pintores: ribera

COSSET - José de Ribera - San Simón (c.1630-1635)

José de Ribera ( Játiva , 12 de enero de 1591 –  Nápoles , 3 de septiembre de 1652), dicho lo Españoleto («el pequeño español») debido a su pequeño tamaño y por su firma: «Jusepe de Ribera, español », fue un pintor y grabador valenciano del barroco, conocido también por su nombre italiano, Giuseppe Ribera, o castellanizado, Jusepe de Ribera. Es uno de los representantes más fieles del tenebrismo . Realizó la parte esencial de su obra en la ciudad de Nápoles, que entonces estaba bajo jurisdicción española.
Ribera es una de las figuras capitales de la pintura europea del siglo XVII y, ciertamente una de las más influyentes ya que sus formas y modelos se extienden por toda Italia, centro de Europa y en la Holanda de Rembrandt , así como para España. Pero la especial circunstancia de ser un extranjero en Italia ha hecho que sea visto como una persona ajena a su tradición ya sus gustos. Sin embargo, a pesar de ser valenciano por nacimiento, Ribera debe ser considerado como un pintor italiano, pudiendo insertar perfectamente su obra en las corrientes italianos de su tiempo.
A su llegada a Italia, la novedad era Caravaggio , en tensión con la renovación romano-boloñesa que revivía el clasicismo.Ribera adoptó el tenebrismo de los flamencos y holandeses presentes en Roma, pero no dejó de ver y asimilar las aportaciones del mundo clasicista. Completó su formación enriqueciéndose con otros hechos de cultura italiana que pronto le serían familiares. Ante todo, el estudio de la gran pintura del renacimiento. En la educación de Ribera hay otro elemento que le distancia de los artistas españoles, es el estudio de la antigüedad clásica (fundamentada por el barroco europeo). A lo largo de sus obras, se puede ver que Ribera no será un pintor con un único registro, superando el tenebrismo inicial, volverá a los intensos contrastes de luz y sombra cuando el asunto lo exigía o cuando la iconografía lo reclamaba .
Poseyó la capacidad de crear imágenes palpitantes de pasión verdadera al servicio de una exaltación religiosa, que no es sólo española, sino de toda la Contrarreforma católica y mediterránea; su maestría colorista, que recoge toda la opulencia sensual de Venecia y de Flandes, a la vez que es capaz de acordar las más refinadas gamas impregnadas del más contenido lirismo; y su inagotable capacidad inventiva de tipo humanísticos que prestan su severa realidad a santos y filósofos antiguos con idéntica gravedad, hacen de él una de las cumbres de su siglo.