha gracia!
Pero hablando de veras
y en puridad,
en breve ha de decirles
una verdad.
Coplas
Antes que todas las cosas
10 érase una hermosa Niña
de los ojos del Criador,
graciosamente prevista.
Que habiendo de ser de un Dios
Humanado, Madre digna,
fue razón que ni un instante
se apartase de su vista.
Para ser de los Mortales
la defensa, fue escogida,
siendo la pura Azucena
20 de la hoja blanca y limpia.
Contra la Serpiente astuta
que ocasionó la rüina
de todo el género humano,
siempre estuvo prevenida;
siempre armada y vigilante;
y tanto, que al embestirla,
con linda gracia le dio
en la cabeza una herida.
Jamás pudo ni aun tocarla
30 la Sierpe; y así, corrida,
en escuchando su Nombre,
bramando se da a Patillas.
Para estas empresas, tanta
gracia Dios le comunica,
que siendo pura criatura,
Mujer parece Divina.
Sin la mancha de la culpa
se concibe, de Adán hija,
porque en un lunar no fuese
40 a su padre parecida.
Del tributo universal
el Sacro Poder la libra,
previendo que había de ser
nuestra Reina sin caída.
De Ésta, pues, a quien los fieles
invocan Madre benigna,
es la fiesta, y es el canto
de esta mi Jacarandina.

TERCERO NOCTURNO

VILLANCICO VII

  1. MARÍA, EN SU CONCEPCIÓN,
las sombras venciendo obscuras,
se forma de luces puras
bien ordenado Escuadrón.
2. De él huye el negro borrón;
  1. y viendo de María
las puras luces bellas,
  1. queda la Noche fría,
y la hace ver estrellas.
10
  1. ¡Triunfe el Día!
  1. El Cielo, que venza ordena
a la Sombra su arrebol,
  1. blanca Aurora, hermoso Sol
y Luna de gracia llena.
  1. Déle a la Culpa la pena,
destruyendo el negro horror;
muera la Sombra al valor
que tanta Luz encierra.
¡Al arma, guerra, guerra!
20
  1. Con luces de gracia y gloria
consigue María victoria,
  1. y a su pureza el triunfo se da.
  1. ¡Es verdad,
porque vencer a la sombra
y al Dragón, que se asombra,
se debe a su claridad!
Coplas
Luciente divina Aurora
del que es de Justicia Sol,
contra la Noche se ostenta
30 María, en su Concepción.
Como Luna siempre llena
de puro, indemne candor,
a pesar de las tinieblas
sus luces manifestó,
pues, como el Sol escogida,
la lobreguez ahuyentó
de la culpa, y por la gracia
claro Día se formó.
Pertrechada se concibe
40 del limpio, claro esplendor
de la Luz indefectible,
con que a la sombra venció.

VILLANCICO VIII

(Entre un Negro y la Música Castellana.)
—ACÁ TAMO TOLO
Zambio, lela, lela,
que tambié sabemo
cantaye las Leina.
—¿Quién es? — Un Negliyo.
— ¡Vaya, vaya fuera,
que en Fiesta de luces,
toda de purezas,
no es bien se permita
10 haya cosa negra!
—Aunque Neglo, blanco
somo, lela, lela,
que il alma rivota
blanca sá, no prieta.
—¡Diga, diga, diga!
—¡Zambio, lela, lela!
Coplas
—Cuche usé, cómo la rá
Rimoño la cantaleta:
¡Huye, husico ri tonina,
20 con su nalís ri trumpeta!
—¡Vaya, vaya, vaya!
—¡Zambio, lela, lela!
—¡Válgati Riabro, Rimoño,
con su ojo ri culebra!
¿Quiriaba picá la Virgi?
¡Anda, tomá para heya!
— ¡Vaya, vaya, vaya!
—¡Zambio, lela, lela!
Viní acá, perra cabaya:
30 ¿su cabeza ri bayeta
y su cola ri machí,
pinsiaba la trivimenta?
—¡Vaya, vaya, vaya!
—¡Zambio, lela, lela!
—Vaya al infierno, Cambinga,
ayá con su compañela
que le mira calabralo,
cómo yeva la cabeza.
—¡Vaya, vaya, vaya!
40 —¡Zambio, lela, lela,
que tambié sabemo
cantaye las Leina!

Villancicos Sor Juana

vilan

ASUNCIÓN, 1676

Villancicos que se cantaron en la Santa Iglesia Metropolitana de Méjico, en honor de María Santísima Madre de Dios, en su Asunción triunfante, año de 1676, en que se imprimieron.

PRIMERO NOCTURNO

VILLANCICO I

  VENGAN A VER UNA APUESTA,
  vengan, vengan, vengan,
  que hacen por Cristo y María
  el Cielo y la Tierra.
  ¡Vengan, vengan, vengan!
Coplas
  El Cielo y Tierra este día
  compiten entre los dos:
  ella, porque bajó Dios,
  y él, porque sube María.
10 Cada cual en su porfía,
  no hay modo de que se avengan.
  —¡Vengan, vengan, vengan!
  Dice el Cielo: —Yo he de dar
  posada de más placer:
  pues Dios vino a padecer,
  María sube a triunfar;
  y así es bien, que a tu pesar
  mis fueros se me mantengan.
  —¡Vengan, vengan, vengan!
20 La Tierra dice: —Recelo
  que fue más bella la mía,
  pues el Vientre de María
  es mucho mejor que el Cielo;
  y así es bien que en Cielo y suelo
  por más dichosa me tengan.
  —¡Vengan, vengan, vengan!
  —Injustas son tus querellas,
  pues a coronar te inclinas
  a Cristo con tus Espinas,
30 yo a María con Estrellas
  (dice el Cielo); y las más bellas
  di, que sus sienes obtengan.
  —¡Vengan, vengan, vengan!
  La Tierra dice: —Pues más
  el mismo Cristo estimó
  la Carne que en mí tomó,
  que la Gloria que tú das;
  y así no esperes jamás
  que mis triunfos se retengan.
40 —¡Vengan, vengan, vengan!
  —Al fin vienen a cesar,
  porque entre tanta alegría,
  pone, al subir, paz María,
  como su Hijo al bajar;
  que en gloria tan singular,
  es bien todos se convengan.
  —¡Vengan, vengan, vengan!

VILLANCICO II

  ILLA QUAE DOMINUM CAELI
  gestasse in utero, digna,
  et Verbum divinum est
  mirabiliter enixa:
  cuius Ubera Puello
  lac dedere benedicta,
  et vox conciliavit somnum
  Davidica dulcior lyra:
  Quae subiectum habuit Illum
10 materna sub disciplina,
  Caeli quem trementes horrent
  dum fulmina iratus vibrat:
  Cui virgineum pedem gaudet
  Luna osculari submissa,
  quaeque Stellis coronatur
  fulgore Solis amicta,
  magna stipante caterva
  ex Angelorum militia,
  victrix in Caelum ascendit,
20 ubi per saecula vivat.
  Custodes portarum timent,
  ut ingrediatur Maria,
  ne cardinibus evulsis,
  totum Caelum porta fiat.
  Ascendit Caelos, et Caelos
  luce vestit peregrina,
  atque deliciarum loco
  ignotas infert delicias.
  Innixa super dilectum
30 Caelestem Thalamum intrat,
  ubi summam potestatem
  habet a Deitate Trina.
  Ad dexteram Filii sedet,
  et ut Caelorum Regina
  tota coronatur Gloria,
  et Gloriam coronat Ipsa.
  Vident Superi ascendentem,
  et admirantium ad instar,
  ad instar concelebrantium,
40 alterna quaerunt laetitia:
Estribillo
  —¿Quae est Ista? ¿Quae est Ista,
  quae de deserto ascendit sicut virga,
  Stellis, Sole, Luna pulchior? —Maria!

VILLANCICO III

  LA SOBERANA DOCTORA
  de las Escuelas divinas,
  de que los Ángeles todos
  deprenden sabiduría,
  por ser quien inteligencia
  mejor de Dios participa,
  a leer la suprema sube
  Cátedra de Teología.
  Por Primaria de las ciencias
10 es justo que esté aplaudida,
  quien de todas las criaturas
  se llevó la primacía.
  Ninguno de Charitate
  estudió con más fatiga,
  y la materia de Gratia
  supo aun antes de nacida.
  Después la de Incarnatione
  pudo estudiar en sí misma,
  con que en la de Trinitate
20 alcanzó mayor noticia.
  Los soberanos Cursantes
  que las letras ejercitan
  y de la Sagrada Ciencia
  los secretos investigan,
  con los Espíritus puros
  que el eterno Solio habitan
  (e Inteligencias sutiles,
  Ciencia de Dios se apellidan),
  todos la votan iguales,
30 y con amantes caricias,
  le celebran la victoria
  y el triunfo le solemnizan.
Estribillo
Y con alegres voces de aclamación festiva,
hinchen las raridades del aire de alegrías,
y sólo se percibe en la confusa grita:
— ¡Vítor, vítor, vítor, vítor María,
a pesar del Infierno y de su envidia!
¡Vítor, vítor, vítor, vítor María!

SEGUNDO NOCTURNO

VILLANCICO IV

  ¡SILENCIO, ATENCIÓN,
  que canta María!
  Escuchen, atiendan,
  que a su voz Divina,
  los vientos se paran
  y el Cielo se inclina.
  Silencio, &.
Coplas
  Hoy la Maestra Divina,
  de la Capilla Suprema
  hace ostentación lucida
10 de su sin igual destreza:
  Desde el ut del Ecce ancilla,
  por ser el más bajo empieza,
  y subiendo más que el Sol
  al la de Exaltata llega.
  Propriedad es de natura
  que entre Dios y el hombre media,
  y del Cielo el be cuadrado
  junta al be mol de la tierra.
  Be-fa-be-mi, que juntando
20 diversas Naturalezas,
  unió el mi de la Divina
  al bajo fa de la nuestra.
  En especies musicales
  tiene tanta inteligencia,
  que el contrapunto de Dios
  dio en ella la más Perfecta.
  No al compasillo del mundo
  errado, la voz sujeta,
  sino a la proporción alta
30 del compás Ternario atenta.
  Las Cantatrices antiguas,
  las Judiques, las Rebecas,
  figuras mínimas son,
  que esta Máxima nos muestran.
  Dividir las cismas sabe
  en tal cuantidad, que en Ella
  no hay semitono incantable,
  porque ninguno disuena.
  Y así, del género halló
40 armónico la cadencia
  que, por estar destemplada,
  perdió la Naturaleza.
  Si del mundo el frigio modo
  de Dios la cólera altera,
  blandamente con el dorio
  las Divinas iras templa.
  Música mejor que Orfeo
  (como Ildefonso exagera)
  hoy suspendió del Abismo
50 las infatigables penas.
  Por los signos de los Astros
  la voz entonada suena,
  y los Angélicos Coros
  el contrabajo le llevan.
  La Iglesia también, festiva,
  de acompañarla se precia,
  y con sonoras Octavas
  el sagrado son aumenta.
  Con cláusula, pues, final,
60 sube a la mayor alteza,
  a gozar de la Tritona
  las consonancias eternas.

VILLANCICO V

  AQUELLA ZAGALA
  del mirar sereno,
  hechizo del soto
  y envidia del Cielo:
  la que al Mayoral
  de la cumbre, excelso,
  hirió con un ojo,
  prendió en un cabello:
  a quien su Querido
10 le fue mirra un tiempo,
  dándole morada
  sus cándidos pechos:
  la que en rico adorno
  tiene, por aseo,
  cedrina la casa
  y florido el lecho:
  la que se alababa
  que el color moreno
  se lo iluminaron
20 los rayos Febeos:
  la por quien su Esposo
  con galán desvelo
  pasaba los valles,
  saltaba los cerros:
  la del hablar dulce,
  cuyos labios bellos
  destilan panales,
  leche y miel vertiendo:
  la que preguntaba
30 con amante anhelo
  dónde de su Esposo
  pacen los corderos:
  a quien su Querido,
  liberal y tierno,
  del Líbano llama
  con dulces requiebros,
  por gozar los brazos
  de su amante Dueño,
  trueca el valle humilde
40 por el Monte excelso.
  Los pastores sacros
  del Olimpo eterno,
  la gala le cantan
  con dulces acentos;
  pero los del valle,
  su fuga siguiendo
  dicen presurosos
en confusos ecos:
Estribillo
  ¡Al Monte, al Monte, a la Cumbre
50 corred, volad, Zagales,
  que se nos va María por los aires!
  ¡Corred, corred, volad aprisa, aprisa,
  que nos lleva robadas las almas y las vidas,
  y llevando en sí misma nuestra riqueza,
  nos deja sin tesoros el Aldea!

VILLANCICO VI.—JÁCARA

Estribillo
  ¡APARTEN! ¿CÓMO, A QUIÉN DIGO?
  ¡Fuera, fuera! ¡Plaza, plaza,
  que va la Jacarandina
  como que No, sino al Alba!
  —¡Vaya de jacaranda, vaya, vaya,
  que si corre María con leves plantas,
  un corrido es lo mismo que una jácara!
Coplas
  ¡Allá va, fuera, que sale
  la Valiente de aventuras,
10 Deshacedora de tuertos,
  Destrozadora de injurias!
  Lleva de rayos del Sol
  resplandeciente armadura,
  de las Estrellas el yelmo,
  los botines de la Luna;
  y en un escudo luciente
  con que al Infierno deslumbra,
  un monte con letras de oro
  en que dice: Tota Pulchra.
20 La celebrada de hermosa
  y temida por sañuda,
  Bradamante en valentía,
  Angélica en hermosura;
  la que si desprende al aire
  la siempre madeja rubia,
  tantos Roldanes la cercan
  cuantos cabellos la inundan;
  la que deshizo el encanto
  de aquella Serpiente astuta,
30 que con un conjuro a todos
  nos puso servil coyunda;
  la que venga los agravios,
  y anula leyes injustas,
  asilo de los pupilos,
  y amparo de las vïudas;
  la que libertó los presos
  de la Cárcel donde nunca,
  a no intervenir su aliento,
  esperaran la soltura;
40 la de quien tiembla el Infierno
  si su nombre se pronuncia,
  y dicen que las vigilias
  los mismos Reyes le ayunan;
  la que nos parió un León
  con cuya rugiente furia
  al Dragón encantador
  puso en vergonzosa fuga;
  la más bizarra Guerrera
  que, entre la alentada turba,
50 sirviendo al Imperio sacro
  mereció corona augusta;
  la Paladina famosa
  que con esfuerzo e industria
  conquistó la Tierra Santa,
  donde para siempre triunfa:
  Ésta, pues, que a puntapiés
  no hay demonio que la sufra,
  pues en mirando sus plantas,
  le vuelve las herraduras,
60 coronada de blasones
  y de hazañas que la ilustran,
  por no caber ya en la tierra,
  del mundo se nos afufa,
  y Andante de las Esferas,
  en una nueva aventura,
  halla el Tesoro Escondido
  que tantos andantes buscan,
  donde, con cierta virtud
  que la favorece oculta,
70 de vivir eternamente
  tiene manera segura.
  ¡Vaya muy en hora buena,
  que será cosa muy justa,
  que no muera como todas
  quien vivió como ninguna!

TERCERO NOCTURNO

VILLANCICO VII

Estribillo
  LA RETÓRICA NUEVA
  escuchad, Cursantes,
  que con su vista sola persüade,
  y en su mirar luciente
  tiene cifrado todo lo elocuente,
  pues robando de todos las antenciones,
  con Demóstenes mira y Cicerones.
  1. —QUINTILLAS
  Para quien quisiere oír
  o aprender a bien hablar,
10 y lo quiere conseguir,
  María sabe enseñar
  el arte de bien decir.
  En enseñar ejercita
  la dulzura de su voz
  que a tiempos no se limita;
  que como su asunto es Dios,
  siempre es cuestión infinita.
  Su exordio fue Concepción
  libre de la infausta suerte;
20 su Vida la narración,
  la confirmación su Muerte,
  su epílogo la Asunción.
  De persuadir la eminencia
  lo Judicial lo pregona,
  pues rendido a su elocuencia
  el Juez Eterno, perdona
  cuando lo mueve a clemencia.
  Retórica se acredita
  con todos los que la ven,
30 y a deprender los incita;
  mas ¿qué mucho diga bien
  quien en todo fué Bendita?
  Hace de su perfección
  al silogismo galante
  segura proposición,
  y con su Asunción triunfante
  va a la eterna complexión.
  Si a los tropos la acomodo,
  ha ejercitado en el arte
40 el sinécdoque, de modo
  que eligió la mejor parte
  y la tomó por el Todo.
  Como Reina, es bien acete
  la antonomasia sagrada
  que como a tal le compete;
  y hoy, al Cielo trasladada,
  la metáfora comete.
  Siendo Virgen, ha nacido
  el Verbo, de ella humanado:
50 énfasis tan escondido
  y enigma tan intrincado,
  que sólo Dios lo ha entendido.
  Sus figuras peregrinas
  son las antiguas mejores
  que las figuras divinas;
  que en sus retóricas flores
  nunca se hallaron espinas.
  Tan lacónica introduce
  la persuasión, que acomoda
60 cuando elegante más luce,
  que su Retórica toda
  a sólo un Verbo reduce.
  En fin, por ser su oración
  en todo tan singular,
  hoy con muy justa razón
  al Cielo sube a gozar
  la eterna colocación.

VILLANCICO VIII.—ENSALADILLA

Introducción.—JURA
  A LA ACLAMACIÓN FESTIVA
  de la Jura de su Reina
  se juntó la Plebe humana
  con la Angélica Nobleza.
  Y como Reina es de todos,
  su Coronación celebran,
  y con majestad de voces
  dicen en canciones Regias:
Coplas.—REINA
  Ángeles y hombres, Señora,
10 os juramos, como veis,
  con que Vos os obliguéis
  a ser nuestra Protectora.
  Y os hacemos homenaje
  de las vidas; y así, Vos
  guardad los fueros que Dios
  le dio al humano linaje.
  Vos habéis de mantenernos
  en paz y justicia igual,
  y del contrario infernal
20 con aliento defendernos.
  Con esto, con reverencia,
  conformes en varios modos,
  por los Evangelios todos
  os juramos la obediencia.
Prosigue la Introducción
  No faltó en tanta grandeza,
  donde nada es bien que falte,
  quien con donaires y chistes
  tanta gloria festejase.
  Porque dos Negros, al ver
30 misterios tan admirables,
  Heráclito uno, la llora;
  Demócrito otro, la aplaude.

NEGRILLOS

 
  1. Cantemo, pilico,
  que se va las Reina,
  y dalemu turo
  una noche buena.
 
  1. Iguale yolale,
  Flacico, de pena,
  que nos deja ascula
40 a turo las Negla.
 
  1. Si las Cielo va
  y Dioso la lleva,
  ¿pala qué yolá,
  si Eya sa cuntenta?
  Sará muy galana,
  vitita ri tela,
  milando la Sole,
  pisando la Streya.
 
  1. Déjame yolá,
50 Flacico, pol Eya,
  que se va, y nosotlo
  la Oblaje nos deja.
 
  1. Caya, que sa siempre
  milando la Iglesia;
  mila las Pañola,
  que se quela plieta.
 
  1. Bien dici, Flacico:
  tura sa suspensa;
  si tú quiele, demo
60 unas cantaleta.
 
  1. ¡Nomble de mi Dioso,
  que sa cosa buena!
  Aola, Pilico,
  que nos mila atenta:
Estribillo
  —¡Ah, ah, ah,
  que la Reina se nos va!
  —¡Uh, uh, uh,
  que non blanca como tú,
  nin Pañó que no sa buena,
70 que Eya dici: So molena
  con las Sole que mirá!
  —¡Ah, ah, ah,
  que la Reina se nos va!
Prosigue la Introducción
  Los Mejicanos alegres
  también a su usanza salen,
  que en quien campa la lealtad
  bien es que el aplauso campe;
  y con las cláusulas tiernas
  del Mejicano lenguaje,
80 en un Tocotín sonoro
  dicen con voces süaves:

TOCOTÍN

  —Tla ya timohuica,
  totlazo Zuapilli,
  maca ammo, Tonantzin,
  titechmoilcahuíliz.
  Ma nel in Ilhuícac
  huel timomaquítiz,
  ¿amo nozo quenman
  timotlalnamíctiz?
90 In moayolque mochtin
  huel motilinizque;
  tlaca amo, tehuatzin
  ticmomatlaníliz.
  Ca mitztlacamati
  motlazo Piltzintli,
  mac tel, in tepampa
 
  Tlaca ammo quinequi,
  xicmoilnamiquili
100 ca monacayotzin
 
  Mochichihualayo
  oquimomitili,
  tla motemictía
  ihuan Tetepitzin.
  Ma mopampantzinco
  in moayolcatintin,
  in itla pohpoltin,
 
110 Totlatlácol mochtin
  tïololquiztizque;
  Ilhuícac tïazque,
  timitzittalizque:
  in campa cemícac
  timonemitíliz,
  cemícac mochíhuaz
  in monahuatiltzin.

Biblioteca: Hedy Lamarr

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Novela muy recomendable sobre una actriz ademas con una inteligencia prodigiosa e inventora precursora del wifi:

Benedict Marie – La Unica Mujer 


Viena, 1933. Para Hedy Kiesler, joven actriz judía, su belleza ha sido salvación y tormento: la protegió de los nazis pero la condujo a un opresivo matrimonio con el traficante de armas de Hitler y Mussolini. Subestimada por todos a su alrededor, escuchó los planes secretos del Tercer Reich cuando acompañaba a su esposo a fiestas y cenas de negocios.
Dividida entre el glamour y la culpa por ser una privilegiada, decide escapar hacia Hollywood, con un nuevo nombre: Hedy Lamarr. Pronto se convirtió en un ícono del cine estadounidense. Nadie en torno a su nueva vida sospechaba que poseía información confidencial sobre los nazis ni que ella misma guardaba un secreto aún mayor: que era una científica capaz de desarrollar la tecnología necesaria para acabar pronto con la guerra. Siempre y cuando la escucharan.
Una cautivadora novela basada en la historia real de una mujer extraordinaria, estrella de cine e inventora, que revolucionó la comunicación moderna hace más de medio siglo, sentando las bases para el wifi y el Bluetooth.

Articulo :  Hedy Lamarr la inventora

Teoria del agujero pegajoso

Animacion-del-sistema-solar-en-accion

El vacio que todos llevamos dentro.

que pensar es un infierno,

que se me pege todo lo menos cierto,

y que aparente mucho,

que eso queda muy bueno.

 

Teoría del agujero pegajoso

“Se llama por ejemplo Ramón, y lleva el nombre pegado lo mismo que todo lo demás, lo que la gente ve de él y lo que él mismo ve de él. Pocos saben que en realidad Ramón es un agujero pegajoso, a nadie le resulta fácil imaginar semejante objeto. Hasta los quince años no hubo nada, es decir que había solamente agujero rodeado de amor materno y tricotas y tablas de aritmética y partidos de fútbol. Entonces alguna mañana al despertarse el agujero tuvo, cosa rara ciertamente, una especie de entrevisión de sí mismo como dice el profesor de Bahía Blanca plagiando al de Friburgo, y se dio cuenta de que había que hacer algo para no reventar como una pompa de jabón. Por un acto que no deja de tener su mérito, el agujero se volvió pegajoso en su borde externo, la pompa de jabón atrapó primero unas pelusitas del aire, después la elegante costumbre de fumar tabaco inglés en un sitio donde los otros fumaban picadura, y el nombre de Ramón, fluctuando hasta entonces porque era como un sinónimo del agujero, empezó a pegarse firmemente, se rodeó de una chaqueta de tweed, Ramón se vistió deportivamente y compró gadgets para resolver los problemas de la higiene, la cocina y la calefacción, se volvió una autoridad en marcas de jabón de afeitar, la mejor gasolina para los autos suecos, la sensibilidad adecuada de la película fotográfica en un día de niebla, se abonó a Time, y a Life, se hizo una idea de Picasso y otra idea de los tocadiscos y las playas de veraneo y la alimentación, y ahí va carrera arriba, subjefe, jefe y jefazo, un entendido en las cuestiones más diversas, con una voz sonora donde solamente unos poco adivinan que la sonoridad le viene del agujero, que el agujero habla mientras Ramón golpea delicadamente su pipa de brezo comprada en Londres porque no hay otras pipas comparables, te lo dice Ramón.”

La vuelta al día en ocheNta mundoS [Julio CortázaR]